sábado, 29 de febrero de 2020

El arte, un antidoto contra los nacionalismos

Bueno, bueno, ya de vuelta de las emociones vividas en el aquelarre de Perpignan, G.U. se permite al fin un rato de sosiego, ese que procura dedicar cada día, a media tarde, a la lectura en su sillón (que aunque no sea el «Voltaire» de Bryce Echenique, seguramente es más cómodo), a la luz de la lámpara TMM. Hablábamos de eso hace dos días.

Portada de la decimosexta edición (1994)
Ahora, a la vuelta de ese emotivo evento en Perpignan, le ha dado por releer algunos capítulos de LA HISTORIA DEL ARTE CONTADA POR E. H. GOMBRICH, en la edición que obra en casa, la decimosexta, de 1994. Es una obra un poco controvertida, ya que bastantes especialistas se rasgan las vestiduras con ese texto, tildándolo de superficial (va dirigida sobre todo a legos en la materia y estudiantes), pero el autor es competente y ameno, está bien escrito, se lee casi como una novela y contiene gran cantidad de reflexiones de mucho interés, ya desde la introducción. Además, la edición está cuidada y las ilustraciones, muy bien escogidas, se sitúan al lado del comentario que se hace de ellas, no como en tantos libros de arte en que andan reunidas en pequeños fascículos y hay que buscarlas cada vez. Pero, con la ayuda de Google, uno puede contemplar las obras de las que se habla en el texto y que no están reproducidas en él.

Para quien no lo sepa, Ernst Gombrich (Viena,1909 — Londres, 2001) fue un historiador de arte británico de mucho prestigio. Nació en Viena, en el seno de una acomodada familia judía, y en esa ciudad finalizó sus estudios de Historia del Arte en 1933. Pero, a la llegada de los nazis, se trasladó en 1936 a Gran Bretaña, donde pasó el resto de su vida.

LA HISTORIA DEL ARTE CONTADA POR E. H. GOMBRICH, fue publicada por primera vez en 1950 (es contemporánea de la obra de Arnold Hauser, Historia social de la literatura y el arte), y ha sido ampliamente difundida, ya que es un texto de divulgación originalmente dirigida a lectores jóvenes. Y, en efecto, joven era G.U. cuando la leyó por primera vez en 1971, recién aprobado el segundo curso de Arquitectura; lo hizo entonces a instancias del inolvidable profesor Sostres, quizá consciente de nuestra «inutilidad».




El caso es que, al hilo de las emociones patrióticas del día, G.U. ha releído la disertación que hizo Gombrich en 1992, cuando recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid. En esa ocasión ya se produjeron episodios que nos pueden evocar a algunos de los que se producen hoy en día. En efecto, pese a tratarse del elevado ámbito universitario, la ceremonia tuvo rasgos de comedia celtibérica, a la que somos tan adictos; grupos de «estudiantes» recibieron al rector de la Complutense en la calle de San Bernardo al grito de «¡Villapalos, chorizo, cumple tus compromisos!», hubo también boicots en la iluminación del acto, con apagados de luz y otras imbecilidades. En fin, las cosas que vivimos ahora vienen de lejos, como pueden ver.

Pero, ojo, gran enemigo como era de los sistemas totalitarios, Ernst Gombrich ya nos lo advirtió ese día en su disertación de agradecimiento. Allí, entre otras cosas, nos alertó también sobre los peligros del resurgir de los nacionalismos, añadiendo que la una de las pocas pócimas contra ese delirio debería residir, precisamente,... ¡en el arte!

Dijo en esa ocasión, entre otras cosas:

«Hoy siento que la República del Saber y de las Letras está nuevamente amenazada por la locura que invade a la humanidad de tanto en tanto. Hablo de la epidemia de extremo nacionalismo, chauvinismo y por cierto tribalismo que recientemente ha desgarrado a Estados enteros y que amenaza con la desintegración y el caos a otros Estados de Europa y de Asia. [...]

