Dice cosas así:
Carles Enric preparándose para leer el borrador |
No dudé y, con una última botella todavía sobre el sofá, abrí mi ordenador para ver esa nueva obra de arte: la Constitución catalana. Aún con alcohol en las venas, pude permitirme colocar mi calculadora amiga al lado.
Nada más empezar la lectura, procesé el primer cálculo. "¡Dios mío!", pensé. Estos genios de la inteligencia humana dicen haber dedicado 2.600 horas en 15 meses. Raudo, calculé. Eso da 175 horas al mes, es decir, casi 6 horas al día los 30 días de un mes. Está claro que esta gente son unos cracks. ¿Quién puede dedicar 6 horas cada día durante 15 meses a un proyecto de tal índole? [...]
Olvidando el alcohol, no las estupideces de las 73 páginas, uno no sabe si reír o llorar. No tanto por los personajes. La mayoría vinculados, cómo no, a partidos políticos, sino por la indecencia de una presidenta del Parlament al recibirlos. [...]
Pero vamos a la esencia de la Constitución catalana. Un país líder en libertades pero basado en la familia (artículo 31). Donde cualquier delincuente puede ser candidato (artículo 134) excepto si ha sido condenado por "motivos económicos" (sic) —el resto de delitos no cuenta—. O sea, barra libre para alcaldes asesinos, violadores, condenados en penal. Un país líder en democracia pero con elecciones cada 5 años e inviolabilidad del presidente, consellers y parlamentarios (artículos 69 y 79). Un país con una Constitución donde el artículo 31 obliga a comunicar a las autoridades las reuniones en lugar público —no suena muy democrático—. Un país donde volvemos a las veguerías medievales (artículo 128) y seguimos estructurados en base a los municipios. Ya ven, gestión eficaz con casi 1.000 en Cataluña (Galicia, más diseminada, tiene sobre 345). Y por cierto, un país donde se deroga una Constitución como la española, aprobada por el pueblo en su momento (artículos derogativos), y así podemos seguir, sin pausa.
Acto de entrega a Forcadell del borrador de Constitució Catalana |
Toda una parafernalia, unos papeles infumables que sólo alguien de muy baja categoría como Carme Forcadell y, cómo no, TV3 como alma en vela, pueden elevar a la categoría de algo decente».
Caramba, esto empieza a dar un poco de miedo (en lugar de risa). Queridos paisanos, vais a tener que tomar muchos gin tonics en un futuro que espero muy lejano.
ResponderEliminarEl Tapir
¿Por qué aquí no podemos tener unos gobernantes con un nivel aceptable?
ResponderEliminar¡Y eso que todavía no había venido Otegui!
ResponderEliminarEl Tapir