sábado, 26 de septiembre de 2020

Informe de actividad de nuestro gabinete ministerial

«La política española es tan destructiva como el virus. Contra éste llegará una vacuna, pero contra el veneno español no parece que haya remedio. Si no hacemos algo, esta gente va a hundirnos a todos». Esto dice Antonio Muñoz Molina, un escritor muy bueno, de ideología próxima a la del PSOE, en un artículo titulado La otra pandemia, publicado en EL PAÍS, un diario también muy próximo a ese partido, según sople el viento.

Y continúa: [...] »Es el virus el que mata, pero mataría muchísimo menos si desde hace muchos años la incompetencia, la corrupción y el clientelismo político no hubieran ido debilitando las administraciones públicas, expulsando de ellas a muchas personas capaces, sumiendo en el desánimo a las que se quedaban, privándolas de los recursos necesarios que acaban dilapidados en privatizaciones tramposas o en nóminas suntuosas de parásitos. [...] 

A quienes más se parecen ahora los independentistas catalanes en su insolidaridad y en sus ganas de gresca y de aprovechamiento del desastre es a los patriotas españolistas que malgobiernan la Comunidad de Madrid. A unos y a otros, el daño que puedan hacer al Gobierno central les importa más que el perjuicio de todos. Y en el Gobierno mismo, mal avenido y desnortado, los bocazas y los irresponsables entorpecen el trabajo de los que sí saben lo que hacen».[...]



Bueno, G.U. no piensa hablarles en términos tan genéricos como Muñoz Molina, ni lo dirá tan bien, pero, como él, les confiesa también que está un poco harto de todo lo que ve, oye y percibe. Estamos inmersos en un quilombo de muchísimo cuidado, pero nuestros políticos de todos los niveles lo ignoran y nos muestran su absoluta incompetencia, echándole las culpas de todo siempre a los otros. La verdad es que muchos ciudadanos ayudan poco, por no decir nada (no es nuestro caso), pero hay cosas que ellos no pueden hacer (otras, sí, y no las hacen). ¡Qué país de m*****!

De los gobiernos autonómicos, G.U. no tiene mucha información, ni siquiera del catalán, del cual (al margen del  MHP Torra —"gran estadista"—) no conoce a casi nadie. Tampoco del de Madrid, aparte de a su presidenta Ayuso, otra "gran estadista", que no se esperaba encontrar esto al llegar al cargo y que ha acreditado también no servir para nada útil. 



La oposición es una M pinchada en un palo, pero como no gobierna no nos incumbe y ya le daremos de comer aparte. Por tanto, nos centraremos hoy en el gobierno que nos afecta a todos, el de España. En línea con lo de ayer, G.U. pasa a explicarles lo poco que sabe de la actividad actual de nuestro bien surtido (y bien pagado) gabinete ministerial bifronte.  De ese «Gobierno mismo, mal avenido y desnortado, [en el que] los bocazas y los irresponsables entorpecen el trabajo de los que sí saben lo que hacen», del que habla Muñoz Molina al final de los párrafos que hemos seleccionado. No se me inquieten; a partir de mañana nos dedicaremos también a otras cosas, pero ahora vamos a ello:

Pedro Sánchez ha renunciado a sus dilatadas y cansinas monsergas semanales del coronavirus y ahora prefiere dar cancha a sus ministras y ministros, para activarlos un poco, que ya va siendo hora, mientras él viaja a Bruselas a una reunión que había sido cancelada previamente, pero da igual, así se escaquea un rato y luce palmito en Europa.

 — Y qué mejor que dejar la manija de la comunicación en manos del ministro de Justicia (un tipo que "pasaba por allí", pero que es muy adicto), de Carmen Calvo y de Adriana Lastra (dos inutilidades de tomo y lomo), para informarnos del no-viaje de Felipe VI a Cataluña. "Es una decisión muy bien tomada", afirma el ministro de Justicia. ¿Quién la tomó?, le pregunta la locutora de la cadena SER (Àngels Barceló). "Quien la tenía que tomar", respondió ufano el ministro. Pero, ¿quién la tomó?, le pregunta otra vez la locutora. "Quien la tenía que tomar", respondió de nuevo. ¿Me lo dirá ahora? ¿Quién ha tomado esa decisión de que no vaya el Rey a Barcelona? "Quien la tenía que tomar". Tres veces, tres.

— "Quien la tenía que tomar"; lo volvió a repetir la segunda de a bordo de Sánchez, la señora Carmen Calvo, aunque no tantas veces, quizá porque se le preguntó con menos insistencia. Misión: nunca mencionar al responsable. Es un dios por encima de los mortales y les da de comer a todos ellos y ellas. Se nos ha dicho que Felipe VI no ha ido a esa entrega de los despachos a los nuevos jueces porque se quería proteger su figura. No deja de ser llamativo que el Estado no pueda garantizar la integridad de su propio Jefe en un viaje a Cataluña, pero en fin, doctores tiene la Iglesia.

