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Enric Sagnier, Barcelona, «Casa Emilio Juncadella» (1901)
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Vamos por partes. La «Casa Emilio Juncadella», un palacete propiedad de ese
empresario de la industria textil, estaba situada en la Rambla de Catalunya nº
26, esquina Diputación. Fue diseñada por Enric Sagnier en 1901. Cuando en 1932
el gobierno de Azaña ordenó disolver la Compañía de Jesús (los jesuitas), los
alumnos del cercano Colegio de Caspe continuaron sus estudios en una academia
fundada a la sazón en ese palacete, por entonces propiedad del hijo de Emilio,
que era un tipo muy viajero, pero al que el inicio de la guerra incivil le pilló
en Barcelona. Fue fusilado a finales de julio de 1936, tras el alzamiento de
Franco, e incautado el edificio.
Durante la guerra civil antes citada la casa sufrió varios bombardeos y un
incendio que la dejó «hecha unos zorros». Fue derribada a principios de los
años cuarenta. Se trataba de encontrar arquitecto para construir un teatro que
ocupara su lugar. Y el arquitecto escogido fue Josep Rodríguez Lloveras.
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Josep Rodríguez Lloveras, «Casa Ferrer Cagigal» (1935)
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Josep Rodríguez Lloveras, «Casa Ferrer Cagigal» (1935)
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Diagonal, Pl. Francesc Macià (entonces, Calvo Sotelo) y «Cas Ferrer
Cagigal» / Acuarela de Frederic Lloveras (1954)
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[Paréntesis]. Recordemos que
Josep Rodríguez Lloveras
(1902-1984) era un arquitecto especializado en teatro. Había proyectado unos
años antes, en 1935, la «Casa Ferrer Cagigal», en la plaza Francesc Maciá. Es
un edificio que le gusta a G.U. porque, además de su diseño y su buena
implantación en la plaza, es el marco una de las fotos de sus padres, tomando
el aperitivo (sin percebes, el sueldo no daba, iban justitos) en un conocido
bar situado en el edificio (el
Sandor;se inauguró en 1944).
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Francesc Català-Roca, «Terrazas en la Diagonal» (1944)
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Los padres de G.U tomando el aperitivo junto a la «Casa Ferrer
Cagigal» (Navidad 1945) [FILM-FOTO SOLER, Travesera Vieja de las
Corts, 93]
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Hizo otros edificios en la Diagonal, como la "Casa Joan Rubert Comas" (1928)
muy cerca de la anterior. Se trata de dos edificios (con sus portales correspondientes), que comparten fachada unitaria.
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Josep Rodríguez Lloveras, «Casa Joan Rubert Comas» (1928), Diagonal 465-469 |
Fernández Lloveras también fue el arquitecto del Teatro Comedia, en Paseo de
Gracia-Gran Vía, luego transformado en cine, que cesó su actividad como tal en
enero de 2024. Una pena. La gente va poco al cine. Hemos leído que será
nueva sede del Museo Thyssen. A ver si es así y con qué tipo de obras...
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[Postal que se conserva en la Biblioteca MNAC]
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Josep Rodríguez Lloveras / Teatro (y luego cine) Comedia (1934)
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Pero no nos despistemos. Hablábamos de la desaparición del palacete de los
Juncadella de la Rambla Cataluña. En el solar se construyó el teatro Calderón,
en el chaflán con la calle Diputación, un proyecto del ya mencionado
arquitecto Josep Rodríguez Lloveras. Tenía una capacidad para 1.500
espectadores, una fachada de tipo ecléctico en la que destacaba un grupo de
diez columnas sobre la puerta principal, en la que se había colocado una
marquesina de cristal para evitar contratiempos por la lluvia a los que hacían
cola. Fue inaugurado
el 17 de febrero de 1945, hoy hace exactamente ochenta años
, con la representación de "El alcalde de Zalamea", de ahí que escribamos
sobre este asunto.
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Josep Rodríguez Lloveras / Teatro Calderón (1945)
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El caso es que, a pesar de que el teatro tenía bastante público, una operación
inmobiliaria (de tipo "porciolista") logró derribar aquello para construir un
hotel, el actual Hotel Calderón, que se inauguró en 1973. La Rambla de
Catalunya continuó así perdiendo su imagen. Lo más curioso del caso es que el
arquitecto al que se encargó el proyecto del nuevo hotel fue el propio
Rodríguez Lloveras, un tipo que modificó radicalmente su lenguaje
arquitectónico para adaptarlo al encargo y a los nuevos tiempos.
