domingo, 20 de noviembre de 2022

Sagrada Familia: «¡Hasta luego, Lucas!»

Prosiguen los trabajos para la culminación de un gran desaguisado (desde todos los puntos de vista arquitectónicos que se le puedan ocurrir a G.U.). Se justifica porque, según muchos, es muy espectacular, los interiores impactan y atrae a nativos y a turistas. Por tanto, "sentiments i centimets" (Juan Marsé dixit) van de la manita en este asunto.

Si de esto último se trata, lo del pastuqui (centimets), la idea de Oriol Bohigas (hoy faltan diez días para el primer aniversario de su muerte) no estaba mal: poner un parada del AVE allí al lado, con el título "Apeadero de la Sagrada Familia". Él tildaba a ese "templo expiatorio" de "mona de pascua" y eso que no llegó a ver culminados estos aparatosos remates. Quizá no le faltaba razón, pero a GU no le gusta tanto como a Bohigas meterse en jardines, aunque sean de piedra, como es el caso, y no está para polémicas ni desea herir sensibilidades. 

Sea como fuere, a pocos molestará saber que para este bloguero el entorno de ese monstruo en crecimiento perpetuo se ha convertido en una de las zonas que le resultan más desagradables de la ciudad en que vive.

La cabeza del toro del evangelista Lucas, a punto de ser izada a los cielos.



Estos días se ha culminado el ascenso a los cielos de todas las partes del toro (o quizá buey) de San Lucas, con sus cuernos, sus alitas y demás aditamentos, para rematar la torre dedicada a ese evangelista.

El ascenso del toro, ya culminado / Fotografía de Jordi Corominas
En efecto, aquí Lucas agradece el "hasta luego, Lucas" y luce ya en todo su esplendor en su lugar de destino final. La escultura, izada por partes, mide un total de cuatro metros y medio y es obra del artista Xavier Medina Campeny.


viernes, 21 de octubre de 2022

El Nobel, García Márquez, Cadaqués y la tramontana

Ya que estamos en ello, sigamos con premios. Tal día como hoy, hace cuarenta años, el 21 de octubre de 1982, se le otorgó el premio Nobel a Gabriel García Márquez, la verdad es que muy merecidamente. La ideología es una cosa y la literatura es otra, afortunadamente. A G.U. se la trae al pairo la primera si le gusta la segunda, como es el caso.

Estuvo seis años viviendo en Barcelona, de 1969 a 1975, cuando ésta era una ciudad abierta y cosmopolita, que acogía sin problema a intelectuales y artistas de toda procedencia. El hombre era un habitual de Cadaqués, donde se solía reunir la gente de la denominada "gauche divine". Un pueblo precioso, sobre todo en la época en que fue escrito el cuento, pero que antes y ahora tenía y tiene un enemigo muy temible: ¡la tramontana! (G.U. lo sabe porque la padeció en bastantes ocasiones allá por los años setenta, y al parecer García Márquez también, por eso se fue de allí para no volver). Según escribe en el cuento del que hablaremos luego, se trata de: «un viento de tierra inclemente y tenaz, que según piensan los nativos y algunos escritores escarmentados, lleva consigo los gérmenes de la locura».

Eliseo Meifrén (1859-1940),
Cadaqués; Es Piló de la platja i ses voltes d'es Podritxó. 1899. Óleo sobre tela. Colección particular

No, no vamos a hablar aquí del archiconocido comienzo de Cien años de soledad («Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre le llevó a conocer el hielo»). Tampoco a reproducir ningún fragmento de alguna otra de sus novelas sino el inicio de un breve cuento llamado "Tramontana", que acabó de escribir en 1982 pero que se gestó un tiempo antes. Se publicó en una recopilación que hizo el autor, titulada Doce cuentos peregrinos, que editó Mondadori en 1992. 

[Lo ilustramos con una obra de Eliseo Meifrén, un pintor excelente, que visitó Cadaqués por primera vez en 1886. A partir de entonces ese lugar se convertirá en uno de los principales escenarios de su pintura].

«Lo vi una sola vez en Boccacio, el cabaret de moda en Barcelona, pocas horas antes de su mala muerte. Estaba acosado por una pandilla de jóvenes suecos que trataban de llevárselo a las dos de la madrugada para terminar la fiesta en Cadaqués. Eran once, y costaba trabajo distinguirlos, porque los hombres y las mujeres parecían iguales: bellos de caderas estrechas y largas cabelleras doradas.

Él no debía ser mayor de veinte años. Tenía la cabeza cubierta de rizos empavonados, el cutis cetrino y terso de los caribes acostumbrados por sus mamás a caminar por la sombra, y una mirada árabe como para trastornar a las suecas, y tal vez a varios de los suecos. Lo habían sentado en el mostrador como a un muñeco de ventrílocuo, y le cantaban canciones de moda acompañándose con las palmas, para convencerlo de que se fuera con ellos. Él, aterrorizado, les explicaba sus motivos. Alguien intervino a gritos para exigir que lo dejaran en paz, y uno de los suecos se le enfrentó muerto de risa.

-Es nuestro -gritó-. Nos lo encontramos en el cajón de la basura.