El patriotismo, el amor al país propio, es sin duda una virtud, pero el orgullo y la arrogancia que producen odio y desprecio hacia otros también son, sin duda, un vicio. No por nada, después de todo, el orgullo, la soberbia, fue considerado un pecado capital. Es contra este pecado capital de vanidad, esta negación de la hermandad humana, que mi tema, la historia del arte, debería ofrecer un antídoto. Otras ramas de la historia, como la historia de la literatura, pueden abordarse a partir de una estrecha base nacional, dado que sólo aquellos que conocen la lengua nacional pueden apreciar sus obras maestras literarias. El lenguaje de las artes es universal».

Pues sí. Aquí no hemos inventado nada, excepto el sofisticado «Golpe de Estado 2.0», como lo calificaba Felipe González.

viernes, 28 de febrero de 2020

G.U. ya está en Perpignan

El Castillet de Perpignan [granuribe50]
Mañana, en Perpignan, tendrá lugar una aparición en público o avistamiento del MHP (Puchi), en la que nos contará a los fieles que estaremos allí, miles y miles de procesistas, la verdad revelada. No es la virgen de Fátima, comenta R. de E., pero cumple una función teológica similar ante sus creyentes.

Según nos cuenta ElNacional.cat: «Puigdemont ha oficializado su llegada a la Cataluña Norte confesando que se siente "muy feliz de estar en tierra catalana" en la víspera de la manifestación organizada por el Consejo para República este sábado». Parece ser que durante su visita triunfal a la ciudad, el alcalde Jean-Marc Pujol, el presidente del equipo de rugby y el tesorero de la casa de la sardana no se despegarán ni un minuto del exalcalde de Girona en su periplo por este lugar, que él considera "catalana terra".

Será «bonito de ver», casi como la aparición del padre Peyton en la Barcelona de los sesenta proclamando la necesidad del rosario en familia. Dimos cuenta de aquel inolvidable evento en estas páginas, naturalmente, en la entrada Los políticos presos reaparecen, y vaya que si están reapareciendo, ¡vive Dios!

[Somatemps, Ay Untamiento de Perpignan, granuribe50]
Lo malo es que coincide en el mismo lugar y fecha con el «Salon des Animaux», la feria de las mascotas de Perpignan y, aunque Puchi no deja de ser eso, una especie de mascota, los de la feria animalista están que trinan. ¿Por qué?, se preguntarán. Pues porque el alcalde antes citado, un procesista de tomo y lomo, parece ser que ha dado prioridad al mensaje galáctico de Puchi, desplazando esa feria a un lugar cercano de la ciudad para que brille más su líder.

En fin, veremos qué pasa, porque hay mucho mosqueo perrofláutico por aquí. A G.U. le gusta mucho Perpignan (sobre todo antes del procés) y, aunque no está «muy católico» que digamos, necesitaba ventilarse un poco de sinsabores recientes viviendo una experiencia mística. Por eso ha acudido ya esta tarde, alojándose en el mejor hotel de la ciudad, donde ya empieza a haber un ambiente netamente procesista, «como no podía ser de otra manera». Esta gente maneja pasta, pero veremos si se decide a llenar las depauperadas arcas de Puchi con su óbolo (la pela és la pela).


jueves, 27 de febrero de 2020

Por fin, de nuevo leyendo

¡Ay, qué abandonados les tengo a ustedes! La verdad es que estos días han sido (y están siendo) bastante convulsos y muy oscuros, un verdadero sinvivir, por motivos muy próximos y bastante dolorosos que no vienen al caso. Lo cierto es que, por eso mismo, desde el día de San Álvaro G.U. apenas ha tenido un momento de sosiego para escribir aquí.

Tampoco para sentarse a practicar lo que más le gusta del mundo, su «deporte» favorito: leer un rato en una butaca cómoda a la luz de una lámpara, oyendo a Mozart y con un buen libro entre las manos, saboreando tranquilamente el gin tonic de media tarde. ¿Y qué lámpara?: la TMM de Miguel Milá, naturalmente, esa que le viene acompañando desde hace décadas. ¿Y qué mejor que leer las reflexiones de su creador, un hombre tranquilo, sensato y gran diseñador de objetos cotidianos, el susodicho Miguel Milá.

