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lunes, 17 de febrero de 2025

El teatro Calderón, el cine Comedia y la Thyssen

Enric Sagnier, Barcelona, «Casa Emilio Juncadella» (1901)
Vamos por partes. La «Casa Emilio Juncadella», un palacete propiedad de ese empresario de la industria textil, estaba situada en la Rambla de Catalunya nº 26, esquina Diputación. Fue diseñada por Enric Sagnier en 1901. Cuando en 1932 el gobierno de Azaña ordenó disolver la Compañía de Jesús (los jesuitas), los alumnos del cercano Colegio de Caspe continuaron sus estudios en una academia fundada a la sazón en ese palacete, por entonces propiedad del hijo de Emilio, que era un tipo muy viajero, pero al que el inicio de la guerra incivil le pilló en Barcelona. Fue fusilado a finales de julio de 1936, tras el alzamiento de Franco, e incautado el edificio.

Durante la guerra civil antes citada la casa sufrió varios bombardeos y un incendio que la dejó «hecha unos zorros». Fue derribada a principios de los años cuarenta. Se trataba de encontrar arquitecto para construir un teatro que ocupara su lugar. Y el arquitecto escogido fue Josep Rodríguez Lloveras.


Josep Rodríguez Lloveras, «Casa Ferrer Cagigal» (1935)
Josep Rodríguez Lloveras, «Casa Ferrer Cagigal» (1935)
[Paréntesis]. Recordemos que Josep Rodríguez Lloveras (1902-1984) era un arquitecto especializado en teatro. Había proyectado unos años antes, en 1935, la «Casa Ferrer Cagigal», en la plaza Francesc Maciá. Es un edificio que le gusta a G.U. porque, además de su diseño y su buena implantación en la plaza, es el marco una de las fotos de sus padres, tomando el aperitivo (sin percebes, el sueldo no daba, iban justitos) en un conocido bar situado en el edificio (el Sandor se inauguró en 1944).
Francesc Català-Roca, «Terrazas en la Diagonal» (1944)
Los padres de G.U tomando el aperitivo junto a la «Casa Ferrer Cagigal» (Navidad 1945)
[FILM-FOTO SOLER, Travesera Vieja de las Corts, 93]
Fernández Lloveras también fue el arquitecto del Teatro Comedia, en Paseo de Gracia-Gran Vía, luego transformado en cine, que cesó su actividad como tal en enero de 2024. Una pena. La gente va poco al cine. Hemos leído que será nueva sede del Museo Thyssen. A ver si es así y con qué tipo de obras...
[Postal que se conserva en la Biblioteca MNAC]
Josep Rodríguez Lloveras / Teatro (y luego cine) Comedia (1934)

Pero no nos despistemos. Hablábamos de la desaparición del palacete de los Juncadella de la Rambla Cataluña. En el solar se construyó el teatro Calderón, en el chaflán con la calle Diputación, un proyecto del ya mencionado arquitecto Josep Rodríguez Lloveras. Tenía una capacidad para 1.500 espectadores, una fachada de tipo ecléctico en la que destacaba un grupo de diez columnas sobre la puerta principal, en la que se había colocado una marquesina de cristal para evitar contratiempos por la lluvia a los que hacían cola. Fue inaugurado el 17 de febrero de 1945, hoy hace exactamente ochenta años , con la representación de "El alcalde de Zalamea", de ahí que escribamos sobre este asunto.
Josep Rodríguez Lloveras / Teatro Calderón (1945)
El caso es que, a pesar de que el teatro tenía bastante público, una operación inmobiliaria (de tipo "porciolista") logró derribar aquello para construir un hotel, el actual Hotel Calderón, que se inauguró en 1973. La Rambla de Catalunya continuó así perdiendo su imagen. Lo más curioso del caso es que el arquitecto al que se encargó el proyecto del nuevo hotel fue el propio Rodríguez Lloveras, un tipo que modificó radicalmente su lenguaje arquitectónico para adaptarlo al encargo y a los nuevos tiempos.
Josep Rodríguez Lloveras / Hotel Calderón [granuribe50 (18/2/2025)]
Es un edificio correcto de un arquitecto versátil, lo malo es que en la Rambla Cataluña canta un poco...
Josep Rodríguez Lloveras / Hotel Calderón (1969-1973)

domingo, 9 de febrero de 2025

Los inversores inmobiliarios y «La Riviera de Gaza»

