viernes, 30 de noviembre de 2018

Habla Torra: "Madrit nos ahoga"

Esta semana el relato mágico de la república catalana, la agenda simbólica de los presidentes Fuigdemont y ChisTorra, se ha topado con la realidad. Sanidad, educación y funcionarios en general están muy enfadados. Pero los sindicatos no están mucho por la labor (aunque eso pueda sorprender a alguien de fuera de aquí) y también culpan de todo al Estado, igual que acaba de hacer el representante de Fuigdemont en la tierra (catalana) —ChisTorra—, según veremos luego.

Artur Mas el Astut desciende del helicóptero (15/6/2011)
Las centrales sindicales quedaron atrapadas en la telaraña del procés y de ahí les cuesta un montón salir. No deja de ser una paradoja que, pese a los recortes en la función pública, la sanidad y la educación, secundaran en su día sin contrapartida alguna el "derecho a decidir", aquel mágico invento del trilero Mas, que situaba la reivindicación de la diferencia por delante de la lucha contra las desigualdades. Recordemos que, hasta el momento en que tuvo que acceder en helicóptero al Parlament, el susodicho trilero se jactaba de los recortes aplicados y se consideraba el alumno más aventajado a la hora de ponerlos en práctica.


Eduard Pujol, el rico epulón
Las protestas de esta semana han desplazado el relato y han hecho que resurja la realidad, la política de lo cotidiano. Pero al gobierno de la Generalitat le gustan más las "huelgas de país" (las que ellos organizan en pro del procés) que éstas, claro está. Por eso las ningunean de mala manera, minimizando lo que persiguen. Tal como venía a decir el bien alimentado Eduard Pujol, "eso de que haya que esperar 70 o 90 días para una intervención quirúrgica son migajas, y una pena que eso nos 'distraiga' del objetivo final que lo solucionará todo: la independencia". O algo así, citamos de memoria. Pues sí; hablamos de ese sujeto que si de algo entiende es, precisamente, de migajas. Como dice Albert Soler en Les engrunes de l'Eduard, "tiene todo el aspecto de no dejar ni una en la mesa, de abalanzarse sobre cualquier resto de comida que haya caído en el mantel, por diminuta que sea y, si hemos de hacer caso de su volumen, aspecto de hombre que está en política para engordar tanto la cartera como el abdomen". Pues ese es, aquel que decía que le perseguía un señor con patinete.


Algunos indignados piden la dimisión de Torra (28/11/2018)
Diga lo que diga ese desagradable sujeto, el caso es que las protestas en Cataluña han registrado ("sufrido", comentaría irónico Lázaro Carreter) un incremento importante en los últimos días, y todos los medios de información se preguntaban por qué Torra se mantenía tan calladito durante tres días. No sabemos qué esperaban oír. Es de suponer que el clásico "Espanya ens roba". Pero esa expresión ha quedado amortizada y fuera de los circuitos procesistas, aunque no el concepto en sí. Pues bien, tras tres días de elaborar complejos "argumentarios", Torra esperó a un acto vespertino del diario independentista Ara para responder a los funcionarios que demandan revertir los recortes que la Generalitat lleva aplicando desde 2011 y piden su dimisión.

Tras reconocer que están siendo «días complicados» y hacer un guiño a los huelguistas («comparto sus reivindicaciones plenamente, son justas y legítimas»), entró sin vergüenza alguna a cargar contra Madrit, tal como esperábamos. Mucha fe han de tener bastantes de los paisanos de G.U. para no haber sido capaces de ver (todavía) el plumero a esos vivales.

«Estamos limitados financieramente. Madrit nos ahoga y vamos con una mano atada a la espalda. Tenemos un déficit fiscal del 8 por ciento anual. Cada año entregamos al Estado lo equivalente al gasto en sanidad, educación, servicios sociales... es insostenible, es una indecencia. Por eso pedimos la independencia. Nuestro proyecto republicano no es solo una cuestión sentimental: es social, y a lo social dedicamos la mayor parte del presupuesto».

jueves, 29 de noviembre de 2018

¿Está muerto y enterrado "el procés"?

A Albert Soler, un habitual de este blog, le dieron el pasado viernes 23 una mención honorífica en el XV Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona. No piensen mal, también fueron premiados los políticos presos y Joan Manuel Serrat, o sea, un diplomático mejunje para intentar quedar bien con todos, aunque eso cada día vaya siendo más difícil.

Con tal motivo nos lo entrevistan en e-noticies. Allí se explaya y dice cosas muy divertidas sobre TV3 (¡cómo no!), sobre el "vivales" de Fuigdemont, con el que coincidió de joven en la discoteca "Boomerang", en Gerona (hablaremos luego de ello); nos habla de cómo se ha cumplido con ese sujeto el principio de Peter ("en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel máximo de incompetencia") y también... de la ley de Murphy, ya saben —citamos textualmente a Albert—: "todo lo que es factible de empeorar, acaba empeorando; ahora tenemos a Torra. Lo único que podría ser peor que tener a esos dos —gerundenses a mi pesar— sucesivamente al frente del país, sería el horror de tenerlos a los dos a la vez. Oiga, ahora que lo pienso, eso es lo que tenemos...". Se acuerda de Rahola, sí, una hooligan, pero también de esos periodistas que dicen que "se sienten engañados por el procés", cuando la función del periodista es la de dudar de todo, especialmente del gobierno. Y habla del procés mismo, que —según él— esta "muerto y enterrado". Y de los iniciadores (Pujol&Cía), los "palmeros" y toda esa gentuza que ha encontrado allí un modo de vida.

Como no vamos a poner aquí la entrevista entera que le hace Xavier Rius (larga como una sábana), extraemos unos párrafos más frívolos, si cabe, que nos han llamado la atención, quizá por revelarnos aspectos inéditos de nuestro mesías Fuigdemont —según Albert Soler, "un vivales"— cuando era joven.

