jueves, 19 de mayo de 2016

Balón de oxígeno para el "prusés"

Un chute de oxígeno para CocoMocho Puigdemont
Nos guste o no, el independentismo catalán está en horas bajas. Carme Forcadell, imbuída como está de su imagen institucional, recibiendo a todo tipo de infames tiparracos con una pompa y circunstancia propia de un estado con cara y ojos, pero sin estado, no tiene apenas tiempo de organizar saraos multitudinarios. Al pobre Junqueras las cuentas no le cuadran (Madrit, ya se sabe) y a nuestro ministro plenipotenciario de Afers Exteriors (CocoLiso Romeva) no lo recibe ni Dios. CocoMocho está absolutamente asfixiado, quizá  porque prometió  a la CUP 18 meses para el golpe definitivo y el cronómetro sigue corriendo de manera implacable.

Por eso son recibidas como agua de mayo ocurrencias como la de considerar sospechoso a Homs por lo del 9N (¡a estas alturas!) y la decisión de la Delegación del Gobierno de prohibir las esteladas en la final de la Copa del Rey. Un auténtico balón de oxígeno, que no solo agradecen los timoneles del prusés sino también los chinos que venden esteladas a mansalva. A veces parece que el gobierno de Rajoy esté tratando de "revifar" al enfermo a base de cosas de este estilo. No es descartable que forme parte de su estrategia pero, si es así, es un jueguecito despreciable.



2 comentarios:

  1. Al gobierno de Rajoy se le ha visto la patita por debajo de la puerta en varias ocasiones. Menudo jueguecito, como dice Gran Uribe. Pero ahora se trata de hacerla más gorda aún para aumentar la confrontación cara a las elecciones. Ahora CocoMocho no va a la final, Colau tampoco. El ambiente que se crea con algo tan "trascendental" es bárbaro. Seguimos en la onda. Pobres de nosotros. MJ

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    Respuestas
    1. Al procés se lo han puesto como a Fernando VII, como se suele decir. Con lo tranquilitos que estábamos últimamente...
      Lo hacen adrede; si no es así, no puede ser que sean tontos. Pero ahora no se pueden volver para atrás, porque aquí eso también se celebraría como una victoria, que bienvenida sea, aunque ellos prefieran las derrotas, excepto las futbolísticas.

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