Amigas y amigos, seguidores y seguidoras del blog. Este asunto de Carlos II, del que mañana celebramos (es un decir) el 357 aniversario de su nacimiento, lo vamos a fraccionar en dos entradas. Una de tipo histórico y otra más literaria, para lo cual recurrimos a un cuento del gran Medardo Fraile (Madrid, 1925 - Glasgow, 2013). Empecemos por lo literario, con un cuento en el que compara a Carlos II el Hechizado con un zagal llamado "Kelele".
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Medardo Fraile / Fotografía: Santi Burgos |
En "Ida y vuelta" (1964), Medardo Fraile se pone ("como no podía ser de otra manera", ya conocen esa muletilla) del lado de la "chacha" del abrigo rojo, la que acompaña cada día en el autobús al niño Kelele de casa al colegio y del colegio a casa. Es la gente de los pueblos que venía a servir a la ciudad. A Gran Uribe, debe reconocerlo sin rubor, lo acompañaron también así al colegio muchas veces.
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Y ese color rojo del abrigo y el nombre del niño están en el cuento como dos divisas. Marcan expresivamente la zona de la escasez y el territorio del confort", como señala
Angelina Lamelas. Por un lado, un color rojo resistente, propio de quien sólo tiene ese abrigo, y además rojo, por lo que es muy difícil perderlo de vista. Por otro, el mundo de "los señores" está representado por Kelele, alguien a quien los padres tienen el capricho de llamar así. Ese nombrecito de gilipollín satiriza la diferencia entre él y la muchacha del abrigo rojo, que podría llamarse perfectamente Julia, Concha, Carmina, como algunas de las muchachas que le llevaron a G.U. de la manita al colegio. Sin embargo, la muchacha estudia (eso no lo solían hacer las de este bloguero) durante todo el trayecto. Va leyendo los libros de Kelele. Y Kelele, mientras tanto, va haciendo el gandulazo. Quizá intuye que la vida le regalará el futuro.
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Medardo Fraile, Ida y vuelta,; De "Escritura y verdad, cuentos completos", Ed. Páginas de Espuma (2004) |
La muchacha del abrigo rojo merecería, sin duda, una oportunidad. Pero estamos en esa diferencia que hace que las oportunidades nunca sean iguales para todos, diga lo que diga ahora la Constitución, y que se perpetúe así el
status quo vigente
. Los que pueden permitírselo, pueden llegar a algo; los que no... lo tienen mucho más crudo, la verdad. Aquí lo dejamos por hoy. Mañana hablaremos de Carlos II...
Libro apuntado. A tener en cuenta ¡¡
ResponderEliminarGracias
Soy un poco torpe, pero de momento no adivino la relación con Carlos II.
ResponderEliminarEl Tapir
Tengo ese libro de cuentos de M. Fraile, y me hice con él a raíz de uno que publicó usted hará cosa de un año, "Rafi". Hay allí textos de mucha calidad, aunque entiendo que por su longitud no sea adecuado publicarlos en su blog. Pero este le viene como anillo al dedo a la efemérides de la que quería usted hablar. Y confieso que no sabía muchas cosas de ese rey, pero veo que hay un cierto paralelismo entre esos dos personajes: Kelele y el Hechizado: un par de tipos planos pero con todo resuelto, envueltos ambos en cuidados de todo tipo y sin interés por nada.
EliminarMuchas gracias
F.G.
Carlos II el Hechizado era tontísimo, ¿como Kelele? Hanrá que seguir la historia.
ResponderEliminarNo nos da muchas pistas de cómo era Kelele de tonto, si tanto como Carlos II, pero representan realidades equivalentes y... ¡por medio está la literatura!, y aquí cabe todo, sobre todo si está bien escrito.
EliminarMuchas gracias
F.G.