Yo había entrado poco antes con un grupo de amigos después del último concierto que dio David Oistrakh en el Palau de la Música, y se me erizó la piel con la incredulidad de los suecos. Pues los motivos del chico eran sagrados. Había vivido en Cadaqués hasta el verano anterior, donde lo contrataron para cantar canciones de las Antillas en una cantina de moda, hasta que lo derrotó la tramontana. Logró escapar al segundo día con la decisión de no volver nunca, con tramontana o sin ella, seguro de que si volvía alguna vez lo esperaba la muerte. Era una certidumbre caribe que no podía ser entendida por una banda de nórdicos racionalistas, enardecidos por el verano y por los duros vinos catalanes de aquel tiempo, que sembraban ideas desaforadas en el corazón». [...]

Spoiler: los suecos se lo llevaron al fin para acabar la fiesta en Cadaqués, pero el hombre, «despavorido por la inminencia del regreso, aprovechó un descuido de los suecos venáticos y se lanzó al abismo desde la camioneta en marcha, tratando de escapar de una muerte ineluctable». ¡Caramba con Cadaqués y la tramontana!

Enlace al cuento "Tramontana"

martes, 18 de octubre de 2022

Recordando a Vázquez Montalbán (y "El premio")

Tal día como hoy, en 2003, Manuel Vázquez Montalbán fallecía en el aeropuerto de Bangkok, ciudad escenario de su novela Los pájaros de Bangkok, de la que ya hemos hablado aquí alguna vez. Un autor muy prolífico al que siguió G.U. en toda su andadura literaria (no siempre de igual nivel, algo atribuible a lo mucho que escribió) y al que profesaba cierta simpatía. Su columna en la última página de EL PAÍS de los lunes estaba llena lucidez, ingenio e ironía. 

Con este motivo, y al hilo de la concesión en el día de Santa Teresa de un conocido y bien dotado premio literario (un premio que, por cierto, obtuvo nuestro autor en 1979 por Los mares del sur), traemos aquí un breve extracto de su novela El Premio (Ed. Planeta, 1996), quizá no su mejor obra, que está también lleno de la susodicha ironía (y de una cierta dosis de mala baba). La verdad es que el segundo párrafo se las trae...


«A quince metros de su suite estaba la de los jurados y a ella se dirigió Conesal empuñando la llave maestra. Al abrir, los jurados fueron constatados en una fotofija que les describía expertos en llevarse canapés de caviar y salmón marinado a la boca, con una precisión de animales omnívoros de cóctel que les permitía capturar la presa a medio camino entre el sutil vuelo del brazo y el adelantamiento depredador del hocico, sin descomponer el gesto de personajes inteligentes, conscientes de que hemos venido a este mundo a hacer cosas más serias que comer canapés y beber champán Cristal Roederer. [...]

«De uno de los bolsillos interiores de su americana sacó tantos sobres como miembros del jurado y los fue entregando uno a uno, sin atender el gesto de extrañeza con el que todos asumían el pago de sus servicios, del que ya tenían constancia pero que tomaban con dedos ágiles y el cerebro distante: ¿Qué hace usted? No sé si debo. ¡Ah! Pero ¿esto se paga? Algunos llevaban la teatralidad hasta el punto de rechazar el sobre levemente pero si Lázaro hacía el gesto de devolverlo a su lugar de origen lanzaban las manos como garras para apoderarse del estipendio, sin que los ojos testimoniaran avaricia. La avaricia iba por dentro, desde la íntima convicción de que el pagano era un ladrón de guante blanco, con la fortuna cimentada sobre un millón de muertos. 

—Francamente, Lázaro. Nos aturde cobrar por no actuar de jurados. 

—Tomadlo como una situación literaria —contestó Conesal a Bastenier y antes de dejarles con sus canapés y sus copas de champán, les recordó—: Cuando tenga decidido el ganador, seréis los primeros en saberlo. Hemos hablado repetidamente de la especial lógica de este premio. De mi lógica. No creo humillaros. Sabíais a qué jugabais."».


miércoles, 5 de octubre de 2022

Adiós, "Loco de la Colina"

«Siempre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza. Nunca como ahora, la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate»

Así empezaba el speech de "El loco de la Colina" por el que cerraron de manera fulminante su programa en Canal Sur. Se ve que ya corrían entonces "Malos tiempos para la lírica", como cantaba aquel grupo llamado Golpes Bajos en 1983. Y para la cultura. El breve monólogo del vídeo no tiene desperdicio. No le faltaba razón en lo que decía hace ya años. Ahora, ni les cuento. 

Aún recordamos sus respetuosas entrevistas, plagadas de largos silencios mirando fijamente al interlocutor, y la última que se le hizo a Rafi Escobedo, el condenado por asesinato de los marqueses de Urquijo, pocos días antes de que éste se suicidara. Un caso que nunca quedó aclarado del todo.