Viñeta de El Roto (05/02/2025)
Una de las imágenes promocionales del plan Gaza 2035. (Oficina del Primer Ministro de Israel)
Imágenes promocionales del plan Gaza 2035. (Oficina del Primer Ministro de Israel)
«Gaza está destruida y ya tenemos un terreno baldío con sólo pagar los servicios de desescombro. 40 kilómetros de costa mediterránea listos para construir. ¡Qué mejor que licitar la edificación de resorts! Habrá que encontrar acomodo a 2 millones de palestinos. [...] Con los siglos aprendimos que no había que destruir sin que nos animáramos a restaurar, que es el negocio. ¡Disfrute su ocio en las playas de la antigua Palestina!»

miércoles, 5 de febrero de 2025

Modesto homenaje al diseñador Miguel Milá

Vamos a ver si nos entendemos. G.U. no infravalora para nada la formación adquirida en la Escuela de Arquitectura. Tampoco infravalora el título de arquitecto obtenido allí, muy al contrario, le ha permitido dar clases de la materia que le gustaba durante treinta años. Su padre le pagó la carrera. ¡Gracias!
Xavier Miserachs / Diagonal, Señora, Dauphine, Escuela de Arquitectura y Escuela de Ingenieros (1962)
Pero les confiesa que hubiera preferido ser diseñador industrial más que arquitecto, una profesión que es muy complicada. [Aunque en aquella época las carreras universitarias a elegir se contaban con los dedos de dos manos. Y la otra cosa que le hubiera interesado, Ingeniero Agrónomo, se cursaba en Madrid]. En fin, no le hubiera importado nada ser una especie de Miguel Milá, vamos. Un gran tipo. 

1) Le diferencian de él varias cosas, a saber. Que G.U. tuvo problemas, sí, pero no demasiados, para ir aprobando las asignaturas de Arquitectura. También se diferencia, y eso quizá lo hubiera invalidado para ejercer ese oficio, en que no tiene ningún amor ni por las ferreterías ni por el "Servicio Estación" ni por el bricolaje ni por las cajas de herramientas que comporta esa afición. Muy al contrario que Milá, que se hubiera pasado días enteros recorriendo esa tienda de la calle Aragón. 

A este respecto escribe Milà en el libro al que luego nos referiremos:
«Mi fuente de inspiración no son las ferias de diseño ni las revistas ni los libros. A mí me encantan las ferreterías. Yo viviría en "Servicio Estación" —que es mucho más que una ferretería—. No voy a ver lo que me hace falta, sino lo que me podría hacer falta. Tengo siempre hambre de herramientas».
Esa tienda que le cae gorda a G.U., aunque reconoce que es práctica. Empezó siendo gasolinera (Service Station) y luego ya devino en SERVICIO ESTACIÓN hasta lo que es ahora, ya remodelada: SERVEI ESTACIÓ, en la calle Aragón, en la misma manzana que la casa Milà, de Gaudí.

2) Pero se le asemeja en un cierto rigor proyectual, en su sentido de la ergonomía, en su afición por que los objetos sean prácticos y funcionen bien, en su capacidad de observación del entorno, en que es un poco cabezota hasta conseguir encontrar la solución a problemas domésticos y en cosas de ese tipo.
Miguel Milá en su mesa de trabajo / Fotografía: Mariana Eidler
El caso es que este hombre falleció en Bilbao hace seis meses, el 13 de agosto pasado. Por tener el blog en Stand By, "Cerrado por Vacaciones", no le dedicamos aquí ni siquiera unas líneas entonces. 
El libro de Miguel Milá, con la lámpara TMM (1962) en portada / Mordiendo la pantalla de la lámpara TMC (1958)
El libro MIGUEL MILÁ; Lo esencial, el diseño y otras cosas de la vida (Ed. Lumen, 2019) nos interesó mucho en su día, por su claridad, sencillez y buena edición. En él leemos lo siguiente:

«Uno de los días más felices de mi vida fue cuando salí de la Escuela de Arquitectura dispuesto a no volver nunca más. Llevaba dos años teniendo grandes problemas con las matemáticas. No me dejaban dormir. Fue Federico Correa quien me dijo: «Vete, déjalo y dedícate a lo que quieras hacer». A pesar de esto. me fue muy útil pasar por la Escuela de Arquitectura. Conocí a muchos estudiantes y a muchos profesores. Se puede decir que conocú a todos los arquitectos de una época de Barcelona. Todos los que pasaron por la escuela en la que yo repetía asignaturas año tras año.
Miguel Milá, diversos diseños de lámparas y chimenea
De mis hermanos Alfonso y Leopoldo y de Federico Correa he aprendido mucho. Pero, entre los arquitectos, al que más he admirado es a Juan Antonio Coderch. Él me enseñó a atender la función. A simplificar, pero también a no tener miedo de un quiebro, de una curva, de una solución que descuadrara el diseño, pero que lo humanizara. Con estas bases inicié mi carrera de diseñador.[...]
Miguel Milá, diseños de lámparas, estanterías, mesas, bancos, sillas

Aunque no tengo teorías, ni he escrito tratados, puedo decir que el buen diseño no se nota, pero se agradece, porque mejora la vida de todos. La hace más cómoda. No la revoluciona. El mal diseñador prefiere lucirse a ser discretamente útil. Es lo que yo he tratado de ser, discretamente útil».


G.U. comparte totalmente el último párrafo de este texto. «El buen diseño no se nota, pero se agradece, porque mejora la vida de todos. La hace más cómoda. No la revoluciona. El mal diseñador prefiere lucirse a ser discretamente útil». Con este decálogo (doble), acaba el libro, escrito por Anatxu Zabalbeascoa como transcripción de las decenas de horas de conversaciónes en la casa de Miguel Milá.

 DECÁLOGO (doble) PARA ENTENDERME A MÍ MISMO
  1. Clásico es lo que no se puede hacer mejor.
  2. Una lámpara debe alumbrar, no deslumbrar.
  3. Hay que tener sentido del humor y sentido del amor.
  4. El lujo no siempre es confort, pero el confort siempre es un lujo.
  5. La moda es aquello que pasa de moda. Te quita personalidad, es un error pensar que te la da.
  6. La calidad no entra por los ojos; se siente más que se ve.
  7. Uno educa cada día con lo que hace, casi nunca con lo que dice.
  8. Los objetos que complican no me interesan. El diseño debe ayudar. Los artesanos inventaron las vajillas y la rueda, cosas indispensables para la vida diaria.
  9. El mejor diseño acompaña y no molesta.
  10. No entiendo el gasto absurdo, ni la novedad por la novedad. Crecí en la posguerra: reciclar y no desperdiciar.

  11. No hay que cambiar lo que funciona. «Cambio» debe ser igual a «mejorar».
  12. El envejecimiento enriquece algunos objetos, algunos materiables nobles, como la madera, la pierda o a algunas personas.
  13. Quien progresa es el que sabe conservar lo bueno y no el que intenta destruir todo la anterior para hacerlo de nuevo.
  14. Envejecer bien es potenciar tus valores.
  15. Soy más un creador de matices que de revoluciones. Evolucionario, más que revolucionario.
  16. Cuando no crees en lo que haces, no haces las cosas bien.
  17. Lo sencillo, es complejo de conseguir. El objetivo es que lo complejo parezca fácil.
  18. Diseñar es ordenar. Y es poner a los demás por delante de tu ego.
  19. Sé útil y te utilizarán.
  20. Cuando una persona disfruta con lo que hace, hace disfrutar a los demás.

miércoles, 29 de enero de 2025

«The Brutalist», la Bauhaus y Vitruvio

La Arquitectura está de moda, apreciados lectores. No sé si han oído hablar de la película The Brutalist. G.U., aunque no la ha visto, sí que ha leído comentarios muy elogiosos por parte de críticos de cine, algunos habitualmente implacables. Claro que, de la crítica... uno ha aprendido a no fiarse un pelo; el vil metal afloja la mosca para entronizar películas, y más cuando se acercan los Óscar (y los Goya).

