miércoles, 30 de septiembre de 2020

Y el que no haya entendido, que levante la mano

ADIÓS A QUINO (Y A MAFALDA)

[G.U., desde antes]

«El Barça es más que un club»

TORRA ¿FUTURO PRESIDENTE DEL BARÇA?

El FC Barcelona manifiesta su solidaridad con el Molt Honorable President de la Generalitat de Catalunya, Joaquim Torra, que hoy ha sido inhabilitado por el Tribunal Supremo.
El FC Barcelona considera que la inhabilitación del presidente de la Generalitat de Catalunya es desproporcionada y vulnera gravemente la voluntad democrática de la ciudadanía expresada libremente en las urnas.
La defensa del derecho a la libertad de expresión y del derecho a decidir forman parte de los principios y del compromiso cívico de nuestro club. El FC Barcelona ha defendido siempre que el conflicto político que , desde hace años, vive Cataluña, se ha de resolver desde el dálogo político y nunca desde la judicialización.


martes, 29 de septiembre de 2020

El ministro Castells ¡ha vuelto!

Castells: «Inhabilitar a Torra me parece una provocación»


Miguel Castells luce ufano su cartera ministerial, en presencia de Pablo Iglesias y otro

El ministro "missing" Castells ¡ha reaparecido!, muy recuperado de su lumbalgia, para recordarnos (por si lo habíamos olvidado) que tiene una cartera de ministro que no piensa soltar ni que lo zurzan, al menos hasta que no se lo exija la señora Ada Colau, su gran valedora en el gabinete ministerial (ojo, con el beneplácito de Iglesias). De paso, y con objeto de hacer méritos ante esos dos figurones (por llamarlos de alguna manera), no ha desaprovechado la ocasión para echar pestes de la monarquía y del Rey (al que dio clases), de los jueces en general y del Tribunal Supremo en particular; en este último caso, por la desfachatez que ha tenido de inhabilitar a Torra por la pancarta. De las universidades no ha dicho nada, a pesar de su talla (intelectual) y del cargo que ostenta. En ese tema, ni está ni se le espera. 



En el mundo procesista toca ahora lo de siempre: rasgarse ostentosamente las vestiduras, manifestar una tremebunda indignación, lloriquear sin consuelo por Europa, amenazar con llevar el asunto al Tribunal de La Haya o a Estrasburgo, redactar manifiestos con muchas firmas de la sociedad civil, montar solemnes declaraciones institucionales del Parlament y, los más aventajados discípulos del exMHP Torra, quemar contenedores por el Eixample, como en octubre pasado; parece que hace más tiempo ¿no?; pues solo hace once meses, pero es que está siendo un año de lo más raro.

El asunto es cansino; ¡qué pereza!. Ahora que estábamos tranquilos por este flanco, va y llegan los jueces de Madrit a agitar el gallinero otra vez. Pero no inquietarse: la cosa solo durará unos días: mucha irritación (cierta o impostada), muchos programas especiales de TV3 de varias horas de duración y proceso de canonización urgente de Torra, mientras encuentran un sustituto, que —decía hace un tiempo Ramón de España— quizá haya que buscarlo en el reino animal.



En fin, dijera lo que dijera Ramón de España y otros contumaces detractores como Albert Soler, que desde Diari de Girona lo vuelve a poner a caldo en Presidentorra ja és al calaix, Cataluña pierde desde hoy a un "gran estadista", en cierto modo a lo Churchill (a quien parece querer emular un poco en la cara malhumorada, en el rictus de la boca y en la afición a pronunciar ampulosas frases para la posteridad), y no andamos sobrados de figuras históricas de tal calibre.
[Autor desconocido / granuribe50]

lunes, 28 de septiembre de 2020

Barcelona, «archivo de la cortesía»

Pues ya lo ven, en épocas duras, además del "Estuche QUITAPENAS"... tenemos ¡El Quijote! En esta ocasión visita Barcelona. No sabemos muy bien cómo era Barcelona en aquellos años, pero lo cierto es que ha pasado épocas muy buenas, en las que era una ciudad cosmopolita y abierta a todos los aires; pero que hay quien quiere desde hace tiempo convertirla en un pueblucho provinciano y casi lo está consiguiendo. Una pena. Pero volvamos al XVII, con el Quijote.



Pues sí, don Quijote llega a Barcelona protegido por un bandolero llamado Roque Guinart, quien le recomienda a un amigo suyo de su misma calaña: don Antonio Moreno, cicerone durante su estancia en la ciudad, que lo acoge en su palacio. El palacete donde reside ese sujeto hay quien lo sitúa en la calle Montcada o por allí, en cualquier caso muy cerca de Santa María del Mar, escenario de la ilustración adjunta del gran Gustavo Doré.

Desde allí, sale un día de paseo con un colgajo en la espalda, acompañado de su fiel escudero Sancho, y quien lo increpa espetándolele "¡Vuélvete, mentecato, a tu casa!", no se crean ustedes, no es un catalán de pura cepa sino un castellano viejo. Se nos narra en el capítulo LXII (2ª parte):

«Iba don Quijote, no sobre Rocinante, sino sobre un gran macho de paso llano y muy bien aderezado. Pusiéronle el balandrán, y en las espaldas sin que lo viese le cosieron un pargamino, donde le escribieron con letras grandes: "Este es don Quijote de la Mancha".
Acaeció, pues, que yendo don Quijote con el aplauso que se ha dicho, un castellano que leyó el rétulo de las espaldas alzó la voz, diciendo:
—¡Válgate el diablo por don Quijote de la Mancha! ¿Cómo que hasta aquí has llegado sin haberte muerto los infinitos palos que tienes a cuestas? Tú eres loco, y si lo fueras a solas y dentro de las puertas de tu locura, fuera menos mal, pero tienes propiedad de volver locos y mentecatos a cuantos te tratan y comunican; si no, mírenlo por estos señores que te acompañan. Vuélvete, mentecato, a tu casa, y mira por tu hacienda, por tu mujer y tus hijos, y déjate destas vaciedades que te carcomen el seso y te desnatan el entendimiento». .

Pero don Quijote es un buen fajador y asimila sin problemas todo tipo de episodios chungos, y a estas alturas de la historia ni les cuento los que ha tenido que soportar. De ahí los elogios que vierte hacia Barcelona. [Este fragmento, muy conocido, pertenece al capítulo LXXII (2ª parte)].

«Y, así, me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los estranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única; y aunque los sucesos que en ella me han sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevo sin ella, solo por haberla visto».

domingo, 27 de septiembre de 2020

Un antídoto contra la desazón rampante

G.U. les confiesa que está un poco desazonado últimamente y un punto apenado por cosas que no entiende. Si han leído la entrada de ayer y otras anteriores le comprenderán. La cosa no es para menos, con la que nos está cayendo encima...

El estuche "QUITAPENAS". Salazón contra la desazón

De salud no es que ande del todo mal, buena cosa es. En otras peores se vio. Pero, por poner un ejemplo: le gusta salir tranquilamente y ver exposiciones, aunque de eso, poco este año; es una mala jugada organizarlas, porque no irá nadie y supone una desazón para el artista expuesto. También tenía la sana costumbre de viajar todos los años; la ciudad de Lorca solía figurar en alguno de sus itinerarios, porque le gusta mucho Murcia —allí la gente es alegre y vitalista— y por motivos familiares. Pero este año, ya ven: viajes, pocos, y Lorca tachado en rojo por el tema COVID. 

