Vamos con la primera. Algunos de ustedes, los de edad más provecta y mayor vocación lectora, recordarán el relato de Julio Cortázar titulado "Casa tomada", uno de los más conocidos de ese monstruo, dicho sea con todo el fervor, admiración y cariño hacia su autor. Les reproducimos las líneas finales de esa inquietante historia:
[Julio Cortázar, Casa tomada (fragmento); Los relatos 3. Pasajes, Alianza Editorial (El Libro de Bolsillo), 1976] |
Eso nos obliga a ir retrocediendo hasta que ya casi no queda espacio vital disponible y no hay más remedio que abandonar la casa a su suerte. El asunto tiene un efecto colateral ventajoso, ya que es el día que uno aprovecha para hacer salidas más allá del barrio, visitar exposiciones y cosas así, como hoy.
A veces, yo también tengo esa impresión en casa. Y sueño que está atiborrada de cosas y que ya no quepo.
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