Pronto pisarán moqueta

La vencedora en las elecciones municipales de este domingo en Barcelona, Ada Colau, ya ha dejado más que claras cuales son sus intenciones a la hora de buscar pactos para garantizar la gobernabilidad de la ciudad: va a "priorizar" un acuerdo estable con ERC, PSC y la CUP, y descarta cualquier pacto que vaya más allá de acuerdos concretos con el resto de fuerzas representadas en el Consistorio, CiU, C's y el PP.

Bosch (ERC), Collboni y su marido (PSC), Fernández (CUP), Forcadell (ANC), Colau, Casals (Òmnium), Rahola, Herrera (IU) y Forcades [granuribe50.blogspot.com.es]

Dado que es la única que repartirá cosas, poco a poco van a intentar subirse a la chepa de Colau (si no se anda con ojo) todos esos que pululan por allí y aspiran a "pisar moqueta" y a llevar el ascua a su sardina: Herrera (el de la bicicleta de IU-Verds), los de ERC (con Alfred Bosch a la cabeza), Fernández de la CUP, las tietas de ANC y Òmnium Cultural, la monja Forcades; incluso Collboni y su marido (PSC) tratarán de subirse al carro. O sea, una especie del Tripartit de infausto recuerdo pero mucho más surtido, y todo en plan un poco asambleario. Aunque no dispone de mucho margen, esperemos que sepa verles el plumero a todos esos, sea capaz de ponerlos en su lugar y gobernar bien Barcelona. Si no... mal asunto.

No es descartable que la señora Colau sofistique un poco su look de acuerdo con el nuevo panorama, lejos de aquella mujer de camiseta verde a la que arrastraban los mossos d´esquadra hace un tiempo pero, aún así, de momento... ¡tiembla, Liceo, tiembla! ¡Tiembla Fórmula 1, tiembla! ¡Tiembla feria de móviles, tiembla!

Aixequi's mestressa, que l'haig de portar a l´Ajuntament!

No inquietarse: el procés soberanista no está muerto. Probablemente el Rei Artur, iniciador del asunto, convocará otra solemne reunión —también histórica— en un magno auditorio para... una de tres: proponer de nuevo una llista de país con la que enmascararse tipo camaleón africano (o anunciar que la cosa sigue como está previsto). O, una segunda opción, retrasar el 27ese esperando a que gane en diciembre en Madrit "El Coletas" y confiar que ese sujeto sea más proclive a sintonizar con el llanto de las plañideras. O, lo que sería más lógico, abandonar el timón soberanista y dejar todo este "sidral" en manos de Junqueras y Forcadell.
Bueno, al final seguramente dirá que, de momento, sigue todo como hasta ahora siempre que los demás (ERC) se porten bien. En efecto, tiene a quienes endosarle el muerto: la corrupción (asunto privado de Pujol) y los recortes (Madrit) . En cuanto al  procés, nada que ver. Por tanto, s´ha de tirar endavant.

Dice Joaquim Coll:
«No parece que ahora Artur Mas tenga muchos alicientes para materializar el anuncio de celebrar elecciones el 27-S, que deseaba convertir en plebiscitarias. Si finalmente lo hace, en su decisión pesará más el orgullo personal y el peso de su promesa que cualquier otra lógica política. Porque lo más probable es que vaya a encontrarse con la expresión de una Cataluña rota, que ni le sirva para lograr la secesión y puede que ni tan siquiera le alcance para gobernar».

Recordemos que Colau decía el otro día en EL PAÍS que votó SÍ/SÍ el 9N, para a continuación afirmar que ella no es independentista, lo cual exige como mínimo el análisis de algún exégeta experto (y Gran Uribe no lo es).

Arcadi Espada —que tampoco es ni independentista ni exégeta—dice esto:

«Pero, más allá que los electores de Colau (y ella misma, que votó SíSí emperatriz en la consulta desleal), compartan con el secesionismo un puñado notable de gregarios, lo cierto es que el secesionismo está perfectamente instalado en el municipio de Barcelona, como Gobierno y como oposición. El llamado proceso por la independencia no se ha frenado, entre otros detalles menudos, porque serán los votos de ERC y CUP los que harán alcaldesa a Colau, sí sí. Yo lo único que veo, francamente, es que la independencia se ha acharnegado. Comprendo que a los independentistas pata negra les moleste, y hasta por comprender comprendería incluso que dejaran correr la independencia. Porque comprendo que una independencia es, sobre todo, una limpieza»