Por tanto, solo nos queda la lectura (mucha, y menos mal que existe), un poco de ejercicio, ver alguna serie o películas en SUNDANCE TV o TCM (bastantes), picotear por diarios digitales de variado pelaje, escribir algo en el blog (también leer lo que escriben en blogs amigos) y... ver ¡telediarios! (pocos, pero altamente deprimentes). 

Por eso, como comprenderán fácilmente, cunde un cierto desánimo y desazón en este bloguero, que urge erradicar a la mayor brevedad. Por suerte... ¡ha encontrado el antídoto! No sé si saben ustedes que a G.U. le vuelven loco las almendras (fritas); también la mojama, las huevas de atún, el bonito ahumado (el salmón, menos) y todas las salazones en general. En Murcia son grandes expertos, quizá por herencia de los romanos, que alguna huella dejaron por esos mares. Pero, a pesar de que aquella gente anduvo también por aquí, es dificilísimo encontrar tales productos en Barcelona. A los catalanes no les mola mucho eso, qué le vamos a hacer.  

Pues bien, como les decíamos y a lo que íbamos: G.U. ha encontrado la solución al desánimo y desazón galopante que le invade. A partir del día que reciba el primer envío de "Estuche QUITAPENAS" —en ese pedido incorporaremos otras salazones diversas— sus entradas serán mucho más luminosas y optimistas que las últimas.
Y ustedes que las vean... 


[Tranquilidad: la sal no es buena para la presión arterial; la "monitorizaremos" (como se dice ahora) adecuadamente].

sábado, 26 de septiembre de 2020

Informe de actividad de nuestro gabinete ministerial

«La política española es tan destructiva como el virus. Contra éste llegará una vacuna, pero contra el veneno español no parece que haya remedio. Si no hacemos algo, esta gente va a hundirnos a todos». Esto dice Antonio Muñoz Molina, un escritor muy bueno, de ideología próxima a la del PSOE, en un artículo titulado La otra pandemia, publicado en EL PAÍS, un diario también muy próximo a ese partido, según sople el viento.

Y continúa: [...] »Es el virus el que mata, pero mataría muchísimo menos si desde hace muchos años la incompetencia, la corrupción y el clientelismo político no hubieran ido debilitando las administraciones públicas, expulsando de ellas a muchas personas capaces, sumiendo en el desánimo a las que se quedaban, privándolas de los recursos necesarios que acaban dilapidados en privatizaciones tramposas o en nóminas suntuosas de parásitos. [...] 

A quienes más se parecen ahora los independentistas catalanes en su insolidaridad y en sus ganas de gresca y de aprovechamiento del desastre es a los patriotas españolistas que malgobiernan la Comunidad de Madrid. A unos y a otros, el daño que puedan hacer al Gobierno central les importa más que el perjuicio de todos. Y en el Gobierno mismo, mal avenido y desnortado, los bocazas y los irresponsables entorpecen el trabajo de los que sí saben lo que hacen».[...]



Bueno, G.U. no piensa hablarles en términos tan genéricos como Muñoz Molina, ni lo dirá tan bien, pero, como él, les confiesa también que está un poco harto de todo lo que ve, oye y percibe. Estamos inmersos en un quilombo de muchísimo cuidado, pero nuestros políticos de todos los niveles lo ignoran y nos muestran su absoluta incompetencia, echándole las culpas de todo siempre a los otros. La verdad es que muchos ciudadanos ayudan poco, por no decir nada (no es nuestro caso), pero hay cosas que ellos no pueden hacer (otras, sí, y no las hacen). ¡Qué país de m*****!

De los gobiernos autonómicos, G.U. no tiene mucha información, ni siquiera del catalán, del cual (al margen del  MHP Torra —"gran estadista"—) no conoce a casi nadie. Tampoco del de Madrid, aparte de a su presidenta Ayuso, otra "gran estadista", que no se esperaba encontrar esto al llegar al cargo y que ha acreditado también no servir para nada útil. 



La oposición es una M pinchada en un palo, pero como no gobierna no nos incumbe y ya le daremos de comer aparte. Por tanto, nos centraremos hoy en el gobierno que nos afecta a todos, el de España. En línea con lo de ayer, G.U. pasa a explicarles lo poco que sabe de la actividad actual de nuestro bien surtido (y bien pagado) gabinete ministerial bifronte.  De ese «Gobierno mismo, mal avenido y desnortado, [en el que] los bocazas y los irresponsables entorpecen el trabajo de los que sí saben lo que hacen», del que habla Muñoz Molina al final de los párrafos que hemos seleccionado. No se me inquieten; a partir de mañana nos dedicaremos también a otras cosas, pero ahora vamos a ello:

Pedro Sánchez ha renunciado a sus dilatadas y cansinas monsergas semanales del coronavirus y ahora prefiere dar cancha a sus ministras y ministros, para activarlos un poco, que ya va siendo hora, mientras él viaja a Bruselas a una reunión que había sido cancelada previamente, pero da igual, así se escaquea un rato y luce palmito en Europa.

 — Y qué mejor que dejar la manija de la comunicación en manos del ministro de Justicia (un tipo que "pasaba por allí", pero que es muy adicto), de Carmen Calvo y de Adriana Lastra (dos inutilidades de tomo y lomo), para informarnos del no-viaje de Felipe VI a Cataluña. "Es una decisión muy bien tomada", afirma el ministro de Justicia. ¿Quién la tomó?, le pregunta la locutora de la cadena SER (Àngels Barceló). "Quien la tenía que tomar", respondió ufano el ministro. Pero, ¿quién la tomó?, le pregunta otra vez la locutora. "Quien la tenía que tomar", respondió de nuevo. ¿Me lo dirá ahora? ¿Quién ha tomado esa decisión de que no vaya el Rey a Barcelona? "Quien la tenía que tomar". Tres veces, tres.

— "Quien la tenía que tomar"; lo volvió a repetir la segunda de a bordo de Sánchez, la señora Carmen Calvo, aunque no tantas veces, quizá porque se le preguntó con menos insistencia. Misión: nunca mencionar al responsable. Es un dios por encima de los mortales y les da de comer a todos ellos y ellas. Se nos ha dicho que Felipe VI no ha ido a esa entrega de los despachos a los nuevos jueces porque se quería proteger su figura. No deja de ser llamativo que el Estado no pueda garantizar la integridad de su propio Jefe en un viaje a Cataluña, pero en fin, doctores tiene la Iglesia.

