viernes, 8 de enero de 2016

El "derecho a decidir": la gran mentira

Ramón Vargas-Machuca es un lúcido catedrático gaditano, militante del PSOE, hermano de un compañero de la mili de Gran Uribe y quizá pariente lejano de un luchador empedernido, Manuel Vargas-Machuca Heredia (fundador y máximo líder de la plataforma ciudadana "Defendamos Sa Peña", que lucha para que los habitantes de ese histórico barrio ibicenco no sean desalojados en aras de intereses espurios, como sin duda no ignora El Tapir).

Ha escrito un largo artículo, no exento de interés, acerca del llamado eufemísticamente "derecho a decidir" (ese invento de Agustí Colomines) y de la situación alentada en Cataluña por "la derecha cleptómana, los independentistas de siempre y una extrema izquierda de sesgo neolibertario y follonera" —señala Vargas— .
Bueno, será mejor que nos lo explique él:

Ramón Vargas-Machuca«Las elecciones de septiembre en Cataluña dieron lugar al insólito apareamiento de una derecha local cleptómana, los independentistas de siempre y una extrema izquierda de sesgo neolibertario y follonera. Esa coyunda sólo podía producir colapso político y e inestabilidad contaminante. Ahora toca cortejar a Podemos, que tras un engañoso éxito en los comicios generales del 20 de diciembre, es rehén de aquellos a quienes deben parte de su botín electoral. Sus acreedores les exigen defender un referéndum vinculante de secesión en Cataluña como condición indeclinable de cualquier pacto para la gobernabilidad de España. Ésta ha estado con frecuencia condicionada por la cuestión catalana pero no hasta el punto de poner en peligro la supervivencia del Estado democrático. Hoy, tras unas elecciones generales nada concluyentes, el PSOE resulta decisivo. Dicen que debe elegir entre arruinar a España o caer en la irrelevancia. Logrará ambas cosas si se alía con un Podemos nada fiable y sólo creíble en su determinación de suplantar al PSOE.[...]

En concreto, la situación en Cataluña responde a una concienzuda labor de los misioneros del credo nacionalista y un formidable ejercicio de hegemonía que por su eficacia habría asombrado al mismo Gramsci. En su ejecutoria ha contado con la anuencia ruin de unos pocos poderosos, el apocamiento de bienpensantes puestos de perfil y la omisión irresponsable de los más. La hegemonía es antesala de una deriva totalitaria. [...]

Pues bien, sólo la mezcla de hegemonía y miseria político-mediática explica que un eufemismo simplón se convierta en bandera de conveniencia para independentistas irredentos y “progres” desorientados o interesados. De esta manera el más peliagudo problema de España no se sustenta en una buena razón sino en un gran embuste: el “derecho a decidir” como quintaesencia de la democracia.[...]

Los independentistas y compañeros de viaje han montando un gran follón en nombre de la democracia para que los intereses de los menos decidan sobre los de los más. Invocan la igualdad y fabrican desigualdad en tanto los réditos de unos se obtienen al precio de empeorar las condiciones de los peor situados, de los que disponen de menos capacidad de presión para hacer valer sus demandas. Para una mayoría de ciudadanos, el mantra del derecho a decidir se proyecta como privilegio y afrenta excluyente; en fin, marcha en sentido inverso a la democracia y su criterio de justicia. Y aunque lo mistifiquen, les mueve el motivo de siempre: sentirse diferentes para arrogarse el derecho a crear un ámbito privativo de decisión política dando a entender a los paisanos que “haciendo rancho aparte, cabremos a más”. En esto consiste la almendra política del asunto. No busquen otra». [...]