Veamos algunas de las cosas que dice en ese libro:

Lámpara TMM (1962)
«Cuando era joven me daba vergüenza reconocer, y ya no digamos afirmar, que me importaba la belleza, que consideraba esencial la parte estética de las cosas. Ahora me enorgullezco de haberla cuidado. También de decirlo. Y hasta de repetirlo: la estética es lo más importante. La función se da por hecha. Pero la emoción estética enriquece la compañía.

Los objetos nos rodean siempre, incluso cuando no se utilizan. Por eso lo más importante no puede ser únicamente el uso, porque la presencia de los objetos es tan fundamental como su uso.

Una lámpara está mucho más tiempo apagada que encendida. Y cuando está apagada, lo mínimo que puede hacer es no molestar. Y lo máximo, alegrar la vida. Acompañar sería el punto intermedio».

Y continúa Miguel Milá:

Miguel Milá, Lo esencial. El diseño y otras cosas de la vida. Ed. Lumen, 2019

martes, 18 de febrero de 2020

En recuerdo de María Moreno

De izquierda a derecha: Antonio López Torres (sentado), Isabel Quintanilla, Antonio López García, María Moreno y Francisco López
Sentado en primera fila: Francesco (hijo de Isabel Quintanilla y de Francisco López)
[Tomelloso, 1973]
María Moreno y Antonio López, ante una obra del propio Antonio (EFE)
María Moreno; interiores
María Moreno, Naturaleza muerta de la sandía (fragmento), 1990
María Moreno; exteriores

viernes, 14 de febrero de 2020

Las cocineras de Ibiza ya tienen su libro

Fragmento de la portada de Diario de Ibiza (14/2/2020)
Uno de los motivos más festivos (quizá el único, todo lo demás son embrollos diversos) del viaje a la «isla mágica» era asistir a la presentación del libro Cocineras en Ibiza, escrito por la periodista Marta Torres Molina y editado por Balàfia Postals. En él ha intervenido, en tareas de revisión del texto de la versión castellana, doña Perpetua y, de modo mucho más indirecto, el propio G.U., aunque éste solamente le ha proporcionado apoyo moral, algunas sugerencias y soporte informático cuando se requería.

Se trata de un buen libro, bien escrito, bien editado, con unas recetas estupendas, clásicas de la gastronomía ibicenca, a cargo de las cocineras de los restaurantes más emblemáticos, exitosos y tradicionales de la isla. Ellas le desvelan a Marta Torres, además, aspectos de su trabajo y anécdotas diversas, en un tono ameno y entrañable, perfectamente captado por la autora. Por si fuera poco, las fotografías de Toni Escobar Cardona son muy buenas, un aspecto importante en una obra de estas características.



martes, 11 de febrero de 2020

Hacia la "isla mágica" (en los setenta)

Diversos asuntos de variada índole reclaman el desplazamiento de G.U. hacia lo que fue la «isla mágica» en los años setenta. Después dejó de serlo, por desgracia. y ahora es lo que es, ya saben... Estará unos días fuera.

Postales naifs de los setenta, a partir de obras de Uta Wohlfarth ("Utaw")
[Composición: granuribe50]

Bueno, si quieren pueden ver un poco ampliadas algunas de la imágenes del panel superior:

[Clic en cada imagen para ampliar]

domingo, 9 de febrero de 2020

El gabinete del Dr. Sánchez sale de excursión

Juran por sus ancestros los numerosos oráculos de Moncloa que no se ha producido en los últimos días "ningún elemento o circunstancia especial" que motive la invitación del doctor Sánchez a su superpoblado (23) gabinete de ministras y ministros a disfrutar (por cuenta del contribuyente) del weekend en el hermoso paraje toledano de esas fotografías que publican en su web y en la prensa, y que reproducimos aquí.

Las ministras y ministros salen para posar en la "foto de familia"
[Fotografía: MONCLOA]
G.U. también lo cree, no hay por qué pensar cosas raras, al menos de momento. Opina que se trata de una vulgar operación de marketing y propaganda ideada por el señor Redondo y nada más.