— El ministro Illa es el único que se lo ha currado a fondo y ha dado muchas ruedas de prensa. Parece serio y no cae mal. Pensó que pillaba un chollete cuando le nombraron de Sanidad (a instancias de Iceta), pero le salió rana el asunto. La prueba de que ha trabajado "como un negro" (perdón por la expresión) es que ha pasado en seis meses, de no saber hablar en castellano, o hacerlo con tremendas dificultades, a pronunciar con gran soltura la palabra Madriz, en lugar del más propio de un catalán de pura cepa, Madrit. Es otra nota positiva de este asunto. El hombre parece que ha decidido instalarse en Madriz para siempre, aunque una de sus especialidades sea la de dar caña a lo que hacen en Madriz, donde gobierna el PP. Por cierto, no quiere saber nada de sustituir a Iceta en el avispero catalán y es comprensible. G.U. en su lugar tampoco querría venirse por estos lares, donde reina la estulticia más absoluta desde hace bastantes años.

— Y el inútil de Alberto Garzón, flamante ministro de Consumo, ¿qué hace mientras tanto ese chuponcete? Aparte de intentar dinamitar el orden constitucional establecido (el Rey es su máxima especialidad), del que forma parte desde su acolchada poltrona, y de combatir a brazo partido (es un decir) las apuestas de madrugada en TV, no se le conocía hasta ayer ninguna actividad a ese sujeto, a pesar de la que está cayendo. Pero hoy, en connivencia con el ministerio (o lo que sea) que comanda Pablo Iglesias, ha lanzado una brillante iniciativa: hay que empezar a implantar la prohibición de comer carne los lunes en colegios y restaurantes, porque eso ayudaría a reducir radicalmente el cambio climático y se lucharía contra el maltrato animal. Esa ocurrencia ya ha puesto en pie de guerra a los ganaderos cántabros y de otras comunidades, como no podía ser de otra manera, tal como pueden comprobar por lo indignada que está esta señora.

 — Miguel Castells, ministro de Universidades es otro tipo que tampoco hace absolutamente nada, al parecer porque tiene algunos problemas de espalda que lo inhabilitan para desarrollar su agenda, si la tiene. Pero al menos ha dicho que "el mundo está en peligro tal y como lo hemos conocido, y no digo que se acabe, pero este mundo sí, este mundo se acaba". Ya es algo positivo, una buena noticia. Gracias por su "nostradámica" profecía. Castells se ha ganado su sueldo.

— Por su parte, el "Carbonerito Ávalos" está bastante desactivado y ya no dice nada, desde su viaje a Canarias y desde que se reunió en un avión o en la sala VIP de Barajas con la ministra de Exteriores de Venezuela, "para protegerla", según alguna de las versiones que dio (4). Es el ministro de Fomento, como saben ustedes, pero se ve que a día de hoy no hay nada que fomentar.

— De los demás, no tenemos noticia, algunos ni sabemos quiénes son, aunque la ministra de Educación (Celaá), firme defensora de que los niños se relacionen (esa parece ser la gran virtud del colegio), ha descubierto la sopa de ajo: que los profesores interinos no tengan que pasar el "Máster en Formación del Profesorado" correspondiente para dar clase. Es algo que se empezó a implantar hace diez años; antiguamente no existía y no pasó nada. G.U. sabe lo que es y se lo resume: un chiringuito para que algunos enchufados den (y cobren) cursillos. En 1991 inventaron el CAP y era parecido. 


Aunque, bien mirado, no se sabe qué es mejor. Que hagan o digan algo o que no hagan ni digan nada.

— Porque la señora de Iglesias (Irene Montero), aparte de posar en DIEZ MINUTOS y VANITY FAIR, mejor que se quede quietecita. Ha presentado ahora una moción para que las actrices de las películas españolas sean menos guapas y vayan menos arregladas (no hace mención de los actores ni, por desgracia, exige que unas y otros aprendan a vocalizar y se les entienda lo que dicen en las películas). Era la guinda que le faltaba a nuestro cine para acabar de arreglarlo. 

 — Mientras, el jefe de varios de ellos y ellas y partenaire de una de ellas (nos referimos al liante Iglesias) amenaza: "Ustedes del PP no volverán nunca a forma parte del Consejo de Ministros". ¡Caramba! Un tipo de amenazas que ya oyeron pronunciar nuestros ancestros hace muchas décadas. Mala pinta tiene esto.

viernes, 25 de septiembre de 2020

Sánchez y sus dos últimos fregados

«Así ve uno últimamente a Pedro Sánchez. Y me temo que no soy el único». Así ve Ramón de España —un tipo que en un principio fue algo adicto, aunque bastante escéptico— a Pedro Sánchez. Pues no, él no es el único. G.U. —que nunca lo fue, ya desde el minuto cero— lo ve así también, pero no sabe expresarlo como él, con ese buen humor y esa prosa tan ligera. Leamos algunas de las cosas que dice en Lo tuyo es puro teatro, que acaba precisamente con esa frase.

[...] «Función a función, Pedro Sánchez va perdiendo a su personaje hasta que no quede nada del convincente actor que salía por la tele a decir que entre todos saldríamos de ésta reforzados, convertidos en mejores personas y mejores españoles, y demás patrañas bienintencionadas que él era el primero en no creerse. Gracias a la fama de trepa, oportunista y marrullero que se ha trabajado a conciencia, ha llegado un momento en el que casi nadie se cree lo que dice. Es más, damos por sentado que se nos quiere llevar al huerto con sus explicaciones y que éstas solo ocultan nuevas maneras de abordar el único tema que realmente le interpela: su permanencia en el cargo. Es la impresión que tenemos con los dos últimos fregados en los que se ha metido: la petición de indulto para la banda del beato Junqueras y la inasistencia del rey a la ceremonia barcelonesa de entrega de despachos a la nueva promoción de jueces. 

El ministro de Justicia, el rey ausente y el presidente del Tribunal Supremo (25/9/2020) / [Efe (Andreu Dalmau) / granuribe50]

»De hecho, ni se ha molestado en dar la cara y adoptar la brillante expresión empático-patriótica de cuando el principio del coronavirus, pues ha delegado las excusas en el ministro de justicia —al que se le nota que no acaba de pasarlo bien con el marrón que le ha caído— y en esas dos grandes secundarias del método Stanislavsky que son Carmen Calvo y la fiel Adriana Lastra, cuya fe en el líder y cara de cemento armado las capacita para decir cualquier cosa, o incluso nada, con un aplomo inaudito».[...]

Pedro Sánchez ovacionado por Adriana Lastra, Carmen Calvo y otras (y otros) / [EFE / granuribe50]

[...] »El gobierno habla de proteger a Felipe VI y de contribuir a la concordia nacional vía indulto y la gente piensa en algún chanchullo con los separatistas para que le aprueben los presupuestos y en el imposible apaciguamiento de un personal de derribo que solo es feliz instalado en una catarsis permanente de odio.[...]

Así ve uno últimamente a Pedro Sánchez. Y me temo que no soy el único».

jueves, 24 de septiembre de 2020

El espacio, protagonista de la arquitectura

Saber ver la arquitectura, Bruno Zevi, Ed. Poseidon, 1971, capítulo segundo, pág. 19

Y añade Bruno Zevi a continuación: «Todos los que han reflexionado sobre este asunto, aunque sea fugazmente, saben que el carácter primordial de la arquitectura, el carácter por el que se distingue de las demás actividades artísticas, reside en su actuar por medio de un vocabulario tridimensional que involucra al hombre. La pintura actúa en dos dimensiones, aunque pueda sugerir tres o cuatro. La escultura actúa en tres dimensiones, pero el hombre permanece al exterior, separado, mirándolas desde fuera. La arquitectura, por el contrario, es como una gran escultura excavada, en cuyo interior el hombre penetra y camina».


