martes, 6 de junio de 2017

¿Se impondrá Pedro a Pablo?

A esa pregunta, Enrique Gil Calvo responde que NO. Entre otras cosas porque, a pesar de saber idiomas (como señalaba Vh sociata), de momento no dispone del "don de lenguas" que adjudicó el bíblico Espíritu Santo en el día de Pentecostés.

La resurrección del conde de Ferraz / Rafael Herrera
«La estrella del momento es Pedro Sánchez: PS. Le adoran los militantes, le miman las cámaras, le admiran los votantes y le envidian sus rivales. Todo tras vencer por mayoría absoluta en las primarias, lo que la nomenclatura socialista nunca quiso creer que pudiera pasar. Y esto ha cambiado la fortuna de Sánchez. [...]

Un motín que Sánchez supo provocar y desatar, sacándolo adelante [...] Todo para no tener que comerse el marrón de investir a Rajoy, que era la humillante misión a la que había sido destinado por sus pares de la ejecutiva, lo que hubiera sentenciado para siempre su reputación de perdedor. Y para evitarlo provocó su destitución como secretario general, logrando así que fuera la gestora en funciones quien firmara la abstención, y quedase con ello deshonrada ante la militancia. A partir de ahí, tras cruzar el Rubicón en desafío a los patricios, el césar Sánchez escenificó el gran relato victimista de su propio calvario, según el modelo evangélico de la pasión y muerte del redentor, crucificado por el sanedrín pero predestinado a la resurrección.

¿Y qué cabe esperar ahora del nuevo Sánchez renacido? Lo que le aguarda es lidiar con Pablo Iglesias en disputa por ganarse la credibilidad y movilizar el voto del electorado progresista.


Enrique Gil Calvo
Cuenta con cierta ventaja, pues la fama de su victoria en las primarias le ha permitido revestirse con el carisma del vencedor. Y en cambio Iglesias atraviesa sus horas más bajas [...] 

Es verdad que el podemista resulta cada vez más antipático, mientras que el resurrecto ha recobrado las simpatías del público. Pero Sánchez no es comparable a Macron, un cerebro muy bien dotado para debatir en público. Mientras que, a juzgar por lo visto hasta hoy, el flamante líder socialista parece incapaz de debatir con nadie. 

Para seguir con el mito de la resurrección, lo que en realidad precisaría Sánchez es la gracia de Pentecostés: el don de lenguas necesario para seducir y convencer a propios y extraños. Y al no contar con el poder de convicción que se requiere, Pedro no sabrá imponerse a Pablo».




Bueno, ya se verá, porque de momento el señor Iglesias se ha quedado un poco descolocado con la moción de censura, que se ideó pensando que la Sultana ganaría las primarias y que con esa brillante iniciativa dejaría al PSOE hecho unos zorros. Pues mira por dónde, ahora parece ser que bastantes votantes de Podemos han quedado seducidos por el vía crucis de Sánchez y se van a pasar al rival, o eso dicen las encuestas.

Pero Sánchez, aunque verborrea no le falta, deberá mejorar mucho su capacidad de convencer a tirios y troyanos. ¡Ah!, y que nos explique bien clarito, para que lo entiendan hasta los más tarugos (como es el caso de Gran Uribe), qué demonios es eso del Estado Plurinacional de Naciones Culturales, o como se diga, si es que lo sabe.

3 comentarios:

  1. Cada vez que escucho o leo Pedro y Pablo, me vienen a la memoria los Picapiedras.

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  2. Lo que sin duda le falta a Pedro Sánchez es sutileza en el debate, carencia que él suple con machaconería, algo en lo que no le gana nadie. Por razones distintas, no me gustan ni Pedro ni Pablo, aunque me temo que en el duelo dialéctico vence (que no convence) Pablo.
    El Tapir

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