miércoles, 20 de septiembre de 2023

Visita a Blanca (Murcia) y a la Fundación Pedro Cano

Una escapadita septembrina por la zona de Murcia y Lorca siempre se agradece. G.U. estuvo en julio por un tema familiar lúgubre y, naturalmente, ni excursioneó ni tomó imágenes. Además, hacía un calor del copón entonces.

Ahora ha vuelto y lo ha podido disfrutar. He aquí una pequeña muestra de cómo empezó el asunto: en el hotel de Puerto Lumbreras, a tiro de piedra de Lorca, en el que uno está como en su propia casa. Gente simpática y acogedora, tanto en la recepción como en la cafetería y en todas partes. Algo que no suele ser habitual en los hoteles, donde no es raro que te ninguneen o que te traten como a un enemigo. Una cena ligera y a la piltra, que era tarde al llegar allí desde Barça.
Hotel Riscal (7/9/2023) / [granuribe50]
Una cenita ligera en la terraza del hotel Riscal (7/9/2023) / [granuribe50]
Hacía ya un tiempo que había prevista una visita a la Fundación de Pedro Cano (1944), un pintor que nos gusta mucho, especialmente sus acuarelas. Está situada en Blanca, su pueblo natal, en la ribera del río Segura, al norte de Murcia, en la carretera de Albacete. Corre el agua, hay palmeras, cañaverales, juncos y una tranquilidad extrema. Es un buen lugar.
Las márgenes del río Segura, a su paso por Blanca (9/9/2023) / [granuribe50]
Las márgenes del río Segura, a su paso por Blanca, con su puente de hierro (9/9/2023) / [granuribe50]

La Fundación Pedro Cano está ubicada en el interior del MUCAB (Museo y Centro de Arte de Blanca), un edificio a la vera del río, diseñado por el arquitecto Martín Lejarraga, con despacho en Cartagena.
MUCAB, río Segura, el pueblo y el castillo de Blanca / [Fotografía: David Frutos]
Aparte de la Escuela de Música, el espacio dedicado a Pedro Cano ocupa una buena parte del MUCAB, con dos plantas dedicadas a su pintura a la acuarela y al óleo, la de su colección privada. El resto de su obra está en diversos museos de todo el mundo y en muchas colecciones particulares. En este centro, cuando le pilla en Blanca, suele impartir clases a zagales/as y también au plein air. Es un artista incansable.
El edificio del MUCAB, obra del arquitecto Martín Lejarraga (9/9/2023) / [granuribe50]
Planta de acceso a la Fundación Pedro Cano / [granuribe50]
Planta 1ª de la Fundación Pedro Cano / [granuribe50]
Escaleras que unen las diferentes plantas de la exposición (hay ascensor, claro) / [granuribe50]
Pedro Cano nació en Blanca en 1944, en el seno de una familia que vendía pescado por la comarca del valle de Ricote. Desde "su más tierna infancia" vivió entre plantas, flores, frutas y hortalizas, rodeado de una vegetación lujuriosa en las márgenes del río Segura. Esas vivencias de infancia quedan reflejadas en buena parte de su obra.
La serie "Flores y frutos". Seis grandes acuarelas: Limones, Azucenas, Naranjas, Higos, Rosas y Nísperos / [Fotografía: MUCAB]
Los limones nunca faltan en su obra
Y unos higos, que ahora es temporada
Unos tiestos situados en un cenador murciano
También pinta flores, que es lo más difícil, según él
Marchó a Madrid, donde ingresó en 1965 en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Al acabar se fue becado a Roma, ciudad en la que decidió vivir varios años y a la que vuelve siempre que puede. No es mala opción, vive Dios.
El castillo de Blanca y las márgenes del río
Pedro Cano es un habitual de Roma
También vuelve siempre a Blanca, pero lo suyo es viajar. Lo ha hecho por todo el mundo. América latina, Marruecos, Egipto, Libia, toda Europa, India, Japón, etc., siempre con sus enormes blocs de papel de acuarela. En ellos pinta aquello que le llama la atención y que a su vuelta desarrollará en el estudio, en acuarela o también al óleo en muchas ocasiones.
Pedro Cano pinta en uno de sus cuadernos de viaje, ante algunas lugareñas / [granuribe50]
Merchandising en la recepción, junto a la tienda de la Fundación Pedro Cano (9/9/2023) / [granuribe50]
G.U. después de una plácida comida al borde del río Segura (9/9/2023) / [granuribe50]

sábado, 16 de septiembre de 2023

Otra homilía (y otra rodaja de salchichón)