 En fin, qué decir, otro referente que se nos marcha. DEP, Jesús Quintero.

lunes, 12 de septiembre de 2022

Ayer fue un día muy triste: Javier Marías

G.U. tiene muy abandonado el blog, por motivos varios que no vienen al caso. Pero hoy siente que tiene la necesidad, casi la obligación, de decir algo. No le será fácil, porque está absolutamente desolado desde ayer, cuando se enteró al mediodía del fallecimiento de Javier Marías, un habitual en este blog (basta clicar su nombre y apellido entrecomillados en "BUSCAR EN ESTE BLOG" para comprobarlo) y un personaje de su quinta, pocos meses los separan. Está muy triste, casi como si hubiera fallecido alguien muy próximo, a pesar de que no lo conocía más que por sus novelas, por sus artículos en EPS y por algunas entrevistas (muy pocas, no era fácil que se pusiera a tiro).

Sus novelas las leía G.U. muy despacio, porque se dejaba envolver por la cadencia de su prosa, que estaba dotada de ese «estilo inconfundible, con largas subordinadas y un flujo narrativo en primera persona que reproduce el discurrir del pensamiento, sus narradores no son omniscientes sino dubitativos, digresivos e interesados», como escribe Xavier Ayén en La Vanguardia; «dueño de un fraseo único, envolvente, hipnótico, de períodos largos, que van buscando su sentido final a través de tanteos y aproximaciones caracoleantes, sin cuidarse, llevados de su propia, inspirada ondulación, de que a veces sean derivativos o deslavazados», añade Ignacio Vidal-Folch. Ambos lo describen la mar de bien, para qué vamos a añadir nada aquí. Es eso lo que nos envolvía al leerlo. 

Y en sus artículos expresaba lo que muchos no se atreven a decir —incluido G.U., que muchas veces eludió decirlas por si acaso—, pero siempre de manera lúcida, elegante, con una prosa impecable, diferente a la de las novelas. La verdad es que el domingo en que no despotricaba Javier Marías contra algo, G.U. se quedaba un poco decepcionado. 

En fin. qué añadir, era muy bueno en todo, y cada vez que piensa en su pérdida se le caen las lágrimas (DEP).



Los telediarios de la noche no le dieron importancia al asunto, en casi todas las cadenas fue relegado a los "minutos de la basura", tras los sucesos y otras menudencias. Pero vaya en descargo de TV1, tantas veces criticada por G.U., que le dedicó la entrada del telediario de la noche, con un reportaje breve pero magnífico de Carlos del Amor, un buen tipo. No se puede decir más con menos.

sábado, 2 de julio de 2022

Releyendo nuevamente a Pío Baroja

Quizá más de uno se preguntará qué es de G.U., «a qué dedica el tiempo libre», como intentaba indagar J.L. Perales. Para responder a esa cuestión no entrará en muchos detalles, por razones obvias. Pero es cierto que su primera mitad de 2022 no ha sido brillante. Duerme mal, le falta energía, le cuesta centrarse, sus piernas siguen inquietas y las analíticas no van bien del todo, por lo que tiene visitas médicas con cierta frecuencia. Bien, hasta aquí, lo malo. 

Pero lo bueno es que, entre otras cosas, ha recuperado la concentración para la lectura, y eso ayuda mucho (lo decimos para quien no haya probado nunca esa pócima). Lee de nuevo libros digitales y ha comenzado a releer otros de su biblioteca. Ahora ha vuelto a Pío Baroja, uno de sus ídolos, y El árbol de la ciencia, quizá su mejor novela o él así la reconocía como tal. Como uno está metido en Twitter, una de las personas a las que sigue es a Pío Caro-Baroja; pues bien, hoy publicaba éste un fragmento que G.U. identificó rápidamente, pues pertenece precisamente al libro que está releyendo. La primera parte, "La vida de un estudiante en Madrid", es buenísima; trata de los episodios por los que el protagonista, Andrés Mellado, le pierde un poco la afición a la medicina, y con razón. Con esas clases llenas de gamberretes y esos profesores tan  rancios... Pero bueno, en este fragmento relata cosas que a este bloguero le suenan mucho, por haberlas padecido, como alumno y también como profesor (por ejemplo, en la ETSAB todo dios fumaba en el aula y apenas se vislumbraba la pizarra, y cuando empezó a dar clase, también).

Como puede ser que, tan pequeño, apenas puedan leer nada de esas páginas, adjuntamos dos breves fragmentos:

jueves, 30 de junio de 2022

"Las meninas" y la reunión de la OTAN

Una hermosa imagen la de los mandatarios posando delante de Las meninas, aunque luego ¡no hablaron de arte...!
Los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN posan ante Las meninas / EFE
Pedro Sánchez explica Las meninas a un mandatario
Fotografía: Andrés Ballesteros (EFE)
@Cipripedia se pregunta en Twitter si Pedro Sánchez se habrá estudiado antes el cuadro, a lo que responde G.U.:
Tuit de G.U., que tampoco conoce el nombre del perro que posaba adormilado en el cuadro.
A este respecto, el arquitecto Óscar Tusquets escribía lo siguiente en 2017:

«En un museo, no deberíamos enseñar a nuestros hijos más de un par de pinturas. Aquí estoy intentando a explicar a mi hija Valeria por qué Las Meninas es el mejor cuadro de la Historia, y por qué ésto no tiene nada que ver con la Familia Real Española.

