G.U., que vivió todo aquello con bastante intensidad e ilusión (padeció a Franco muchos años), explica esto por si acaso alguno de ustedes no lo sabe. Sigamos. Ramón de España es un tipo de su generación que vivió y padeció más o menos las mismas cosas que él; se toma todo con distancia y humor y, además, escribe con una gran soltura, no en vano ha traducido bastantes libros al español. A él tampoco se la dan con queso y escribía lo siguiente, a riesgo de que lo encuadren en la fachosfera:
«Hoy, 8 de enero de 2025, dan inicio los fastos del año que Pedro Sánchez se ha sacado de la manga para celebrar el 50 aniversario de la muerte del general Francisco Franco, caudillo de España por la G. de Dios, como recordarán los usuarios de las antiguas pesetas que queden vivos. Pero, claro, no se trata de intentar construir un retrato lo más completo posible de aquel hombre que se tiró 40 años dando la chapa a (la mitad) de sus compatriotas. Se trata de enfrentar al Héroe del Pueblo (Pedro Sánchez) con el Espíritu del Fascismo (Francisco Franco). Una nueva treta del presidente para que nos quede meridianamente claro que hoy, en España, o él o el farcihmo. Y el que le diga que en eso consiste la maniobra, ya sabe lo que le espera: de cabeza a la fachosfera». Enlace: Empieza el año de Franco |
Bien, vamos a otro asunto más técnico. Veamos, si les parece a ustedes, una somera muestra del tipo de textos que teníamos en los colegios durante la dictadura del «Generalísimo Franco». Acaban de leer ustedes un encendido soneto firmado en su día por un inspirado vate, un tal Manuel Verdugo. Su contenido se califica por sí mismo y, por tanto, no entraremos a analizarlo.
El soneto en alejandrinos es una variante de esa forma canónica; fue introducida al español por el poeta nicaragüense Rubén Darío y se utilizó con frecuencia en los poemas modernistas. Tiene la peculiaridad de que los endecasílabos (once sílabas) del soneto clásico se sustituyen por versos alejandrinos de catorce sílabas, compuestos de dos hemistiquios con tilde en la sexta y decimotercera sílaba. Es la forma utilizada por el iluminado rapsoda que les presentamos hoy.
El soneto nació con una estructura muy rígida, pero a lo largo del tiempo su uso se fue extendiendo y ello hace que sufra adaptaciones y cambios, como sería la introducida por Rubén Darío antes citada. Las dos primeras estrofas en los sonetos clásicos eran dos cuartetos (ABBA–ABBA o ABBA–CDDC). En nuestro caso, ABBA-ABBA. En los seis versos del final, que conforman los dos tercetos, puede haber dos rimas o tres. En el caso del arrebatado soneto de nuestro inspirado vate hay tres rimas (CCD-EED). En este no hay el cervantino estrambote de dos o tres versos, ya que suele conferir un matiz satírico o irónico a todo el poema, y aquí no estaba para sátiras ni ironías el señor Verdugo (ni Franco tampoco).
Nos lo presentan como una oportunidad «didáctica» para las nuevas generaciones. Los intelectuales "orgánicos" impartirán conferencias, participarán en mesas redondas, jornadas y simposios, debatirán entre sí y habrá manifestaciones contra Franco, con amplia cobertura de RTVE. Eso seguro, pero el oportunismo del invento es patente. En cuanto a nosotros, los que no estamos próximos al poder ni esperamos obtener nada, por si no hubiéramos tenido ya bastante entonces...¡marchando, dos tazas!