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Josep Rodríguez Lloveras / Hotel Calderón [granuribe50 (18/2/2025)]
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Es un edificio correcto de un arquitecto versátil, lo malo es que en la Rambla
Cataluña canta un poco...
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Josep Rodríguez Lloveras / Hotel Calderón (1969-1973)
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No conocía lo ocurrido con la casa Emilio Juncadella, de Rambla Catalunya/Diputación. Sabía, por haberlo leído, de la construcción de un palacete de Sagnier para los Juncadella y nada más.
ResponderEliminarEn cuanto a la casa Ferrer Cagigal te diré que me gusta mucho, es una de esos grandes balumbos, muy bien construidos que "hacen ciudad". Configura muy bien la plaza y ahí está el "Sandor", que hoy ya no es lo que era -ha seguido el orden de los tiempos- pero aún continúa con su terraza estupenda y da gusto tomarse un aperitivo en ella.
A pesar de su composición bastante retórica, me gusta el edificio del Teatro Comedia del Paseo de Gracia-Gran Vía, las dos "andronas" le dan un aire de singularidad al edificio que queda extrañamente bien. Creo que Josep Rodríguez Lloveras hizo un buen trabajo. Ahora espero y deseo que la reconversión del teatro-cine en museo sea un éxito, tanto a nivel arquitectónico como museístico.
Recuerdo cuando construyeron el Hotel Calderón, yo trabajaba en una oficina al lado, y sólo deseaba que se acabaran las obras. Terminaron y me pareció que aquel edificio podía haber estado en cualquier otro sitio, no estaba mal, pero su adaptación a las preexistencias era una pura anécdota.
Cabe decir, que las preexistencias, en general, son una circunstancia y van cambiando y nosotros también vamos cambiado, pasamos a ser preexistencias para unos peatones que andan paseado su torpeza espacial y su griterío.
Un buen reportaje, amigo mío, te felicito. Muchas gracias.
Un abrazo.
Es que Enric Sagnier parece ser que estuvo muy vinculado a la familia Juncadella, no en vano estaba casado con una hermana de la esposa de Emilio padre , según he leído.

EliminarUna de las casas que hizo para esa familia está también en la Rambla Cataluña, la Casa Rodolf Juncadella, en un chaflán:
Para mí gusto, en esa rambla se juntan los mejores y más elegantes edificios de la época en Barcelona. Da gusto pasear por ella, se ve el Tibidabo al fondo y mires donde mires hay edificios bien compuestos. Enric Sagnier no es ajeno a eso; tiene allí algunos (otros los echaron abajo). Además, al no haber casas de Gaudí ni «manzana de la discordia» que valga, el turismo es menor. Lástima de tantas terrazas de bares y de los skaters, patinetistas y ciclistas de caja amarilla, que pasan como rayos.
Me gusta un poco más de media plaza Francesc Macià (antes Calvo Sotelo), precisamente la parte norte, gracias a esas casas Ferrer Cagigal y también el jardín central de Rubio i Tudurí. El resto, no. Me molesta el edificio que tiene el arco de circunferencia inverso.
Si quieres que te diga la verdad, el Hotel Calderón me molestaba más antes que ahora, por su escaso respeto a las preexistencias de la calle en que está. Ahora valoro que lo veo correctamente compuesto y, al estar en un chaflán, provoca menos molestia visual. De vez en cuando no viene mal una ruptura. En fin, no sé. Me molestan más esos« peatones que andan paseado su torpeza espacial y su griterío», por no blar de los sujetos antes citados que van sobre ruedas.
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
Me ha gustado mucho. Desconocía por completo la historia que nos traes a colación.
ResponderEliminarEs un buen reportaje, con unas fotos magníficas y has puesto a tus padres, buen recuerdo en una excelente toma.
Todo cambia, incluso el rito del vermut, que años ha era algo habitual.
Un abrazo
Gracias
Yo desconocía lo de que los jesuitas instalaron la academia en la casa Juncadella, la que está donde el actual hotel Calderón. Todo eso y los asuntos de la familia lo explican bien en:
Eliminarhttps://labarcelonadeantes.com/casa-juncadella
Me gustaba el Sandor de antes, allí había fet el vermut bastantes veces, aunque ya sin el sifón tan habitual en la época de mis padres. Ahora ha quedado muy menguadita la terraza, la pobre, más si la comparamos con la época de la fotografía de Català-Roca.