VALERIA: –¡Papá, mira el perro!
OSCAR: –Es el perro mejor pintado de la historia del Arte. A Dalí le preguntaron una vez: Si el Museo del Prado se incendiara y solo pudiera salvar una obra, ¿cuál escogería?” y Dalí respondió: “Salvaría el aire de las Meninas porque es el aire de mejor calidad que existe”. Valeria, fíjate en la atmósfera, fíjate que en la parte superior del lienzo… solo hay aire.
VALERIA: –Papá, ¿y el perro está durmiendo?»


Momentos después, un Biden un punto rijoso se muestra tierno con Begoña Gómez, más que Sánchez, su marido.
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Pedro Sánchez, Begoña Gómez y Joe Biden, captados de espaldas durante la recepción en el museo del Prado



Mucho se ha criticado que Boris Johnson se escapara de las reuniones, sí, pero lo cierto es que ese sujeto, un zascandil —aparte de mentiroso—, buen bebedor de cervezas, organizador de fiestorros en el 10 de Downing Street en plena pandemia (conculcando el confinamiento) y otras trapacerías, dicen que es aficionado al arte, y una oportunidad de ver los cuadros sin recibir empujones no podía perdérsela. Se dice que le agradaron especialmente Las tres Gracias, de Rubens, e incluso comentó entusiasmado «This is a party!». 
Boris Johnson posa ante Las tres Gracias, de Rubens
Cierto es que había en su entorno una parafernalia de padre y muy señor mío de cámaras grabando y varios guardaespaldas, pero ya se sabe. ¡Hasta  iba peinado! ¿Está quizá intentando lavar su bien ganada imagen de gamberrete borrachuzo e irresponsable? Es muy probable, aunque es improbable que consiga nada con esa puesta en escena. En cualquier caso, a G.U. le ha gustado ese paseo de Boris Johnson por las galerías del Prado, mientras los demás hablaban de sus cosas. Tenía su estética.
 

miércoles, 29 de junio de 2022

Y mientras tanto, en Madrid...

O "para ganar la guerra" /  [Viñeta de El Roto (28/4/2022)]
Viñetas de El Roto (4/6/2022 y 21/6/2022)

 

miércoles, 1 de junio de 2022

A tomarlo con calma, no queda otra

Viñeta de El Roto (29/5/2022)

Que G.U. no está pasando su mejor temporada desde que lo operaron del colon es un secreto a voces. No digiere bien, está flojo, en baja forma, nervioso y duerme fatal, ni un minuto (=0). Dicen que es porque está bajo de ferritina. Quizá.

Pero bueno, nos confirma que se lo intentará tomar con calma. No le gusta ni la situación sanitaria, ni cómo se está llevando ésta, ni la situación política ni la económica ni la social ni esto de la guerra ni na de na. Pero como no podemos hacer nada, él se lo toma así y así nos lo recomienda: "Take it easy". No nos queda otra, dice. Hay que entenderlo: ahora somos ya mayores y albergamos muchos temores. Temores que procuramos combatir paseando, leyendo, oyendo la música que nos gusta (en estos días Mozart, Telemann y Bach, básicamente) y también, por qué vamos a negarlo, con alguna dosis de ansiolítico, cosas de la edad...


Pero G.U. fue joven, no crean, cómo pasa el tiempo. Los Rolling Stones recalan hoy, 1 de junio, en Madrid en su gira por el sesenta cumpleaños de su nacimiento como grupo. Y lo hacen con la misma encomiable energía de entonces. 

Como dice Ramón de España en Estoy hecho un chaval: «Visto desde fuera, el fenómeno puede resultar inexplicable. ¿Qué necesidad tiene un millonario que se acerca a los 80 años de dormir cada noche en una cama distinta, revisitar ciudades en las que ha estado un montón de veces y volver a cantar canciones que se sabe de memoria porque lleva más de cinco décadas interpretándolas? Aparentemente, ninguna. Lo de Jagger no es como lo de Cohen cuando tuvo que volver a los escenarios porque su contable lo había dejado tieso. Lo de Jagger es voluntario, vocacional, entregado, admirable. O eso o se aburre como una ostra en todas sus mansiones y aún sigue necesitando el aplauso del respetable, que es lo que lo mantiene hecho un potro».


Y ya que hablábamos antes de tomarlo con calma, hoy (1 de junio también) se cumplen exactamente cincuenta años de la publicación de esta canción, Take it easy, de los Eagles. Eso fue cuando todo estaba por suceder y nos creíamos eternos. Una canción country rock (una de las debilidades de G.U.) que le ha acompañado toda su vida (como otras de los Rolling Stones) y por eso la recuerda hoy, una vez más, no sin cierta nostalgia.

domingo, 29 de mayo de 2022

El Covid no se ha ido, pero interesa aparentar que sí

Javier Marías comienza su columna de hoy en EL PAÍS SEMANAL, titulada Como si no hubiera pasado, afirmando que «la pandemia no ha terminado, y a diario nos llegan noticias de conocidos infectados». Es así, y en el entorno de G.U. hay la tira de ellos, y más que van cayendo. Pero muchas de esas personas, aunque sean mayores de 60 años, se hacen la prueba en casa y no comunican el resultado a nadie; por lo tanto, las estadísticas que se publican de enfermos mayores de 60 años (no se sabe por qué son los únicos que se cuentan) no responden a la realidad, porque se deja de contabilizar a mucha gente. Se trata de una mentira más para camuflar el problema, opina G.U.

