miércoles, 14 de noviembre de 2018

"Siempre nos quedará París" (2)

Y, en esa tesitura, hoy hemos recalado en CaixaForum, pensando erróneamente que, como lo de Velázquez empieza pasado mañana, hoy estaría casi vacío aquello. Naranjas de la China: lo de "Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre" es tremendo, ya que París es mucho París, y el fin-de-siècle, el Art Nouveau y la belle  époque gozan de gran predicamento por estos lares (todos aquí se las dan de saber francés, casi como los niños de Francia de los que hablaba Nicolás Fernández de Moratín en su famoso poema "Saber sin estudiar").

El caso es que había media docena (o más) de visitas guiadas para gent gran invadiendo la exposición, además de las inevitables excursiones de alumnos/as de la ESO, siempre tan ruidosas. Pero la exposición vale la pena y habrá que volver en un día más tranquilo, y así se hará, ya que dura hasta el veinte de enero de 2019.

Folleto de mano de la exposición "Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre"

Una sala de la exposición, con obras de otros autores
Bueno, así como el reclamo para la próxima exposición "Velázquez y el Siglo de Oro" es Velázquez, y con mucha suerte veremos un par de obras suyas, aquí el señuelo es Toulouse-Lautrec, que siempre tiene su morbo. Pero la base de la muestra no es su obra, aunque hemos podido ver litografías de sus carteles más conocidos (millones de veces reproducidos), además de algunos óleos y dibujos suyos que G.U no conocía y que son muy buenos. Y esos pósters míticos... mejoran mucho "en vivo y en directo".

El resto de la exposición es magnífico, aunque siempre a media luz, como suele ser habitual en estos casos. ¡Ah! El catálogo también está muy bien, y lo que no hemos podido ver cómodamente allí (por el gentío) de autores de los que uno ignoraba su existencia, aquí está, con unos textos bien escogidos. Falta en él, eso sí, la música parisina tan evocadora que llenaba las diversas salas, todas ellas muy bien ambientadas, con su pavés y todo.

Una de los aspectos que queda bien explicado, tanto en la exposición como en el catálogo, es el del proceso que llevó a que Montmartre, ese barrio periférico de pobres y marginados, deviniera (en un par de décadas) en una zona guay que atrajo a numerosos artistas de vanguardia (Toulouse-Lautrec, Signac, Bonnard, Satie, más tarde Picasso y tantos otros), una gente que quería vivir gastando poco y trabajar en el París bohemio, pero evitando el centro burgués de la capital.

Algunos de los míticos carteles de Toulouse-Lautrec que no podían faltar en la exposición "Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre"





Después hemos subido a las azoteas de la casa Casarramona, muy propias de la época en que fue construida la fábrica.

Palau Nacional y autobús de guiris desde la azotea (14/11/2018)
Azotea de la fábrica Casarramona, sede de CaixaForum (14/11/2018)



Para acabar la visita en la tienda, "como no podía ser de otra manera", con el merchandising alusivo a la exposición, tan habitual en estos casos. Que tomen nota los sorianos si quieren "vender una escoba" a costa de Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer o Gerardo Diego. Ya saben: camisetas, libretitas, imanes y todo tipo de chuminadas diversas.


4 comentarios:

  1. Seguro que la exposición es como para no perdérsela.
    Según me han dicho, este verano no se podía pasear por Montmartre, de la cantidad de gente que había. MJ

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  2. Creo que iré por Barcelona dentro de poco. Me tomaré un día para ver esta exposición y la de Velázquez y el Siglo de Oro. Comeré allí, porque no me gusta ver dos exposiciones seguidas. ¿Qué tal, está bien para comer aquello?

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  3. G.U. te informará sobre el restaurante/bar del CaixaForum porque ha comido ahí con su parienta alguna vez, con buen resultado. Buena visita a la Ciudad Condal y que tengas suerte con la comida.
    nvts

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  4. Pues sí, lo dice nvts y no le falta razón: estuve allí en julio pasado y lo expliqué en el blog, en la entrada
    https://granuribe50.blogspot.com/2018/07/moltes-felicitats-quim-torra.html

    Ya sé que no es muy correcto autocitarse, pero indico la fuente y el caso es que allí mi impresión fue esta en aquella ocasión:

    "Hemos ido al bar, que lo están remodelando (se supone que a peor), a ver cómo estaba el asunto. Los sujetos que comían allí parecían habituales (ningún guiri, incluso algún que otro manobre) y se estaban zampando cosas la mar de apetecibles, de modo que hemos decidido quedarnos. La verdad es que no nos hemos arrepentido nada de nada porque las viandas las trae Vilaplana, un experto en cáterings, y los decoran debidamente allí, con mucho arte, tal como puede apreciarse en la imagen. El segundo plato era también muy bueno, con calamares y mongetes del ganxet. El precio: 13 euros (para el lugar de que se trata, bé de preu, diría Torra), con bebida y postre incluidos".

    No es por ser agorero, pero acerté y la cosa ha ido a peor, como suele ser habitual cuando un lugar de comidas emprende reformas. La decoración antigua era con muebles alegres y de diseño actual, había mucha luz y bastante espacio y tenía su gracia. Ahora la decoración es en plan "Arts and Crafts" del XIX (William Morris y Cía), con tapices y muebles de ese estilo, paredes pintadas de negro y con una lúgubre reproducción fotográfica enorme de una "escultura" (por llamarlo de alguna manera) de Cristina Iglesias, una artista muy moderna que hace enrejados en forma de cárcel, no sé si la conoce.

    Hay menos sitio y está copado por trabajadores del fórum comiendo, por lo que queda poco espacio para los visitantes, con lo que, si quieres comer allí, has de reservar como mínimo el día antes y la inmediatez de... "¡podríamos comer aquí y luego seguir!" desaparece.

    La comida antes era bastante buena y a buen precio. Ahora no lo sé, porque el día que visité lo de Tolouse-Lautrec no había sitio.

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