Con el mar no se juega

Los reporteros jóvenes tienen la costumbre de hacerse retratar en pleno fregado. No hablamos ya de corresponsales de guerra, que es lógico que lo hagan así. En la vida civil adoptan ese mismo sistema.
Si nos informan de la tomatina de Buñol, iniciarán su reportaje totalmente pringados de tomate y recibirán algún que otro tomatazo a lo largo de la conexión; si está nevando, se les ve en plena ventisca con la nieve hasta medio cuerpo; si se ha desbordado un río, realizan su crónica metidos dentro y con el agua al cuello, etc. Es más periodístico, dicen.
[Cosa distinta es lo que le pasó a un pobre locutor que estaba delante de una iglesia de Lorca en el momento que hubo el terremoto y casi le cae la campana en la cabeza. Con el de hoy en Albacete no ha sucedido eso, al parecer].

Bien, Fanny Agostini practica ese sistema y buen susto se pegó ayer con las mareas en la costa de Bretaña. Ji Ji, Ja Ja, muy gracioso todo pero se la podría haber tragado el mar.