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sábado, 8 de febrero de 2025

El monasterio de Pedralbes se queda vacío

Como recordarán ustedes, hace unas semanas publicamos una entrada titulada  Las monjas dejan Pedralbes. También Sor Isaura Marcos. Una monja nacida en enero de 1959, en Los Santos (Salamanca), que a los 14 años (en 1974) se vino a Barcelona, tras un un enfado con su familia, que la tildaba de "rebelde". Pero le atraía la vida espiritual y se hizo monja. Sus padres creían que duraría 15 días en el asunto, pero ya ven: ahí la tenemos aún, aferrada a su cámara de fotos y a una columna.
Sor Isaura, con su cámara Lumix, en el claustro del Monasterio de Pedralbes / Fotografía: Jordi Cotrina
Cuando entró en el monasterio (en 1976) había 40 monjas. Hoy quedan solamente tres y durante este mes han de marchar a Vilobí d´Onyar (Gerona), por motivos que no nos quedan del todo claros. Ahora se despide con cierta tristeza, después de tantos años allí. La suya, sí, pero también la de G.U.: le preocupa el futuro de ese monasterio, que esperemos que no acabe siendo un resort al "modo Trump".
Sor Isaura y la reina Elisenda de Montcada, fundadora del monasterio / Fotografía: Jordi Cotrina
Pero ha sido seleccionada para participar en Córdoba en el aniversario del Primer Concilio de Nicea, que se celebró en 325, hace mil setecientos años, y eso la ha animado un poco, no es para menos. Además de algunas de sus fotos, habrá piezas del Vaticano y de artistas contemporáneos. 

 Leemos en El Periódico esta entradilla:

«Isaura Marcos es una de las tres clarisas que quedan en el monasterio barcelonés, que en unos días dejarán Pedralbes. El monasterio quedará sin religiosas 699 años después de que se colocara la primera piedra del recinto, fundado por la reina Elisenda de Montcada. Con una obra fotográfica original y valorada, basada en los reflejos y centrada en la instalación religiosa y su entorno, sor Isaura afirma que ha tenido una vida espléndida en el monasterio y subraya con orgullo y retranca que es una de las 10 monjas que ha habido en Pedralbes que tienen página en Wikipedia».

Enlace a El Periódico: «Me quedaría mil veces en el monasterio»

Como no sabemos si pueden acceder al enlace, hacemos un extracto de la entrevista que le hace hoy en ese medio Toni Sust, seleccionando sobre todo los aspectos que atañen a la fotografía y a su marcha del monasterio, que parece ser que no la ilusiona demasiado.

[...]
—Más que una monja es usted una fotógrafa. ¿O es una monja fotógrafa?
No es algo que para mí se pueda separar: la fotografía es para mí una forma de plegaria, de contemplación. Me relajo mucho cuando hago fotografía.

—Esto empezó no hace tanto.
Empecé en 2009. Antes hice dibujo, pintura, siempre me ha atraído la cosa artística. Fui a academias: la perspectiva me costaba y los colores intermedios, también. Hay gente que no se da cuenta de qué le cuesta. Yo sí, y me angustiaba mucho.

—Es perfeccionista.
Sí, para todo. Lo dejé. En 2005, en mis bodas de plata, 25 años de mi profesión, me regalaron mi primera cámara, de aquellas que iban con pilas que se descargaban enseguida. Digital. Hice alguna foto creativa y Marta Juvanteny (artista), de la que soy muy amiga, me dijo: «Tira por aquí, esto es lo tuyo». Lo de los reflejos me salió innato, de dentro.

—¿Es un género que ha inventado?
 Se ve que sí, pero me ha salido de dentro sin yo saberlo.

—¿En qué consiste?
Mi cerebro ve en todo composiciones de reflejos. Siempre me ha parecido interesante explorar otras dimensiones. Hay más dimensiones, está comprobado, que no podemos percibir. Y esto es una manera de ir más allá de la realidad. Es esa frase de Degas: «El arte no es lo que ves, sino lo que haces que otros vean».

