En la pintada a la que nos hemos referido en otra entrada, Le Corbusier parece sostener en sus manos una maqueta que a simple vista parece ser el bloque que proyectó y construyó en Marsella. A tal obra se refieren las fotos que siguen. En ese caso, fue un encargo de viviendas sociales por parte del gobierno francés, tras el desastre de la II Guerra Mundial.
Le Corbusier aceptó el reto e intentó crear en la "Unité d´habitation" (1946-1952) una verdadera ciudad autosuficiente. Las compras se harían allí (en un supermercado), habría galerías comerciales, guardería, centro médico, gimnasio, cafetería, zonas de esparcimiento en la azotea, etc. En Barcelona tenemos algún ejemplo parecido, pero más modesto.
Recordemos que uno de sus más famosos aforismos es el de que "una casa es una máquina para vivir". A partir de esa frase surgió una hábil campaña publicitaria. Tenía por
objeto indicar a la gente cómo debía ser su casa y qué necesitaba para vivir.
Todos —afirmaba— tienen derecho a toda la Naturaleza (con mayúscula). Todos
deben ser propietarios de todo el paisaje entero y sin fragmentar. La vivienda
debe ser mínima, para no robar espacio a la Naturaleza. Abierta, para que la
Naturaleza entre en ella. Y económica, para que todos puedan disfrutarla.
En fin, nada que tenemos que objetar a ese frontispicio, aunque lo
de que la vivienda deba ser mínima nos gusta menos.
Según él, todos los pisos deben concentrarse en un bloque, que es "L´unité d´habitation". En ese bloque, cada vivienda tiene dos fachadas de cristal, opuestas, de
manera que el paisaje entra a formar parte del apartamento por ambas partes.
Una propuesta fácil de ventilar y muy difícil de conseguir en la típica
colmena.
Difícil, sí, pero no para Le Corbusier. Para lograrlo ideó
unas viviendas en dúplex, prodigiosamente acopladas en el espacio, en las que
se encajan inteligentemente los pasillos de acceso. Una solución de gran
ingenio. El bloque que constituye el edificio se levanta sobre unos tremendos
pilares de hormigón armado, para que el aire y la gente circulen libremente
por debajo. Si están avezados en la lectura de planos y les interesa esto,
observen la sección y las plantas:
El sistema de dúplex (doble planta interna) que utilizó Le Corbusier en la
Unité d´habitation, fue recibido como un gran hallazgo del siglo por
infinidad de arquitectos, que lo prodigaron por doquier. Quizá no pensaron
entonces en que la gente se haría mayor, los problemas de columna, la artrosis
de rodilla, la falta de soplo, la pereza de subir y bajar mil veces al día...
Todo eso y la eventualidad de caídas letales, como le ocurrió, sin ir más
lejos, al artista Joan Brossa en su estudio de la
casa Fullà, en la calle Génova, un magnífico edificio de Clotet y Tusquets con muchos
escalones.
Pero lo cierto es que se producían unas relaciones
espaciales muy atractivas, con estancias a doble altura y visuales de una
planta a la otra. Las razones eran difícilmente refutables, los arquitectos
convencían a los clientes, los clientes (jóvenes) se quedaban muy contentos
con sus casas, y se desorbitó la demanda de viviendas dúplex. El problema
surge porque la gente se hace mayor y allí no se podía escoger, si todos los
pisos eran así. ¿Es eso culpa de Le Corbusier?
Por aquel entonces, Le Corbusier publicó el Modulor. Se trata de una norma de dimensionamiento que relaciona la división áurea de un segmento con las medidas del hombre: el "número de oro" (1,61803398...). Simplificando mucho el asunto: si usted mide la distancia de la base de sus pies hasta su ombligo y la multiplica por ese número mágico y el resultado da la altura que mide ¡bingo!: es usted perfecto, según los cánones. [En el modelo de la imagen superior, 1,130x1,61803398...=~1,830, que es la altura que establece en su modulor (antes hizo otro con una altura de 1,74). El futbolista Uribe lo era (perfecto), G.U., no]. La altura con el brazo levantado resulta de 2,26.
