De vuelta de Ibiza, ha habido que concertar y resolver algunos asuntos por Internet. Mala cosa es; cuando ya teníamos un poco olvidada esta sórdida mecánica, nos vuelve de golpe la realidad virtual más cruel. ¡Voto a Satanás! Vamos por partes. Ya se sabe que ahora todos somos "usuarios" de algo. Pero esta palabra empezó a imponerse a finales del siglo pasado, sustituyendo a expresiones más específicas para cada caso. Hemos progresado negativamente, en esto también.
Por una parte, tenemos ahora toda la angustiosa jerga de Internet (con lo de "clave permanente", "DNI electrónico", "genere nombre de usuario y contraseña seguros", "a nivel de usuario", "usuario no registrado mediante certificado electrónico", "error de identificación: nombre de usuario y contraseña no encontrados", "su contraseña ha caducado", "si no se soluciona, póngase en contacto con su proveedor de Internet", en fin, ya saben, todo eso que nos vuelve tarumbas perdidos). Este siniestro uso de la palabra "usuario" casi no lo llegó a padecer Lázaro Carreter, por suerte para él, aunque quizá le hubiera servido para escribir alguno de sus artículos.
Este nombre de usuario generado por la "herramienta" estaría a prueba de hackers expertos |
Por otra parte, a raíz del Covid19 surgieron nuevos "usuarios". Los primeros en aparecer en escena fueron los "usuarios de ambulancias", los "usuarios de hospitales" (y de UCIs), los "usuarios de residencias de ancianos" y, paralelamente, los "usuarios de cementerios", algo que oímos en su día algunas veces en televisión (y que se repite cada 2 de noviembre).
[Son esos nuevos "usuarios", los de los tanatorios y cementerios, los que nos dan un puco de yuyu, como se dice ahora. No nos gusta nada, y más después de haber conocido los textos del Réquiem de Mozart, sin ir más lejos, que nos ha recordado F.C.. V.g.: «Todo lo oculto saldrá a la luz, nada quedará impune» o ««Rechazados ya los malditos, y entregados a las crueles llamas». Una partitura excelsa, pero de la que más vale concentrarse solo en la música].
Fernando Lázaro Carreter en la biblioteca de su casa de Madrid, en 2001 / (Guillermo Mestre) |
Fernando Lázaro Carreter (1923-2004), aparte de filólogo y director de la RAE, fue persona muy instruida y didáctica, coautor de muchos de los libros de Lengua y Literatura del Bachillerato. Doña Perpetua los utilizó siempre para impartir sus clases, en BUP, COU y ESO. También es autor de El dardo en la palabra, un libro que recogía bastantes de sus artículos de prensa ordenados por fechas (1975-1996). Le hubiera encantado poderlo leer al padre de G.U. ("El Tirano"), un gran aficionado a estos temas (algo que ha heredado quien esto escribe), pero cuando se publicó ya había fallecido.
Uno de los artículos que contiene se titula Rumorología (1996). Es de los últimos que se insertó en esa obra y trata del asunto con el que hemos empezado, pero escrito cuando Internet apenas existía. Extraemos unos párrafos:
«De pronto, la palabra usuario se ha salido de madre y se ha expendido con rapidez por campos ajenos, favorecida por el hecho de que la lentitud evolutiva de antaño se ha trocado —hablo del léxico— en atropello y prisa.[...] Leo, por ejemplo, el aviso municipal que anuncia el cierre de una plaza al tráfico; habrán de tenerlo en cuenta sus usuarios para evitarla. El Gobierno, en su ágil carrera hacia el abismo, lanza la sonda emponzoñada de que los usuarios de la Sanidad Pública tendrán que pagar por servicios ahora dispensados gratis total. Los usuarios de una piscina rechazan ciertas presencias, mientras que los de un mercado reclaman medidas higiénicas. Y así, incesantemente; los que antes eran automovilistas o conductores y los enfermos, bañistas o parroquianos son ahora usuarios. Y también quienes tomamos taxis, paseamos por los parques o bebemos agua sin gas; pronto serán eso los clientes de un establecimiento bancario, de un restaurante, de una peluquería, de un otorrino, los lectores de los periódicos, los compradores de amor, los alumnos de un cole, los drogadictos, los fieles de un templo, los aficionados al boxeo o a la boina...: el sinfín enorme de quienes nos servimos de algo, lo utilizamos, frecuentamos o empleamos: todos de uniforme, todos usuarios». [...] |
La realidad tangible la podemos acariciar, la podemos mojar, sacudir y si se presenta en forma de torrija nos la podemos comer. Ah amigo, pero ante la realidad virtual sólo somos usuarios y sufrientes y no se te ocurra comerte una pantalla de plasma.
ResponderEliminarPero ocurre que la enorme potencia de Internet con su burocracia virtual nos va convirtiendo en “usuarios” de la realidad tangible y pasamos a ser usuarios de presidios en vez de presos o usuarios de hospitales psiquiátricos en vez de locos de atar. Y si somos víctimas de un atraco, deberemos pedir cita previa para acudir a la policía para denunciarlo, tendremos que poner la contraseña, el número del usuario atracado y esperar a que nos confirmen la cita, entonces podremos acudir a la comisaría para ver un policía tangible uniformado, o quizá un holograma.
