sábado, 21 de mayo de 2016

Felipe, no vayas: ¡hazte el enfermo!

Lo de suspender el partido y proceder a la evacuación ordenada del Vicente Calderón si no se respeta al anfitrión de la Copa, el denostado Rey Felipe, tal como propone Ramón de España, sería "per llogar-hi cadires"´un espectáculo del que no hay "jurisprudencia". Y no estaría mal un buen multazo al Barça, que eso sí que duele, y prohibición de presentarse el año que viene, que eso también joroba, ya que esa copa no es mal sucedáneo (como el Nescafé) por si falla la Champions.

En fin, en cualquier caso, uno empieza a reconocer el mérito del pobre Felipe. No contento con recibir a cierta gentuza en el asunto de formar gobierno, que tendrá que volver a hacerlo en breve, ahora este escarnio. ¿Quién le iba a decir a "la Leti" cuando se casó con este señor, rodeada de oropeles, que al cabo de diez años esto de la monarquía sería "Can Picha", como se suele decir? Aunque parte de la culpa la tiene el rey emérito y el cuñadito de Felipe que les cayó en suerte...

«La estelada es una bandera maldita: donde quiera que se manifieste, se monta un cirio. El más reciente, como ustedes ya saben, es el de la final de la Copa del Rey, donde su exhibición ha sido prohibida por la autoridad competente, si bien luego un juez ha levantado la prohibición. Yo no hubiera prohibido nada, aunque resulte evidente que quienes enarbolan la estelada en los campos de fútbol lo hacen con la clara intención de molestar. En este mundo hay tanta gente molesta que reprimirla se convertiría en una misión imposible, así que empezar por los pelmazos de la estelada suena un poco a agravio comparativo. A mí tanto me da que la ondeen en los estadios como que se la introduzcan por el recto, pero la prohibición de la señora Dancausa solo sirve para fomentar el victimismo independentista y para que en TV3 monten unos autos sacramentales que no se habían visto desde que un avieso ciclista se llevó por delante a Muriel Casals.

Prospección virtual del palco del Vicente Calderón mañana
¿No sería mejor esperar a ver cómo se comportan los de la estelada? Porque lo grave no es el símbolo que exhiban, sino que se lancen a silbar a Su Majestad y al himno nacional, cosas que equivalen a presentarse en casa de alguien a cenar, quejarse del menú, meársele en las plantas y limpiarse la chorra con las cortinas. Vamos a ver, si usted no se considera español, ¿para qué participa en una competición deportiva española? Si usted no tiene rey, ¿para qué quiere una copa entregada por el monarca del país vecino? Ya que le dejan participar en un torneo que no le corresponde, haga el favor de comportarse, ¿no?»
Requisar esteladas es un pobre y pusilánime sustituto de lo que realmente habría que hacer en caso de bronca, que sería, en mi modesta opinión, suspender el partido y proceder a la evacuación del estadio. Algo que no se ha hecho nunca, en teoría para evitar males mayores sin concretar. 

Dicha acción podría completarse al estilo UEFA; es decir, con multazos a granel para los clubs de fútbol que no saben (o no quieren) controlar al sector más primario de sus socios y expulsión de la copa del Rey durante un lapso de tiempo por determinar. Si en los bares y restaurantes está reservado el derecho de admisión y se puede negar la entrada a quien aparezca con ganas de incordiar, ¿alguien me puede decir por qué no se puede hacer lo mismo en los campos de fútbol?


Ramón de España, El lío de la estelada, Crónica Global (21/5/2016)


3 comentarios:

  1. Reformulo la pregunta de hace unos días. ¿Por qué casi siempre tenemos que tener políticos burros? MJ

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  2. Porque somos burros. ¿Contestado?
    En cuanto a la ocurrencia (esa palabreja que tanto gusta hoy a nuestros políticos, especialmente a los del PP, cuando quieren ofender), no me parece muy oportuna y contradice las tesis (victimismo) que sostiene el propio Ramón de España en este mismo artículo.
    El Tapir

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    1. ¿A qué ocurrencia se refiere, Tapir? No me queda claro.

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