"Saber leer la pintura", "Comprender la literatura", "Saber ver el cine", "Entender la escultura", "Saber escuchar la música", etc. No, no nos confundamos. Saber ver la arquitectura, de Bruno Zevi (1918-2000), no es un libro de divulgación para aficionados, aunque un poco también. Es un libro serio y profundo, escrito de manera entendible, que indaga los motivos por los que algunas personas cultas que se interesan por la literatura, la pintura, la escultura, la música, y gozan de ciertos conocimientos acerca de esas artes, manifiestan no saber casi nada de esta materia. 

En el libro de Zevi se nos explica además, de la manera més planera, cuál es el valor específico de la arquitectura respecto a las demás artes, y se nos revela sobre todo su esencia espacial, que es la que la diferencia con respecto a ellas. G.U. leyó durante la carrera muchos libros teóricos sobre temas relacionados con la arquitectura; de la mayoría no entendió ni jota por su carácter críptico, "para especialistas". De uno de los más conocidos, al acabar el libro tuvo que enterarse de qué c*** trataba leyendo la contraportada. Se deshizo de casi todos ellos. Entre los que conserva, está el de Bruno Zevi y su opuesto por el vértice, el Lenguaje clásico de la arquitectura, de John Summerson, también muy bueno, pero centrado especialmente en el diseño clásico de las fachadas de los edificios.

Bruno Zevi dice en el capítulo cuarto, en el apartado que lleva por título "La escala humana de los griegos": «El templo griego se caracteriza por un defecto muy importante y por una supremacía a los largo de la historia. El defecto consiste en la ignorancia de espacio interno; la gloria, en la escala humana». 

Y añade Zevi unas líneas después: «Quien investigue arquitectónicamente el templo griego, buscando en primer lugar una concepción espacial, tendrá que huir horrorizado, señalándolo amenazadoramente como típico ejemplar de no-arquitectura. Pero quien se acerque al Partenón y lo contemple como una gran escultura, quedará admirado como frente a pocas obras del genio humano» (pág. 54).


Y ahora, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que Bruno Zevi era un gran partidario de la arquitectura de Frank Lloyd Wright (1867-1959), sobre el que tiene alguna obra publicada por GG, es buen momento para recordar algunas de las cosas que Zevi decía de él en ese libro. En el mismo capítulo cuarto, en el apartado titulado "La planta libre y el espacio orgánico de la edad moderna" escribe:

«Para Wright la aspiración a la continuidad espacial tiene una vitalidad mucho más expansiva; su arquitectura se centra en la realidad palpitante del espacio interior, y niega por tanto las formas volumétricas elementales, así como el sentido de altivo desapego a la naturaleza, que se afirma, por el contario, en Le Corbusier. La planta libre no es para él una dialéctica interior al volumen arquitectónico, sino más bien el resultado final de una conquista que se expresa en términos espaciales» (pág. 105).

Casa Goetsch-Winckler, Frank Lloyd Wright (planta de distribución)
Casa Goetsch-Winckler, Frank Lloyd Wright (1940)

Pongamos un ejemplo. La casa Goetsch-Winckler es de las más modestas que diseñara Frank Lloyd Wright (proyectó grandes "casoplones", como se dice ahora), pero quizá por eso es una de las que más gustan a G.U. de ese autor, aunque es probable que presente ciertos problemas. Consta de dos habitaciones, amplia sala comedor, baño y cocina.

Casa Goetsch-Winckler, Frank Lloyd Wright (1940)

La estrecha línea de ventanas rompe el cierre entre muros y alero y está presente en todo el conjunto: desde fuera y desde dentro. Las esquinas desaparecen. El techo vuela, saliendo al exterior. Ese exterior acoge al visitante, le invita a pasar. El muro exterior le guía y le acompaña. Y ya dentro, la planta libre del espacio central y las líneas de ventanas...

Casa Goetsch-Winckler, Frank Lloyd Wright (1940)
Casa Goetsch-Winckler, Frank Lloyd Wright (1940)

martes, 22 de septiembre de 2020

Empezamos el otoño con música

Música pausada y tranquila, como el "Ballet", la "Pavana" y la "Spagnoletta", de Praetorius, o el largo ("Ombra mai fu") de la ópera Xerxes, de Händel, para empezar este otoño, que más bien se atisba como todo lo contrario y pleno de una "oscuridad espesa". A ver si el buen rollo que desprenden estas melodías ejerce de antídoto y nos despeja el panorama.

Michael Praetorius (1571-1621), Dances from Terpsichore / Voices of Music / [17 de diciembre de 2016]
[Ballet, 0:00 / Courante, 1:46 / Spagnoletta, 3:09 / Volte, 5:12 / Pavane 6:08 / Bourée 7:40]


 Largo (Ombra mai fu) from the opera Xerxes, by George Frideric Händel 
Zagreb Soloists at 2CELLOS classical concert at the Lisinski Concert Hall in Zagreb, June 2015.

[De esta última pieza, que a G.U. le encanta, les ofreceremos en breve dos versiones más. Una, cantada por la mezzosoprano Cecilia Bartoli; la otra, interpretada al órgano, que le va muy bien. Queden atentos a la pantalla].

Las reuniones, el gran peligro

La autora de la carta, una persona con la que G.U. está especialmente vinculado, incide en un aspecto que no se ha tratado suficientemente. Mucha gente acude en esta época a eventos y reuniones familiares o de amigos, aún sin tenerlo claro, por miedo a ser criticados, a que lo tomen a uno por pusilánime o por chalado, a que lo borren de la agenda y deje de sonar su teléfono. Y, entre los que declinan acudir, tampoco son muchos los que expresan el motivo; sobre todo abundan los que aducen alguna que otra falsa excusa, para no ser tildados de lo anterior. 

A todos ellos, G.U. les anima a ser consecuentes y a no tener miedo a decir la verdad, con educación (por supuesto).

Captura de pantalla de EL PERIÓDICO (21/9/2020)
[La edición digital tiene una errata, al poner PC en lugar de PCR. En la edición de papel, se suprimió el párrafo central]

lunes, 21 de septiembre de 2020

Último día del verano en Barcelona

 Parece que fue ayer cuando empezó, y aquí seguimos...

Fotografía: Alfons Puertas (21/9/2020)

Al arquitecto Fisac ¡que no me lo toquen!

G.U. tiene un gran aprecio y admiración por la figura del arquitecto Miguel Fisac (1913-2006) y por su obra. Hubo una época en que un servidor escribía respetuosos y trabajados artículos sobre grandes arquitectos para una revista de construcción (que nunca consiguieron ser cobrados, por cierto). Éste, en concreto, fue a raíz de su setenta aniversario. 

Pues bien, él fue el único de entre los arquitectos vivos que tuvo el detalle en enviarle una nota de agradecimiento, la cual adjuntamos con el apellido borrado. Y es que se trataba de una persona educada y "un caballerazo como de aquí a Lima" (una frase tomada en préstamo de un pariente de quien esto escribe). La guardamos como oro en paño, casi como si fuera un autógrafo de Uribe, de Piqué o del mismísimo Messi.