Es conocido ese recurso. Lo utilizan bastantes empresas, que invitan a sus ejecutivos a jornadas de "convivencia" en un Parador (en Albacete hay algunas de esas), con el fin de "hacer equipo", aumentar su productividad y "sentido de empresa". Todos acuden allí vestidos con ropa de esa que llaman "casual", la misma que se les deja usar los viernes en la oficina. Ya saben: unas zapatillas Nike, pantaloncitos tejanos, jerseys de punto hechos por la mamá, cazadoras de marca, etc., pero todo muy "informal", eso es básico. Tanto, que una sobrina de doña Perpetua el viernes es el día en que más rato invierte en arreglarse para ir al trabajo.


[En realidad, esto ya lo inventó el Opus Dei en sus míticas "Convivencias", y lo heredaron los del procés, con sus jornadas en Poblet para tomar ratafía en el Refectorio, a los lúgubres sones de alguna balada del duermeovejas Llach (aquí lo habrán pasado mejor). También en los institutos hemos tenido que participar en cosas así con los alumnos de la ESO, para que se conocieran e hicieran "piña", a instancias de los psicopedagogos del centro].



Las fotos son bastante curiosas; choca verlos a todos así, en una imagen que podría recordar a La escopeta nacional, de Berlanga, aunque allí las vestimentas eran a base de tabardos y ropas de cazador en tonos verdosos, algún abrigo de visón (Randall), sombreros con un plumita y todo eso. Además, había un cura (Agustín González) y aquí no, obviamente.

Las fotografías están tomadas en la finca "Quintos de la Mora" (Toledo)", situada en la localidad de Los Yébenes (aquella de la que era concejal del PSOE una individua llamada Olvido Hormigos, no sabemos si la recuerdan, la del vídeo sexual divulgado por su novio futbolista y que luego se hizo reina del papel couché).

Veamos cómo comenta la excursión Íñigo Domínguez, en su artículo Un Gobierno de quedada:

«La foto de grupo que ha divulgado Moncloa del encuentro del Gobierno en una finca de Toledo dice muchas cosas, y para eso nos la han enseñado, como si toda España fuera un grupo de WhatsApp. No piensas en unos ministros, sino en una pandilla de amigos que se juntan para un cocido o en una casa rural. Quiere denotar sobre todo una cosa: complicidad. No es algo casual, sino la madre del cordero en este incierto primer Ejecutivo de coalición con personas que hace no mucho se han llamado de todo. También transmite un estilo, vienen a decir que son gente normal, aunque sean políticos.

Los 23 del gabinete del doctor Sánchez / [Finca "Quintos de la Mora" (Los Yébenes, Toledo) / Fotografía: MONCLOA (8/2/2020)]
»Lo curioso de la imagen es que si a un marciano recién aterrizado se le preguntara quién es ahí el jefe señalaría sin dudar a Pedro Sánchez. Porque es el más alto, el más adelantado, el más sonriente, el más centrado, tiene algo de capitán del equipo. Le falta el balón o el frisbee, y se nota que es el que nada más hacerse la foto dirá a los demás lo que hay que hacer, una pachanga o solteros contra casados. Iglesias, que podría pasar por el guardés, parece a punto de sacar la armónica y es el que sabe cómo encender el fuego. Hay un aire de reunión familiar, o de antiguos alumnos, y una satisfacción general de que a todos esto les ha parecido una idea estupenda.[...]

Además, estos fines de semana con gente tienen algo especial, evocan las acampadas juveniles y el retorno a la autenticidad perdida. La finca también tiene tradición en el subconsciente español, es inevitable pensar en La escopeta nacional (1978) y una vez más echamos de menos a Berlanga, que se estaría ya inventando toda una comedia de enredo entre socialistas y podemitas que transcurre este fin de semana, con Torra por ahí intentando vender unos porteros automáticos».[...]