Pero privan los intereses económicos, la gente quiere salir y desde los gobiernos y los medios de comunicación se la incita a que lo haga sin protección alguna, para aparentar normalidad. La estrategia, que parte ¡del ministerio de Sanidad! y secundan todos, es silenciar el problema en lo posible o convertirlo en una especie de gripe que se pasa sin problemas, cuando lo cierto es que en muchos casos se crean unas secuelas muy malas y mueren muchos (unos 300 por semana, pero es un lío saberlo, porque ahora han puesto un extraño ítem para intentar minimizarlos: "por covid" o "con covid"). No es por ser mal pensado, pero cuanta más gente mayor fallezca, mejor para la economía y menos pensiones.

Bueno, G.U. ya se ha desahogado. Dejemos a Javier Marías que lo haga también, a su modo:

«La pandemia no ha terminado, y a diario nos llegan noticias de conocidos infectados. Pero como en España los estultos gobernantes y buena parte de la población han decidido que sí, que el virus ya es agua pasada, quizá no esté de más echar la vista atrás e intentar recordar cómo era el mundo anterior al covid.

Una ojeada somera indica que todas las sandeces y cursilerías que en su día se soltaron y escribieron — "Saldremos mejores", "Se nos brinda la oportunidad de reflexionar y elegir prioridades", etc— han resultado ser, amén de sandias y cursis, enteramente falsas o erróneas. Da más bien la impresión de que casi todo el mundo, con los políticos a la cabeza una vez más, hubiera estado aguardando ansiosamente para volver a sus majaderías sin alterar una coma.

»Las televisiones emiten los mismos programas zafios y vejatorios, los informativos siguen siendo infames, la publicidad más abyecta que nunca —y ya es decir—, los líderes continúan a pedradas y haciendo gala de inepcia y vacuidad, las gentes han reanudado sus viejas costumbres de viajar sin ton ni son en abominables cruceros e infinitos vuelos contaminantes, de hacer fotos de platos o de sí mismas y acudir en masa a todo (porque "hay que ir") aunque no les interese lo más mínimo; las riadas de turistas han regresado para dolor de nuestras ciudades, paisajes y playas, la afición a opinar de cuanto se ignora permanece inalterable en las tertulias como en las redes, la mala baba es omnipresente sin que preocupe el daño que pueda infligirse, la mayoría lo busca con ahínco; la capacidad de raciocinio, lejos de mejorar, ha empeorado: sólo faltaba una plaga para avivar las teorías conspiratorias y el mal agüero; los bancos han aprovechado para cerrar sucursales y despedir a empleados, la Administración para convertir cualquier gestión en un laberinto sin salida, las compañías eléctricas para sacarles los higadillos a los ciudadanos modestos; la llamada “solidaridad” ha pasado a ser una mera palabra en boca de sinvergüenzas demagógicos. A mi parecer, en suma, no hemos salido de la pandemia, pero somos iguales o peores.

Hay una invasión de Putin que nos procura pesadillas pero en el fondo nos trae sin cuidado: aquí lo que de verdad importa es la Semana Santa, la Feria de Sevilla, los sanisidros, los sanfermines, el próximo puente y los 200.000 festejos populares que se avecinan con el buen tiempo. Y por supuesto las vacaciones de agosto, para las que se calientan ya los motores de las escapaditas, las cervecitas, las playitas, las paellitas, las gambitas, los bañitos, las siestecitas y los aperitivitos. [...]

Todo continúa invariable, más o menos. Yo pienso, en cambio, que se rompió el hilo de la continuidad de nuestras vidas, por mucho que finjamos haberlas reanudado exactamente donde las dejamos el 15 de marzo de 2020. Que todavía vivimos en estado de shock y de incredulidad, artificialmente anestesiados y desmemoriados, intentando pasar por alto lo que nos ha ocurrido.

 Si los casi 200 asesinados en los atentados de 2004 supusieron un trauma insuperable durante mucho tiempo, ¿cómo no vamos a estar estupefactos y horrorizados por la muerte —no violenta, algo es algo— de las 100.000 o más personas víctimas del virus? ¿Qué país puede encajar eso tan alegre y frívolamente como aparentamos haberlo digerido nosotros? 

»Qué digo "digerido": arrinconado, arrumbado, borrado, negado. Me temo que los únicos que lo tienen presente a estas joviales alturas son los familiares de los difuntos y los admirables médicos, enfermeras y demás personal sanitario, sobreexplotados, que tantas agonías presenciaron, tantos combates entre la vida y la muerte, tanto horror y agotamiento e incertidumbre padecieron un día interminable tras otro, y que en número no escaso perdieron la salud o la vida por cuidar y salvar a sus pacientes, aunque algunos se lo pagaran con exigencias y desplantes —"Para eso están ustedes, para curarnos si enfermamos"—. Me pregunto con qué desolación ven ellos los actuales desenfrenos y farras, ahora que creemos que todo ha pasado, cuando en realidad no ha pasado.

domingo, 22 de mayo de 2022

El "Palacete Albéniz" y los jardines "Joan Maragall"

No, no se me inquieten ustedes, G.U. no es del todo tonto y no ha cometido hoy el suicidio de ir a disfrutar de los jardines del palacete Albéniz, en Barcelona, con la anticipada canícula que nos está cayendo, a pesar de las refrescantes fuentes que hay allí. La visita fue hace mes y medio. Las flores estaban aún espléndidas entonces.