Nota de Miguel Fisac a G.U. (9/1/1984)

Pues se diría que el hecho de que Fisac fuera eso, todo un caballero, que trabajara durante el franquismo, que fuera un tipo muy religioso y que tuviera bigote a lo Arias Navarro son factores que deben de ser decisivos en la falta de respeto que se detecta actualmente hacia su obra. El año pasado se cumplieron 20 años del derribo de "La Pagoda" (de los laboratorios Jorba, en la carretera del aeropuerto de Barajas), y hace dos años la piqueta se llevó por delante el conjunto de naves y silos portuarios situados en la fachada sur del Barrio Pesquero de Santander, incluido el pequeño edificio de oficinas, diseñado todo ello por Fisac. No han sido los únicos destrozos; ha habido otros, aunque menos radicales.

Ahora nos enteramos de la nueva decoración —a cargo de Boa Mistura, gente valiosa, pero que ya ha perpetrado algunas actuaciones bastante molestas— del Polideportivo Alhóndiga, de Getafe, que fue la última obra que firmó Fisac; una obra con unas texturas del hormigón muy bien trabajadas, algo habitual en su trayectoria. 

Pues qué quieren que les diga, a la gente que ama la arquitectura considerada como una de las bellas artes (aquella que es buena, serena, equilibrada, la que resuelve cosas con eficacia y coherencia, aunque sea sin dar espectáculo), le duelen mucho estas historias. También cómo se banaliza tal "bella arte".

El "antes y el después" del Polideportivo Alhóndiga (Getafe)

Esta operación de camuflaje está muy en línea con las recientes actuaciones en el faro de cabo de Ajo o en los silos de cereal de la provincia de Ciudad Real (que no sabemos si incluye también el de Daimiel, pueblo natal del propio Fisac). 

G.U. tampoco sabe, como señala Jose Ramón Hernández Correa en su blog de ¿Arquitectamos locos?, «cómo se ha podido implantar la creencia, la convicción, de que una pared de color liso y claro es un aburrimiento que hay que evitar a toda costa, y de que para que una colectividad pueda vivir feliz hay que pintarle las paredes de colores».

Sugerencias para futuras actuaciones en edificios de Miguel Fisac (granuribe50)

Pues si es por paredes, van encontrar en la obra de Fisac un buen repertorio para poner colorines. Las bodegas Garvey, las iglesias tan maravillosas que diseñó, el colegio de los Padres Dominicos, las casas de cultura (como la de Cuenca) y un etcétera largo, no, larguísimo. Aquí les mostramos algunas sugerencias de "actuación" sobre edificios de ese autor.

La cosa pinta mal. No somos enemigos del "arte urbano" o como se llame (del bueno, que haberlo, haylo), pero en su debido contexto. Tal como señala el susodicho bloguero de Arquitectamos locos: «Se ve que no hay tapias cutres en Getafe, no hay naves industriales deslavazadas cuyos propietarios e incluso cuyos autores estarían encantados de que esta gente tan pizpireta les diera una manita de pintura».







P.D. Revista de prensa

[...] «Tiempos en que las autoridades son de una ignorancia oceánica rayana en el analfabetismo y los “activistas” dan muestra de una iconoclastia verdaderamente imbécil, y en que cualquier elemento con algo de refinamiento o sutileza estorba, quizá ofende; como la obra de Fisac. Los vándalos de esta nueva edad media todo lo quieren a gritos, colorista, vulgar y complaciente con el mínimo común denominador. Todo, sea el faro de Ajo o los elegantes silos de Castilla o el polideportivo de Getafe, debe ser pintarrajeado para que salga bien llamativo en una foto de instagram. Los matices deben ser destruidos. Toda delicadeza y todo lo que apele a las zonas más sensibles del espíritu humano será echado abajo en nombre de la empatía y del buen rollo».







sábado, 19 de septiembre de 2020

Releyendo a un sujeto llamado Cervantes

Bueno, les explico. G.U. está simultaneando otros libros con la relectura de Don Quijote de la Mancha, obra escrita en 1604 por un sujeto llamado Miguel de Cervantes Saavedra (Miquel Servent, tal como dicen por aquí que fue su autor); tan grato solaz le permite, entre otras cosas, viajar por las planicies castellanas sin necesidad de salir de casa, y eso le ayuda a ampliar sus horizontes, dado que en los últimos tiempos apenas ve más allá de su ventana o de sus narices.

Aprovechando que hoy se ha permitido deglutir lo que se llama por aquí un bon àpat (también lo llaman un bon tiberi), no ha podido por menos que recordar los fiestorros de Sancho Panza en la Ínsula Barataria. También el momento en que don Quijote lo escogió como escudero, con la vaga promesa de que en el futuro pudiese llegar a ser gobernador de una ínsula, objetivo harto complicado de alcanzar en aquel entonces y más fácil hoy en día, como es de sobras conocido. ¡Qué bien hizo Sancho en aceptar el ofrecimiento!, aunque a veces las pasaran un poco p**** en aquellas andaduras...


«En este tiempo, solicitó don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien —si es que este título se puede dar al que es pobre—, pero de muy poca sal en la mollera. En resolución, tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salirse con él y servirle de escudero. Decíale, entre otras cosas, don Quijote que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder aventura que ganase, en quítame allá esas pajas, alguna ínsula, y le dejase a él por gobernador della. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador, dejó su mujer y hijos y asentó por escudero de su vecino».
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha; Colección Hispánicos Planeta, edición de Martín de Riquer; Cupsa Ed. (1977); cap. 7, pág.85.



jueves, 17 de septiembre de 2020

Peligro: ¡Vuelve el trilero Mas!

[Imagen tomada de Espartaco (1960), de Stanley Kubrick / granuribe50]
"Éramos pocos y parió la abuela". En efecto, vuelve el trilero Mas, y lo hace con aquella pompa y boato a la que nos tenía acostumbrados y que tanto echábamos en falta algunos; con aquella impostada sibilancia de las eses finales de palabra y los engolados silencios, propios de un auténtico "estadista". El hombre quiere volver a asomar su cabecita y no sabe cómo hacerlo. Le comieron la tostada hace cinco años —cuando lo vetó la CUP y puso al Emperador de Waterloo— y el tipo ha vivido como un obispo en su "despachito" (es un decir) del Palau Robert, cobrando su "menguada" pensión a costa del erario público y sin dar un palo al agua ni pegar ni sello, que se sepa. 

Pero quizá se ha hartado ya de tanta indolencia, y, consciente de su responsabilidad histórica, hoy reaparece, con ínfulas de senador romano y una otoñal barbita plateada, para echarnos una especie de "sermón de la montaña", pero sin decir nada de mucho fundamento, tal como ya nos tenía acostumbrados en aquellos primeros años del procés, que él inició. 

¡Fantástico! ¿Se pueden ustedes explicar cómo puede estarse ese sujeto los dos minutos de la grabación sin decir nada, absolutamente nada, aparte de recordarnos lo importante que es él? (lo hemos traducido al castellano, para seguidores de allende las fronteras catalanas. Se ruega conectar el sonido del vídeo y cuando salga el anuncio clicar watch video).