Cuando la veamos ya diremos esta boca es mía. Parece ser que la trama sigue a un tal László Tóth, arquitecto judío húngaro que sobrevive al Holocausto y emigra a los Estados Unidos. Se encuentra con muchas dificultades al principio, pero su talento acaba por ser reconocido por un adinerado cliente y...

Walter Gropius, Edificio de la Bauhaus, en Dessau (1925-1926) 

Bien, no fue el único. Gropius, Mies van der Rohe y tantos otros se trasladaron a EEUU (ojo al dato, otros —pocos— lo hicieron a Rusia) huyendo del nazismo, y exportaron el espíritu de la Bauhaus, una escuela que albergaba mucho genio dentro. De hecho, Gropius fue su fundador y primer director y Mies el úlimo [su predecesor en el cargo, Meyer, es uno de los que marcharon a Moscú]. El caso es que en USA desarrollaron al máximo su talento; allí había pasta y ganas de demostrar al mundo quién era el p*** amo. De esto ya hablaremos cuando nos quitemos la som de les orelles, como se dice por aquí.


De momento, vamos a remontarnos veintitantos siglos atrás, para hablar de un sujeto llamado Vitruvio.

Su tratado, De Architectura, cubre una amplia gama de temas relacionados con la arquitectura, incluyendo diseño de edificios, materiales, construcción, acústica, y proporciones humanas. Hablando de proporciones, quizá conozcan algo de él a través del dibujo «El hombre de Vitruvio», de Leonardo da Vinci. Representa una figura masculina desnuda en dos posiciones sobreimpresas de brazos y piernas, inscritas en una circunferencia y un cuadrado.

Leonardo da Vinci, El hombre de Vitruvio, 1492

Quizá se pregunte alguno de ustedes ¿quién demonios era ese tal Vitruvio? Vamos a ello: 

Se estima que nació entre 80-70 a.C., en la antigua Roma. Vivió durante un período de turbulencia política, en la transición de la Repúblia al Imperio. Combatió bajo Julio César en Galia. De hecho, fue su arquitecto durante su juventud y, al retirarse del servicio, entró en la arquitectura civil, siendo de este periodo su única obra conocida, la basílica de Fanum (Italia). Es el autor del tratado más antiguo sobre arquitectura que se conserva y el único de la Antigüedad clásica, el ya citado De Architectura, en diez libros (probablemente escrito entre los años 27 a. C. y 23 a. C.), inspirada en teóricos helenísticos.

Vitruvio y su libro De Architectura
Según Vitruvio, y no será G.U. quien le quite la razón, para que la arquitectura produzca resultados aceptables debería seguir los principios establecidos en su tríada «venustas, firmitas et utilitas», esto es, belleza, solidez y utilidad. Allí es nada.
 
Y en la obra antes citada añade cómo debe ser el arquitecto: 
«Et ut literatus sit, peritus graphidos, eruditus geometria, historias complures nouerit, philosophos diligenter audierit, musicam scierit, medicinae non sit ignarus, responsa iurisconsultorum nouerit, astrologiam caelique rationes cognitas habeat – haec omnia faciunt virum vere eruditum et polyhistorem».

Lo que «en roman paladino» viene a decir, más o menos:
«Que debe saber escribir correctamente, ha de ser experto en dibujo y sabio en geometría, que debe conocer muchas historias y sucedidos, que ha de escuchar atentamente a los filósofos, que ha de conocer la música y algo de medicina, así como leyes, y desde luego ha de saber leer en los astros y estar familiarizado con el sistema celeste: todas estas cosas hacen que un hombre sea verdaderamente erudito y polímata».