El "Palacete Albéniz", en Barcelona / [granuribe50 (9/4/2022)]

Vayamos por partes. El susodicho palacete, bastante poco conocido, fue construido con motivo de la Exposición Internacional de 1929. La Corona lo utilizó entonces para recibir y obsequiar a sus invitados. Lo proyectó el arquitecto de la Casa Real, Juan Moya, con un diseño cercano a los gustos borbónicos y a la estética de los Reales Sitios. 

Actualmente se ha consolidado como la residencia de la familia real española en sus estancias oficiales en Cataluña. Quizá por eso no es uno de los lugares preferidos por nuestra ilustre alcaldesa, Ada Colau, que de buena gana revocaría la cesión de la ciudad de Barcelona a la Corona, a pesar de que se utiliza también para las ceremonias de entrega de determinados premios, como los Ondas y otros. 

La topiaria de los jardines de Joan Maragall se mantiene y se la cuida / [granuribe50 (9/4/2022)]

El palacete está rodeado por los jardines de Joan Maragall, organizados al modo versallesco, muy a la francesa, con grandes fuentes, ejes visuales, avenidas de árboles, utilización de una topiaria bastante cuidada, etc. El proyecto de ajardinamiento inicial corrió a cargo de Jean-Claude Nicolas Forestier, en colaboración con Nicolau Maria Rubió i Tudurí.

Dones a la cascada (Mujeres en la cascada): 1970. Eulàlia Fàbregas de Sentmenat / [granuribe50 (9/4/2022)]
Templete de Susana al bany (Susana en el baño): 1896. Teòfil Eugeni Victor Barrau / [granuribe50 (9/4/2022)]
Se amplió en 1970, en base a un proyecto de Joaquim Maria Casamor, que era compañero de Lluís Riudor, aquel que fue profesor de G.U. en "Jardinería y Paisaje" (ETSAB). Utilizó para ello abundante decoración escultórica propia del momento (años 60), pero destacando por encima de todo y situado en el extremo opuesto al palacio, un precioso templete con la escultura Susana en el baño, de Théophile-Eugène-Victor Barrau (1896).

Susana al bany (Susana en el baño): 1896. Teòfil Eugeni Victor Barrau / [granuribe50 (9/4/2022)]

Pero bueno, quizá por lo dicho anteriormente, no es un lugar del gusto del procesismo ni, por supuesto, de la alcaldesa. Está poco anunciado y mal señalizado, a pesar de estar situado casi enfrente el Estadio de Monjuïc, al que acuden miles de turistas. Solo se puede visitar los sábados y domingos por la mañana, con lo hermoso que estaría también entre semana y por las tardes, con el sol poniente. Por ello, no es muy frecuentado por el gentío y turisteo y eso hace que se pueda disfrutar con calma. En esta época G.U. solo acude a lugares tranquilos y no entra en bares ni tiendas. Pero bueno, no es el único, siempre hay gente lista que sabe dónde hay que ir eludiendo a las masas... 

En fin, aquí les dejamos, holgazaneando...

Templete de Susana al bany (Susana en el baño): 1896. Teòfil Eugeni Victor Barrau / [granuribe50 (9/4/2022)]
Al-legoria a la sardana (Alegoría de la sardana): 1965. Ernest Maragall Noble / [granuribe50 (9/4/2022)]
Dona ajaguda (Mujer acostada): 1970. Joan Rebull / [granuribe50 (9/4/2022)]


Y, para acabar, otro par de esculturas de los años 60, colocadas cuando se amplió el jardín.
Dona amb nena (Mujer con niña): Luisa Granero (1970) / [granuribe50 (9/4/2022)]
Serena (1964): Pilar Francesch (1964) / [granuribe50 (9/4/2022)]

[Las fotografías son de granuribe50 / (9/4/2022)]

viernes, 20 de mayo de 2022

El tabú de la palabra "Covid"

A G.U. le hubiera gustado estar en la despedida de Domingo Villar, el novelista gallego fallecido ayer a causa de un ictus, una persona a la que apreciaba, aunque no la conociera más que a través de sus novelas y alguna entrevista. Pero ha acudido hoy bastante gente al "bar Eligio", un lugar donde transcurre una parte de sus novelas, y allí estuvo quien esto escribe, aunque desgraciadamente... solo en espíritu.