G.U. se fue unos días de vacaciones hacia el sur. Cero diarios, cero televisión, cero radio, cero internet, cero redes sociales. Muy bien estuvo eso, sí. Marchó con la imagen en la retina de la riente Yolanda Díaz, tomando del bracito al fugitivo "hombre del maletero", en amigable francachela y rindiéndole pleitesía. ¿De qué o de quién se reía "la Yoli"? Quizá. quién sabe, de muchos de nosotros, se barrunta G.U. Se nos vendió como una iniciativa personal y privada de la vicepresidenta Díaz y de su partido SUMAR, una visita que era desconocida por el propio señor Sánchez, quien se habría enterado leyendo EL PAÍS, o algo así. Tal vez se piensan que los votantes y no votantes que no pertenecemos al "club de fans" de nuestro presidente somos todos unos imbéciles de tomo y lomo.

El caso es que así quedó el asunto hace unos días. A la vuelta ha sido peor. Ha habido expulsión de discrepantes ("unos dinosaurios"). De tal modo que G.U. nos asegura que, si fuera militante del PSOE (que no lo es, aunque les votó muchas veces), devolvería su carnet en la sede de ese partido, en la calle Ferraz, antes de que lo echaran. Y si tuviera silla en el Congreso (que no la tiene), la abandonaría ipso facto, antes de tener que ovacionar puesto en pie y votar una cosa que le repele. Este bloguero ha visto confirmado algo que ya suponía: que la clase política que nos representa —de todos los partidos— está plagada de pelotillas, de trepas, de gusanos, de reptiles y de sujetos con muy exiguo nivel y muy poca vergüenza. Hay, por supuesto, muy honrosas excepciones (pocas).

En una muy hábil y torticera tergiversación, en una estudiada metamorfosis del asunto al modo del mejor M.C. Escher, se está empezando a tildar de "golpista" —además de la ya clásica denominación de "fascista"— a todo aquel que se oponga a la amnistía a la carta ("alivio penal", la llamarán ahora, aunque veremos qué palabro inventan más adelante) precisamente para unos sujetos que intentaron dar una especie de golpe de Estado 2.0. Y quien los acusa de querer manifestarse contra eso es gente que acudió muy ufana  a las concentraciones de 2017 en Barcelona.

Muchos lo pasamos muy mal entonces, como denunciamos en este blog una y otra vez, especialmente durante octubre de 2017 (por ejemplo, en Tristeza, desagrado y preocupación), pero también desde mucho antes. De eso nos libró el artículo 155 (que llegó tarde y mal) y también el poder judicial, gracias al cual unos cuantos (no el tipo del maletero, desde luego) chuparon unos añitos de talego, lo cual los amansó de modo considerable. La amnistía podría suponer que todo eso fue un error, como ya nos están volviendo a insinuar. Eso significaría que no existió entonces ningún delito y, por tanto, el poder judicial... ¡a tomar por saco! Esperemos que al final no sea así, porque si no... ¿qué puede salir mal?

M.C. Escher. Manos dibujando (1948); Reptiles (1943)

Mientras tanto, se intenta buscar a escondidas una rendija ("un encaje", dicen) en la Constitución, ahora bautizada como "Régimen del 78" por Pablo Iglesias y todos sus secuaces, en su afán de equiparar franquismo, transición y democracia contaminada. Todo para que traguemos y digiramos otra rodaja de salchichón (vendrán más, hasta acabarlo entero), parafraseando a Alfonso Guerra. Y también todo con el presunto ánimo de cargársela por la puerta de atrás y de que nos adentremos en "La dimensión desconocida" (aquel mítico telefilm de los años 60). 

Es como si ese partido, el PSOE, hubiera sido parasitado por los sujetos citados en el párrafo anterior y por otros, que se han subido a la chepa de un tipo mendaz, falto de palabra y vanidoso, que tiene ganas de demostrarnos que es capaz de conservar su sillón a cualquier precio. En su lugar, nos intenta vender que lo hace para salvarnos de "la derechona" y así lograr un gobierno "progresista". Eso en el caso de que "progreso" fuera, por ejemplo: 1) las múltiples imbecilidades que tenemos que soportar (y pagar) o 2) el trapicheo con partidos xenófobos, insolidarios y discriminadores (por origen, apellidos, lengua, ideas, etc.), deseosos de acabar con el Estado español, al que detestan. Y que se frotan las manos por el resultado electoral, que les vuelve a dar cancha y que les permitirá el regreso impune del hombre del maletero, que lo que pretende es volver "gratis". Entre esos dos tipos se dirime el asunto. Los demás, esperando a ver qué más nos cae. Cómo nos doran la pildora y el merchandising del producto: generosidad, pacificación, suturar heridas, todo eso. 