Lázaro Carreter hoy lanzaría más dardos que nunca. Esta jerga de contraseñas lo convertiría en usuario de la delirante burocracia digital.
Volvamos a Mozart o a Fauré. Muchas gracias.
Salud.
Has encontrado nuevos usuarios, como los de presidios. También, si te atacan, el nombre de usuario del atracado. Ir a una comisaría a denunciar no debe de resultar fácil. Y en algunos lugares hay que pedir cita par poder pedir cita previa. En fin, mejor refugiarse en esos músicos que citas...
EliminarSaludos.
No me hables del tema, no me hables. . . .que yo, en mi ingenuidad, creía que configurando el DNI electrónico podría resolver asuntos burocráticos desde mi ordenador, sin tener que desplazarme, cosa que me fastidiaba bastante debido a mi lesión de cadera, felizmente resuelta ya.
ResponderEliminarObtener el certificado digital es entrar en un bucle sin salida ni resultado alguno tras horas de aporrear el teclado con más intensidad cada vez mas alta, en paralelo a mi estado de crispación.
Lo de obtener el permiso de conducir en versión Android e instalarlo en el móvil fue una proeza heroica tras diez o doce intentos fallidos, rebotando de página oficial en página oficial, para llegar a resolverlo en la página de la DGT con un detalle nimio, pero que impedía obtenerlo
Y eso con décadas de experiencia en el mundo digital.
Y qué casualidad, hay páginas web de empresas que te facilitan el certificado de marras en cuarenta y ocho horas, previo pago, eso sí.
Este ya no es un mundo para nosotros.
Saludos.
Ahora dicen que lo del DNI electrónico será chupado. ¡Peligro!
EliminarEstoy en lo de renovar el carnet de conducir, pero desconozco eso de Android, aunque, según cuentas, me abstendré de ir por esa vía. Cuando lo consiga por la vía convencional, lo llevaré en la cartera.
Tú, porque estás metido en el mundo digital. Yo, poco. Pero, en cualquier caso, no es un mundo para nosotros, dices bien.
Saludos.
En ese mundo de claves y nombres de usuarios nos movemos ,por nuestra seguridad,pero aún así no existe la seguridad total.Hace unos meses sufrí las consecuencias,al final pude arreglarlo,no hay que abrir ningún enlace,aunque sea de una persona conocida.
ResponderEliminarSaludos.
Alguna vez que se me ha ocurrido abrir un enlace (me pasa sobre todo en los que envían por SMI), me he quedado preocupadísimo por si se me iban a meter hasta la cocina los hackers.
EliminarSaludos.
A mi como me llamen "usuario" hay bronca ;D
ResponderEliminarLa realidad de esto es que mientras te llaman usuario te desnaturalizan, es como la puñetera cita previa para todo, es inhumano y nos convierte en trabajadores del Estado en lugar de beneficiarios del mismo.
El sistema no estaría mal si conseguiríamos reducir el número de trabajadores públicos, es decir, el ciudadano (como me gusta esta palabra) hace una parte del trabajo y con esta parte se ahorra impuestos, pero no, cada día pagamos más impuestos, tenemos más trabajadores públicos y tenemos peores servicios.
Andan todos muy liados por ver quien tiene la "incompetencia". Un buen ejemplo fue la epidemia, salió Sánchez e Iglesias con aquello del "mando único". Cuando vieron "el pastel" dijeron que las "incompetencias" estaban transferidas. Dos años y pico después y más 100.000 ciudadanos muertos todavía no se ha investigado qué cosas se podían haber mejorado, que procesos pueden hacer de forma diferente, donde fallamos, sin acritud, solo auditar donde podíamos mejorar que es una cosa que me parece muy razonable. El resultado será que si viene otra epidemia nos pillara en parecidas circunstancias, pero eso si, nos tendrán identificados perfectamente para mentir en las estadísticas de muertos, otra vez.
100.000 "usuarios" muertos no hacen recapitular a nadie, ¿como quieren ustedes que se preocupen si les roban el coche o el teléfono o de su comodidad como "usuario"?
Un saludo
Bueno, lo del Covid es otra historia. Nunca sabremos los fallecidos totales por Covid ni los que fallecen cada semana, por Covid o con Covid (de estos últimos hay muchos, gente que no hubiera muerto por su enfermedad, pero que se le hizo letal al tener Covid). Pero, por decreto, se decidió que esa enfermedad ya no existía, empezó a ser palabra tabú, aunque según informaciones que he buscado y rebuscado, mueren unos cien por semana. También se ha decidido que solo deben llevar mascarilla los que crean estar infectados. Si no eres de esos y la llevas en ciertos lugares por prudencia o porque eres vulnerable, se escabulle la gente o te pregunta si estás enfermo. Quedas señalado. Eso no me gusta nada.
EliminarSaludos.
Hubo una temporada que a los pacientes de la SS les llamaban usuarios. Duró poco, pero lo intentaron.
ResponderEliminarPronto seré usuario de Pompas Fúnebres. De momento que esperen.
salut ¡
Yo creo que también. pero tendrán que esperar...
EliminarSaludos.