Un abrazo
Un buen escrito,el hotel no es nada del otro mundo pero es urbano,que se valora mucho.
ResponderEliminarDonde se ven tus padres,hoy día hay un carril bici pegado a las mesas.Me ha hecho gracia ver el sifón que no faltaba en los aperitivos de entonces,se valoraba la bondad del agua con gas.A mi también me gusta el enorme edificio de Fracesc Maciá que no le falta el sol,se deja ver.
Saludos
Le comentaba a Francesc que ese hotel me rayó mucho al principio, por su falta de integración al entorno, pero lo acabé aceptando. El edificio no es nada del otro mundo, podría estar en cualquier lugar, pero bueno, un toque de modernidad en esa zona tampoco está tan mal.
EliminarConozco ese carril bici. "Cuando era más joven" esa plaza era un buen punto de encuentro para grupos que salieran de excursión dominical en varios coches. Allí se podía dejar el coche fácilmente y esperar de pie a que llegaran los demás. Hoy eso no sería posible, ya que cualquier ciclista o patinetista se te llevaría por delante.
En casa teníamos siempre sifón, en los bares no recuerdo si nos lo ponían con el vermut. En esa terraza del Sandor he tomado el susodicho vermut muchas veces, no sé si en recuerdo por esa foto de mis padres. ¡Tengo tan pocas de ellos! Da el sol y se está muy bien, la pena es que la terraza ha menguado mucho, nada que ver con la de la foto de Català-Roca. Me gusta mucho ese edificio, tiene elegancia, con esa forma de arco de circunferencia.
Saludos.
Vaya completa y estupenda retrospectiva has hecho a este edificio del hotel Calderón, que no está mal pero resulta demasiado amorfo e impersonal, comparado con todos los ilustres antecesores que tuvo ( la q más .e gusta es
ResponderEliminarla Casa Ferrer Cagigal ) además, has sido capaz de hilvanar todo el proceso evolutivo de la historia arquitectónica de la zona con el recuerdo del vermut de tus padres , quienes por cierto son la viva imagen de una feliz pareja española de los 50 o eso me parece a mí : ) Qué bonita esa fotografía de la terraza desde arriba , como si fuera una película de época , real e te estupenda la perspectiva...un gusto volver a pasarme por tu casa GU, espero q estés un poquito más animado...estos paseos al pasado son de lo más estimulante de tu mano, muchas gracias y un abrazo muy fuerte !
¡Caramba, María!, qué viaje tan breve te has marcado. Me imagino que las salas de juicios te estarán esperando a que te pongas la toga y las puñetas.
EliminarHe comentado antes sobre ese hotel. El recuerdo de la foto del vermut de mis padres y ese letrerito en el que se puede medio leer "Percebes" ha marcado un poco la entrada. Es curioso, siempre que voy por allí me acuerdo de ella, sobre todo desde que mis averiguaciones me llevaron a confirmar dónde estaba tomada la foto.. También habíamos comentado en la familia que ese sujeto que hay a mano derecha con gafa oscura y sombrero parece un espía, je, je. Claro que... la terraza del bar Sandor ha menguado, ya nada tiene que ver con la de la foto de Català-Roca, que es más o menos de la misma época que la de mis padres. Por cierto, mucho me quejo de que hoy en día las terrazas de los bares casi impiden pasar por calles y plazas y ya ves entonces, los pobres peatones... ¡Qué animado estaba aquello! Es un bar de la parte alta de Barcelona, donde predomina la alta burguesía, y míralos cómo festejan su poder adquisitivo. Seguro que mis padres eran los que menos pastuqui tenían, aunque nunca nos faltó un plato caliente...
Por cierto, te remito a una entrada que hice en junio de 2019 hablando del asunto y de mis investigaciones de entonces.
https://granuribe50.blogspot.com/2019/06/una-de-las-pocas-fotos-de-mis-padres.html
Gracias por tu comentario, voy estando más animado, pero me gusta bucear en el pasado, aunque me ponga melancólico. Por ejemplo, en esa entrada hablaba un poco de mi hermana Nievitas, cuando nada hacía prever lo que ha pasado.