[Aunque, en este aspecto, Albert Soler dice algo que no se ajusta a la realidad al cien por cien. Está contrastado, sí, que, en lugar de hacer de "palanquer" (así se llamaba a los ligones de suecas en Ibiza) por la costa, pasaba sus veranos en ¡el monasterio de Poblet! Pero... y he ahí el error: alguna vez fue visto en "Boomerang" con una camisetita oscura (en lugar de con traje de currante de la Sección de Hipercor y corbatita, como señala Soler), lanzando una libidinosa mirada a una minifaldista y sólida camarera que le servía un gin-tonic de media noche].

Puigdemont, de joven, en la discoteca Boomerang, en Gerona
[Medios diversos / granuribe50]
«Aaah, que recuerdos, teníamos los dos una buena mata de pelo cuando íbamos a la discoteca Boomerang, en Girona. Siempre lo vi solo, apoyado en la barra, sin conversar con nadie, esperando que se obrara un milagro y una chica se le acercara con intenciones procaces. Nunca cayó tal breva. No ayudaba su vestuario, porque era una discoteca de juventud, y el acudía con americana, como si fuera a una boda o estuviera trabajando en la sección de Moda Hogar de Hipercor y no le hubiera dado tiempo a pasar por casa a cambiarse. Hace pocos días hablé con una chica, bueno ahora ya una mujer, que también le recordaba del Boomerang… porque el ahora fugado le tiraba los tejos. “Me parecía muy soso”, me confesó la buena mujer, y añadió "después me enteré de que su padre lo mandaba a pasar cada verano una temporada al monasterio de Poblet". 

Eso explica muchas cosas de su carácter, supongo. Si en lugar de ir a la costa a llevarte extranjeras al huerto, te pasas los veranos en un monasterio, al cabo de los años eres un iluminado que, encima, crees en lo sobrenatural, sea Dios o la República. [...] 

El proceso está muerto y enterrado, de hecho nació muerto, el jodío hijo de diez mil leches. Todo lo que queda de él es gente que cuelga lacitos y se reúne una vez por semana a gritar en la plaza de su pueblo».


miércoles, 28 de noviembre de 2018

Rebecca (y 2)

Se trata de una buena novela gótica de Daphne du Maurier, escrita de manera excelente, y de una buena película de Alfred Hitchcock, la primera que rodó en Estados Unidos. Esta es la modesta opinión de G.U., que no es un entendido en ninguna de esas dos materias —literatura y cine— ni en casi ninguna otra.

No entraremos a analizar ninguna de las dos, porque doctores tiene la iglesia, pero uno no puede evitar reproducir aquí uno de los momentos más representativos en ambas. Sucede cuando la segunda esposa de Maxim (Joan Fontaine, en la película) —la narradora— entra a chafardear en la habitación de matrimonio de la fallecida Rebecca, su primera esposa, que se conserva como un santuario. Mira el escritorio, abre cajones, toca los cepillos del pelo, acaricia la ropa, hasta que, ¡tierra, trágame!, entra la señora Danvers, que es la que mantiene la habitación "en perfecto estado de revista" (como decían en la mili) y que, según se desprende de la historia, debía de estar muy enamorada de Rebecca, aunque no se explicita. A este respecto, pueden consultar la entrada de Chordi en uno de sus blogs, titulada Nunca podremos volver a Manderley.

Momento en que la señora Danvers sorprende a Joan Fontaine (no sabemos cómo se llama en la ficción) refitoleando
Daphne du Maurier, Rebecca (1938); Ed. Galaxia Gutemberg (2016), pág. 173
[Imágenes de la pelicula Rebecca, extraídas del blog de Chordi antes citado]
Daphne du Maurier, Rebecca (1938); Ed. Galaxia Gutemberg (2016), pág. 175

martes, 27 de noviembre de 2018

Hoy celebramos el "Día del Profesor"


Bueno, casi todos los días del año es el "día de algo" y hoy le ha tocado al profesor. Gran Uribe lo fue de Dibujo (al principio se llamaba así su asignatura) durante treinta y tantos años (veintiocho de ellos en un instituto del extrarradio de Barcelona), y en esa etapa "n´ha vist de tots els colors", como dicen por aquí.

Y, a decir verdad, no lamenta el no ejercer ya ese oficio, aunque tiene añoranza de ciertas cosas: algunos alumnos respetuosos y esforzados (no muchos) y algunos compañeros (pocos) con los que mantiene todavía una relación de amistad; en los encuentros (pocos también) con ellos siempre hay algún momento para recordar cosas vividas allí.


Y puestos a recordar, un emocionado recuerdo para el gran Forges, que se nos fue a principios del año que acaba y al que seguimos sin olvidar desde aquí. Siempre mantuvo una gran complicidad con esta profesión tan ninguneada por la clase política y tan denostada por parte de "el pueblo" (por lo de las vacaciones, básicamente, aunque no solo por eso).



En cuanto a por qué tantos aspirantes a profesores suspenden en la oposición por faltas de ortografía, aquí se explica:


domingo, 25 de noviembre de 2018

El Congreso: ¿un basurero?

Viñeta de El Roto (20/11/2018)
Hace ya bastantes días que a G.U. le hierve la sangre (no es la primera vez ni la última) con las cosas que pasan en el "Congreso de las Diputadas y de los Diputados" (aunque no solo allí), esa institución que se financia con el sudor de nuestra frente.

La susodicha institución parece que tendría que servir, al menos en teoría, para que los sujetos que allí están sentados (a cuerpo de rey, gozando de todo tipo de prebendas) intentaran debatir políticas que persigan lo mejor para los pringados que pagamos sus sustanciosas nóminas y para quien ni siquiera puede pagarlas.

Pero no, el populismo más soez ha invadido también las bancadas de ese sacrosanto lugar, invocándose con frecuencia la palabra "pueblo" o, en su defecto, sacando en procesión a "la gente", y con esos vocablos se le llena la boca a toda esa gentuza y la habilita para insultar "a calzón quitado" a quien piense diferente. Sin ir más lejos, el indocumentado Rufián es solo una especie de excremento más de esa tendencia tan extendida en los últimos tiempos.

