Publicamos en este blog hace unos días una pintada en la que se afirmaba que Le
Corbusier era el culpable "de todo".
Hablaremos en otras entradas de
su actividad como autor de bloques ("
Unités d´Habitation", los llamaba) y de su actividad como urbanista a escala planetaria, quizá lo
más contestado y quién sabe si lo que provocó aquella pintada.
También hablaremos de Ronchamp, de su modulor, de su pintura y de sus
muebles. Pero hoy nos dedicamos a lo que más nos gusta de él: algunos de sus
edificios más livianos, más modestos, los que hizo a pequeña escala. Quizá entre
ellos el que más conozcan ustedes sea la Villa Saboya, una joya por fuera y por
dentro, pero tuvo otros trabajos muy buenos, que siempre han interesado a G.U.
Estaba claro que no podíamos dejar esto así, en esa condición de que ese
tipo tenía "la culpa de todo". Un arquitecto deslumbrante, polemista y
revolucionario, Le Corbusier (1887-1965) fue, con mucha diferencia, la figura
más ruidosa, más renombrada y más influyente del siglo XX, en lo que se refiere al mundillo de
la arquitectura.
Era un tipo muy prolífico y muy dicharachero, que nos fulminaba (cuando
estudiábamos su obra) con sus apasionadas teorías, muy bien expresadas en sus
libros. También con sus artículos y con una sucesión de sentencias apodícticas
(un poco a modo de eslóganes publicitarios), que propagaban el fervor por la
"arquitectura racionalista", no sólo entre los arquitectos, sino también en
los líderes políticos y hasta en la gente de la calle, poco entendida en el
tema. Todo eso, aunque no está claro que él practicara siempre el "funcionalismo".
Pero en sus inicios nada parecía predecir lo que fue después: quizá (y
sin quizá) el arquitecto más importante del S. XX.
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Ville Fallet (1907) / Ville Jeanneret-Perret (1912)
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Ville Schwob (1916)
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En efecto, empezó diseñando una serie de edificios que podríamos calificar como "chalets suizos" (él era suizo)
bastante olvidables, en La Chaux-de Fonds, su lugar de nacimiento. Y otro (también allí) de cubierta
plana, que algunos de sus exégetas (que hilaban muy fino) relacionaron con la
basílica de Santa Sofía, en Estambul, quizá por su ábside (?), aunque el resultado se parecía ya más a lo que hizo luego.
Como era un tipo listo, pronto se dio cuenta de que donde se cortaba el
bacalao en aquella época era en París, y para allí tomó rumbo sin pensarlo. Una decisión
que nunca le agradeceremos bastante, porque en esa ciudad empezó todo.
Les mostramos en sucesión, sin apenas
comentarios, algunos (no todos, para no aburrirles) de los edificios a
pequeña escala que más nos gustan de él. Comparten varios de ellos las características propias de sus "
Cinco puntos para una nueva arquitectura", que enunció por entonces: la planta baja sobre pilares, la planta libre, la fachada libre, las ventanas alargadas y la azotea-jardín.
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Maison La Roche-Jeanneret (París), 1923
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Pabellón de L´Esprit Nouveau (exterior y pintura —Nature morte— en su
interior, del propio Le Corbusier) / París (1925)
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Edificio en Urbanización de Weissenhof / Stuttgart (1926-1927)
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Casas en la urbanización Weissenhoff / Stuttgart (1926-1927)
[Axonometría (perspectiva militar). Lápiz y tinta china sobre
papel de calco] |
En 1927 se organizó una exposición sobre el tema "La vivienda", en Stuttgart. Se realizaría en forma de urbanización con edificios (la Weissenhoff). Mies Van der Rohe diseñó el plano y seleccionó a los arquitectos, que participaron con uno o dos edificios (entre ellos, el propio Mies, Le Corbusier, Peter Behrens, Walter Gropius, Hans Scharoun, etc.).
Las formas geométricas desnudas, las cubiertas planas y el color blanco de todos ellos, fueron motivo suficiente para que algunos críticos calificaran la urbanización, en tono despectivo, de «pueblo árabe» y de «cuartel bolchevique». Pero el caso es que quizá fue el inicio de lo que luego dio en llamarse "Estilo Internacional", que invadiría el mundo.
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Ville Stein (o Ville à Garches) / Garches (1926-1928 |
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Ville Savoye (1928-1931) / Poissy (Francia)
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El interior de la Villa Savoye, en Google / Poissy (Francia)
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No nos extendemos más, para no cansarles. Hay bastantes otros edificios en
Francia, al margen de la
Unité d´Habitation de Marsella (1946-1952),
y, por supuesto, de la iglesia de Ronchamp (1950-1955), de los que ya
hablaremos. Todo se andará. De momento, nos detenemos en una casa que nos
gusta mucho también: la "Casa Curutchet", en Argentina.
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Casa Curutchet (1949-1955) / La Plata (Argentina)
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Hace 21 años estuvimos en Ronchamp. Un templo, aunque sea pequeño, tiene que ser un encargo que siempre apetezca a un arquitecto, pues suele estar libre por los cuatro costados y con sus cuatro o más esquinas para lucirse. En aquel caso, la citada capilla me gustó, pues estaba sola en un pequeño prado, lejos del pueblo, que quedaba abajo y no se podía ver. Diría que era un poco champiñón (palabra que casi sale en el nombre) brutalista, pero al tener volúmenes bastante sencillos, se dejaba ver.
ResponderEliminarMateo.
De Ronchamp también hablaremos. Una obra de arquitectura-escultura maravillosa, por lo que tengo visto. Un lugar en el que no he estado nunca y que siempre quise visitar (y tomar fotos), pero creo que ya se me ha pasado el arroz..
EliminarUn saludo.