— El ministro Illa es el único que se lo ha currado a fondo y ha dado muchas ruedas de prensa. Parece serio y no cae mal. Pensó que pillaba un chollete cuando le nombraron de Sanidad (a instancias de Iceta), pero le salió rana el asunto. La prueba de que ha trabajado "como un negro" (perdón por la expresión) es que ha pasado en seis meses, de no saber hablar en castellano, o hacerlo con tremendas dificultades, a pronunciar con gran soltura la palabra Madriz, en lugar del más propio de un catalán de pura cepa, Madrit. Es otra nota positiva de este asunto. El hombre parece que ha decidido instalarse en Madriz para siempre, aunque una de sus especialidades sea la de dar caña a lo que hacen en Madriz, donde gobierna el PP. Por cierto, no quiere saber nada de sustituir a Iceta en el avispero catalán y es comprensible. G.U. en su lugar tampoco querría venirse por estos lares, donde reina la estulticia más absoluta desde hace bastantes años.

— Y el inútil de Alberto Garzón, flamante ministro de Consumo, ¿qué hace mientras tanto ese chuponcete? Aparte de intentar dinamitar el orden constitucional establecido (el Rey es su máxima especialidad), del que forma parte desde su acolchada poltrona, y de combatir a brazo partido (es un decir) las apuestas de madrugada en TV, no se le conocía hasta ayer ninguna actividad a ese sujeto, a pesar de la que está cayendo. Pero hoy, en connivencia con el ministerio (o lo que sea) que comanda Pablo Iglesias, ha lanzado una brillante iniciativa: hay que empezar a implantar la prohibición de comer carne los lunes en colegios y restaurantes, porque eso ayudaría a reducir radicalmente el cambio climático y se lucharía contra el maltrato animal. Esa ocurrencia ya ha puesto en pie de guerra a los ganaderos cántabros y de otras comunidades, como no podía ser de otra manera, tal como pueden comprobar por lo indignada que está esta señora.

 — Miguel Castells, ministro de Universidades es otro tipo que tampoco hace absolutamente nada, al parecer porque tiene algunos problemas de espalda que lo inhabilitan para desarrollar su agenda, si la tiene. Pero al menos ha dicho que "el mundo está en peligro tal y como lo hemos conocido, y no digo que se acabe, pero este mundo sí, este mundo se acaba". Ya es algo positivo, una buena noticia. Gracias por su "nostradámica" profecía. Castells se ha ganado su sueldo.

— Por su parte, el "Carbonerito Ávalos" está bastante desactivado y ya no dice nada, desde su viaje a Canarias y desde que se reunió en un avión o en la sala VIP de Barajas con la ministra de Exteriores de Venezuela, "para protegerla", según alguna de las versiones que dio (4). Es el ministro de Fomento, como saben ustedes, pero se ve que a día de hoy no hay nada que fomentar.

— De los demás, no tenemos noticia, algunos ni sabemos quiénes son, aunque la ministra de Educación (Celaá), firme defensora de que los niños se relacionen (esa parece ser la gran virtud del colegio), ha descubierto la sopa de ajo: que los profesores interinos no tengan que pasar el "Máster en Formación del Profesorado" correspondiente para dar clase. Es algo que se empezó a implantar hace diez años; antiguamente no existía y no pasó nada. G.U. sabe lo que es y se lo resume: un chiringuito para que algunos enchufados den (y cobren) cursillos. En 1991 inventaron el CAP y era parecido. 


Aunque, bien mirado, no se sabe qué es mejor. Que hagan o digan algo o que no hagan ni digan nada.

— Porque la señora de Iglesias (Irene Montero), aparte de posar en DIEZ MINUTOS y VANITY FAIR, mejor que se quede quietecita. Ha presentado ahora una moción para que las actrices de las películas españolas sean menos guapas y vayan menos arregladas (no hace mención de los actores ni, por desgracia, exige que unas y otros aprendan a vocalizar y se les entienda lo que dicen en las películas). Era la guinda que le faltaba a nuestro cine para acabar de arreglarlo. 

 — Mientras, el jefe de varios de ellos y ellas y partenaire de una de ellas (nos referimos al liante Iglesias) amenaza: "Ustedes del PP no volverán nunca a forma parte del Consejo de Ministros". ¡Caramba! Un tipo de amenazas que ya oyeron pronunciar nuestros ancestros hace muchas décadas. Mala pinta tiene esto.

4 comentarios:

  1. En fin, cada día que pasa me doy cuenta de lo analfabetos que son nuestros gobernantes.
    Lo de la carne, sin desperdicio; lo de salir en portadas tipo Isabel Preisler una patochada, y sus normas una imbecilidad.
    Lo que no es de imbéciles es su vivienda ...allí si que no hay Covid. Buen jardín que tienen.
    Salut

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  2. Es una desgracia absoluta que ha salido de las urnas de la incultura.
    Salud

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  3. Muy bueno el repaso que ha has hecho de la actualidad política. Me ha gustado y nos pone al día de algunas de las últimas ocurrencias.

    Muchas gracias
    F.G.

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  4. Suscribo desde la primera a la última palabra el texto de Muñoz Molina y su entrada. Yo voté al PSOE, pero nunca pensé que en su gobierno pudiera haber tantos ministerios en manos de incompetentes y que se gestionara tan mal.
    Las frases de Muñoz Molina: «Gobierno mismo, mal avenido y desnortado, [en el que] los bocazas y los irresponsables entorpecen el trabajo de los que sí saben lo que hacen», por una parte y la otra frase que dedica a la oposición :"..... la derecha española daba tanto miedo en su saña destructiva como el coronavirus y se confabulaba perfectamente con esa otra derecha integrista .... el daño que puedan hacer al gobierno central les importa más que el perjuicio de todos."
    Así estamos. MJ

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