A G.U. le pasa lo que al sujeto de la gorra de la viñeta de El Roto: cuando oye a esos pillastres hablar de "pueblo" —en ese lugar o en campaña electoral, que viene a ser casi lo mismo— le darían ganas de pirarse a la ciudad, si no fuera porque en ella pasa igual.




Elvira Lindo, a veces más maximalista de lo que desearía G.U., dice hoy cosas que éste tiene a bien compartir; como, por ejemplo, que si quien esto escribe (que está todavía en su sano juicio) fuera un poco más joven, estuviera más preparado y sirviera para esto de la política... no iría ni atado a esos lugares para exponerse a semejante jauría.


«Cualquiera de nosotros conoce a personas con inquietudes políticas. Hombres y mujeres a los que reconocemos capacidad de convicción, de liderazgo, capaces de articular un buen discurso, de apaciguar los ánimos en un equipo, seres que despiertan respeto y respetan, que negocian sin humillar al que lleva las de perder, sagaces, peleadores, convincentes. 

La vida laboral de los ciudadanos que viven fuera de los focos obliga a una negociación continua. Cuántas veces no se ha de controlar el impulso de soltar algo desagradable, en cuántas ocasiones la buena educación vence al exabrupto, cuánto hemos reprimido (me incluyo) la parte desabrida de nuestro carácter para que nuestros hijos tuvieran un buen ejemplo en casa o nos hemos callado ante un chulo por no liarla; de qué manera la armonía familiar se mantiene gracias a que hacemos oídos sordos al ya célebre cuñado. [...]

Quien más educado está, quien más inteligente es, más capacidad muestra para convencer o vencer sin necesidad de herir. Como antídoto a lo que hemos visto esta semana en el Congreso de los Diputados yo propongo observar lo que ocurre en la calle, en el trabajo, en nuestro hogar: ¿podemos permitirnos el lujo de insultar a la mínima sin que eso tenga unas consecuencias lamentables? ¿Cuántas veces en la vida ha pronunciado usted una mala palabra para desacreditar al adversario?

Último show de Rufián, con la connivencia (y el bochorno) de Tardà
Fascista, golpista, indecente, indigno. Jamás he utilizado estos términos en un cara a cara o en una discusión por más encendida que esta fuera. Si alguien las hubiera usado contra mí no concebiría la posibilidad de una reconciliación. ¿De dónde surgen entonces esas formas y ese lenguaje en el oficio actual de la política que hasta ahora desconocíamos? ¿Están calcadas de Twitter, de los shows televisivos?
 
[...] Tan acostumbrados están algunos a reinar en lo virtual que ya no saben comportarse presencialmente. No podemos permitir que esa vulgaridad se nos contagie. Insisto, no son en absoluto un espejo de lo que sucede en la vida real, de la misma forma que no lo es Twitter. Son muchos los ciudadanos que cada día se enfrentan al mundo con espíritu de negociación, negocian, contienen sus más oscuras emociones, se censuran la burla o el desprecio. Precisamente porque no somos santos, concebimos la educación como una estrategia para la convivencia. Y hay grandes estrategas. Con qué dignidad ocuparían un asiento en el Congreso, pero ¿qué persona brillante y educada se expondría a semejante jauría? Nadie en su sano juicio».


sábado, 24 de noviembre de 2018

Rebecca (1): ¡Peligro con la señora Danvers!

Judith Anderson, en el papel de señora Danvers, entra por primera vez en escena
Alfred Hitchcock, Rebecca (1940)
Daphne du Maurier, Rebecca (1938); Ed. Galaxia Gutemberg (2016), pág. 72

viernes, 23 de noviembre de 2018

El trilero y el basurero

Acabada la fase de crisálida, que discurrió en el interior de un contenedor de basuras, ahora emerge de nuevo, con ánimo renovado y gorra de capitán de yate, un sujeto con futuro y amb il·lusió, que parece aspirar a empuñar el timón para conducirnos en su nave hasta Ítaca, esta vez sí. Hablamos del trilero Artur Mas el Astut, un tipo que últimamente se deja ver por todas partes y conspira todo lo que puede para salir del "basurero de la historia" al que lo arrojó la CUP.

[Simulación infográfica: granuribe50]
Este individuo, principal culpable (quizá por orden de Pujol) del quilombo en que estamos sumidos todos (incluido G.U. y los seguidores del blog), tiene siete vidas, como los gatos "más fuertes, más preparados" (diría Rodríguez de la Fuente). Consciente de que está a punto de acabarse su inhabilitación, quiere volver por la puerta grande, diga lo que diga CUP.

Para cuando llegue ese momento ha mudado de piel, escogiendo el disfraz de político sensato que ha venido para que olvidemos a su sucesor (nombrado por él, ¡ojo al dato!), ese chalado de Fuigdemont que huyó como un conejo. Por eso se reúne con empresarios, con abogados, sale en TV3 a todas horas y acude incluso a la entrega del ¡premio Planeta!, esa empresa traidora y botiflera donde las haya. Este hombre pasará a "los anales de la historia", no lo duden.



Aunque, de momento, tiene un problema. Un problema que se llama "cinco kilitos", esa minucia que le reclaman por la organización de la pantomima del 9N, cuya efemérides celebramos hace un par de semanas. Por suerte para él, este país (tan amante de "la pela") los recaudará sin problema, como agradecimiento del "poble de Catalunya" a lo mucho que ha hecho por él. Y hasta donde no llegue "el poble", quizá se pueda echar mano de algún remanente del tres per cent, en paradero desconocido, pero que en treinta años debió de dar para algo más que para sufragar campañas electorales.