A sabiendas de que a nadie le interesa un pijo lo que piense, y sin ánimo de polémica, G.U. opina que sería deseable un imposible: una repetición electoral, una especie de segunda vuelta, ahora que ya sabemos con qué mimbres cuentan unos y otros para hacer el cesto (PSOE y PP), algo que todos ellos nos habían ocultado celosamente.

*  *  *

[En el caso de la coalición en el poder, aquí van dos preguntas retóricas. Si tan necesaria es esa amnistía para resolver lo del procés ¿por qué no figuraba en sus programas electorales? ¿por qué los ministros/as esquivan hablar del asunto?].

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Corolario: G.U. opina, a riesgo de que le tilden de "fascista", que esta amnistía que barajan tan en secreto mientras se jactan de transparencia, es política y éticamente difícil de justificar. Se carga al poder judicial si es que elimina delitos que fueron juzgados con todas las garantías y va contra la igualdad pregonada en la Constitución. Y, además, no estaba recogida en los programas electorales de quienes ahora la necesitan para conservar el poder (los socialistas la habían rechazado de plano siempre). Mala indole tiene esto. FIN.


martes, 5 de septiembre de 2023

Cuando la fotografía emite el mensaje. Más claro, agua

El fugitivo Puigdemont (Carles, "el belga") y la solícita Díaz, Vicepresidenta del Gobierno de España en funciones (Yoli, "la planchaora") 
[Parlamento Europeo, Bruselas (4/9/2023)]

[Cuando vas para verte con el prófugo, pero sobre todo para que, al ver las fotos, veamos que te has visto con él. Y, para más INRI, riendo de oreja a oreja y tomándole del bracito. Pero todo es una iniciativa suya, no del gobierno, ¡ojo!].

«¿Qué puede salir mal?»

sábado, 2 de septiembre de 2023

Homilía posvacacional: "la Jenni" y "el Rubi"

Por una vez, este bloguero va a escribir esta homilía en primera persona. Dejamos por hoy de lado a su alter ego "Gran Uribe", al que ustedes conocen vestido de futbolista del Athletic de Bilbao o de jesuita. Esto de hoy trata de fútbol, sí, pero presenta también una pequeña muestra de la política de penoso nivel que padecemos en la actualidad. (Algunos lo están aprovechando para ocultar cosas de bastante mayor importancia que se están negociando por debajo de la mesa. No olvidemos que hay un sillón —o dos—y muchísimas sillas en juego). 

De vuelta del caluroso lapso veraniego, la cosa que quiero expresar hoy sobre este tema de rabiosa actualidad dice así:

Me gusta mucho el fútbol, como deben de saber algunos de los seguidores de este blog. Y también me gusta el fútbol femenino, quizá porque en él hay cierta calidad y mucho esfuerzo, pero además veo menos táctica y menos violencia. He seguido a la selección española femenina durante todo el Mundial, incluido el 4-0 inicial que les endosó Japón. Me alegré mucho cuando lo ganaron, aunque visto lo visto después, casi hubiera preferido que perdieran. 

No me gustó nunca nada ese tal Rubiales, desde el minuto cero en que fue elegido presidente de la Federación Española de Fútbol. Un zopenco que no se entiende que pudiera presidir nada. Y un sujeto al que ya habría que haber despedido en el Mundial masculino de Rusia de 2018, cuando echó al seleccionador Lopetegui dos días antes del primer partido, porque éste le había comunicado que tenía una buena oferta del Real Madrid para la próxima temporada. Sin entrenador hicieron el ridículo, claro. Luego participó en chanchullos muy diversos (algunos en connivencia con Piqué), como el de hacer jugar la Supercopa de España en un lejano país que conculca los derechos humanos, muy en particular los de las mujeres, a cambio de una fuerte suma de dinero. Nadie dijo nada entonces, porque ese tipo estaba protegido por el partido en el gobierno, al que estaba afiliado. El feminismo radical, tampoco.

