jueves, 28 de mayo de 2015

Con Colau hemos topado

El fondo de inversión KKH Property Investors se iba a apuntar unas plusvalías de 27,1 millones de euros gracias al plan urbanístico que iba a permitir derruir la actual torre Deutsche Bank en la esquina Diagonal-Paseo de Gracia de Barcelona. Pretendía levantar en su lugar un nuevo edificio de hasta 98 metros de altura para albergar un hotel de lujo.
El Ayuntamiento se iba a embolsar a su vez unos 10 millones de euros con esa operación. Sustancioso pelotazo, sin duda.

Pero... ¡con Colau hemos topado! Los poderes económicos que mueven los hilos de la ciudad están que trinan, claro está. Y los de CiU, también. Que les den morcilla.

Esquina donde se iba a levantar el nuevo hotel
Ese hotel estaba llamado a convertirse en un nuevo símbolo de la ciudad y en imán que atrajera a las inversiones que se esperan en la nueva Diagonal, recientemente remodelada por el gobierno de Xavier Trias al gusto de los comerciantes. Pero las tornas han cambiado y, con la victoria de Ada Colau, el macrohotel no llegará a construirse.

El hotel de Deutsche Bank debía ser lo que se conoce como un 'edificio rótula', es decir, la puerta de entrada del nuevo eje comercial en el que debía convertirse la avenida Diagonal tras su reciente remodelación, hecha a medida de los comerciantes de la zona. Con la reforma, el tráfico se ha intentado pacificar un poco y las aceras se han ampliado favoreciendo así la instalación de terrazas en los bares y restaurantes y el paseo por la nueva avenida. Un lugar para mirar escaparates, comprar y vender (a guiris con pasta).




A este respecto, dice Jordi Gracia en su excelente artículo de hoy, aunque su descripción física de Manuela Carmena sobra:

Jordi Gracia[...] «En el relevo de las dos capitales se resume la bicapitalidad real del país y la lección es más honda que los porcentajes concretos por los que han ganado: ni Carmena va a ser libre ni, desde luego, va a serlo Ada Colau para hacer ni la mitad de lo que desea, o incluso menos. Pero sabemos de golpe que la rutina de una práctica tóxica va a tenerlo más difícil desde ahora aunque sepamos también que acecha el miedo a gobernar enfadando a quien no debes enfadar, como sabemos que las posibilidades reales de cambiar las cosas tienen márgenes ínfimos de actuación.

Sin resignación no hay política pero sin insumisión tampoco: en esas dos mujeres se resume el arco simbólico de lo que ha cambiado sentimental y emocionalmente en la sociedad española y catalana. Los 17.000 votos de distancia entre Trias y Colau son una falsa distancia corta, y quien mejor lo entendió fue Trias la noche electoral. Quien no lo entendió, o fingió no entenderlo, fue el president Mas. Esta vez, todavía más, la máscara de la comedia agriaba el gesto festivo y delataba la decrepitud de un político una y otra vez derrotado pese al flequillo alegre y los grandes planes de futuro. La tortilla ha dado la vuelta, aunque sea sólo en él ánimo de quienes creen que la democracia se baila revoltosamente con ritmos de fondo lento».


1 comentario:

  1. Yo lo que agradezco muy mucho es el cambio de tono, y de estilo, entre las dos lideresas. Nada que ver con el afán por alimentar odios. Otra cosa, y un alivio.

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