miércoles, 25 de mayo de 2016

El senador MikiMoto y el ladino Quico Homs

Que MikiMoto no tiene cara de burro, lo sabemos desde hace años, desde sus heroicos tiempos de "enteradillo" en la mili. Si ha aceptado ese nombramiento, alguna ventaja le encontrará al asunto. ¡Temblad, madrileñas, temblad! Llega todo un seductor, de voz susurrante pero profunda, bien impostada, de esos sujetos con los que en el fondo da gusto ir a cenar; te preguntan un poco por tu vida, mirándote fijamente a los ojos, como paso previo para empezar a hablar de sí mismos sin compasión alguna, pero pagan la cena y luego... ¡Dios proveerá!

Sigamos adelante. Según la tesis de Ramón de España, Quico Homs tampoco es burro (contra lo que habíamos creído algunos, y así lo hemos expresado de forma gráfica aquí en repetidas ocasiones), ya que considera que aparcar a ese trepa en Madrit y que se haga compañero de correrías de Rufián —otro seductor— no es tan mal asunto. A ver cómo los lo cuenta él. Seguro que bien. Dice así:

«El inefable Quico Homs, ese estadista incomprendido, ha elegido a Miquel Calçada (antes Calzada) para encabezar la lista de (lo que queda de) su partido al Senado español en las próximas elecciones. Dice que el graciosillo paniaguado es un patriota y un referente, y no le falta razón: su condición de evasor de impuestos lo emparenta con su ídolo, Jordi Pujol, y lo consagra como auténtico convergente.


Homs y MikiMoto en un acto institucional
Al principio pensé que Quico quería rendir un oblicuo homenaje al emperador Calígula —que nombró senador a su caballo— eligiendo lo más parecido que tenía a mano, dentro de la especie humana, al burro catalán. Pero la verdad es que el señor Calçada (antes Calzada) de burro no tiene ni un pelo, pues lleva viviendo a costa de la patria desde los lejanos tiempos de la transición, y no son pocos los chollos que le han caído hasta ahora, como el comisariado del tricentenario o todas esas emisoras de radio que el Régimen le ha ido otorgando a dedo desde hace años. 


Ramón de españa
En ese sentido, me cuesta considerar un chollo lo del Senado, sobre todo para alguien que aspiraba a presidir la Generalitat o, en su defecto, presentar el Telenotícies. Dadas las ambiciones políticas de Mikimoto, ¿no pretenderá Homs quitárselo de en medio al enviarle a vivir en la capital del Gran Satán, donde poco podrá hacer más allá de tomarse unas cañas con Montilla y quedar a comer con Mascarell para intercambiar información sobre sus respectivas maneras de medrar? ¿Y si ahora resulta que Quico, al que todos consideramos un zote, es en realidad el Maquiavelo de Taradell? Todos sabemos que el Senado es una institución inútil a la que los partidos envían lo más tonto e inepto que tienen para que se ganen la vida de manera indigna, pero eficaz.

El señor Calçada (antes Calzada) daría más juego en el Congreso, donde podría integrarse en esa versión parlamentaria del Club de la Comedia Catalana que tan bien representan Tardà y Rufián. Siendo, como es, un sujeto chulángano y más bien desagradable, Mikimoto se haría notar enseguida en el Congreso, mientras que en el Senado nadie reparará en su presencia y deberá limitarse a embolsarse una buena pasta por calentar un asiento. O este hombre se ha echado una novia en Madrid o estamos ante un regalo envenenado del ladino Quico Homs».

Enlace: Ramón de España, El senador MikiMoto, Crónica Global (25/5/2016)


5 comentarios:

  1. El senador Mikimoto parece totalmente apabullado en la foto junto a Homs. Debe de ser que no le gusta mucho el cargo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cena suele empezar, a la hora de los entrantes, con un "me llevo mal con mi mujer", paso previo a preguntarte a ti cómo está el tema.
      Tiene razón, se ve a Mikimoto agobiado, no en vano se acaba de enterar de su destino en Madrid, a tiro de AVE, un tío tan viajado por los cinco continentes. Pero ya verá usted cómo se le anima el semblante en cuanto lleve unos días por allí.

      Eliminar
  2. Me he encontrado cenando alguna vez con tipos de ese estilo, aunque no catalanes. Les aguantas el rollo, te pagan la cena, te llevan en taxi a casa y, acto seguido, te preguntan: ¿me invitas a una copa? Si es que no... si te he visto no me acuerdo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡A mí nunca me invitan a cenar! Claro quue habría que buscar un equivalente femenino a la figura de Mikimoto, una Mikimota. No soy hombre de mucho mundo y no sé si existe tal figura; en todo caso, yo no conozco a ninguna... Por otra parte, la cara de abatimiento de Mikimoto en la fotografía no es muy habitual en él.
      El Tapir

      Eliminar
  3. Con esta cara de no romper un plato es posible que ya le hayan clavado un dardo envenenado en el cogote. Pero no nos despitemos pues Mikimoto no tiene un pelo de tonto y ya hace tiempo que se esta trabajando els "afers exteriors". Esta en "stand bye". Que no se despiste Homs. Vivir siempre del chollo es un oficio del que uno nunca se jubila.

    ResponderEliminar