—¿Esto lo inició en 2009?
En 2009 empecé como fotógrafa, haciendo fotos más convencionales. En 2010 comencé con los reflejos. Los hago de forma artesanal. Sin edición. He ido perfeccionándolo por mí misma.

Fotografía de Sor Isaura Marcos

—¿Sus fotos son sobre todo de lugares del monasterio?
Y de los alrededores. Siempre llevo la cámara encima. Veo escaparates. En El Corte Inglés me pasa que hago una foto de los escaparates, porque me encantan los cristales, y salen y me dicen que no puedo hacer fotos allí. Y les enseño que solo cojo un trozo. Lo que intento es una interpretación, ir más allá de lo que veo.

—Y esto tiene algo de religioso.
Yo creo que sí, porque todo lo que es plegaria es ir más allá, conectar con una energía, esta espiritualidad universal que para los cristianos es Dios.

Sor Isaura durante la entrevista  / Fotografía: Jordi Cotrina

—No le gusta que le hagan fotos. ¿Por qué?
Me gustaba antes de ser fotógrafa, pero luego cambié: te las hacen tan mal...

[...]

—¿No seguirá haciendo fotos en el monasterio de Vilobí d’Onyar?
Creo que allí me van a apoyar en cuanto al arte. Me han dicho que me han puesto una habitación con una ventana que da al bosque. Hay más comodidades.

—El traslado está cerca.
Para mí es muy triste. Cuando esté allá ya comenzaré mi nueva etapa. Pero quiero que mis cenizas vuelvan aquí cuando esté muerta.

—Seguro que sale otro libro de Vilobí.
Ya veremos.

—¿Qué cámara emplea?
Esta, la pobrecita se me está estropeando. Una Lumix, no me pesa. Me va muy bien para los reflejos y los insectos, y no tengo que tener objetivos. Por donde paso, contemplo.

Fotografía de Sor Isaura Marcos

—Ha sido feliz en Pedralbes.
He sido muy feliz, no cambiaría mi vida por todo el oro del mundo.

—¿Si todo tomara de repente otro rumbo y le dieran la oportunidad de seguir en Pedralbes, qué haría?
¡Me quedo, me quedo! Prefiero una vida más austera y pobre aquí. Si me dieran la oportunidad de quedarme, mil veces me quedaría aquí. Es que he enraizado mucho, me siento muy de Pedralbes. 