Nosotros aprovechamos que íbamos a Alemania para hacer la primera etapa hasta allí. Resulta que al día siguiente, estaba cerrada por descanso semanal, y hay que pagar por verla, por fuera (y por dentro). Tuvimos que hacer la vuelta parando en el mismo sitio. Por cierto, hoy han dado en la tele "La gran familia", en la que pasan unos días de vacaciones en la Ciudad Residencial de Educación y Descanso de Tarragona. Para mi gusto, una gran obra moderna y mediterránea. Y lo digo pues no deja de ser curioso que un suizo encontrara las claves de la modernidad que tenía que haber encontrado un mediterráneo, que quizás sea uno de los lugares del mundo donde más luce la arquitectura.
EliminarMateo.
Una pregunta y atendiendo que desconozco el lenguaje de la arquitectura: ¿en qué nos basamos para decir que un edificio es "racionalista" ¿a qué razones atiende?, sólo a la estructura? ¿O también a los materiales? ¿Y si es a la estructura?, esta ha de ser cubicular para aprovechar espacios?
ResponderEliminarUn saludo ¡
Esa etiqueta yo creo que atiende más al aspecto externo del edificio que al interior o a los materiales. Lo digo porque esos edificios del que se dio en llamar "Estilo Internacional" (ventanas corridas, paredes blancas, en fin, todo eso) pocos los han visitado, pero cuando uno ve una casa en seguida la tilda de "racionalista". En muchos casos no es una arquitectura "funcional", porque da igual hacia dónde estén orientadas las ventanas, si climáticamente es la mejor solución, si la distribución es ajustada, si esos jardines y solariums en la azotea los usará nadie como tales o solo para tender la ropa, todo eso. Por ejemplo, ya que hablamos de Le Corbusier, la Villa Saboya, donde los escultórico parece tener más importancia que lo funcional.
EliminarUn abrazo.
Tengo el recuerdo de un Nodo, sobre este arquitecto en los sesenta.Respiraba modernidad, ventanales, espacios abiertos, prismas racionales. No se ahora si pasaría el certificado de eficiencia energética,
ResponderEliminarSaludos
Eficiencia energética, poca. En esos edificios hay que poner voladizos, brise-soleils, persianas, aire acondicionado por un tubo y todo eso. Esos edificios del que llamaron "Estilo Internacional" se supone que tanto servían para Stuttgart, Argel, Barcelona, lugares con climas tan diferentes.
EliminarAdmiro el Le Corbusier de las cosa pequeñas, fue un gran arquitecto que dominaba muy bien la escala pequeña. La utilización de El Modulor le permitió conseguir unos diseños magníficos. En sus proyectos grandes, la escala se le escapa, su urbanismo me parece desmesurado y, a mi entender, sólo ofrece soluciones para una cierta época y una determinada forma de vivir. Hoy no entenderíamos ni podríamos vivir en un Plan Maciá, ni en sus urbanizaciones de Argel. La vida cambia y el urbanismo de Le Corbusier no tiene la flexibilidad para dar soluciones cambiantes, como puede ser el Plan Cerdà.
ResponderEliminarOtra cosa es la incultura que muestran estos panfletarios incívicos que pintarrajean las paredes, allí en el anonimato, se dicen muchas barbaridades. El culpable no es Le Corbusier, todos sabemos que el culpable es la especulación inmobiliaria y las políticas que la permiten.
En las paredes se pintan idioteces, y permíteme que ponga un ejemplo real: en la fachada de un Instituto de Secundaria de Barcelona, donde los profesores de Plástica animan a los alumnos a pintar las paredes de este edificio, ayer puede ver sus pintadas referidas a las manifestaciones feministas del 8M, hay una pintada que dice "buidem les aules" (vaciemos las aulas). Convocaban a la manifestación diciendo 'vaciemos las aulas', vamos bien, vaciando las aulas se conseguirá un mundo mejor.
Salud
jajajaja...buidem les aules...jajaja...pero si en la facultad, y lo he visto yo con los ojitos, están con el ordenata jugando al solitario cuando un cátedro da clases...Ya están vacías mentanlmente.
EliminarHe pensado una y mil veces lo que decía el Profesor Romero, daba Metafísica en la Universidad, y era muy complejo el aprobar con él, siempre decía lo mismo, que los alumnos eran unos periféricos de sus terminales; de esta clase de 60, habrá 40 atendiendo, veinte con capacidad de discernir lo que se dice, diez que sepan transcribirlo, y cinco que puedan mantener una conversación profunda sobre el tema.
Buidem les aules ¡¡¡
Ayer, por motivos médicos, pasé por el Ensanche de Barcelona (no por la zona más turística), un lugar al que voy poco y que antes recorría con cierto gozo. En este caso no fue así. Suciedad, unas absurdos maceteros con hierbas secas encima, circulitos de diversos colores en el asfalto, barreras de hormigón amarillas, los chaflanes de Cerdá eliminados, casi todos los locales comerciales cerrados, muchas persianas bajadas y pintarrajeadas, pocos lugareños y muchos guiris en los balcones tomando su cervezota. Intentaré tardar en volver.
EliminarMuy bueno. Me ha informado mucho sobre ese señor y sobre unos edificios que no conocía, salvo la Villa Saboya, que la tenía vista en fotografías. Por cierto, esa casa de ladrillo, la Villa Schwob, me gusta, no sé si digo un sacrilegio, aunque le veo el inconveniente de que vivir en una casa con tres plantas tiene que ser bastante incómodo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Gracias por tu comentario. Hacía tiempo que no nos visitabas comentando, y lo agradezco. A mí también me gusta bastante esa villa que comentas, pero no se puede decir muy alto (no sea que me lleven a la hoguera).
EliminarGracias a ti, insisto.