El caso es que "Corbu" (así lo llamaban nuestros profesores en la ETSAB) lo presentaba como la síntesis del humanismo y el maquinismo, la conjunción perfecta de la regulación clásica (por ejemplo, la estatuaria griega y el mundo vegetal se rigen por ese canon) y el último grito de la modernidad. Lo publicó como fundamento de la "Unité d´habitation" de Marsella y de algunas obras menores (en cuanto a volumen). Él lo utilizó allí, con muy buenos resultados (en medidas interiores, mobiliario, proporciones en alzados, etc.), pero no sabemos si muchos epígonos lo hicieron después.
Yo recuerdo un Modulor, a escala real, del que hice fotos, con Francesc Cornadó y Beneyto como protagonistas, en casa del pintor, y me resultó fascinante.
ResponderEliminarRecuerdo aquella "performance". No la he encontrado a través de tu enlace, que agradezco pero no funciona. Me he metido en el buscador del blog del "colega y sin embargo amigo" Cornadó. Debió de estar muy bien aquello...
EliminarCon tu permiso, la página de la que hablaba, y el Modulor en su máxima plenitud:
ResponderEliminarhttps://totbarcelona.blogspot.com/search?q=modulor
El problema surge(o los problemas),cuando se trata de viviendas sociales, de poco poder adquisitivo,donde al final los bajos se convierten en lugar recogido para venta de drogas y refugio.Masificación en fin de enormes bloques llenos de necesidades y subvencionados.Varios son los casos en Barcelona.
ResponderEliminarNo me gusta el concepto duplex, aunque diferencia espacios.la escalera se come mucho espacio del salón, más cuando se da en viviendas pequeñas.
Curiosa la idea de que una vivienda (parte está incrustada en la otra),por el concepto duplex.
La serie de Fibonacci,se observa en muchas formas,tanto en Botánica incluso en Economia,la utilizo muchas veces de forma automática.
Saludos.
Cuando la vivienda es amplia, te la puedes permitir y tú quieres que sea dúplex, es tu problema y si no te importa... hay metros de sobra y aunque la escalera se zampe un buen trozo, da igual. Pero cada vez más hay gente con "posibles", que, si tienen garaje abajo, dos plantas de vivienda y "estudio" (golfas) arriba, se hacen poner un pequeño ascensor, por si las moscas
Eliminar.
Lo de la proporción áurea tiene su miga, imposible de explicar aquí. El caso es que, en lo que me atañía como profesor de dibujo, tuve que explicar la construcción del pentágono regular mil veces. Es una figura que está presente en el mundo vegetal continuamente.
[img]https://vishub.org/pictures/1972.png[/img]
El individuo que pintó esta sandez de que Le Corbusier era el culpable de todo, demuestra que no sabe nada de este arquitecto y confunde la arquitectura moderna con una juerga de ociosos. Cuántos de estos ociosos firmarían ahora mismo las palabras del Corbu.
ResponderEliminarConfunden la arquitectura con la especulación inmobiliaria, no saben NADA. Seguramente tampoco saben lo que vale un peine.
Si bien la "Unité d´habitation" tiene problemas de accesibilidad, debemos admitir que es un prodigo de sentido común y de organización del espacio.
La proporción áurea la encontramos en la naturaleza y en el arte, en las formas y en la música. Recomiendo los libros de Matila Ghyka.
Saludos
Sí, eso es lo que pasa. Aunque el tipo parecía saber quién era Le Corbusier (quizá ese sujeto era bachiller incluso), pero, cual "bachiller en medicina, confunde el vino con la orina". El vino es Corbu y la orina esa confusión que se trae, metiendo a la especulación inmobiliaria en este asunto. Un merluzo más, de los que hay muchos.
EliminarConozco un libro de Matila Ghyka, lo manejé en su día, en el que explicaba todo eso muy bien.
En cuanto a Corbu, todo lo que vino después no me interesa mucho, salvo Ronchamp, naturalmente.
Saludos
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