sábado, 25 de enero de 2025

Las monjas dejan Pedralbes. También Sor Isaura Marcos

A G.U. le duele mucho esto que les va a contar a ustedes. Le tiene mucho aprecio al monasterio de Pedralbes, un lugar que visita cuando necesita algo de sosiego. Le hemos dedicado alguna entrada.
Monasterio de Pedralbes (Barcelona), estanque del claustro / [granuribe50]
También tiene gran aprecio a las fotografías de sor Isaura, a quien es fácil encontrarla cámara en ristre, haciendo excelentes fotografías, sobre todo en el ámbito del claustro, imágenes de la naturaleza, llenas de reflejos y de detalles indetectables. Ella conocía mejor que nadie los cambios de luz según las horas y las épocas del año, las flores y seres vivos de cada momento... Las solía publicar en la sección "Las fotos de los lectores", de La Vanguardia, con un breve texto (aparte de buenas fotos, escribe bien).
Sor Isaura, cámara en ristre, siempre al acecho / [Fotografía: Joan Cortadellas]
El caso es que las monjas clarisas que quedan en el monasterio de Pedralbes de Barcelona, que son sor Inmaculada, sor Pilar y sor Isaura, de 90, 73 y 66 años respectivamente, abandonarán las instalaciones el próximo mes de febrero para trasladarse a otro recinto de la orden de Santa Clara, La Fraternidad, un edificio de 1974 en las afueras de Vilobí d´Onyar, en la provincia de Gerona.
Sor Isaura, Nenúfares
Así que ahora está por ver cuál es el futuro del monasterio barcelonés, pero no nos fiamos un pelo. La situación viene dada por la falta de vocaciones. No hay relevo, no hay monjas jóvenes que puedan o quieran acompañar a las pocas que todavía siguen al pie del cañón.
Sor Isaura, "Dispersión de Rayleigh"
El fenómeno físico conocido com "Dispersión de Rayleigh" le ha propiciado a sor Isaura tomar imágenes muy curiosas y de gran impacto visual. Tiene bastantes de este tipo. He aquí un par de ejemplos.
Sor Isaura, "Dispersión de Rayleigh"
Se dice que es preceptivo que las comunidades de los monasterios cuenten por lo menos con cinco monjas. Se había "reclutado" a varias, pero a última hora se han echado para atrás. En fin, vaya donde vaya sor Isaura, confiamos que siga obsequiándonos con sus fotografías de la naturaleza. Amapolas, nenúfares, mariposas, hierbas, diente de león y tantas otras. Seleccionamos una pequeña muestra.
Sor Isaura, "Amapola"
Sor Isaura, "Canela estriada"
Sor Isaura, "Cambio"
Sor Isaura, Sin título
Sor Isaura, "Diente de león"
Sor Isaura, "Dolor"
Las clarisas tienen como obligación desarrollar una actividad económica de la que vivir, que sufrague sus gastos. Hacen el famoso «mató de Pedralbes» que acude a zamparse el alcalde cada 12 de febrero, el día de Santa Eulalia, pero necesita manos para hacerse y apenas tiene salida comercial. Lo elaboraban pacientemente en sus cocinas y algunos restaurantes de la zona les tomaron la receta.
Monasterio de Pedralbes, cocinas / [granuribe50]
No seguimos, para no cansarles. En fin, no es una buena noticia, ni para la ciudad ni para G.U. El futuro es incierto, solo esperamos, que allí donde esté, sor Isaura nos siga deparando sus bellas fotografías.
Sor Isaura, "Unión", la sombra del capitel
Sor Isaura, "Tres gotas de agua"
Monasterio de Pedralbes, claustro / [granuribe50]
Nada más. A G.U. le gustan los monasterios con frailes y monjas. Ellas se nos van, pero aun así, si no nos lo convierten en un parque temático, que está por ver, seguiremos volviendo allí a buscar sosiego.
Monasterio de Pedralbes, claustro / [granuribe50]

jueves, 23 de enero de 2025

Hoy hace veintiséis años

Un primo nuestro, Yago Pico de Coaña, nos ha enviado hace unos días estas fotografías, fiel testimonio de unos días felices en Asturias, en las que sale Patiña (la madre de G.U.), Tatis (la madre de Yago) y Nievitas, la hermana de este bloguero, que falleció el 11 de Noviembre de este año pasado, un hecho que todavía tratamos de asimilar, por ahora sin demasiado éxito.

El caso es que hoy hace veintiséis años que se nos fue Patiña, la madre de un servidor de ustedes, de Nievitas y del Tapir. Por eso queremos dedicarle un recuerdo con estas fotografías que desconocíamos.

Tatís (izq.) y Patiña (dcha.) / (Coaña, ¿agosto de 1953?)
Una mujer decidida, optimista y valiente (su hermana, Tatís, también lo era), que nunca perdió su ángel de mujer-niña, ni tampoco su belleza. Su alegría y su armoniosa manera de estar en el mundo la salvaguardaron de todos los pesares, que fueron muchos.
Patiña, Nievitas, Tatís (Ría de Navia, Procesión marítima de la Virgen de la Barca, ¿15/8/1953?)  
Un nieto de "Patiña" e hijo de Nievitas (Carlos) la describía así en este blog hace algún tiempo: «Mamí iluminaba donde estaba con su buen humor, ironía y ganas de vivir y disfrutar las cosas buenas de la vida» [...]. Y, tras contar alguna anécdota divertida de cómo vivió él a su abuela, acababa con una despedida: «Un beso de nieto, estés donde estés, Mamí».