Y en esos términos continúa su comentario. Lo hemos extractado, pero vale la pena leerlo entero.

jueves, 6 de febrero de 2020

Noche de fiesta, y un recuerdo para Kirk Douglas

Hoy hablamos de fútbol, «el opio del pueblo», decían antes (ahora hay varios más). Les cuento. Jugaban el equipo de G.U. (el Athletic de Bilbao, ya saben) contra el Barça una eliminatoria de la Copa del Rey, a partido único en San Mamés. Sí, si, ese Rey tan denostado por las directivas de ambos clubs, que, a pesar de ello, siguen participando en el concurso que lleva su nombre. Pero esa historia no se la cuenten a los futbolistas, que luchan a brazo partido en esos duelos. Son millonarios y no necesitan mucho de las primas que puedan obtener, pero también son deportistas y quieren ganar.

Gran Uribe no lo ha podido ver por televisión, porque está estos días sin ella, por razones que no vienen al caso. Lo ha tenido que seguir por WhatsApp, a través de las noticias que le iban suministrando sus hermanos por el chat que mantiene con ellos, y también por las voces que llegan de la penya blaugrana de debajo de casa. El ordenador, ni verlo.



Pero vamos al asunto. Se ve que el partido ha sido «no apto para cardíacos», y G.U. se alegraba de no haberlo padecido por TV, porque su corazoncito no está para grandes aventuras. La derrota estaba casi asegurada; el Barça está herido, pero tiene a Messi, y nuestros mejores hombres no daban pie con bola: ni Williams (ese que sufre todo tipo de insultos racistas cuando juega en campo ajeno) ni el preferido de El Tapir, Muniaín, un tipo bastante poco agraciado pero buen jugador, antiguo juerguista de la noche ibicenca, que se había dejado crecer una barbita pelirroja para la ocasión.

En un momento de gran tensión, la hermana de G.U. ha comentado que de esta guisa se parecía a Van Gogh, y quizá no le faltaba razón. Ha sido entonces cuando G.U., dado que no veía el partido, ha aprovechado para componer el montaje.

1) Kirk Douglas ejerciendo de Van Gogh en el rodaje de El loco del pelo rojo; 2) Muniain, la estrella del Ath. Bilbao, con su barbita pelirroja
[granuribe50]
Y, en efecto, ¡qué buen momento para evocar a dos monstruos: el susodicho Van Gogh y Kirk Douglas, que lo interpretó en una célebre película (El loco del pelo rojo) y que hoy nos ha dejado. a los 103 años (DEP, Kirk, no te olvidaremos).

Pero, en el último minuto, el denostado Williams le metido el gol de la victoria al Barça y... ¡ha ardido Troya en el chat de WhatsApp! Excelente ocasión para descorchar una botellita de cava catalán que este bloguero tenía en la nevera desde Navidad, sin encontrar el momento apropiado para estrenarla.

El cava recién descorchado, en el carrito de la TV ausente / [granuribe50 (6/2/2020)]
Han sido tres finales de esa copa perdidas contra el Barça en diez años (2009, 2012 y 2015), siempre por más de dos goles de diferencia, y en una de ellas teniendo que soportar al capullo de Artur Mas mostrando los cuatro deditos de la estelada con carita de gamberrete, al lado del Rey Felipe. No se va a volver a producir, de momento, esa situación.

El tipo de la barretina, un clásico del barrio / [granuribe50 (6/2/2020)]
Había mucha desolación y desánimo en la penya blaugrana de debajo de casa, y ese sujeto de la barretina, que habitualmente se va muy contento de allí, hoy se internaba cabizbajo en las luces de la noche del barrio de Les Corts, desconsolado y totalmente abatido. La Copa del Rey no interesa, dicen, pero eso será a los chuponcetes del palco...


lunes, 3 de febrero de 2020

Hoy va de mentirosos (ojo, hay más)

Cuando tenemos dudas, lo mejor es acercarnos a ver lo que dice Gregorio Morán, un tipo duro y sin complejos. Extraemos unos párrafos de su última Sabatina intempestiva, titulada, no casualmente, El clan de los mentirosos.