Pero esto, mejor que Gran Uribe, lo comentará uno de sus columnistas de cabecera: Albert Soler, of course:

«Parece ser que Presidentmàs tendrá que pagar casi 5 millones de euros, que es lo que pagamos los catalanes para organizar aquello del 9-N, una charlotada de tantas, recuerden, "queremos votar", "in-inde-independencia" y blablabla. O sea que en realidad lo que tiene que hacer es devolvernos a los catalanes nuestro dinero, que él malgastó en lo que le pasó por el gorro. Él se lo pasó muy bien, salió en todas las radios y televisiones y, en fin, se divirtió como un enano por el módico precio de cero euros, porque la factura la pagamos todos. Los políticos catalanes están tan acostumbrados a hacerse los valientes con nuestro dinero que es comprensible que el pobre no pensara que la gente normal acostumbra a pagarse los excesos. Presidentmàs pasó sin escalera de la niñez a la política, así que también pasó con toda naturalidad de ir a Port Aventura a cargo de los papás a divertirse a cargo de los catalanes. Ha tenido que venir un juez a explicarle que es muy legítimo querer sentirse reina por un día, pero que la fiesta se la tiene que pagar de su bolsillo.



Presidentmàs, lo habrán notado por el tratamiento que le dispenso, continúa siendo Presidentmàs aunque no presida nada, salvo la lista de morosos o embargados. El lacismo tiene muy claros los protocolos, y continuará hablando de Presidentmàs incluso aunque viva en un cajero, entre cartones, igual que se refiere todavía a presidente Puigdemont por más que haya huido y dejado atrás país, casa, familia y cargo, además de la honorabilidad. Incluso hay, juro que los he escuchado, quien en la intimidad habla todavía de presidente Pujol. De Montilla no, Montilla es Montilla a secas, porque a pesar de que fue también presidente, pesa todavía más que sea xarnego. Y esto el lacismo no lo perdona.

El PDeCAT —o sea la Convergencia de toda la vida— ha salido en defensa de Presidentmàs, o mejor dicho, del dinero de Presidentmàs, asegurando que hacerle pagar esta morterada es un "castigo político". Estoy seguro de que lo dicen en serio. Convergència lleva tantas décadas cobrando en lugar de pagar, que cada vez que alguien les quiere cobrar una deuda, lo consideran un castigo. Imagino las colas que deben de formar sus dirigentes cuando  en el súper se niegan a pagar los yogures, las pizzas congeladas y los pañales —en la lista de la compra convergente no faltan nunca los pañales, de unos años a esta parte— por considerarlo un castigo, y no cualquier castigo, sino un castigo político.

— ¿Seguridad? Vengan a la caja número 4, por favor. Hay un señor con gorra de capitán de barco que se niega a pagar la compra, y además pretende sustraer de la caja el 3% del importe total. Asegura que siempre se ha hecho así y que tiene prisa, que zarpa hacia Itaca. Parece peligroso.

Presidentmàs tiene a partir de ahora la opción de vivir en un cajero, la de pedir un euro a cada catalán como hizo Lola Flores hace años, o la de montar una caja de resistencia. Yo recomiendo esta última solución. Antes, las estafas se hacían por el método de la Pirámide, ya saben, cada cual tenía que enredar a cinco incautos, y así sucesivamente. Esto ya está superado. Se superó cuando alguien de la ANC descubrió lo que se considera la mejor aportación de Cataluña a la humanidad: la caja de resistencia, también llamada "por qué perder el tiempo embarcándonos en largas pirámides, si podemos estafarlos a todos de una vez". Seguimos».


jueves, 22 de noviembre de 2018

El año que viene todos comeremos pavo hoy

Donald Trump 'indulta' a un pavo en la Casa Blanca con motivo de la celebración del Día de Acción de Gracias (Thanksgiving)
[Fotografía: JONATHAN ERNST (REUTERS)]

Pavo con salsa de arándanos
No les hablamos de Papá Noel ni del Valentine´s Day, porque eso ya está amortizado.

Vamos a lo más actual: primero fue Halloween. En la época de G.U. como profesor de instituto, concluida no hace muchos años, se celebraba la castañada el último viernes de octubre, pero uno nunca vio allí calabaza alguna ni gente vestida de calavera. Ahora... ni les cuento. En cuanto a lo del Black Friday, empezó a sonar hace solo unas pocas temporadas como una especie de fiesta en la que algunos comercios quedaban abiertos por la noche. Y ahora... tampoco les cuento la que hay liada, porque lo saben ustedes perfectamente. Aunque, digámoslo todo: a G.U. le importa un rábano, y asiste a este absurdo despliegue con un aplomo y hieratismo que para sí quisiera el pantocrátor de San Clemente de Tahull, sin ir más lejos.

Pero, tomen nota, porque todo parece indicar que ya el año que viene todos comeremos pavo con salsa de arándanos y patatas a la crema el cuarto jueves de noviembre (hoy), celebrando como tontos el Thanksgiving; y si no... al tiempo. El que avisa no es traidor.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

La pintura y la tortura

Bueno, bueno, bueno. Tot Barcelona nos lanzaba ayer el guante en su comentario, incitándonos a "reflexionar" sobre el asunto que proponía, la pintura y la tortura, y hoy procedemos a recogerlo ("como no podía ser de otra manera", tal cual dicen ahora). Pero lo hacemos solo en parte, porque acerca de los motivos psicológicos que pueden llevar a que ciertos cuadros abstractos lleven al extremo de hacer enloquecer a un sujeto encerrado en circunstancias extremas, no tiene G.U. conocimientos suficientes para analizarlos en profundidad, y bien que quisiera poderlo hacer.
Según ha leído a veces G.U. —dicen que está en sus memorias—, Kandinsky descubrió el arte abstracto cuando un día, al volver a su casa, se emocionó mucho al ver un cuadro que, en un principio, no reconoció como propio. Era una obra suya (de las del principio), que estaba puesta boca abajo. Fue entonces que decidió abandonar la representación del objeto, el "arte figurativo", y se empezó a iniciar en el "arte abstracto", del que fue uno de su pioneros. Eso es lo que G.U. intentaba explicar a sus alumnos de bachillerato, siempre se ha dicho eso, pero se non è vero, è ben trovato