Pues estamos apañados. G.U. cumple a rajatabla muy pocas de esas condiciones del arquitecto que demandaba Vitruvio, y a juzgar por los edificios que vemos por aquí, no es el único. Solo conoce a uno que las cumpla más o menos. Sabemos que la película citada al principio él no la verá nunca, porque no suele ver ninguna. Por suerte, Vitruvio no exigía que se fuera buen conocedor del Séptimo Arte...
Veremos si las dimensiones son tan colosales. G.U. no va ahora al cine. Esperará a Movistar (tardará).

lunes, 13 de enero de 2025

«Culés», campos del Barça, Eduardo Torroja

ESO Y TAMBIÉN UN PINO

Hoy, los barsistas (o sea, los culés) están muy ufanos porque ayer le metieron lo que se llama "una manita" (cinco goles) al detestado Madrit. Una goleada que pasará a los anales del club, a conmemorar por las generaciones venideras. El partido se celebró en Arabia, en un superestadio. Algunos enjuagues lo llevarían allí. Vale; ahora recordemos los campitos en los que jugó el Barça antes del Nou Camp.

El campo de la calle de la Industria fue la casa del Barça desde 1909 a 1922. Estaba situado entre las calles París (antiguamente Industria), Urgel, Villarroel y Londres. Se lo conocía popularmente como l'Escopidora, porque era muy pequeño. Se compró durante la presidencia de Joan Gamper, el sujeto que da nombre a la calle donde reside G.U. (que es un mal barsista, lo confiesa, prefiere que pierda).
Barcelona Campo de la calle Industria (L´Escopidora)
Entonces, ¿a qué viene lo de culé? Pues es muy sencillo. Desde el exterior, se veía a los espectadores  del campo de la calle de la Industria (hoy París) alineados en sus últimas localidades. Sus traseros, o culos (o 'culés') se observaban desde la calle los días de partido. Y ahí se quedó el simpático apelativo.
Barcelona, Campo de la calle Industria (L´Escopidora)
Era un estadio muy modelno para la época, ya que disponía de una tribuna de dos pisos de madera, que se dice que tenía una capacidad para 1.500 personas sentadas (los que mostraban el pompis estaban sentados en otro sitio). Fueron años muy buenos para el Barça. En esa época jugaban tipos como Samitier o Ricardo Zamora y ganaron bastantes títulos. Por cierto, en este campo el Athletic de Bilbao le ganó la Copa del Rey de 1916 por 4-0 al... Reial Madrit! Ojo al dato.
Barcelona, Campo de Les Corts (con la cubierta antigua)
Debido a los éxitos conseguidos por el Barça y al creciente número de socios (en 1922 contaba ya con más de 6000​) se decidió el traslado a un campo más grande. A tal efecto, en 1922 el presidente Joan Gamper firmó la compra de unos terrenos en el barrio de Les Corts (entre Travesera de Les Corts, Numancia, Marqués de Sentenat y Vallespir), muy cerca de donde vive quien esto escribe. Se construyó en tres meses, trabajando día y noche, una barbaridad (¡otros tiempos!), y costó un millón de pesetas.
Barcelona, Campo de Les Corts (con la cubierta antigua)
Fue inaugurado en mayo de 1922 con gran boato. Estaban todos muy ufanos, porque afirmaban que era "el más moderno de Europa". No sé, no sé. Lo de aquí siempre es lo mejor, ya saben. En fin, ya ven que la tribuna tenía esos pilares que soportan la cubierta y eso dificultaba a los socios ver totalmente el campo. Y como las cosas siguieron yendo bien, se decidió cambiar la cubierta de la tribuna. 
Madrid, Hipódromo de la Zarzuela (Torroja, Arniches y Domínguez)
Se habían venido arriba y no se trataba de contratar a un mindundi para diseñar otra. Había que buscar al mejor. Y el mejor era nada menos que el ingeniero de caminos Eduardo Torroja. Entre otras muchas cosas, había proyectado en 1935 —junto con Carlos Arniches y Martín Domínguez, dos arquitectos muy buenos— las instalaciones del Hipódromo de la Zarzuela. Sus famosas bóvedas voladas se componen de sectores de hiperboloide, en hormigón armado.¡Fantástico!
Hipódromo de la Zarzuela / Carlos Arniches, Martín Domínguez (arquitectos) y Eduardo Torroja (ingeniero)
Vista del acceso a las pistas / [CSIC, Informes de la Construcción, vol. 14 (1962)]
Enlace a wikiarquitectura (33 imágenes, planos y fotos)