Un abrazo fuerte
Todas las fotos muy interesantes, incluso las del Hotel, que ya tiene medio siglo de vida y mantiene su halo de modernidad. En otro orden de cosas, por la foto familiar (y por lo que recuerdo de alguna aparición sin enmascarar como futbolista del Athletic), veo que GU se parece bastante a su madre. Los sitios, las formas, los recuerdos, son cosas que me importan y que, creo, debieran importar más. Hoy hemos tenido entre compañeros de café una evocación de los históricos campos de fútbol ingleses, donde ellos (los british), que no suelen ser muy cafres en temas de conservación, metieron la pata hasta el corvejón derribando Wembley y otros estadios preciosos, llenos de historia y vivencias. Lo lamentarán (si no lo están haciendo), pero de nada servirá ya. Sólo deseo, en justo karma a mi juicio, que en lo que yo viva no vuelvan a ganar ni un Mundial ni una Eurocopa.
ResponderEliminarMateo.
No recuerdo en qué página has localizado mi "bella" cara, suelo salir con careta. ¿Quizá vestido de soldadito (o de cocinerito en Carnaval, creo que de 1954?). Desde luego, no tan bella como la de mi madre. Es cierto que en lo físico, tanto yo como mi hermana Nievitas (nvts), salimos a la familia materna y mi hermano El Tapir más a la paterna. En mi caso, otra cosa es en el carácter: en eso creo que he salido más a mi padre en muchos aspectos.
EliminarEn cuanto a los campos de fútbol, me gustaban los de la antigua usanza, empezando por San Mamés y, por supuesto, los campos ingleses. Ahora todos se copian unos a otros, se gastan fortunas, algunos dan "pelotazos" y parecen artefactos voladores con forma de huevecito, en los que apenas llega ni un rayo de sol ni, por ejemplo en el Bernabeu, ni una gota de lagua si llueve. Así salen de malcriados, que si el campo estaba embarrado, que si "mis jugadores no están acostumbrados a jugar con ese sol" (como decía un sujeto llamado Xavi cuando el Barsa perdió contra el Getafe), etc.
Saludos
Álvaro (G.U.)
Hola, pues juraría que fue la primera vez que subiste la foto del último día en el instituto, que has repetido recientemente, pero ya anonimizada. El detalle principal son los pómulos, como elemento más característico del rostro en este caso. Siempre digo que la caricatura, que es la forma más sencilla de representar a alguien, se basa en un par de elementos subrayados y que el resto no desentone. Y, además, he de decir que suelo ser buen fisonomista.
EliminarUn saludo.
Mateo.
Acabo de localizar en el ARCHIVO DEL BLOG la foto a la que te refieres sin "anonimizar". Me ha costado, no creas, ya que la he publicado "anonimizado", pero he escrito en BUSCAR EN ESTE BLOG: «5 de julio de 2011» y ha aparecido el 5º aniversario de esa fecha.
Eliminarhttps://granuribe50.blogspot.com/2016/07/hoy-hace-cinco-anos.html
Un saludo.
El sifón (agua con gas)se recargaba invertido conectado a una máquina que le inyectaba el gas.Pesaba mucho,para facilitar la entrada el agua del interior tenía que estar muy fría,así la mezcla era ideal.Mi padre era socio de un casino,de aquellos del XX ,en todas las mesas cuando pedían un café, no faltaba el sifón. En aquel tiempo los beneficios del bicarbonato de sodio,hacía que en las mesas no faltara este producto.Cafe,sifón y bicarbonato asociados a tiempo pasado.
ResponderEliminarSaludos
Me gustaban mucho y eran muy bonitos. Los había translúcidos, otros eran verdes o de diferentes colores. En Francia, he visto algunas casas en que los tienen decorando.

EliminarSaludos
Estupendas las fotos de la evolución de Rambla de Catalunya.
EliminarEn cuanto a los aperitivos, el sifón presidía la mesa en todos ellos. Muchas veces se mezclaba con el vermú de Reus, muy común entonces (parece que ahora está volviendo a tener predicamento).
Por cierto, el parecido con su madre es muy evidente.
Un abrazo. MJ
Queda un poco cortada la descripción porque quería hablar algo del arquitecto Rodríguez Lloveras y entonces me he acordado de la foto de mis padres tomando el aperitivo en el Sandor de Francesc Macià (ex Calvo Sotelo), que está en el edificio del susodicho arquitecto.

EliminarEs un recuerdo que tengo muy presente: el de los sifones con el vermut. Por cierto, hablando de vermut, no sé si sigue el "Vermut" de Vinaroz y sus anchoas; hace mucho que no vamos por allí. Queríamos ir al Parador de Benicarló, pero está cerrado tras la Dana.
Si lo decís Mateo y tú (que me conoce más que Mateo) por algo será.
Un abrazo.