lunes, 4 de abril de 2022

Resines y Rellán hablan más claro que el caldo de un asilo

Para serles franco, G.U. les cuenta que se está empezando a sospechar que, con eso de la subida de las pensiones al coste de la vida, los pensionistas empezarán a sobrar ya del todo, por el enorme costo que suponen (suponemos). A nadie importan un pijo y si fallecen (fallecemos) unos cientos cada día (vía Covid, sin ir más lejos) nadie nos echará en falta (al contrario, menos gasto), salvo las personas que más nos quieren. 

Para mejorar la sanidad pública no vienen mal testimonios de gente muy popular, como es el caso de Resines y Rellán.

Y respecto a lo que comentábamos antes, leemos en La Vanguardia un artículo titulado El desamparo de los mayores:

[...] «En algunos casos, estos descartes han comportado que los pacientes que se lo pueden costear, han recurrido a la sanidad privada y allá les han resuelto el problema o les han practicado las pruebas sin reparar en su fecha de nacimiento. Estos pacientes han tirado de ahorros o de familiares para costearse estos remedios después de valorar el beneficio de invertir en su mejor calidad de vida, por poca o mucha que les quede, antes que seguir esperando meses en eternas listas de espera o a recibir largas con peregrinas explicaciones sobre si vale la pena o no abordar una prueba médica dada la edad del usuario. Tienen la mosca detrás de la oreja porque los mayores se ven como una carga social y creen que hay quienes piensan que cuantos menos ancianos haya, menos gasto sanitario y de pensiones habrá. Seguro que son imaginaciones infundadas y mal pensadas. Pero las tienen» [...].

Aunque confiemos que los "estrategas" que nos gobiernan se hayan planteado que, sobre todo en épocas de crisis como la actual, media España sobrevive en parte gracias a "la pensión del abuelo". Quizá eso nos salve...