[Pero, bueno, quizá alguno de ustedes lo conozca un poco más por ser el abuelo de Ana Torroja, la cantante del grupo Mecano de los años 80 (Nacho Cano, muy de actualidad, formaba parte de él) y actual Marquesa de Torroja (heredó el título que Franco otorgó a su abuelo)]. 
Barcelona, estructura de la cubierta para el Campo de les Corts (Eduardo Torroja)
Pero ojo, la solución de la Zarzuela era muy costosa. La pela és la pela. Para cubrir la grada oeste, donde estaba la antigua, era necesaria una marquesina de gran luz (27 m), que proyectó Eduardo Torroja en acero para reducir su peso y, por ende, su coste. La cubierta quedaría anclada a unas grandes piezas de hormigón, combinándose así acero y hormigón de la manera más económica posible. En fin, los detalles técnicos de todo el asunto se los ahorramos, no vayamos a asustarles a ustedes.
Barcelona, tribuna del Campo de Les Corts, con la cubierta de Eduardo Torroja
El resultado fue muy espectacular para la época en que se construyó (1943). Arriba tienen una imagen de la tribuna con su nueva cubierta, días antes de su inauguración. Bastante elegante y muy eficaz.
Barcelona, tribuna del Campo de Les Corts, con la cubierta de Eduardo Torroja
Aquí mostramos una vista superior de la cubierta, tomada durante uno de los primeros partidos que se jugaron ya con el nuevo elemento incorporado. Ojo al dato, la parte superior la cubren unas placas de asbesto cemento, que probablemente hoy en día no hubieran sido permitidas.
Barcelona, tribuna del Campo de Les Corts, con la cubierta de Eduardo Torroja
Y aquí una vista del interior de la tribuna. Llaman la atención esas sillitas de madera tan bien alineadas. El contorno interior de la marquesina se eligió libremente, con un resultado sutil que proporcionaba una visión ininterrumpida del campo. Llevaba unas tiras de madera de color naranja separadas 35 cm entre sí, que remarcaban la forma airosa de la cubierta, produciendo un agradable efecto estético, dicen.
Barcelona, Campo de Les Corts, con la cubierta de Eduardo Torroja
Este es el Gol Norte, dando a la Travesera de Les Corts. Los espectadores nos muestran también sus lomos. Un anuncio de los gayumbos Braslip parece cofirmar que esos espectadores son culés de pata negra (dignos herederos de los culés del campo de L´escopidora al que nos referíamos al principio).
Barcelona, Travessera de Les Corts, pino y solar donde estaba el Campo de Les Corts
Pero los triunfos del Barça seguían y aquello se les volvió pequeño. El equipo parecía invencible, con el quinteto Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón, aquellos a los que cantaba Serrat en Temps era temps. Se derribó el campo de les Corts y se vendió la cubierta de Torroja al Nàstic de Tarragona por 50000 pesetas. ¿Qué se hizo con ella? G.U. no lo sabe. La IA tampoco. Quizá esté en un almacén. En la foto superior vemos lo que quedó al derruir el campo de Les Corts: algunos de los los elementos de hormigón que soportaban la cubierta todavía en su sitio y el único pino que no arrancaron.
Barcelona, Travessera de Les Corts, pino y un bloque sobre el solar del campo (Google Maps)
Tras el cierre de Les Corts, el Barça inició un largo proceso de recalificación de los terrenos. Estaban considerados como zona verde. Para poder vendérselos a una constructora como terreno edificable (lo que los revalorizaba mucho) había que dar un pelotazo. El Ay Untamiento presidido entonces por el alcalde Porcioles lo aprobó, claro, y para las fiestas de la Mercé de 1957 ¡se inauguró el Nou Camp!