Y otro de sus nietos (Fernando), también hijo de Nievitas, decía esto aquí mismo: «Con frecuencia encuentro rasgos inequívocamente suyos tanto en vosotros, sus hijos, como en mí mismo. No sé si serán imaginaciones mías pero me parece adivinarla también en los míos, y siempre en aspectos relacionados con el buen vivir, la alegría, con la 'joie de vivre'».

Pues eso. Y es que ellos la conocieron bien y la quisieron mucho.

lunes, 30 de diciembre de 2024

De vuelta a Barça, unos recuerdos de la «isla mágica»

¡Ya estamos en Barça! Días familiares complicados en la "isla mágica", aunque nada que excediera lo habitual. Pero, eso sí, con pocas posibilidaes de salir por ahí a ventilarse. Por ello, las pocas que hay... hay que tomarlas al vuelo. Y ¿qué mejor que ir a la Cala San Vicente en estas fechas? Nada.
Mapa de Ibiza
A la Cala San Vicente solo se podía llegar tras un trayecto que duraba varias horas: primero había que ir a San Carlos en un asmático autobus y allí, en carro o a pie, seguir a San Vicente por unos caminos infames. Era mejor y mucho más rápido hacerlo en llaüt. Mucha gente venida de Murcia y Andalucía "se dejó la piel" (como dice que hace "La Yoli") y la salud construyendo la carretera desde San Carlos  en los sesenta; el terreno por esa zona es bastante escarpado y resultó muy trabajoso hacerla. El caso es que, desde aquellos ya lejanos años, a todos los trabajadores que venían del sur se les empezó a llamar genéricamente "murcianos", con un deje un tanto despectivo, costumbre que todavía perdura.
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
La playa era de piedras (còdols) entonces. Con la carretera acabada, se construyó ya el primer hotel. Pero, claro, esa playa de piedras no atraía a los turistas, por lo que se decidió triturarlas con una machacadora de las que se utilizaban en la construcción de la susodicha carretera. Pero la arena resultante era muy roja y cuando venía mal tiempo se tintaba el agua de ese color. Mal asunto, pues. 
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
En vista de ello, se trajo la arena esquilmada de otros lugares más o menos próximos y así hasta hoy. Esa arena allí se ha quedado y no ha habido que renovarla; el mar está tranquilo aquí. No es que sea muy ecológico eso de desnudar un santo para vestir otro, pero al parecer se hace en todas partes.
Cala San Vicente; al fondo, la isla de Tagomago (28/12/2024) / [granuribe50]
Pero bueno, está en la otra punta de la isla y llegar allí en esta época es un gozo. Resulta agradable pasear por estos lugares vacíos que luego se llenarán. Porque en verano esto es otro cantar, ojo al dato. Solíamos hacerlo siempre el primer día del año, pero esta vez ha habido que adelantar la visita dado que, por motivos médicos, ha habido que anticipar la vuelta de la "isla mágica". Por cierto, las pruebas oncológicas... ¡superadas! Por eso le damos a la tecla hoy. Si no, de qué...
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
A ambos lados de la cala hay unas cuantas casetas de esas que usan o usaban los pescadores. En casi todas las calas de Ibiza, húbolas, haylas (y habralas, ya que están muy buscadas por los "forasteros"). Eso, a pesar de que ahora se tiende a ilegalizarlas, quizá con el fin de que se pongan al día y paguen.
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Pescadores cada vez hay menos, pero quedan algunos. No pierden el tiempo y pescan con su barca.
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Lavan sus capturas, las vísceras se las dan al gato y se van a casa a cocinar y zampar. No es mal plan.
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Hay gente ¡leyendo!, fielmente acompañada por su perro, siempre atento a la presencia de esos gatos. 
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Otros miran el mar. Hacen bien. Mirar hacia el mar es una actividad (o falta de ella) muy relajante aquí. Entretanto, su perro pasa de eso y dormita al sol, pero no le pierde ojo al perro de la mujer que lee.
Isla de Tagomago desde la Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Al fondo, la isla de Tagomago. La administra un sujeto llamado Matthias Khün, marido de la vedette Norma Duval. Allí tienen un casoplón, que alquilaban para fiestorros y eventos diversos. Pero ese tipo no es trigo limpio. Perseguido por la justicia por diversos asuntos (incluso ha chupado trullo), colgó el cartel de "se vende" por 150 millones de euros. G.U., por desgracia, no dispone ahora de esa suma.
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Una cervecita mirando a esa isla, a la que no se puede acceder si no pagas o te invitan; es privada...
Cala San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Y para acabar el paseo, siempre hay una visita a la iglesia de San Vicente, a un kilómetro de distancia.
Iglesia de San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Muy pequeña y acogedora. Está sola en medio de la montaña y muy alejada del bullicio de la playas. Pero hay bastantes casas desperdigadas que la tienen como referencia y se llena los domingos.
Iglesia de San Vicente (28/12/2024) / [granuribe50]
Retomamos unas palabras de Joselu cuando escribe en un blog amigo: «Siempre que veo una iglesita pienso en el pasado de fe de una sociedad que vivía intensamente unas creencias que les daban sentido por más que nuestra sociedad descreída haya aparcado toda visión trascendente». G.U. coincide con él. Y, rumiando esas cosas, regresamos a la otra punta de la isla. Y ahora, ya desde Barça:

¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS, TODAS Y TODES!

viernes, 20 de diciembre de 2024

¡Feliz Navidad desde el Paseo de Gracia!

Barcelona, Paseo de Gracia (20/12/2024) / [granuribe50]
G.U. tenía hora esta mañana a las 9:14 en las oficinas de MUFACE (en peligro de extinción) para resolver algunos asuntos. Pero no, no es su intención hablar de eso, que nos tiene harto mosqueados. No. Avui no toca. La imagen está tomada junto a la entrada al edificio, donde estaba el ya desaparecido Boulevard Rosa. Una pena. Sigue allí todavía el Bulevard Dels Antiquaris. Veremos cuánto dura.
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Batlló, Gaudí (20/12/2024) / [granuribe50]
El caso es que ha aprovechado para bajar una manzana hasta la Casa Batlló, de Gaudí. El sol brillaba, es quizá el momento del día en el que le da la luz más adecuada y, otrosí, no había llegado todavía la habitual muchedubre de turistas haciendo selfies frente a la fachada. G.U. mata dos pájaros de un tiro y, a punto para marchar a Ibiza unos días, aprovecha para felicitarles a ustedes la Navidad.
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Batlló, Gaudí (20/12/2024) / [granuribe50]
Siempre hemos lamentado que al edificio que tiene a su derecha se le permitiera, en la época del alcalde Porcioles, remontar dos pisos más. Si se fijan, la cubierta que diseñó Antonio Gaudí moría justo en lo alto de ese edificio antes de crecer. Pena da, pero en aquellos años no se lo apreciaba tanto.
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Batlló, Gaudí (20/12/2024) / [granuribe50]
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Batlló, Gaudí (20/12/2024) / [granuribe50]
Bueno, no comentaremos nada que ustedes no sepan ya de la Casa Batlló. Pero no nos olvidamos de la casa de al lado, la Casa Amatller, obra de Puig i Cadafalch, el arquitecto cuya misión era adecentar un viejo edificio para adecuarlo a los requerimientos del maestro chocolatero Antoni Amatller i Costa. Este encargo se llevó a cabo entre 1898 y 1900 y el resultado fue un inmueble de estilo neogótico catalán, con evidentes influencias de la arquitectura flamenca. Allí vivió siempre el señor Antoni, el chocolatero.
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Amatller, Puig i Cadafalch (20/12/2024) / [granuribe50]
Cuando visitaba esa zona con sus alumnos, G.U. siempre aprovechaba para comprar en la planta baja unas chocolatinas para ellos. Rumboso que es (era) uno. Aquellos eran buenos momentos, ¡vive Dios!
Cartel de Chocolate Amatller (Alphonse Mucha)
En fin, otras ocupaciones reclamaban la atención de G.U. y no se podía demorar allí. ¡Feliz Navidad!
Barcelona, Paseo de Gracia (20/12/2024) / [granuribe50]
En lo que a nosotros respecta (G.U. y doña Perpetua) solo nos queda desear y desearles que el año que viene sea un poco mejor que el que acaba. Eso no será difícil, el listón está bajo, pero tocamos madera.


