[...] «Pero aparte de ese factor natural y esperable (la indecisión permanece tras decidir), creo que se ha producido una enorme decepción general.[...] En esta ocasión los partidos han ido más allá: la mayoría se han conducido como si hubieran sido los vencedores incontestables y sus respectivas cabezas de lista pudieran ponerse a exigir. [...]
También los políticos catalanes han sido pioneros en el uso y abuso de una palabra que solía estar ausente de la política de nuestro país y que delata como peligroso y autoritario a quien se vale de ella, del mismo modo que la fórmula “compañeros y compañeras”, “españoles y españolas”, etc, delata sin excepción a un farsante. La palabra es “mandato”. “Hemos recibido el mandato claro y democrático”, se han hartado de repetir Mas, Junqueras y compañía … para referirse a ese 47% que era todo menos claro y democrático.
Pues bien, el detestable vocablo está ya en boca de todos, con notable predilección por parte de Iglesias y Sánchez. ¿Y quién emite ese “mandato”? El pueblo, claro está, que todo lo santifica. Precisamente en las elecciones democráticas no hay “mandatos” homogéneos, término dictador y temible donde los haya. La gente suele votar lo que le parece menos malo, nada más; con mediano o nulo entusiasmo, con el ánimo dividido y con fisuras, aprobando algunas medidas y desaprobando otras, dispuesta a vigilar a los gobernantes elegidos. La utilización de esa palabra es una burda forma de dotarse de manos libres y decir: “Lo que queremos hacer, el pueblo nos lo ha mandado; sólo somos el instrumento de una voluntad superior que, eso sí, nos toca a nosotros interpretar; luego haremos lo que nos venga en gana, porque en realidad nos limitamos a cumplir órdenes de la mayoría o de nuestra minoría particular (que es la que cuenta), tanto da”. En el caso de la CUP y de Podemos la cosa va aún más lejos: son asambleístas o proponen hacer referéndums continuos (bien teledirigidos, claro está), para reafirmar y reclamar ese “mandato” cada dos por tres.
Uno se pregunta para qué quieren entonces gobernar, ya que esto siempre ha consistido en tomar decisiones, a veces impopulares si hace falta, y en tener mayor visión que el común de los ciudadanos, a los que no se puede “consultar” sin cesar. No les quepa duda: la apelación al “mandato” no es sino el anuncio de que quien emplea el término va a mandar “sin complejos”, como gustaba de decir Aznar por “sin escrúpulos”, con imposición y arbitrariedad».
Enlace: Mandato y arrepentimiento
Bueno, Gran Uribe comparte la decepción de algunos de sus seguidores, lo que le hace — según va cumpliendo años (ley de vida)— ser cada vez más partidario del status quo y de la frase aquella de "los experimentos con gaseosa". Políticos... ¡mala gente!, salvo el rei Artur, que es bueno porque hace el bien. Y, de los aspirantes a políticos, qué decir, futuros integrantes de la casta ( sic Pablemos). Unos y otros a intentar chupar del bote cuanto antes mejor. Mal asunto.
Sigamos. Para superar ese estado pelín depresivo, resulta estimulante escuchar a los incombustibles de Status Quo.
El rock and roll no morirá nunca, aunque muchos lo hayan intentado banalizar después, y aquí está Status Quo para reivindicarlo. Se incluye en este "Medley" un brevísimo homenaje a "Red River Rock" (Rock del Río Rojo), una canción que siempre gustó mucho a Gran Uribe. Pero hay otras músicas allí que también, quizá demasiado breve todo ello y pueda, incluso, haber quien contradiga a Baltasar Gracián, afirmando (con crudeza) que "lo bueno, si breve, es una puta mierda". Si es así, quizá tenga razón en ese aserto.
Medley (Let´s Dance, Red River Rock, etc.)
Status Quo (1990) |
Enlace: Rock del Río Rojo, Los Teen Tops (1961)
Sursum corda! (¡Arriba los corazones!), Gran Tapir. Por cierto... ¿cómo está el asunto del pequeño tapir abatido por esos pagos? ¿Va a solicitar usted un arrepentimiento de esa gente por no haber hecho bien las cosas?
Por aquí, la CUP ya expresado su mea culpa. A ver si consigue usted algo similar. No le será fácil, hay que ser un trilero.
Buen artículo y estimulante, Uribe, esta cuña musical. Nos ayuda a superar la cuesta. No decaiga, por favor.
ResponderEliminarHostia! els Teen Tops, aquells que acompanyaben a l´Enric Guzmán. Quins temps! D´on s´ha tret aquesta joia? Enhorabona, li pregaria menys política i més coses d´aquestes. Per un cop (i sense que serveixi de precedent) li tinc de donar l´enhorabona. Jo també n´estic una mica fart, encara que potser no tan deprimit con vostè, més aviat al contrari. jejeje :-)
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Anónimo 10 de enero, 19:48. "Los viejos roqueros nunca se abaten del todo". Acertadísima la letra y la música. Se agradece. MJ
ResponderEliminarNunca, nunca, eso nunca. Descuide usted. Faltaría más, abatirse por esa miseria. Hasta ahí podíamos llegar.
EliminarPues yo sigo cabreado, aunque la nota refrescante de Status Quo (a no confundir con Estatut) haya servido para dejar de lado, temporalmente, la depresión... Además, celebro coincidir en algo (no en todo, claro), por primera vez, con Riudecols i Garrofeta, aunque mi deportividad no llega a tanto como para felicitarle, porque creo que nos han tomado el pelo y eso no me hace ni pizca de gracia...
ResponderEliminarEl Tapir
Además de con Tapir, cosa habitual, Gran Uribe coincide ahora también en algo con Riudecols.
EliminarBien, Gran Uribe, el rock siempre alegra los corazones, sobre todo cuando el ánimo está alicaído, después de esta enorme tomadura de pelo, que no ha acabado ni tiene visos de hacerlo...
ResponderEliminarnvts
No, no tiene visos de acabar y no sé si lo que viene será peor. Eso me temo yo al menos, que ya es temer... Estoy tan cabreada, tan desconcertada y tan harta que, como alivio, tendré que recurrir más a menudo a los viejos roqueros. Se agradece la sugerencia, gran Uribe. Muy oportuna.
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