«Y siempre os he respondido que no era conveniente en aquel momento y hoy quiero explicar el por qué he callado durante tantas semanas. Creo que tengo el deber de dar esta explicación después, insisto, de las muchas peticiones que he recibido para poder hablar. Y de hecho, si no he hablado en estas últimas semanas, a pesar de que pasaban cosas muy relevantes, incluso muy fuertes, era por un solo motivo, solo uno. El motivo de mi silencio durante largo tiempo era no perjudicar en ningún caso cualquier posible acuerdo dentro del espacio de Junts. Tengo muy claro que este acuerdo ha de existir, he intentado en estas últimas semanas y meses trabajar para que se produjera este acuerdo y sabía que si yo hablaba en los momentos de la negociación, mis palabras podían ser malinterpretadas, o incluso podían ser utilizadas por razones un poco espúreas, por razones interesadas, por razones partidistas para presentarme como culpable o responsable de cualquier desbarajuste que pudiera haber. Por tanto, por este motivo, porque yo quería y quiero el acuerdo, mantuve silencio durante mucho tiempo. Soy consciente de que, cuando una persona como yo no tiene ya la capacidad de decisión, no soy yo quien toma las decisiones, pero que su voz tiene influencia, y mi voz obviamente la tiene o puede tenerla dentro de este espacio político, cuando se sabe eso, cuando se es consciente de eso, entonces eres prudente en la manera de expresarte y eres prudente en cuanto que escoges hablar precisamente porque lo que no quieres es perjudicar un posible acuerdo».



Y después de esta "breve introducción" autolaudatoria, el exMHP Mas fue un poco más al grano, para decir lo siguiente:

«Yo no me he movido, otros sí. ¿Por qué no me integro en Junts? Después de 30 años trabajando por proyectos que buscan suma e integración y la conseguían, no puedo acabar en un proyecto que puede llevar a la separación. [...]. Por primera vez tengo la sensación de que esto podría acabar en una separación. Y no quiero acabar mi trayectoria política así. [...]  Pero conste que no quiero ningún cargo, ni ahora ni en el futuro. Pese a que cuadros del espacio convergente me han insistido en que debía volver a la primera línea, ahora me siento triste, decepcionado y enfadado por la situación interna de esa parte del soberanismo».
Viñeta de Puebla (16/9/2020): A buenas horas, ‘mànigues verdes’! 
Comentario de texto: después de la que ha armado este sujeto, ahora nos confiesa que está "triste, decepcionado y enfadado". Más bien los que deberíamos sentirnos (y nos sentimos) tristes y enfadados somos los tenemos que soportar las consecuencias de la que lio ese liante, conocido como "trilero del carrer Tuset", que es el mejor título que se merece.



Pero hay quien le echa humor al asunto, y quizá sea mejor así, ya que poca cosa más podemos hacer. Uno de ellos es Ramón de España, que dice en una columna tituada El Astut va de patriarca:

«Después de doctorarse en ineptitud, recortes sociales, charlatanería digna del mejor Cantinflas y una capacidad insuperable para liarla parda, a Artur Mas solo le faltaba hacer el ridículo en público para poner broche de oro a su carrera política (por llamarla de alguna manera). Ese requisito que no atesoraba hasta ahora lo cumplió con creces en su última alocución, hace unos días, cuando intentó, sin éxito, presentarse como una especie de patriarca del independentismo que asiste, quejoso y contrito, a la manipulación de su glorioso legado por gente que no le llega ni a la suela de los mocasines náuticos con los que se desplaza en verano por el yate que alquila su amigo Vilajoana para bogar por las Baleares de caldereta en caldereta.[...] 

Y mira que la cosa, en principio, no parecía demasiado difícil, teniendo en cuenta que los dos sucesores del Astut en el cargo de presidente de la Generalitat son dos majaderos de nivel cinco como Puchi y Torra, pero ni así consiguió nuestro hombre que nadie se tragara esa nueva personalidad que se ha inventado de patriarca de Cataluña que clama (en el desierto) por la unidad (imposible) de sus desastrosos herederos. Ayudado por una barba con pretensiones de madurez y responsabilidad, el Astut intentó conseguir que nos olvidáramos de que él es el principal responsable del clusterfuck en el que nos encontramos, mientras trataba de situarse au dessus de la melée repartiendo culpas entre JxCat, el PDECat y demás catervas independentistas. 

El legado de Artur Mas es una birria que sus sucesores han convertido en dos birrias. Suerte tiene de no haber acabado en el talego —por sus años de mandamás en aquella cueva de ladrones que fue CDC— y de que no le hayan embargado todas sus posesiones. Debería dar gracias por ello al Altísimo y ahorrarnos espectáculos tan bochornosos como el de su última comparecencia pública, que solo sirvió para demostrar que, además de ser un liante del quince, un irresponsable y (probablemente) un corrupto, también se le da muy bien hacer el ridículo con su propia y penosa versión de El otoño del patriarca».

miércoles, 16 de septiembre de 2020

¡Ánimo, periquitos!

La cosa pinta chunga. La "prueba del nueve" es que volvemos a oír hablar del Valle de los Caídos, de la corrupción de unos o de otros (tú, más), del machismo de la señales de tráfico y, si cabe, del controvertido sexo de los ángeles. Todo eso para no plantear algo de lo que nos pasará con la que se nos viene encima, que será sin duda "algo de muy gordo". 

En cuanto a lo de ir a dar clase al instituto, la cosa también pinta mal. Lo de 20 alumnos por aula, ni locos: de 30 para arriba. Ni metro y medio ni leches. Es fácil encontrar a 500 zangolotinos armando bulla, esperando para pasar por la única puerta o para subir por las escaleras del instituto, etc. Todo así. Por lo tanto, visto lo que le cuentan compañeros que están en activo —y dado que si no te estás muriendo no te dan baja—, si G.U. tuviera que ir a dar clase mañana, el día antes giraría una visitita al puente de Vallcarca (el equivalente al "Viaducto" de Madrid), y asunto liquidado.



Pero no nos despistemos. Hoy toca hablar de fútbol y también de música, que llevamos ya un tiempo sin hacerlo. Se ha iniciado una temporada que será dura para el RCD Espanyol (ahora se escribe sin ñ), tras su descenso a Segunda División. Los comienzos han sido prometedores, goleando al pobre Albacete (3-0) pero, aún así, la estancia en segunda va a suponer una auténtica travesía del desierto. Por ello, G.U. quiere insuflarles a los españolistas un poco de brío.

Y por ello, traemos aquí un recuerdo de 1992, del 10 de mayo exactamente, cuando los Dire Straits dieron un concierto mítico en la hoy tristemente extinta plaza de toros Monumental —que fue escenario de inolvidables conciertos—, y un Mark Knopfler en plena forma se enfundó de repente... ¡la camiseta blanquiazul! Fue diez días antes de que el Barça ganara la Copa de Europa, con el gol de Koeman (que a G.U. le sentó como un tiro, por cierto) y a un par de meses de la inauguración de la Olimpiada de Barcelona. Eran tiempos felices y optimistas en esta ciudad, qué diferentes a los de hoy.