Terraza del Eligio, ayer, donde se congregaron conocidos y admiradores de Domingo Villar / [Marta G. Brea / granuribe50]

No fue posible, entre otras cosas, porque por estos andurriales no estamos muy allá de salud (ni de pelas), nos movemos poco y viajamos "cero patatero". Tenemos un cierto temor, la verdad sea dicha, porque aunque hayan retirado mascarillas y cuarentenas para que no se dañe al turismo ni a la economía y así parezca que no pasa nada, la cosa sigue, les guste o no a nuestras autoridades, a los poderes económicos y a los que viven de que haya movimiento. Se ve que el virus se irá él solo: basta con no hablar de él.

No sabe G.U. si habrán notado ustedes que la palabra "Covid" se ha convertido en una especie de tabú, una palabra impronunciable, a no ser que uno desee ser tildado de majara y obseso. La gente la rehúye, los telediarios la ignoran, la prensa también y todos los enfermos que hay por ahí resulta que lo son por un catarro, alergia primaveral, gripe (¡!) o algo así. Ni por asomo que puedan deberse a Covid. La gente debe seguir yendo a trabajar. Ni se cuentan casos (solo los de +60) ni puñetera falta que hace. En cuanto al "Covid persistente", ni caso tampoco. Todo lo que no colapse los hospitales... da igual. Un "diez" para la salud pública. A lo mucho, se oye la frase de que "hay que aprender a convivir con él", un exitoso mantra. En cuanto a lo de la viruela del mono, ya la gripalizaremos también, como al Covid. 

En fin, no seguimos, ya que si lo hacemos, tendremos que hablar de ancianos, pensiones, muertos, presupuestos...

miércoles, 18 de mayo de 2022

Domingo Villar, DEP

El escritor Domingo Villar posando en las inmediaciones del Puerto de Vigo. [MARTA G. BREA]

Ha fallecido Domingo Villar, apenas cumplidos los cincuenta y un años. G.U. leyó durante estos dos años pasados tan duros Ojos de aguaLa playa de los ahogados El último barco, todas con el inspector Leo Caldas de protagonista, que transcurrían en la zona de la ciudad de Vigo y su ría. Los lugares que aparecían en las novelas son reales y eso siempre le ayuda a G.U. a identificarse con la trama. Le gustaron las tres. Una prosa calmada, tranquila y bien elaborada, que le ayudó mucho en ese tiempo, en el que necesitaba un poco de evasión, pero de cierta calidad. La que tenía Domingo Villar, un hombre que se pensaba mucho lo que escribía, y que incluso tardó ocho años en publicar su última novela.

Ahora G.U. está muy triste por su muerte tan prematura de Domingo Villar, un buen tipo. DEP.

Las tres novelas de Domingo Villar que se la leído G.U. durante la pandemia
Así empezaba su última novela, El último barco, que nunca pensábamos que lo sería, el último:

«La mujer alta dejó de leer, se tumbó boca arriba y notó que le vencía el sueño. Incluso con los ojos cerrados, sentía el destello del sol en los párpados. Le gustaba la soledad de aquella playa en la que podía pasar las horas sin otra compañía que el libro, el rumor de las olas y el canto de las aves que tenían su nido entre las dunas».

Un tuitero (@opicar) le dice a granuribe en un tuit lo siguiente, adjuntando una fotografía la esquina del bar Eligio donde se sentaba siempre el inspector Caldas:
 
«Todos sus lectores estamos tristes, y ahí tienes el Eligio, para que lo visualices: -)»
Bar Eligio, en Vigo. [Fuente: @opicar]
Visualizado queda. Y acabamos con un breve texto de la novela antes citada, en la que se hace referencia a ese lugar:

[...] «—Eso les digo yo —opinó Carlos—. ¿Qué te traigo para picar?

—Algo calentito —dijo Caldas, y se quedó en la mesa saboreando la copa de vino blanco y observando los cuadros que decoraban las paredes de piedra del Eligio. Los había visto cientos de veces. Muchos llevaban décadas colgados y varios de los pintores habían muerto». [...]


domingo, 15 de mayo de 2022

Un modesto homenaje a Madrid, que es S. Isidro

G.U. está currándose poco el blog, lo reconoce, sua culpa, pero tiene sus motivos de peso que ahora no vienen al caso. El caso es que, valga la redundancia, hoy es San Isidro, y al susodicho le gusta Madrid, una ciudad que echa de menos desde casi hace dos años y medio, cuando la visitó por última vez. Hubo amplia constancia aquí. Tres entradas.

Así que no puede dejar de darle un pequeño homenaje a esa ciudad desde estas modestas páginas. MÚSICA (mejor que la de Eurovisión, no lo duden) y ARTE, todo con mayúsculas, es lo que nos deparan Bocherini, Aureliano de Beruete y Francisco de Goya. Ahí es na...

Luigi Bocherini, La Música Nocturna de Madrid, Op. 30 n.º 6 (G. 324) (fragmento)
 Orquesta de Cámara Millennium. Director JaeSik LIM
Aureliano de Beruete, Vista desde la pradera de San Isidro (1909), Museo del Prado
Francisco de Goya, La pradera de San Isidro (1788), Museo del Prado

martes, 10 de mayo de 2022

Una visita al "Pabellón de Barcelona", de Mies van der Rohe

El "Pabellón de Barcelona", como sabrán muchos de ustedes, fue diseñado por Mies van der Rohe (y también por Lilly Reich, ojo al dato) e inaugurado el 27 de mayo de 1929 para representar a Alemania en la Exposición Internacional de Barcelona de aquel año. Al terminar la exposición en 1930 el pabellón fue desmontado, como tantos otros, no en vano estaban concebidos para una exposición temporal. 