Lo del plante hace un año de las 15 jugadoras no tiene que ver nada con lo que se debate, porque no fue por abuso sexual ni nada de eso, que yo sepa, aunque ya intentarán sacarlo ahora, además de todo tipo de mangancias que no conocemos e irán saliendo a la luz. A las jugadoras no les gustaba ni el seleccionador ni las condiciones en que se hacían los entrenamientos y punto, eso dijeron. Y Rubiales las humilló en público. Por tanto, había mal rollo previo.




La caza de brujas que se le ha lanzado ahora a ese sujeto a causa del beso, en un principio por parte de Echenique, Montero y Belarra, gente que en su puñetera vida ha visto un partido de fútbol, se inició (lo recuerdo bien) a las pocas horas de ganar el torneo, cuando vieron por la tele el beso en la boca de "el Rubi" a una jugadora llamada Jenni Hermoso, "la Jenni", durante la celebración de la copa (de lo de tocarse los huevos se dieron cuenta después). Quizá les molestó ver banderas de España, no lo sé, pero el caso es que si no hubiera salido por TV ese momento no hubiera pasado nada, porque las jugadoras estaban tan felices y no le dieron la más mínima importancia entonces, faltaría más. Al contrario, lo jalearon festivamente como algo divertido, incluida la que fue objeto de tan "infame" agresión. 

Y allí se enmerdó todo (el trofeo ganado importaba un carajo). Los personajes antes citados se subieron rápidamente a la chepa de la jugadora y lanzaron una serie de tuits amenazadores, quizá deseosos de recuperar las posiciones perdidas después del fiasco del SÍ ES SÍ. Eso lo asumió con prontitud "la Yoli", que llegó a hablar de "agresión sexual" y del tremendo "trauma" que estaba pasando la criatura ("la Jenni") a causa del beso de "el Rubi" (un trauma que quizá empiece a tenerlo ahora, cuando esto la sobrepase, momento que quizá aproveche para alegar "depresión", que eso impresionaría mucho a un juez o jueza, si el caso llegara a los tribunales). Y de allí el asunto pasó al resto del gobierno, a los medios de comunicación (públicos y privados, todos obedecen consignas) y a las redes sociales. Y empieza una implacable persecución a cargo de toda una variopinta jauría contra el mastuerzo Rubiales, casi digna del mejor Torquemada y de la más "brillante" época del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición.

Un espectáculo que lamento y me deprime un poco, aunque no me sorprenda nada. Y, como muestra, dos botones: 

1) A cada persona relevante, especialmente del mundo del deporte, pero también de otros ámbitos, se le ha empezado a exigir que se posicione y condene el hecho, aunque no tenga nada que ver con el asunto, le importe un bledo, no le apetezca nada hacerlo, lo vea desmesurado o no esté de acuerdo. De tal manera que si no lo condena es tachado como mínimo de "machirulo asqueroso" y de fascista. Eso es algo que no le gusta sufrirlo a nadie, y que puede suponerle el despido o que se ningunee su trabajo, además de la correspondiente sarta de insultos en las redes.

2) En la asamblea en la que ese impresentable patán explicó su versión hubo quien le aplaudió, incluso poniéndose en pie. Grave error por su parte, y ya se están desdiciendo por si acaso se quedan sin silla. A esos los están buscando a todos hasta con lupa, para destituirlos de sus cargos —aunque lo hagan bien— por orden de "la Yoli", que ha señalado con su pulgar hacia abajo (👎). Y Sánchez se jacta ya de que "España ha dado una lección al mundo" (ya fardó de algo así con lo del el SÍ ES SÍ). ¡Madre del amor hermoso, Jenni!: el asunto del beso ha llegado hasta la ONU, como si no tuvieran allí cosas de más fuste de las que ocuparse. Se ve que no. Y pronto levantarán un monolito a la jugadora en diversos lugares de España. De momento, el PSOE ya ha propuesto dar su nombre al polideportivo de Carabanchel. 




En fin, en esas estamos. De fútbol, ni mu. Pienso que al convertir el "fútbol femenino" en "fútbol feminista" esa gente le está dando una estocada mortal. Estoy hasta el gorro de este discurso pseudofeminista del "izquierdismo imbécil" (en palabras de R. de E.), pero esto no ha hecho más que empezar y ya me he enrollado bastante por hoy. Espero que eso que llaman "cultura de la cancelación", que se propone y consigue acallar al discrepante, no acabe conmigo. No lo creo: por suerte, no soy ni escritor, ni cineasta, ni influencer ni youtuber ni instagramer ni tiktoker. Solo un modesto bloguero al que no sigue casi nadie, que solo expresa su libre opinión sobre este asunto (es la última vez que lo hago).