Paseo de Gracia en 1969 / La Pedrera en 1969
[Acuarelas: Federico Lloveras]
Ya que hablamos del Paseo de Gracia, una avenida bien diseñada por la que era y sigue siendo grato pasear, a G.U. no le dio tiempo esta mañana de subir hasta "La Pedrera" el otro edificio "emblemático" de Gaudí en este paseo. Con ocasión de estas fiestas, les obsequia con un par de páginas de un libro que le regalaron a su padre para Navidad de 1970. Se titula Barcelona (Alfaguara, 1970), con textos de Camilo José Cela, que describe estupendamente ese edificio, e ilustraciones de Federico Lloveras, un acuarelista que siempre gustó a este bloguero, ya que dominaba la técnica y supo captar muy bien la luz y la atmósfera de esta ciudad. La Pedrera se ve que aún tenía la cara sucia por entonces (1969).

domingo, 8 de diciembre de 2024

Ignacio Martínez de Pisón es un buen novelista

Ignacio Martínez de Pisón / [Fotografía: Iván Giménez]
Ha pasado el "cumple" sin pena ni gloria [(solo felicitaron los que siguen el blog, nadie más), aunque justo es decir que nos zampamos dos piernecitas de cordero magníficas, una por barba]. 

Vamos a otros asuntos. Durante este infame mes de noviembre, los únicos momentos de desenganche de la realidad más cruda han sido los de la lectura de la novela de Ignacio Martínezde Pisón, La buena reputación, de 2015. Recibió el Premio Nacional de Narrativa, y los premios nacionales de narrativa suelen ser fiables, ya que siempre apuestan sobre seguro. Y Martínez de Pisón es uno de los pocos escritores españoles en los que aún confía G.U., aunque sea muy escéptico con los premios.
 

Le da igual que se la criticara en su momento por "no innovadora", un punto decimonónica y poco original, porque en esto de la literatura hay muy pocas cosas que sean originales. Todo suele basarse en  algo preexistente. En ella, cuenta la historia de tres generaciones de una misma familia. En efecto, ¿qué puede haber más decimonónico que eso? En este caso se trata de una familia de origen judío que reside en Melilla: los padres, Samuel y Mercedes; las dos hijas, Miriam y Sara, y más adelante, los nietos, Elías y Daniel. A cada uno de estos personajes (salvo Sara, por algún motivo) se dedica una de las secciones del libro,: "La novela de Samuel", "La novela de Mercedes", "La novela de Miriam, etc.

Es una obra estupenda —en opinión de G.U. y de doña Perpetua—, con una prosa magnífica, carente de inventivas metáforas y otros recursos. Sujeto, verbo, predicado y punto, o algo así. La historia siempre nos es presentada por un narrador omnisciente, levemente irónico pero en general poco interventivo, y con un estilo cuidado y libre de clichés, sin ornamentos. Es raro que nuestro muy querido Javier Marías lo acogiera como alumno aventajado (hasta que se distanciaron por motivos que no vienen al caso), siendo así que su estilo (al menos el de esta novela) es muy diferente. Releeremos otras, a ver.

Quizás sea porque el exotismo los hace más atractivos, o porque tienen mayor carga épica, pero los capítulos que más enganchan son los dedicados a la estancia de la familia en Melilla, hasta que por miedo a una posible anexión a Marruecos deciden trasladarse a Málaga, y poco después a Zaragoza. 