Si la pintura representa un objeto, el pensamiento se centra en ese objeto de la realidad y se hacen asociaciones con ella. Él se habría dado cuenta entonces de que si no representa nada concreto, se desconectan entonces las asociaciones de conocimiento y entra en funcionamiento la sensación. Y, por tanto, si el pintor se libera de la representación física en el cuadro, consigue liberar el mensaje de ideas concretas sobre objetos concretos y desviarlo a otras más abstractas: al color, a la línea, al plano, en fin, a los elementos básicos de la imagen y a las sensaciones sinestésicas que producen.
Con estas ideas por bandera, dio clases (muy buenas, por cierto) en la Bauhaus, hasta que los nazis la cerraron en 1933 y tuvo que emigrar a Francia. El Führer había calificado su obra como "una chapuza propia de un niño de ocho años sin talento". Kandinsky y muchos otros artistas fueron etiquetados por los nazis como pertenecientes al "arte degenerado", llegando a organizarse en Munich, en 1937, una exposición para mostrar lo que "el sano sentimiento popular" debía rechazar, con cuadros incautados de diferentes museos alemanes. Allí estaban obras de pintores expresionistas, cubistas y abstractos: Emil Nolde, Marc Chagall, Kirchner, Piet Mondrian, Paul Klee, Josep Albers, el propio Wassily Kandinsky y muchos otros. Al acabar la exposición se procedió a quemar bastantes de ellas, pero no todas...
Vasily Kandinsky (1866–1944). Composición VIII (Komposition VIII), julio de 1923
Óleo sobre lienzo, 140 x 201 cm. Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York



[1) Detalle cheka (calle Vallmajor); 2) Apoteosis en la visita de Himmler a Montserrat; 3) Himmler, a la derecha, visitando la cheka]
Pero no nos despistemos, volvamos al principio. El asunto de hoy se refiere a unas entradas que hizo el susodicho Tot Barcelona, referentes a la visita del nazi Heinrich Himmler (un tenebroso sujeto) a Barcelona en 1940. Un momento que ese tipo aprovechó para obtener "adhesiones inquebrantables" del abad y de los monjes de Montserrat, aunque su destino último fueran las "chekas" del carrer de Vallmajor (en Barcelona), instaladas durante la guerra civil del 36 siguiendo el modelo de las cárceles rusas. Allí obtuvo cumplida información de cómo se había torturado psicológicamente a los detenidos y, muy especialmente, de cómo arreglárselas para hacer desaparecer cadáveres en los hornos de las cocinas, de manera limpia y sin dejar rastro. El viaje, según se ha podido comprobar después, no fue inútil en absoluto.

La "cheka" de Vallmajor, vista desde la calle Ravella 
(Google Street View))
No sabemos qué pensaría ese sujeto llamado Himmler cuando vino a España en 1940 y visitó la famosísima "cheka" de la calle Vallmajor, en Barcelona (hubo otras). G.U. la conoce, porque unos pequeños ventanucos (que pertenecen al convento de las Agustinas, y es de suponer que ahora los utilizan nuevamente las monjitas) dan a la calle Ravella, en la que vivió 18 años, y confieren a ese tramo un aire bastante lóbrego, hasta el punto de que una tía de quien esto escribe (un poco facha) la calificó como "la calle más fea de Barcelona", quizá por ese motivo.

Según nos contaba Tot Barcelona allá por 2010 (ayer nos lo recordaba en un enlace) y también en 2016, ese Himmler visitó algunas de las celdas individuales, en las que se habían montado diversos elementos para "minar la cordura" de los presos. Los cubículos eran amplios, de unos seis metros cuadrados, y en ellos había un murete inclinado, a modo de cama, adosado a la pared. Éste estaba inclinado un ángulo de unos 20 grados.



Habrá quizá a quien no le diga nada lo de los veinte grados, pero G.U. —que de esto sí sabe algo— se lo aclara a ustedes: es la inclinación necesaria y suficiente para que el preso pueda mantener el equilibrio mientras permanece despierto, pero en el momento en que consiga dormir... ¡al suelo! Pero todo estaba previsto: en éste sobresalían unos ladrillos puestos de canto para evitar que se tendieran allí los caídos de la "cama" (véanse fotografías superiores).

Una obra de Josep Albers
En alguna de las paredes se pintaban círculos de colores llamativos, en general amarillos, y pendían reproducciones de cuadros abstractos de los "pintores degenerados", de índole geométrica (como los ajedrezados de Albers o también cosas de Kandinsky).

Estaban puestos allí como modo de tortura para los presos, siguiendo al pie de la letra las teorías de ciertos psicólogos alemanes, según las cuales ese tipo de pinturas acababan trastornando los sentidos de los prisioneros. Ignoramos la eficacia adicional que tuvo esa decoración en este aspecto, pero sin duda no contribuirían en nada para aliviar la situación de los allí encerrados. Si por lo menos hubieran puesto el "Dormitorio en Arles", de Van Gogh...
Josef Albers en su casa, 1968 [foto de Henri Cartier Bresson]
Josef Albers. Double Homage to the Square, 1957

Según Tot Barcelona, "la idea que se llevó en su visita a la "cheka" de Vallmajor no fue la de los cuadros, no. Fue la utilización de los hornos de las cocinas para hacer desaparecer los cuerpos de los encarcelados... esa fue la idea que presentó dos años después, mejorada y ampliada para, su solución final".

Enlaces a totbarcelona.blogspot.com

martes, 20 de noviembre de 2018

El proceso de resurreccción de Franco

Misa de once en la  Basílica del Valle de los Caídos (20/11/2018) / [Fotografía: Reuters]
Tanto hablar de Franco, ese siniestro sujeto de "abotijada figura y voz de flautín" (según lo describía en cierta ocasión Radio España Independiente —"La Pirenaica"—, de la que ya hemos hablado aquí alguna vez), por parte de Dr. Sánchez, Podemos, procesistas, etc., que... van a acabar por resucitarlo; aunque a lo peor es lo que están deseando, para que olvidemos algunos asuntos, hacerse los izquierdosos, polarizar más las cosas y acabar de enredarlo todo.

