domingo, 20 de noviembre de 2022

Sagrada Familia: «¡Hasta luego, Lucas!»

Prosiguen los trabajos para la culminación de un gran desaguisado (desde todos los puntos de vista arquitectónicos que se le puedan ocurrir a G.U.). Se justifica porque, según muchos, es muy espectacular, los interiores impactan y atrae a nativos y a turistas. Por tanto, "sentiments i centimets" (Juan Marsé dixit) van de la manita en este asunto.

Si de esto último se trata, lo del pastuqui (centimets), la idea de Oriol Bohigas (hoy faltan diez días para el primer aniversario de su muerte) no estaba mal: poner un parada del AVE allí al lado, con el título "Apeadero de la Sagrada Familia". Él tildaba a ese "templo expiatorio" de "mona de pascua" y eso que no llegó a ver culminados estos aparatosos remates. Quizá no le faltaba razón, pero a GU no le gusta tanto como a Bohigas meterse en jardines, aunque sean de piedra, como es el caso, y no está para polémicas ni desea herir sensibilidades. 

Sea como fuere, a pocos molestará saber que para este bloguero el entorno de ese monstruo en crecimiento perpetuo se ha convertido en una de las zonas que le resultan más desagradables de la ciudad en que vive.

La cabeza del toro del evangelista Lucas, a punto de ser izada a los cielos.



Estos días se ha culminado el ascenso a los cielos de todas las partes del toro (o quizá buey) de San Lucas, con sus cuernos, sus alitas y demás aditamentos, para rematar la torre dedicada a ese evangelista.

El ascenso del toro, ya culminado / Fotografía de Jordi Corominas
En efecto, aquí Lucas agradece el "hasta luego, Lucas" y luce ya en todo su esplendor en su lugar de destino final. La escultura, izada por partes, mide un total de cuatro metros y medio y es obra del artista Xavier Medina Campeny.


10 comentarios:

  1. El espanto y el desdén que me produce el desarrollo de la Sagrada Familia es hiperbólico. Me avergüenza profundamente que esta sea la carta de presentación de Barcelona ante el mundo. No sé si los turistas pensarán lo mismo que yo pienso, pero se impone la idea de pastiche de plástico sin gusto ni sentido de la arquitectura de Gaudí. Me horroriza pero es un pastel o mona de pascua puesta en pleno centro de Barcelona. No entiendo que ningún poder haya podido poner coto a este desastre que avergüenza y si no avergüenza es todavía peor porque expresa la extensión del gusto hortera en la arquitectura. Saludos, G.U.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué razón tienes, Joselu! A mí también me avergüenza un poco cómo se ha podido permitir ese dislate, más lo que todavía nos espera cuando desalojen a los vecinos de la manzana de la calle Mallorca para poner otra plaza allí, desde donde se pueda apreciar desde otro punto de vista. Y el éxito mundial de este engendro sería digno de estudio, pero no hay duda de que se trata de un éxito de marketing.

      Eliminar
  2. No podremos negar que tenemos algo "kitsch" en Barcelona.
    Algo que atrae al turista nipón.
    Se dejarán la pasta allí y en Loewe.
    Todo un éxito
    salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, Miquel, una obra maestra del kitsch, que sigue creciendo y creciendo, y aún nos aportará otras maravillas como las del buey del evangelista Lucas.

      Eliminar
  3. Es un despropósito, es como una barraca de feria, todo lo que han hecho después de Gaudí, todo, sobra.
    En mi blog también proponía lo de convertir la Sagrada Familia en un apeadero del AVE.
    http://francesccornado.blogspot.com/2016/01/el-baixador-de-la-sagrada-familia.html
    Celebro que hayas vuelto al blog.
    Salud
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Cierto!, veo que te habías referido al asunto, incluso con una imagen del emblema que podría lucir la presunta estación del AVE. Estaba convencido de que pensarías como yo, y en ese enlace tenemos la prueba.
      Gracias, Francesc, no siempre me veo con ánimos, pero ayer me encontraba con ganas y una imagen que pillé por las redes me animó a hablar de "la mona".

      Eliminar
  4. Son muchas las veces, que me paro a descansar en los jardines que la rodean, cuando recorro la ciudad en bici. La tengo vista, de día ,de noche, desde todos los ángulos posibles(porque tiene muchos),pienso, medito, veo formas, líneas, planos. Me entretengo.
    Es un monumento contundente, desde luego, que puede parecer una "mona",pero en todos los que me paro a ver, puedo llegar a la misma conclusión. Uno un supositorio, otro una enorme caja de cerilla. Es que las formas humanas, de representar volúmenes son finitas.
    Pienso, a veces, que si no fuera un monumento cristiano(un templo),sería mejor aceptado. No sé, lo mismo es una tontearía lo que digo.Lo cierto es ,que paso buenos momentos cuando la contemplo, que pueden llegar a una hora, si estoy muy cansado. Luego sigo mi camino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conozco a bastante gente que comparte tu manera de vivir ese espacio y su entorno, y me alegro que sea así. Y familiares que vienen de otras partes de España con el solo ánimo de visitar ese lugar. Algo tendrá, sin duda, y si a todos nos gustaran o detestáramos las mismas cosas esto sería un caos, que ya lo es, pero todavía más.
      En lo que a mí respecta, en este asunto me quedo con la opinión de Francesc Cornadó cuando opina que todo lo que han hecho después de Gaudí, sobra.
      Un cordial saludo, te sigo en las páginas de Tot.

      Eliminar
  5. Antes de acabar el año me paso por su blog. Que tenga un buen año 2023. Con todo cariño. MJ

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias y le deseo eso mismo. Espero retomar el blog al comenzar el nuevo año. Es uno de los propósitos que tengo para 2023.

      Eliminar