Pero el recientemente fallecido Oriol Bohigas tuvo la buena idea de querer reconstruirlo cuando fue delegado de Urbanismo, de modo que fue "reinaugurado" en 1986. G.U. lo ha visitado varias veces. Incluso sus alumnos de bachillerato hicieron los planos y levantaron una modesta maqueta de él, pero lo cierto es que uno nunca lo vio por la tarde. La oportunidad de hacerlo precisamente a las horas en que el sol declina surgió con motivo de una visita médica que le pillaba cerca. Fue en ese momento, "celular" en mano, cuando fueron hechas estas fotografías. Pasen y vean.
Vista desde la zona de acceso, con el estanque en primer término / [granuribe50]
La planta del conjunto, con el punto desde donde se ha tomado la fotografía superior. En azul, los estanques
Aquí la tienen, la famosa "Silla Barcelona" y la reproducción en bronce de la escultura "Aurora", de Georg Kolbe / [granuribe50]
La escultura de Kolbe "flotando" en el estanque, rodeada de mármoles y vidrio / [granuribe50]
La escultura de Kolbe está muy bien situada, porque se refleja en el espejo del agua  / [granuribe50]
Y también se refleja en los mármoles / [granuribe50]
Acero, vidrio, suelo de travertino, mármoles en tonos verdosos... así de sencillo / [granuribe50]
Esta vista define bastante el espacio, con la silla y taburete "Barcelona", el ónix traído de Argelia, los pilares, los paneles de vidrio... / [granuribe50]
Y ahora avanzamos unos metros... / [granuribe50]
Más imágenes de los taburetes diseñados por Mies van der Rohe
El hombre que encontró el mármol de la fotografía inferior, lo más parecido al que se tenía documentado del pabellón original de Mies, fue un marmolista de Granollers llamado Jordi Marqués, que estaba muy orgulloso de su trabajo, según le contaba hace seis años a Víctor Amela en un artículo de La Vanguardia titulado “Y... ¡lo vi!: un bloque de ónix granate, de vetas doradas...”
           Este es el mármol que "se curró" el señor Jordi Marqués. Lo acompañan los taburetes "Barcelona" / [granuribe50] 

 
Los cristales, el entorno reflejado y, al fondo, la construcción auxiliar donde está situada la librería / [granuribe50]
 
Bueno, qué añadir para no aburrirles. Fotos de este lugar habrán visto muchas, mucho mejores sin duda, pero como las ha hecho G.U. parece ser que le apetece publicarlas, si no se le perderán entre las carpetas del ordenador, aduce. En cuanto al lugar, si les interesa un poco la arquitectura, pásense una tarde entre semana. Ahí está el abecedario del llamado "Movimiento Moderno" y también el conocido "menos es más"... Es un lugar mágico si se le pilla el momento. ¡Loado sea Mies van der Rohe!




lunes, 4 de abril de 2022

Resines y Rellán hablan más claro que el caldo de un asilo

Para serles franco, G.U. les cuenta que se está empezando a sospechar que, con eso de la subida de las pensiones al coste de la vida, los pensionistas empezarán a sobrar ya del todo, por el enorme costo que suponen (suponemos). A nadie importan un pijo y si fallecen (fallecemos) unos cientos cada día (vía Covid, sin ir más lejos) nadie nos echará en falta (al contrario, menos gasto), salvo las personas que más nos quieren. 

Para mejorar la sanidad pública no vienen mal testimonios de gente muy popular, como es el caso de Resines y Rellán.

Y respecto a lo que comentábamos antes, leemos en La Vanguardia un artículo titulado El desamparo de los mayores:

[...] «En algunos casos, estos descartes han comportado que los pacientes que se lo pueden costear, han recurrido a la sanidad privada y allá les han resuelto el problema o les han practicado las pruebas sin reparar en su fecha de nacimiento. Estos pacientes han tirado de ahorros o de familiares para costearse estos remedios después de valorar el beneficio de invertir en su mejor calidad de vida, por poca o mucha que les quede, antes que seguir esperando meses en eternas listas de espera o a recibir largas con peregrinas explicaciones sobre si vale la pena o no abordar una prueba médica dada la edad del usuario. Tienen la mosca detrás de la oreja porque los mayores se ven como una carga social y creen que hay quienes piensan que cuantos menos ancianos haya, menos gasto sanitario y de pensiones habrá. Seguro que son imaginaciones infundadas y mal pensadas. Pero las tienen» [...].

Aunque confiemos que los "estrategas" que nos gobiernan se hayan planteado que, sobre todo en épocas de crisis como la actual, media España sobrevive en parte gracias a "la pensión del abuelo". Quizá eso nos salve...

martes, 8 de marzo de 2022

Se nos pasó el arroz para visitar Ucrania

Echémosle un ojo, porque parece ser que ya lo hemos visto bastante...

Kiev, Santa Sofía
Kiev, Monasterio de las Cuevas