El Gobierno del PSOE aún no ha logrado exhumar a Franco del Valle de Cuelgamuros, pero en el proceso emprendido sí que ha conseguido un éxito indudable: hacerle una gran campaña de marketing a ese sujeto y a todo lo que representa. Sea como fuere, se trata de un jueguecito un poco peligroso.

Viñeta de El Roto (18/5/2017)
Desde que comenzó el proceso, la Fundación Francisco Franco ha crecido un 25%. Pero, además, la polémica generada en torno a su exhumación ha hecho que nazca entre bastantes jovenzuelos un interés por el dictador que prácticamente ya no existía desde hace tiempo.

Hoy había colas como hacía años que no se producían (a pesar de la lluvia), para asistir a la misa de 11 en el Valle de los Caídos, el día en que se cumplen 43 años de la muerte de Franco; una de las últimas efemérides para nostálgicos que podría celebrarse allí si el Gobierno logra llevar a cabo sus intenciones. Y si al final lo meten en la Almudena (pese a los ridículos esfuerzos de Carmen Calvo ante el papa Francisco), miel sobre hojuelas, porque toda esa gente podrá ir cuando le dé la gana con un billete de metro. Hoy, la líder de "Movimiento por España" ha anunciado que van a proponer la ¡beatificación de Franco! por su"caridad y magnanimidad con sus enemigos", por su "lucha denodada contra la pobreza endémica de España hasta el punto de lograr erradicarla" y por la "regeneración de toda una nación, tanto material como moralmente"(sic).



En fin, dado que Franco parece ser que no ha resucitado todavía, pero no es descartable que, visto como está el patio, cualquier día acontezca el "milagro", he aquí una pequeña concesión de Gran Uribe a aquellos que lo invocan con tanto denuedo; aparece tocado en algunas de las fotografías con el clásico chapiri (con o sin borla), que suele utilizar El Roto en sus viñetas alusivas al dictador, y el abriguito de cuello peludo que tanto agrada a los sujetos de la plataforma "Movimiento por España" antes citada, una gente que "se ha venido arriba" últimamente, y no es para menos.

Para que se enteren de "lo que vale un peine", ¡so merluzos! Pasen y vean:

[Clic para ampliar]

lunes, 19 de noviembre de 2018

Eso pasa por construir donde no se debería

Twitter ha quedado invadido por estas imágenes virales. No es raro que pasen episodios de este estilo. No es ya asunto de la Ley de Costas, que nadie cumple. Es de sentido común, el menos común de los sentidos, a lo que se ve: ¿Cómo es que los Ay Untamientos permiten construir en esos sitios?

No es solo el destrozo paisajístico que supone, que también. Es que, en este caso, estamos hablando del Atlántico, pocas bromas, no de un laguito como el Mediterráneo.

Leemos en los diarios de hoy:

«Al norte de la isla de Tenerife, en el anejo de Mesa del Mar, el oleaje rompió cristales de los dos primeros pisos de un edificio construido al borde del mar, lo que obligó a evacuar varias viviendas desde las 22.50. En ese edificio muchas de las viviendas son segundas residencias y se evacuó o impidió el acceso a 67 de las que dan al mar, hasta la cuarta planta».

domingo, 18 de noviembre de 2018

La revolución "de neveras llenas"

Hoy domingo G.U. no tiene muchas ganas de trabajar. Por ello, se ha dicho: ¿qué han puesto los blogueros a los que seguimos, por si nos sirven de inspiración? ¿Qué ha sacado Tot Barcelona? Y, de entrada, se ha encontrado en Google con un nuevo diario digital que se llama así: "TOT Barcelona". Lo primero que uno ha pensado es que Miquel había inaugurado un diario, cosa que no le hubiera sorprendido, porque es un tipo de gran iniciativa. Pero pronto se ha dado cuenta que le habían usurpado la identidad, en una especie de eso que ahora llaman finamente "phishing".

G.U. está bastante enfadado con este asunto (Tot también) porque le han copiado el "nombre de guerra" de su blog ("Tot Barcelona") para la cabecera de un diario digital, aprovechando que no lo tenía registrado. Y eso con toda la mala idea, porque ese blog es de sobra conocido en esta ciudad y cuesta creer que en la redacción del nuevo diario nadie hubiera oído hablar de él.

Y encima le perdonan la vida diciéndole que le permitirán seguir utilizando ese nombre (Tot Barcelona) en su blog. ¡Manda huevos!, como decía un sujeto del Opus Dei llamado Federico Trillo (el del Yak-42).



Bueno, a lo que íbamos. Hoy toca un tema de gran interés (ya lo ha tratado en alguna otra ocasión), y tanto lo que él dice como los comentarios de sus seguidores no tienen desperdicio. Trata sobre la "revolución" catalana. Nos permitimos copiar literalmente lo que escribe en su entrada Las revoluciones las carga el Diablo:

El ideólogo del procés (Colomines)
«Porque la revolución para conseguir la independencia, todos lo sabemos, y el que no lo sabe lo intuye, se hace a base de fuerza bruta  y de sangre, como diría el Colomines, eminente ex-Bandera Roja, ex-psuquero, ex-convergente, ex-Pdcatero y ahora por la Crida, creador de la frase "si decides que no quieres muertos la independencia tarda más", aunque los ideólogos, eso si, estén en los despachos, ejerciendo de funcionarios con cargo al erario público.[...]

Lo que no tiene sentido es una algarada en la calle compuesta por manifestantes de neveras llenas, pagas dobles, treinta días de vacaciones, y treinta y cinco horas de jornada semanal, simplemente porque eso jamás tendría éxito, y si lo tuviere, no sería para la totalidad de la población, sino precisamente para los privilegiados pagados por ese mismo sistema que les arenga a salir a la calle.

Todos sabemos por pura intuición que la abundancia destruye más que el hambre, porque nos conforma. Y en eso consiste el fracaso de nuestros jóvenes y jóvenas (que diría la ex de Isidoro).