Una entrada para el concierto de Dire Straits, en la plaza Monumental, de Barcelona (10/5/1992)

Leemos la siguiente crónica del evento en La Contra Deportiva, la web periquita por antonomasia; se trata de un fragmento de un artículo titulado El día que Mark Knopfler se puso la blanquiazul:


«Durante años, varios han sido los artistas que han pasado por Barcelona, nacionales o internacionales que para hacer la gracia o querer quedar bien se han puesto la camiseta del Barcelona durante sus conciertos.[...]

Habiendo transcurrido más o menos la mitad del concierto, la banda se retiró hacia los camerinos, en principio para tomarse un respiro, pero pasados pocos segundos los integrantes del grupo volvieron al escenario y cuál fue la sorpresa de todos que nada más y nada menos que el carismático Mark Knopfler apareció enfundado con la camiseta del RCD Español de la época, la mítica Massana.

Momento histórico en que Mark Knopfler aparece enfundado con la camiseta del Español (Barcelona, 10/5/1992)
»Cuando el público se percató del asunto, tal como como era de esperar unos empezaron a chillar: ¡Español, Español! Otros ¡Força Barça! Mientras, todos se frotaban los ojos. No se lo podían creer los del Espanyol y mucho menos los del Barcelona. Mark se quedó sólo, mirando hacía el público, escuchando el griterío; cerró el puño y puso el brazo en posición de celebración, como si acabara de marcar un gol. Y después de una mirada desafiante al respetable, empezó a tocar los acordes de una de sus mejores canciones».[...]



Pues aquí les dejamos, con Walk of Life, una canción estupenda y enormemente "vitamínica", que ofrecemos grabada durante esa gira, aunque no en el concierto de Barcelona, en el que los videos que hay del asunto son una M pinchada en un palo. Fantástico el final, con la pedal steel guitar. ¡Bafles a tope! Que la disfrutéis, pericos, y ¡mucho ánimo!

lunes, 14 de septiembre de 2020

Después de los faros, los silos

Silo en Porzuma (Ciudad Real), pintado por Nychos (un nombre artístico bien escogido)

César Aitor Azcárate es un buen arquitecto, en opinión de G.U. Como muestra, baste un botón: es el autor del nuevo Estadio de San Mamés, el del Athletic de Bilbao, magnífico, quizá un poco demasiado para la triste andadura del equipo que lo utiliza, que es el de este bloguero.

Su tesis doctoral versó sobre el tema "Catedrales olvidadas. La Red Nacional de silos en España. 1949-1990". Un estudio que llevó a cabo durante diez años y en el que analizaba la creación de 667 silos verticales, un hecho que sirvió a España de Franco para impulsar la actividad agraria y tratar de superar la situación económica de la época.

En opinión del arquitecto vizcaíno autor de ese estudio, hablar de silos de cereales es hablar de "catedrales olvidadas", y escribía: "Las similitudes formales en planta y sección de los silos con la tipología basilical van aún más allá si la carga emotiva del observador es capaz de contemplar con sensibilidad: similares dosis de potencia y belleza en edificios funcionalmente tan dispares".



Hay elementos arquitectónicos que emergen y definen un perfil singular, una imagen que caracteriza a un lugar determinado en el espacio rural. En la Edad Media fueron los castillos o la imponente mole de las iglesias cristianas; a menor escala, también los palomares y los molinos de viento a los que se enfrentó don Quijote. Y, siglos más tarde, en los años posteriores a la guerra civil española, los grandes edificios destinados al almacenamiento del trigo. Todas esas construcciones han definido el skyline de muchos lugares de la España interior. Y en la marítima, los faros.

En el caso que hoy nos ocupa, el de los silos para almacenar el cereal, con su arquitectura racionalista "limpia de polvo y paja" (es un decir), con su volumetría de grandes dimensiones, con sus colores claros, su altura y su aspecto cerrado y hermético, cuando son divisados en la distancia se nos establece una especial referencia en el paisaje, que a veces compite amigablemente con la ya citada imagen de las enormes iglesias de muchos pueblos, con las torres de los castillos o con la arquitectura cilíndrica de los molinos de viento de los campos de Montiel, en la Mancha.

Ni que decir tiene que don Quijote no hubiera dudado en hacerles frente con denuedo si se los hubiera encontrado en su andadura. Fueron obra de anónimos ingenieros agrónomos, pero eso no les resta valor en absoluto, icónico y también arquitectónico, en la modesta opinión de G.U. —que es un lego en la materia, ni que decir tiene.
 
Vista frontal de algunos de los silos fotografiados por César Azcárate
Pues bien, aprovechando que ahora están bastante en desuso, que se construyeron en tiempos de Franco y que urge reactivar el turismo rural en la "España vaciada", se ha creado la temida tormenta perfecta. Visto el ejemplo de Revilla en el faro de Ajo, se les ha ocurrido a nuestros incultos mandatarios (en general, los últimos de la clase) la original idea de contratar a artistas del llamado "arte urbano" para llenar de colorines (y de algún esqueleto también) las llanuras castellanas. Menos mal que en Cantabria no los hay, porque si no... lo teníamos claro. Quedamos a la espera de que empiecen a "decorar" palomares y molinos de viento, o sigan adelante con más faros, visto el exitazo del de cabo Ajo.

Algunas de las actuaciones emprendidas en Castilla para "modernizar" el paisaje rural  (tomado de "imágenes", del buscador de Google)
Y así, esa casta de indocumentados que gobierna algunas de nuestras instituciones, queda como gente modelna que trae dinero a su pueblo, vía turistas chafarderos, pero incultos; unos visitantes que se creen, también ellos, que todo lo que lleva colorines o dibujos más o menos bien hechos es arte de vanguardia, digno de figurar como fondo de un selfie hecho a toda prisa. Además, hay gente preparada que avala esa iniciativa (algunos, por eso de que los hizo Franco y por lo de la "España vaciada"), con lo que el politiquillo de turno quizá albergue opciones para las próximas elecciones. Pues eso.

O quizá sea solo que los arquitectos son todos unos gilipollas (que haylos) y su máximo exponente debe de ser G.U.




ALGUNAS SUGERENCIAS PARA EL FUTURO

Pero tranquilos, el mundo no se acaba con los faros y los silos. La "España vaciada" (y olvidada) aún nos ofrece muchos espacios sin uso que pueden ser "decorados" por nuestros artistas urbanos, a mayor gloria de las autoridades de turno. Dará trabajo y traerá turismo a mansalva. Iglesias sin feligreses (ojo al dato, se necesitará permiso del arzobispo de la diócesis), castillos sin guerreros, palomares de la Tierra de Campos, molinos de viento de La Mancha y un largo etcétera.

Queda mucho por hacer: iglesias, castillos, palomares, molinos, etc. / [Imagen: fuentes diversas / granuribe50]

Palomares en la localidad zamorana de Villarrín de Campos, a la espera de ser decorados. - ICAL

domingo, 13 de septiembre de 2020

¿En qué momento se había jodido Barcelona?

