Pedro Sánchez: ¿un cínico o un "cretinot"?

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su visita a San Sebastián en su día grande
[EFE / Javier Etxezarreta]

Ya tenemos a Pablo Iglesias ofreciéndose como vicepresidente, también —como el propio Sánchez— con una encomiable prisa por pillar poltronas y entrar a formar parte de la denostada "casta".

Vicepresidencia y cinco ministerios: Economía, Educación, Sanidad, Defensa y ...¡Plurinacionalidad!

Pero para llegar a esa situación parece ser que Pedro Sánchez necesitará también los votos del PNV (además del voto a favor o la abstención de Convergencia y ERC), en esa especie de alianza "de progreso" que va predicando por ahí.

Ya se ve por la fotografía superior que el hombre está ahora intentando trabajarse al País Vasco, a base de acariciar mejillas y dar la manita a tiernos peneuvistas, por si eso emociona a sus papás.

Amigo Sánchez, no te equivoques otra vez: el PNV (al igual que Convergencia y ERC) tiene de partido progresista casi lo mismo que Gran Uribe tiene de arzobispo de Burgos, sin ir más lejos. En cuanto a Iglesias... para qué hablar, ya se descalifica él mismo formando gobierno y repartiendo butacas antes de que nadie se lo haya pedido; otro trepa más. Le ha colado por la espalda un gol a Sánchez casi "sin bajar del autobús" (sicum dixit Helenio Herrera, un mago) y éste no sabemos si se ha dado cuenta o no.

Bien, Sánchez, si eres consciente de todo eso y aún así sigues en ello, eres un cínico de tomo y lomo y, si todavía no te has enterado... un verdadero "cretinot" (como diría Patiña, un personaje del que hablaremos mañana).