"Era imposible construir Cataluña sin mancharse las manos"
El periodista y escritor Enric Vila nos cuenta en una tertulia de TV3, comentando lo de la comisión de investigación, que los escándalos de corrupción que acosan a los Pujol solo son la consecuencia de una supuesta estrategia del Estado español para la explotar la envidia de la "inmigración franquista" (?) hacia los catalanes.
No deja de ser una teoría singular: la culpa de todo viene a ser del invasor castellano que se muere de envidia al ver a los guapos, pacíficos y ricos catalanes tenerlo todo mientras ellos no tienen nada.
Dice así:«Los Pujol están explicando la historia de Cataluña. Una buena parte de la relación entre Cataluña y España y del impacto que tuvo la inmigración franquista en Cataluña se basó en la explotación de la envidia. Es decir, estos 40 años en Cataluña, tal vez los primeros 20 años, se basaron mucho en la explotación de la envidia: los catalanes tienen dinero, los otros no. Los otros venían de nuevo, evidentemente, y se tenían que hacer alguna cosa. Los catalanes todos más o menos tenían alguna cosas en algún sitio perdido, una herencia, alguna cosa. Y en el fondo lo que está saliendo un poco es esto.
El uso que se hace de la corrupción para atacar el proceso político catalán también responde a lo mismo. Es decir, esta cosa de que si Jordi Pujol Ferrusola iba con un coche o con otro en el fondo no deja de ser muy provinciano, por un lado, y por el otro lado muy mezquino. Cada uno va con los coches que quiere y se gasta el dinero como quiere. Otra cosa es si el dinero es legal o no. Y eso lo han de decidir los juzgados.
Verdes de envidia |
»Es una situación que se crea: tú tienes un país que más o menos está estructurado, de familias que están aquí y que, por tanto, se va creando una riqueza acumulada, y de gente que llega con una mano delante y otra detrás. Esto crea unas diferencias sociales que durante mucho tiempo se estuvieron explotando.
»Durante la época en que fue presidente de la Generalidad Jordi Pujol era imposible construir un poco de poder en la situación que había sin ensuciarse las manos. Utilizar la corrupción para cohesionar un Estado no es nuevo. No se puede acusar a Pujol de robar en nombre de Cataluña porque todas las élites de todos los países roban en nombre de su país».
Realmente, leer este artículo me "ha puesto de los nervios", como se dice ahora. Mi indignación es total, absoluta. Lo malo es que este es el pensamiento "convergente" (de Convergencia) que los políticos NO SE ATREVEN A EXPRESAR (en público), pero que subyace en su "universo". Y el factor común de todos los políticos mangantes, corruptos (aquí, no sólo de Convergencia, como es obvio), es la confusión entre el dinero público y el privado; el amigo Enric Vila parece ser un claro ejemplo de esta confusión de terrenos. Por no hablar de ese tonillo despectivo que destila todo el artículo, que considero indecente y que ha sido la causa del cabreo tremebundo que me ha producido su lectura. Y lo malo es que, según me dicen, este tipo de individuos suele poblar últimamente las tertulias de la cadena PÚBLICA TV3. Ya sé que me repito, pero se está creando una fractura en la sociedad catalana que va a ser difícil de recomponer. Al menos, a mí me sería muy difícil tener un trato normal con un individuo que destila esas ideas. Saludos,
ResponderEliminarEl Tapir
Las opiniones de una persona, son eso, opiniones (aunque tengan un cierto matiz xenófobo) de una persona. El problema es que esa persona sea contertulia habitual de TV3, con todos los parabienes. Por algo será. Elevando la anécdota a categoría, como decía D´Ors, ese individuo está reflejando el sentir oculto de toda una clase oligárquica dominante, por utilizar términos un poco antiguos, aunque no obsoletos por lo que se ve. Lo dice él y se moja el culo, los demás callan y asienten. Perfecto.
EliminarNo sólo de la clase oligárquica dominante, son muchos más los que "por la patria" lo perdonan todo, los demás callan y otorgan. Y los críticos son pocos.
ResponderEliminarTiene usted razón. Ese virus no solo afecta a la clase oligárquica, aunque sobre todo a ella, que es la que toma las decisiones.
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