Se imaginan ustedes una revolución llevada a cabo por estos niños del diseño, y que entre piedra y piedra, spray y pintura, y arenga convenida, se estén preguntando el porqué de un "wifi" a tan bajo rendimiento, cuando el Apple que portan es de última generación y la cobertura para "colgar" las fotos en "Instagram" resulta deficiente».

Bien, si esto que dice Miquel está bien, los comentarios no le van a la zaga, todos muy buenos (Fackel, Cornadó, etc.). Pero a G.U. le ha llamado especialmente la atención el de Rodericus, que dice así:

«Partamos de una premisa básica : históricamente todas las revoluciones han sido promovidas por las burguesías, o por clases emergentes.

Hagamos una "radiografía" de la actual en Cataluña

En nuestro caso, tenemos una "revolución de las sonrisas" (los viejos bolcheviques se partirían de risa al oír esto ) promovida por políticos de derechas y por una parte de la clase adinerada de Cataluña de un lado, y por sexagenarios del pueblo llano por el otro (ANC, Omnium, etc.).

Le llaman la "revolución de las sonrisas" sencillamente porque no pueden ejecutar una revolución violenta clásica (ya no quedan cuarteles que asaltar para armarse, ni nadie con valor, capacidad y voluntad para empuñar un arma).

Conclusión : ni "revolución" ni ostias. Las auténticas revoluciones las hacen aquellos que ya no tienen nada que perder, y aquí los "revolucionarios" o tienen "casitas" en el Empordá, o bien no podrían pasar ni cuatro dias con las farmacias cerradas y sin tomar la dosis de "Sintrom" diaria.

Ni los "niñatos" de los CDR van a empuñar un fusil, colgados como están de su "I-phone", ni los abueletes "empastillados" van a levantar barricadas o asaltar la Delegación del Gobierno.

Todo es solo una gran mentira, trufada de falso romanticismo "cumbayá" para los adictos, mezclando consignas de Martin Luther King con citas de Gandhi, al servicio de los ricos que aún quieren ser mas ricos todavia.

Pero la pintura y los plásticos amarillos son relativamente baratos....

Si los viejos marinos de Kronstadt levantaran la cabeza....

¿Que quiénes fueron los marinos de Kronstadt?. Quien quiera averiguarlo, verá como acaban casi todas las revoluciones. Eso, las auténticas, ésta, vete a saber».




Homilía de G.U.
(S. Pedro del Vaticano)
Gran Uribe piensa (no es el único) que Jordi Pujol (el más listo de la clase) junto con unos empresarios de Convergencia (CiU) y burguesots diversos fueron los que dieron el pistoletazo de salida del procés en 2012, cuando lo de la corrupción y el tres per cent empezaron a emitir señales de alarma y se trataba de enmascarar el asunto a toda costa, en tiempos de crisis. Habían escogido años antes a un perrito faldero, que sabía de qué iba eso porque era conseller de Economía y Hacienda (el trilero Mas), para calentar la silla en espera de que se hiciera mayorcito el Oriolet (el único tonto entre los hijos de Pujol).

Aprovechando que tenían la Generalitat, la TV3 y todos los medios necesarios en sus manos (incluido lo mangado del 3%), incitaron a la masa a salir a la calle, con el señuelo del "Espanya ens roba" en primer lugar y, cuando eso pinchó, ahondaron en la veta del sentimentalismo victimista, lacrimógeno y ramplón al que son proclives bastantes paisanos de G.U. Los primeros en apuntarse fueron los jubilados, ante los que se anunciaba un horizonte pleno de il·lusió, y jóvenes holgazanes hijos de papá. Luego se fue sumando más gente, y se llenó también de chuponcetes y de conversos (charnegos muchos de ellos) que vieron cómo se les abrían unas oportunidades que de otra manera nunca habrían tenido. ¿Qué revolución puede salir de ahí?

sábado, 17 de noviembre de 2018

Hoy hablamos del silencio (otra vez)

Al hilo de dos exposiciones que se pueden ver estos días en Madrid (la del pintor Cristino de Vera en CaixaForum y la de libros de ajedrez, en la Biblioteca Nacional) dedicadas al silencio, Julio Llamazares, el controvertido escritor leonés, comenta algo de lo que ya hemos hablado en este blog alguna vez, la última en El viaje en tren de Manuel Vilas:

Dice así en su columna, titulada hoy Arte del silencio:


[...] «Al contrario, la conquista del silencio debería ser un objetivo político como el de la calidad del aire o la pureza de nuestros mares y ríos. La contaminación acústica que entorpece nuestras conversaciones, no digamos ya nuestro pensamiento, en países como España es cada vez más difícil de soportar, pese a lo cual no parece preocuparles a muchos, a juzgar por los gritos que llenan los establecimientos públicos y los medios de comunicación no escritos. 

Cartel de la exposición de Cristino de Vera en CaixaForum Madrid
Difícil es —en medio de ese ruido que lo ensordece todo— escuchar a Fellini diciendo que, “si hubiera más silencio, si todos guardáramos un poco de silencio, quizá llegaríamos a entender algo” o al también cineasta Woody Allen afirmar que “Dios es el silencio”, pero más difícil es entender a Miguel Torga, el escritor portugués, cuando escribió en su pueblo de Trás-os-Montes, al que regresaba siempre que podía desde la ciudad: 

“Llego, enciendo la chimenea y me quedo en silencio durante horas sintiendo que mis palabras no están a la altura de mis sentimientos”.

Entregadas al griterío y el ruido (que en muchos bares y restaurantes la televisión o la música contribuyen a amplificar), la mayoría de las personas están lejos hoy de entender siquiera que el silencio es un derecho de todos como el aire y el agua limpios o como cualquiera de los que figuran en la Constitución de cualquier país. Como para entender que el silencio es una forma de conversar con nosotros mismos como la pintura de Cristino de Vera y el ajedrez nos cuentan».