Ahora, en su lugar, tenemos dos enormes colmenas de trece plantas, con unas tres mil viviendas. La hermana de G.U vivió en una de ellas (no la de la foto, la otra) en los primeros setenta. Han tenido el detalle de conservar ese pino. El pino que plantó cara a la especulación, pero eso es otra historia. Avui no toca
 

viernes, 10 de enero de 2025

El último chalet de un «arquitecto-estrella»

"MODELNA" CASA ALPINA JUNTO A UN LAGO (Rem Koolhaas, arquitecto)
El arquitecto-estrella Rem Koolhaas
Bueno, como este bloguero deduce que, entre sus miles de seguidores, solo F.C. y unos pocos más están al día de lo que se cuece en la arquitectura actual (G.U., no mucho), aquí les informamos acerca de una de las principales estrellas del firmamento, aunque el hombre ya tiene sus añitos (80): Rem Koolhaas. Se trata de un holandés de aspecto y orejas de diablillo, que viste siempre de negro, como mandan los cánones en todo arquitecto que se precie, y con el punto de engreimiento necesario para hacerse un hueco en las revistas de arquitectura. Por algo fue premio Pritzker de Arquitectura en 2000.

Viene a cuento porque ha diseñado hace poco un "modesto" chalet alpino, pero en plan guay, aunque en una parcela un poco estrecha. Escribe nuestro arquitecto-estrella Rem Koolhaas: 

«Conocí al cliente en una conferencia digital en Múnich: nos pidió que diseñáramos una casa en un terreno muy estrecho y empinado al lado de la casa de su hermana en Zell am Zee, el pueblo de Austria donde había crecido. La casa está planificada en cuatro plantas. Todas las plantas están conectadas por una escalera continua que se extiende completamente bajo tierra. En la superficie, la envolvente de hormigón blanco de la casa establece una relación dinámica con su entorno: en marcado contraste con la colina verde en verano y camuflada por completo en un típico día de invierno».

Casa en Zell am Zee, junto al lago Zeller (Austria, 2024) / Rem Koolhaas
En realidad, ves esta casa y en seguida piensas que es obra de un arquitecto-estrella. No son como las de al lado, gente probablemente normal con pasta. Las casas de los arquitectos estrella son especiales, glamurosas. No es difícil detectarlas. Si leen el texto superior, verán que un cliente de Rem Koolhaas le pidió que diseñara una casa alpina al lado de la de su hermana. Ya se intuye que el cliente de Koolhaas y su hermana tienen gustos dispares. Uno es un tipo "modelno" y la otra una señora normal; vamos, del montón. Ahora aprenderá ella lo que es el glamur, cuando vea la de su vecinito, que resulta ser su hermano. No sabemos en qué casa habrán celebrado Papa Noel y otros festejos. 

Viendo las fotos, G.U. pensó que podía ser una casa que le habrían encargado en alguna pequeña parcela entre medianeras del abigarrado Tokio y que por alguna razón no habría podido llevar a cabo. La verdad es que entre las casas vecinas parece metida con calzador, todo sea dicho. En cualquier caso, si encargas una casa a una estrella ya sabes que te arriesgas a obtener un artefacto poco habitable, pero que será la envidia de todo estudiante de arquitectura con aspiraciones a estrellita, como mínimo. Koolhaas ha proyectado o construido muchos chalets, pero no encontrarán ninguno normal y corriente, sea en terreno en pendiente o en el llano, con un clima o con otro. Es importante llamar la atención.
Casa Lemoine (Burdeos) /  Rem Koolhaas
En cuanto a edificios grandes, almacenes de lujo, bibliotecas, centros culturales, privados o públicos, veamos. Si son públicos, ya sabes que vas a exprimir el bolsillo de los ciudadanos, entre honorarios de arquitecto, cálculos de estructuras, problemas constructivos que surjan luego, etc., pero da igual. Sí, en efecto: da igual, «el dinero público público no es de nadie», como proclamaba una ufana exministra.
Tiendas de lujo, Hanwha galleria en Gwanggyo (Corea del Sur), Rem Koolhaas OMA
Obras de Rem Koolhaas. De izquierda a derecha y de arriba abajo:
Bibliotca Central de Seattle / Sede de la televisión Central de China
Biblioteca Nacional de Qatar / Learning Center en Lausana
Taipei Performing Arts Center / Rem Koolhaas
Taipei Performing Arts Center / Rem Koolhaas

viernes, 20 de diciembre de 2024

¡Feliz Navidad desde el Paseo de Gracia!

