domingo, 17 de mayo de 2015

Ni bilingüe ni enseñanza

Artur mas y la bandera inglesaAl ínclito Artur Mas siempre se le llenaba la boca diciendo que cuando llegara a President de la Generalitat la enseñanza sería bilingüe, ya que se impartiría la mitad de las horas de clase en inglés (se supone que las diera quien las diera y conociera o no a fondo la lengua de Shakespeare, dado que el número de profesores capacitados para ello es mínimo). Ahora ha aparcado un poco ese asunto, con buen criterio, y se conforma con que, sobre todo, no se dé ni media hora más de clase en castellano, "al enemigo ni agua".
A Gran Uribe siempre le ha llamado la atención esa gente que, sabiendo menos inglés que un servidor —que ya es difícil—se jacta sin ningún pudor de dominarlo. Ese tipo de sujetos se suele ofrecer, en el mundo de la enseñanza, para impartir sus clases en ese idioma.

Bien, Javier Marías incide hoy en ese asunto en su artículo "Ni bilingüe ni enseñanza" y lo hace en estos términos:

Javier Marías«Una de las mayores locuras del sistema educativo español –también una de las más paletas– ha sido la implantación, no sé en cuántas comunidades autónomas, de lo que sus responsables bautizaron pomposa e ilusamente como “enseñanza bilingüe”, consistente en que los alumnos estudien algunas asignaturas en español y otras en inglés. Pongamos que Ciencias Naturales –o como se llame su equivalente en la actualidad– se imparte exclusivamente en la lengua de Elton John. Bien. Los encargados de las clases no son, sin embargo, salvo excepción, nativos británicos ni estadounidenses ni australianos ni irlandeses, sino individuos de Langreo, Orihuela, Requena, Conil o Mejorada del Campo que se supone que dominan dicha lengua. 

Pero, por cuanto me cuentan personas que trabajan en colegios e institutos –y absolutamente todas coinciden–, esos profesores poseen un conocimiento precario del idioma, de nuevo salvo excepción; lo chapurrean, por lo general tienen pésimo acento o ignoran la pronunciación correcta de numerosas palabras, su sintaxis y su gramática tienden a ser mera copia de las del castellano, y además, en cuanto se encuentran con una dificultad insalvable, recurren un rato a esta última lengua, sabedores de que es la que los estudiantes sí entienden. El resultado es un desastre total (ni enseñanza ni bilingüe): los chicos salen sin saber nada de inglés y aún menos de Ciencias o de las asignaturas que hayan caído bajo el dominio del presunto o falso inglés. Al parecer no se enteran, dormitan o juegan a los barcos (si es que aún se juega a eso) mientras los individuos de Orihuela o Conil sueltan absurdos macarrónicos en una especie de no-idioma. Algo ininteligible hasta para un nativo, un farfulleo, una ristra de vocablos quizá aprendidos el día antes en Internet, un mejunje, un chapoteo verbal. Una de las cosas más incomprensibles es una lengua extranjera mal hablada por alguien que, para mayor fatuidad, está convencido de hablarla bien».[...]

5 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo con Javier Marías en todo, salvo en una cosa: los alumnos ya no juegan a los barcos en clase; se distraen con las cien mil posibilidades de perder el tiempo que ofrecen los "móviles inteligentes" (prohibir su uso indiscriminado en clase sería ir en contra de la libertad de expresión) y que acabarán redundando en "usuarios burros" (con permiso del señor Ohms).
    Parece que en Cataluña los políticos están "jugando"non la enseñanza como en Baleares, pero al revés. Aquí, en Baleares, se trata de quitarle lugar al catalán, para lo que introducen el inglés. En Cataluña, se trata de eliminar el castellano, con lo que también introducen el inglés. En ambos casos, la mayor parte del profesorado carece de preparación en ese idioma (inglés) para dar una clase con un mínimo de rigor, por lo cual el desastre, como muy bien ha dicho Marías, está garantizado. Ahora, eso sí, los políticos se quedan muy contentos; sería interesante que asistieran a alguna de esas clases para comprobar la eficacia del sistema implantado.
    Saludos,
    El Tapir

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    1. Le doy la razón: no creo que los zagales jueguen ahora a los barcos, aunque podría ser una "eina" muy buena en clase de matemáticas, ya que introduce al alumno en el tema de las coordenadas, tan de actualidad hoy en día con lo del GPS, Google Maps y todo eso.Tampoco creo que practiquen un juego que estaba muy bien: lo llamábamos "jugar a vectores", también en un papel cuadriculado. Utilísimo para clase de física, velocidad, aceleración, energía cinética, etc.
      Respecto a la lengua, ¡qué decir! lo que (cuando Uribe era bastante más joven) era un elemento de diversidad, de entendimiento, nadie miraba por encima del hombro a nadie por hablar una cosa u otra, se ha convertido en coartada para la confrontación, el desacuerdo y la exclusión, con un cierto cariz casi jomeinista. Muy triste, la verdad, y la culpa la tienen sobre todo los políticos.

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    2. Cuestionar la inmersión lingüística en catalán te convierte ipso facto en partidario de la desaparición del catalán, cuando no en un genocida lingüístico. Por eso no es raro que nadie la cuestione.

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  2. Otro axioma que hay que tragarse sin rechistar...

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  3. En cualquier caso para que la enseñanza pueda ser realmente bilingüe es necesario que, no solo el profesor domine la lengua inglesa, también el alumno debe tener el nivel suficiente para poder enterarse de lo que se explica

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