Comentario de texto

El jefe de Vargas-Machuca, Pedro Sánchez, propone una gran coalición progresista,  liderada por él (naturalmente), para echar del poder a Rajoy.
Gran Uribe no sabe si ese sujeto se ha detenido a hacer números. Se propone "contratar" para ese invento a Podemos y a sus diferentes aliados territoriales (referéndum de autodeterminación), a IU (algo parecido), y sin duda también considera progresistas a EH Bildu (dos tazas de autodeterminación) y a los meapilas y obcecados santurrones de ERC (independencia exprés). Solo le faltaría contar con... ¡Convergencia y PNV! Dos únicas "líneas rojas": PP y Ciudadanos.
Si el amigo Sánchez piensa que todos esos partidos candidatos a integrar su gran coalición son progresistas, que se lo haga mirar. Se trata, pues, de un brindis al sol que seguramente le costará caro, por aquí, por allá o por acullá, aunque ahora se callen discretamente aquellos que se lo merendarán. ¡Ándate con ojo, Sánchez!
Ese viaje a Portugal a asesorarse con el señor Costa se lo podría haber ahorrado sin problema si le hubiera consultado antes a un servidor. El PSOE es un partido menguante, por desgracia, y la situación allí no tiene nada que ver con la nuestra porque, que se sepa, ni Madeira, ni el Algarve, ni tampoco Tras Os Montes están inmersos en un proceso de secesión del Estado. Las fuerzas de izquierda en Portugal no tienen ninguna componente nacionalista, por suerte para ese gran país.


6 comentarios:

  1. Margalida Costa i Pardal8 de enero de 2016, 18:22

    Me llama poderosamente la atención el enlace "Defendamos sa Penya" porque sé que este barrio continúa inmerso en el proceso de degradación que desde hace años lo ha caracterizado y ante el que las autoridades se muestran como unos verdaderos y pusilánimes inútiles. ¡Pobre barrio, de una belleza tan única! Y me pregunto: ¿será capaz el nuevo Ayuntamiento-con no todas las caras nuevas, desgraciadamente- de actuar de una vez para detener ese proceso?

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  2. Caramba,Gran Uribe, en menudo berenjenal se ha metido usted al citar Sa Penya. Me gustaría saber qué le va a contestar usted a esta señora...
    El Tapir

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  3. Yo voy por lo de Pedro Sánchez. El PSOE ha perdido demasiados votantes, su posición es incomodísima y su futuro muy incierto. En los pactos con la izquierda no le salen los números, los haga como los haga. Misión imposible. Cara a nuevas elecciones lo tienen fatal. El PP, que también ha perdido un montón de votantes, afronta la situación con mucha más jeta. Pero, en esta tesitura actual, ¿qué tal si en el PSOE pasaran de cargarse a Pedro Sánchez? ¿Qué tal si el PSOE planteara al PP como elementos indispensables para una posible coalición: cambiar a Rajoy por, por ejemplo Cifuentes, retirar todas las leyes antidemocráticas fruto de su mayoría absoluta, como "la ley mordaza", dejar de controlar RTVE, quitar la religión de los coles, ... y, además, le exigiera ministerios como Educación, Sanidad y otros? En cuatro años podrían conseguir bastantes cosas. Lo digo porque la otra opción son nuevas elecciones y posible vuelta a mayorías absolutas, y, mientras tanto, solo habrá un gobierno en funciones con el "procés" como telón de fondo. Quizás lo dicho no sea acertado, o sí. El panorama es decepcionante. MJ

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    1. Lo he releído y parezco Antoñita la fantástica. MJ

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    2. Sí, Antoñita la fantástica, pero es que se necesita mucha, mucha fantasía -e imaginación- para meter mano a una situación tan endiablada como la actual. Y más, a la vista de lo ocurrido en Catalunya el sábado 9. España no puede estar sin gobierno mientras en Cataluña ponen la directa hacia la independencia, importando, al parecer, un caralho las leyes y lo que votó el 52% de su población. A este respecto, no salgo de mi asombro al leer la frase de Mas: "lo que no nos dieron las urnas, lo hemos corregido nosotros con la negociación". Entonces, ¿para qué las urnas?
      Y, volviendo al principio, por desgracia, no estamos sobrados de políticos inteligentes y con imaginación. Y no continúo porque estoy de muy mal humor por el resultado del aquelarre de Cataluña y, además, se me ha borrado lo escrito 2 veces.
      El Tapir

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  4. MJ, nada de Antoñita la fantástica. A mí me parece de lo más acertado lo que dices en tu comentario. Estoy deseando que se alcance lo que creo que llaman "la gran coalición", es decir, que pacten PP, Ciudadanos y PSOE. Jamás he votado al PP, pero vistas las circunstancias pienso que es lo que más nos conviene en este momento para salir de la incertidumbre y la inestabilidad. Entre lo del "procés" y la coyuntura de la política española siento un gran desasosiego, imagino que compartido por la mayoría de los sufridos votantes.

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