G.U. no pasea mucho por Barcelona últimamente; la verdad es que apenas sale de su barrio, lo hace solo para lo imprescindible (gestiones diversas o visitas médicas). Pero da mucho crédito a los comentarios que oye y lee sobre la situación actual de la ciudad, en plena pandemia y tras el confinamiento, sobre todo si vienen de gente de la que se fía.

Cuando oímos o leemos estas cosas, siempre acabamos recordando aquella pregunta que se hacía Santiago en las primeras líneas de Conversación en La Catedral, y que tal vez se haría ahora el propio Mario Vargas Llosa si viniera por aquí (que no vendrá; un escritor, por cierto, que llegó a sentirse en esta ciudad como en su propia casa, tal como les sucedió a tantos intelectuales y artistas, sobre todo antes de que se instalara Pujol).

¿En qué momento se había jodido Barcelona? Hay muchas teorías sobre el asunto, desde luego, pero eso avui no toca (Pujol dixit). Solo queremos poner de manifiesto hoy cuál es la situación actual, en lo que se refiere al ambiente general y al paisaje urbano, sin entrar en otras consideraciones acerca del empobrecimiento tan evidente (cultural y de todo género) que padecemos y sus causas. Tiempo habrá de meterse en esos intrincados asuntos, si nos apetece hacerlo y nos atrevemos (es un campo minado).


Nuestro colega (y sin embargo amigo) Francesc Cornadó, que se patea esta ciudad bastante más, ha estado apartado de Barcelona y de su blog durante una buena temporada. Bien que hizo y bien que lo hemos echado de menos, con su escepticismo tranquilo y su buena escritura. Pero ya ha vuelto, y sus primeras impresiones no nos inducen al optimismo, naturalmente. Nos lo explica así en la entrada de su blog, titulada De vuelta:

«Lejos de la ciudad, el paisaje era más amable, el mar y las nubes me recordaban que la naturaleza es impía como un dios inclemente. De vuelta a mi ciudad me invade una fealdad enquistada en las calles de esta Barcelona que amé.
El paisaje urbano es espantoso. La pobreza es manifiesta. La desconfianza y la insolidaridad de los paseantes –a pie o en patinete- se añaden al panorama ciudadano. Me invade una oscuridad tremenda. Es un problema estético que expresa una realidad preocupante.
Oigo demasiado a menudo las sirenas de las ambulancias, hay muchas ambulancias en las calles. Los hospitales están llenos. Veo larguísimas colas de personas que acuden a los comedores sociales, hay hambre y miseria. Muchos establecimientos comerciales han cerrado sus puertas. Después de las vacaciones ya no volverán a subir las persianas. La actividad comercial ha quedado reducida a una mínima expresión, podríamos decir a una oscura expresión.Todo es oscuridad en esta Barcelona de grafitis, de mala educación, de inseguridad, de suciedad y de okupaciones de viviendas y locales comerciales.
Los responsables políticos están de brazos cruzados, no saben hacer nada. No sirven para nada. Se pelean entre ellos y hacen que nos peleemos entre nosotros. Son incultos y fomentan la incultura, desobedecen las leyes y dan ejemplo para que la ciudadanía también desobedezca».

Una antigua compañera de instituto (y sin embargo amiga) escribía hoy en un chat de WhatsApp:

[...] «El pequeño comercio. El de proximidad. El del vecino está condenado a bajar la persiana y a convertirse en terraza de bar, y si me apuras, en terraza de locales reinventados en viviendas, que recalificarán con nuevas normas de cedula de habitabilidad y veremos a la gente sacando su mobiliriario de terraza en las aceras.
Nos necesitamos todos. Movimiento. Ruido. Vida. Ciudad. Gente. A quien no le guste que marche al campo pero que nos dejen vivir a los ciudadanos de ciudad con el movimiento que necesitamos.
Barcelona había resuelto mucho la mobilidad y ahora la han destrozado. Era un modelo. Es curioso que queriendo no ser una ciudad de escaparate para turismo la han convertido precisamente en un escaparate.
Lo que no sé es cómo resolverán lo de las persianas bajadas. Pero hay que añadir que está sucia y dejada. Colorista para disimular».[...]

Y, finalmente, el periodista Joaquín Luna, siempre un poco tocacollons, completa el panorama en su columna de La Vanguardia, titulada Barcelona no da más de sí:

«A la ciudad de Barcelona le empieza a pasar lo que Ben Gurión, padre del Estado de Israel, diagnosticaba con agudeza de la región: "Demasiada historia para tan poco territorio”.

Las terrazas se han expandido, y lo que parece –y es– una novedad positiva en tiempos de persianas bajadas termina por dar la impresión de que las calles no dan para tanto. Barcelona no da más de sí.

Imágenes que adjunta nuestra antigua compañera (y sin embargo amiga) a su comentario de WhatsApp, quizá extraídas de Twitter
Al despertar del confinamiento, los ciudadanos descubrieron una Barcelona cambiada: menos carriles para circular y la aparición, cual bazar chino, de objetos sobre las calzadas –¿quién va a sentarse en un banco de piedra en plena calle Girona a centímetros de un autobús?–, cuyos nombres parecen salidos de un manual de urbanismo de la Rumanía de Ceausescu, carriles pintados e inciertos que los peatones no utilizan y son fagocitados por los reyes del mambo (bicicletas y patines) y unas marcas en el suelo de colorines de gusto dudoso.

Como diría un cursi, una explosión de colores y alegría. Las Fallas, pero sin pólvora.

"Parece que quieren que nos peleemos unos contra otros". Así habla un taxista. He aquí el motivo: las mesas instaladas por un restaurante en el primer tramo de la Travessera de Gràcia lo han hecho a costa de la zona de carga y descarga, trasladada a su vez a la cercana parada de taxis. Transportistas y taxistas terminarán discutiendo: aquí no puede prevalecer el “¡yo estoy trabajando!” que zanja discusiones. Muchos bares, como en la calle Aribau, han conquistado los chaflanes, ese invento que tanto favorecía el estacionamiento para carga y descarga.

Fotografías de Montse Giralt, publicadas en La Vanguardia (13/9/2020)
»Lo último es la expansión de las terrazas, que han pasado de las ordenanzas estrictas, las normas tiquismiquis y la vigilancia a lo Gran Hermano a una expansión muy mediterránea (sección Mediterráneo oriental). Sin exagerar, la distancia entre el pasajero de un coche y el hipotético cliente de mesas “ganadas” en muchas calles está lejos de la distancia social.

"Tenemos que sacar adelante nuestros negocios y los clientes agradecen estar al aire libre". Así argumenta la encargada de una terraza “multiplicada”. Lo necesitan. Bares y restaurantes han ganado espacio gracias a las terrazas (y la ciudad, aires falleros y de bazar chino).

El paisaje urbano –ya me perdonarán la expresión– está cambiando y transmite más confusión. Más letra pequeña. Más señales detallando horarios... El peatón barcelonés percibe hostilidad y un entorno que se va afeando. Se siente insignificante. Uno tiene la impresión de que a Barcelona le empiezan a sobrar cosas, innovaciones y experimentos, y termina por pensar que, efectivamente, sobran cosas.

Empezando por él mismo».