Vaya en descargo de los sujetos a los que cita Morán en su artículo que, presuntamente, el primero miente para proteger a su jefe y el segundo lo hace para protegerse a sí mismo ante el juez. Pero hay que ser bastante inocente para creerles.

[...] «Vamos por la quinta versión y a fe que habrá más. Cualquier dirigente se sentiría abochornado, pero él no. Es verdad que le temblequea un poco la papada y farfulla las palabras, pero se recupera en seguida gracias a su conciencia de político impune. "A mí no me echa nadie", exclamó ante las posibles consecuencias de su desvergüenza. Y tiene razón. Quien le puede cesar es un prestidigitador de la mentira y se cuidará muy mucho de no retirar de su entorno a un discípulo tan preclaro.



Un momento de la improbable detención y esposamiento de Puigdemont a cargo del "Major Trapero", frente al helicóptero.
 [Simulación infográfica: granuribe50]
»Pero vayamos a la mayor fábrica de mentiras del momento. En Cataluña la mentira [...] en estos últimos años, meses y días alcanza cotas que superan nuestros hábitos y en las que se mezcla el narcisismo, la xenofobia y el descaro. El mayor Trapero, exjefe de los Mossos d´Esquadra, sin cuya colaboración activa y pasiva el intento de avalar el golpe independentista de octubre no hubiera alcanzado el nivel de una insurrección, acojonado ante los jueces les asegura que pensaba detener a su jefe supremo Puigdemont y llevárselo en helicóptero. ¿A dónde? Hay que tener una jeta de cemento armado para pasar de cantarle habaneras mientras le hacía una paella en Cadaqués a dejarnos a todos de un pasmo con la invención del helicóptero». [...]

"Foto de familia" de los entrañables momentos previos a la confección de la paella por parte del "Major Trapero" . 
«Malestar entre los Mossos por la foto de Puigdemont y Trapero en una fiesta privada de Cadaqués» 
[Titular de La Vanguardia (11/8/2016) / Fotografía: @RaholaOficial (9/8/2016)]

domingo, 2 de febrero de 2020

Esto ya lo dijo Platón

G.U. en el aula del instituto (5/7/2011)
Reproducimos esta foto porque es la del último día en que G.U. pisó el aula del instituto de enseñanza secundaria en el que había dado clase durante los veintiocho años anteriores. Eso pasó el día que marca la pizarra, la misma en la que había realizado cientos de dibujos, en muchos casos baldíos. Allí, atornillado al techo, se puede ver el proyector con el que mostró cientos de diapositivas a sus discípulos, por lo general también de manera baldía.

Le gustaba bastante dar clase, pero los años no perdonan, el físico ya no aguantaba como antes y uno, además, estaba hasta los cataplines de las autoridades educativas (encabezadas por el conseller d´Educació, que era...¡Ernest Maragall!, un tarugo de tomo y lomo), de las burocráticas programaciones absolutamente inútiles que había que desarrollar, de los psicopedagogos (y las psicopedagogas), de algunos (bastantes) profesores (y profesoras) y del alumnado, cada vez más asilvestrado, más consentido y menos interesado, todo en un ámbito de progresiva y galopante degradación general. Y eso que todavía no había empezado el procés, por suerte...


Hoy, gracias a los buenos oficios de Tot Barcelona, G.U. ha leído una entrevista muy buena que le hace en EL PAÍS SEMANAL el periodista Borja Hermoso a Gilles Lipovetsky, el pensador y sociólogo francés.




Bueno, decir que en Francia, aparte de que los niños sepan hablar francés a edad temprana —cosa que admiraba mucho el portugués del epigrama Saber sin estudiar (de Nicolás Fernández Moratín)—, lo cierto es que luego progresan muy adecuadamente y ¡saben pensar!, como es el caso del propio Lipovetsky. ¡Qué envidia! Aquí no llegamos a tanto, a día de hoy. Lo admiramos, porque es difícil ver por escrito cosas tan básicas —que ya hemos rumiado muchos, pero no tenemos plataforma para expresarlas—, pero reconforta verlas expresadas de manera tan clara y sencilla por un intelectual francés (los de aquí y ahora, suelen ser más bien de pena o son unos pelmas de mucho cuidado).