Algunas frases, así, tomadas a vuela pluma (ojo al dato, la novela tiene 650 páginas), de esas que a uno le llaman la atención, por los motivos que sea, pero que no quieren expresar lo que es la novela:

—Su matrimonio había llegado a ese estado en el que las adversidades no unen sino que distancian aún más.
—Tenía todo un aire incongruente, con cosas demasiado nuevas junto a cosas demasiado viejas, con cosas fuera de sitio y sitios sin nada.
—El problema era que en su rostro habían empezado a asomar los rasgos de una anciana. Como si la lozanía y la belleza fueran una capa de maquillaje que hubiera empezado a borrarse.
—¿A todo el mundo le ocurría que, en un momento dado, empezaba a tener mucho menos futuro que pasado y que, por eso mismo, las decisiones que pudiera adoptar adquirían la trascendencia de lo definitivo?
—Miriam pensó que, en su familia, los grandes reproches se escondían detrás de los pequeños y que, en todo caso, siempre se expresaban por gestos.
—¡Qué difícil era tratar con gente que se atribuía supuestos sacrificios y que, desde esa posición de víctima, se sentía legitimada para juzgar sin ser juzgada!
—El mundo a veces se le presentaba sencillo, ligero, armonioso, como un juego que se atuviera a unas reglas claras y precisas, y entonces todo cobraba un sentido especial y se incorporaba a una escala más amable, en la que lo arduo se volvía llevadero y lo llevadero gustoso.




PARÉNTESIS DEL «ABUELO CEBOLLETA»
El "abuelo Cebolleta" y sus batallitas / [viñeta de Manuel Vázquez]

Le ha ayudado mucho a este bloguero, y después a doña Perpetua, a cambiar el chip. No olvidemos que G.U pasó trece meses en Melilla haciendo la mili (en el cuartel de "Regulares 2" —abandonado actualmente— y en el Fuerte de la Purísima Concepción, en la frontera). Así que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, nos vamos a poner un poco en plan «abuelo Cebolleta».

El caso es que—ahora que no nos lee nadie— este bloguero guarda globalmente un buen recuerdo de aquella experiencia. No olvidemos que por esa época conoció a doña Perpetua, que le fue a visitar allí, volando en una precaria avioneta que hoy quizá no se atrevería a tomar. Es la historia, amigos.

Es una ciudad muy hermosa, llena de contrastes; la recorrió G.U. infinidad de tardes y de domingos. La parte modernista (espléndida, gracias al arquitecto Enrique Nieto, al que daremos de comer aparte otro día, que bien lo merece), el parque Hernández, la parte mora, los bares y tascas (con esas tapas estupendas), los bazares, los mercadillos, la omnipresencia del mar tan cercano...

Gran Uribe posa ufano en el cuartel de Regulares 2
(Foto "institucional")
Melilla, abril de 1976 / [Fotografía: Anónimo]
Aprovechando que hoy es la Purísima Concepción, henos aquí, junto al Fuerte que lleva ese nombre:
Gran Uribe posa también ufano en el exterior del Fuerte de la Purísima Concepción
Melilla (julio de 1976) / [Fotografía: Francesc Martí Gibert]
Melilla, 1976. Instrucción en Rostrogordo / Fuerte de la Purísima
[Fotografías: Anónimo / Francesc Martí Gibert]
Exterior del Fuerte de la Purísima Concepción; al fondo, el monte Gurugú / Melilla (julio de 1976)
[Fotografía: Francesc Martí Gibert]
Melilla. Situación del Fuerte de la Purísima  (hoy "Centro de menores") y del cuartel de Regulares 2 (hoy abandonado)


Quizá ese homenaje a Melilla sea, en parte, por lo que le ha gustado esta novela, pese a que el final parece precipitado y no esté a la altura, después de 650 páginas; quién sabe si el editor no le dio prisas para acabarla antes de Sant Jordi... A pesar de ello, un NUEVE; a cada uno le gusta lo que le gusta, cada cual es cada quien, sus vivencias y circunstancias también, y a unos les agrada o desagrada una cosa por un motivo u otro. En fin, aquí refleja G.U. su experiencia literaria de estos últimas días.