Barcelona, Paseo de Gracia (20/12/2024) / [granuribe50]
G.U. tenía hora esta mañana a las 9:14 en las oficinas de MUFACE (en peligro de extinción) para resolver algunos asuntos. Pero no, no es su intención hablar de eso, que nos tiene harto mosqueados. No. Avui no toca. La imagen está tomada junto a la entrada al edificio, donde estaba el ya desaparecido Boulevard Rosa. Una pena. Sigue allí todavía el Bulevard Dels Antiquaris. Veremos cuánto dura.
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Batlló, Gaudí (20/12/2024) / [granuribe50]
El caso es que ha aprovechado para bajar una manzana hasta la Casa Batlló, de Gaudí. El sol brillaba, es quizá el momento del día en el que le da la luz más adecuada y, otrosí, no había llegado todavía la habitual muchedubre de turistas haciendo selfies frente a la fachada. G.U. mata dos pájaros de un tiro y, a punto para marchar a Ibiza unos días, aprovecha para felicitarles a ustedes la Navidad.
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Batlló, Gaudí (20/12/2024) / [granuribe50]
Siempre hemos lamentado que al edificio que tiene a su derecha se le permitiera, en la época del alcalde Porcioles, remontar dos pisos más. Si se fijan, la cubierta que diseñó Antonio Gaudí moría justo en lo alto de ese edificio antes de crecer. Pena da, pero en aquellos años no se lo apreciaba tanto.
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Batlló, Gaudí (20/12/2024) / [granuribe50]
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Batlló, Gaudí (20/12/2024) / [granuribe50]
Bueno, no comentaremos nada que ustedes no sepan ya de la Casa Batlló. Pero no nos olvidamos de la casa de al lado, la Casa Amatller, obra de Puig i Cadafalch, el arquitecto cuya misión era adecentar un viejo edificio para adecuarlo a los requerimientos del maestro chocolatero Antoni Amatller i Costa. Este encargo se llevó a cabo entre 1898 y 1900 y el resultado fue un inmueble de estilo neogótico catalán, con evidentes influencias de la arquitectura flamenca. Allí vivió siempre el señor Antoni, el chocolatero.
Barcelona, Paseo de Gracia, Casa Amatller, Puig i Cadafalch (20/12/2024) / [granuribe50]
Cuando visitaba esa zona con sus alumnos, G.U. siempre aprovechaba para comprar en la planta baja unas chocolatinas para ellos. Rumboso que es (era) uno. Aquellos eran buenos momentos, ¡vive Dios!
Cartel de Chocolate Amatller (Alphonse Mucha)
En fin, otras ocupaciones reclamaban la atención de G.U. y no se podía demorar allí. ¡Feliz Navidad!
Barcelona, Paseo de Gracia (20/12/2024) / [granuribe50]
En lo que a nosotros respecta (G.U. y doña Perpetua) solo nos queda desear y desearles que el año que viene sea un poco mejor que el que acaba. Eso no será difícil, el listón está bajo, pero tocamos madera.


Paseo de Gracia en 1969 / La Pedrera en 1969
[Acuarelas: Federico Lloveras]
Ya que hablamos del Paseo de Gracia, una avenida bien diseñada por la que era y sigue siendo grato pasear, a G.U. no le dio tiempo esta mañana de subir hasta "La Pedrera" el otro edificio "emblemático" de Gaudí en este paseo. Con ocasión de estas fiestas, les obsequia con un par de páginas de un libro que le regalaron a su padre para Navidad de 1970. Se titula Barcelona (Alfaguara, 1970), con textos de Camilo José Cela, que describe estupendamente ese edificio, e ilustraciones de Federico Lloveras, un acuarelista que siempre gustó a este bloguero, ya que dominaba la técnica y supo captar muy bien la luz y la atmósfera de esta ciudad. La Pedrera se ve que aún tenía la cara sucia por entonces (1969).