G.U. selecciona hoy las reflexiones que hace Lipovetsky en esa entrevista acerca de la cultura y la educación, aunque sobre otros asuntos, como lo del feminismo, la pérdida de interés por la política, etc. es para no perdérselo. Veamos:

Fotografía: Léa Crespi
[...] «La escuela pública no es un gasto, es una inversión de futuro. Hay que pagar bien a los profesores, y enseñar al alumno a respetarlos. Esto no lo digo yo, ¿eh?, ya lo dijo Platón. Si creemos que los ordenadores y las tabletas van a arreglar todos los problemas, estamos en un grave error. El profesor es imprescindible. Y hay que formar a los jóvenes de manera que sean más adaptables, con menos miedo a los cambios. Así habrá menos frustración. Y muy importante: hay que otorgar mucha más importancia al arte y a la cultura. ¡Si no, solo nos quedará el centro comercial! [...]

Y Lipovetsky continúa con algunas reflexiones más acerca de la enseñanza y la cultura:

Está bien formar élites tecnológicas, pero creo que acabaremos pagando un precio por esta situación. Porque el ser humano es complejo. Mire, yo veo a bastantes investigadores, matemáticos, físicos o ingenieros de muy alto nivel que cantan en coros. O que se apuntan a cursos de teatro, o de pintura. No sé por qué, pero ocurre. A lo mejor es que no acaban de encontrar un sentido pleno a su trabajo. Y eso es la democracia también. La democracia no es solo tener elecciones libres, es formar individuos que disfruten, que sean ricos en sus habilidades, y no solamente instrumentos de voto y de trabajo. [...] 

No hacen falta grandes proyectos. ¡Estoy contra los proyectos culturales grandiosos! Al final eso acaba solo en el star system. Si Mitterrand hubiera dedicado el gasto de sus obras faraónicas en París a mejorar las infraestructuras culturales de las ciudades de provincia, o a mejorar la situación de la banlieue, todo habría ido mejor. Se trata de movilizar a pintores, a escritores, a músicos para que enseñen a la gente a hacer cosas enriquecedoras, sobre todo a los niños, como actividades extraescolares pero en serio, y no necesariamente a cargo del maestro, los profesores no pueden hacerlo todo. Si un actor de una compañía de teatro profesional le cuenta a un adolescente en qué consiste tal o cual obra del siglo XVIII, eso cobra un sentido totalmente distinto, y tiene muchas posibilidades de que al crío le guste. Invertir en eso cuesta mucho menos que hacerlo en centrales nucleares, desde luego. Es un tema de voluntad política, ¡se trata de hacer que la gente diga lo que le gusta, no solo a quién detesta! [...]


Una sociedad cuyos ejes exclusivos son las pantallas, el trabajo y la protección social es una sociedad deprimente. Hay que invertir en educación. Y las posibilidades de inversión en temas educativos son infinitas. Uno de los mayores fracasos en las sociedades occidentales de la posguerra fue la "democratización de la cultura". Se pensó que por abrir muchos museos muchas horas y con grandes obras gracias al dinero del Estado, mucha gente nueva se iba a incorporar a las visitas, pero no fue así. Si se fija, a través del tiempo a los museos siempre ha ido la misma gente. Gente de un cierto nivel educativo. Los campesinos y los obreros de la construcción en general van poco. Es una cuestión de educación.[...]

Es indispensable que el profesor recobre la autoridad. Hay alumnos que insultan al profesor, y es inadmisible. Educar no es seducir. Hay obligaciones. En un momento dado, hay que obligar a cosas. No todo puede ser flexible, agradable, discutible. Hay que trabajar duro, y obligar a trabajar. El hombre es Homo faber, hay que enseñar a hacer. Y hay que recuperar la retórica, enseñar a los chicos a expresarse, y a razonar, porque el ordenador no lo va a hacer por ellos. El hombre es Homo loquens, el ser que habla».

sábado, 1 de febrero de 2020