Es cierto, reconozcámoslo así: está claro que lo primero es lo del comer, la sanidad, la educación, etc., y que nadie se ocupa de ninguna de esas cosas, más que para sacar cada uno su propia Ley de Educación cuando llega al poder (porque desde ahí se manipulan las mentes); y llevamos ya siete u ocho desde el setenta y ocho, valga la redundancia.

Pero ni en esa nueva ley (ni en la de educación ni en otras) se tratarán las cosas que tratamos hoy, como la del silencio, que son casi de urbanidad elemental, y que afectan a la calidad de vida de las personas y a su equilibrio personal.

Eso sí, se están dedicando a legislar de cara al año 2040, en lo que respecta a la automoción (tema gasolina), sin consultar a nadie; queda bonito decirlo, pero no deja de ser un brindis al sol más, porque en ese año... el PSOE puede que ya no esté poder (quizá ni exista) para implantarlo y, además, todos calvos, incluido el propio Dr. Sánchez.


viernes, 16 de noviembre de 2018

No apto para hipocondríacos (como G.U.)

Gran Uribe debe confesarles nuevamente que es un hipocondríaco de tomo y lomo. En eso se parece al dibujante Paco Roca, un buen contador de historias. De entrada, nunca abre las analíticas ni, por supuesto, pide el resultado por Internet para imprimirlo en casa. Tampoco inventa síntomas inexistentes, desde luego, pero cuando se presenta uno, por nimio que sea, siempre piensa ya en lo peor, en algo irreparable. Intenta protegerse de tal síndrome no leyendo los prospectos farmacéuticos ni navegando por internet a la busca de temas de salud (de falta de ella, mejor dicho), pero, siendo fiel a sí mismo, a veces no puede evitar caer en la tentación.

De ahí que, si alguno de sus múltiples seguidores tiene pensado hacerle un regalito por Navidad (por haberles entretenido un poco de cuando en cuando a lo largo del año) —tal como se les hacía a los antiguos guardias urbanos (por organizar el tráfico en los cruces, en circunstancias no siempre fáciles)—, no se opondrá, pero sobre todo... que no se les ocurra obsequiarle con uno de esos relojes como el de la historieta de Quico Jubilata de hoy.

Enlace:  https://twitter.com/QuicoJubilata/status/1063327282658504704 / (16/11/2018)



Y ya que hablábamos de prospectos médicos al inicio de esta entrada, sigamos con ello. Javier Marías no sabemos si es hipocondríaco o no, pero ha tenido ocasión (como todo hijo de vecino) de consultar algunos ejemplos de esa literatura de terror farmacéutica y nos lo explicaba así hace un tiempo:

[...] Lo mismo, supongo, sucede con las medicinas. Si uno lee un prospecto, lo normal es que no se tome ni una píldora, tal es la cantidad de males que pueden sobrevenirle. Son tan disuasorios que resultan inútiles. Bien, me recetaron unas pastillas para algo menor. Las tomé seis días y me sentí anómalamente cansado. Así que, contra mi costumbre, miré la “información para el usuario”, seguro de que la fatiga figuraría entre los efectos secundarios. Me encontré con una sábana escrita con diminuta letra por las dos caras. El apartado “Advertencias y precauciones” ya era largo, y desaconsejaba el medicamento a quien padeciera del corazón, del hígado, de los riñones, diabetes, tensión ocular alta y qué sé yo cuántas cosas más.


Fragmento del prospecto de un antiinflamatorio
Pero esto era un aperitivo al lado del capítulo “Posibles efectos adversos”, dividido así: 

a) “Poco frecuente (puede afectar hasta a 1 de cada 100 personas)”; b) “Raro (hasta a 1 de cada 1.000)”; c) “Desconocido (no se puede determinar la frecuencia a partir de los datos disponibles)”. 
Luego venía otra tanda, dividida en: a) “Muy frecuente (más de 1 de cada 10)”; b) “Frecuente”; c) otra vez “Poco frecuente”; d) otra vez “Desconocido”. 

La exhaustiva lista lo incluía casi todo. Piensen en algo, físico o psíquico, leve o grave, inconveniente o alarmante, denlo por mencionado. Desde “erecciones dolorosas (priapismo)” hasta “flujo de leche en hombres (?) y en mujeres que no están en periodo de lactancia”. 

Desde “convulsiones y ataques” hasta “sueños anormales” (me pregunto cuáles considerarán “normales”), “pérdida de pelo”, “aumento de la sudoración” y “vómitos”. Desde “hinchazón de la piel, lengua, labios y cara, brazos y piernas” hasta “pensamientos de matarse a sí mismo” (el español deteriorado está por doquier: normalmente bastaba con decir “matarse”; claro que nada extraña ya cuando uno ha oído o leído en numerosas ocasiones “autosuicidarse”, lo cual sería como matarse tres veces). De “urticarias” a “chirriar de dientes”. De “aumento anormal de peso” a “disminución anormal de peso”. De “alegría desproporcionada” a “desfallecimiento”.

Huelga decir que al sexto día dejé las pastillas. Por suerte nada de lo amenazante me había ocurrido, cansancio aparte. Pero ya me dirán con qué confianza u optimismo puede uno ingerir algo de lo que espera beneficio y no maleficio. Lo que más me llamó la atención fue el subapartado “Efectos adversos desconocidos”. Deduzco que ningún paciente se ha quejado aún de los daños en él descritos. Pero, por si acaso surge alguno un día, mejor incluir todo lo posible. Eso, obviamente, es infinito. [...]

Javier Marías, Literatura de terror farmacéutica, EL PAÍS SEMANAL (6/11/2016)



En fin, no se sabe ya qué es mejor: si tener la cultura necesaria para descifrar esos espantosos criptogramas, o... no tenerla, en cuyo caso podría sucedernos que haya que telefonear al facultativo para que nos explique el "modo de empleo" (que ahora se le llama "cómo tomar", por cierto).

Juan José Millás, Posología de la dosis (fragmento); Articuentos completos, Ed. Seix Barral, Biblioteca breve (2011), pág. 433