jueves, 1 de junio de 2017

"El Barça és més que un club: és un sentiment"

El recluso Rosell, cuando hablaba hace años de lo que es el Barça, ejercía un poco de precursor de lo que dijo Pedro Sánchez recientemente acerca de lo que es una nación, a preguntas de Patxi López en el "debate a tres" de los aspirantes a mandar en el PSOE: "una nación es un sentimiento que tiene mucha gente".

Sigamos. Lluís Bosch tuvo la "suerte" de tener como compañero a Sandro Rosell, del que ya habrán oído hablar ustedes. Fue en el entonces colegio privado Costa i Llobera (ahora instituto público), en el barrio de Can Caralleu, en Barcelona, por encima de la piscina a la que acude esforzadamente Gran Uribe a devorar millas.

Algún día explicaremos algo de la estancia de G.U. en los jesuitas de Sarriá, muy cerca de allí, de algunos significados compañeros que tuvo y también de las comidas de antiguos alumnos, esas que le gustan tan poco (en eso coincide también con R. de E.). Pero dejemos hablar a Bosch, en un retrato impecable, titulado Yo fui amigo de Sandro Rosell, aunque, tal como señala al final (pueden enlazar con el artículo a través de ese título), quizá debería haberlo llamado:


«Un extraño encadenamiento de fenómenos hizo que Sandro Rosell y yo fuéramos compañeros de clase en un colegio de Barcelona. Desde primero hasta octavo. Hablo de la EGB. Esta confesión sorprenderá a quienes sepan algo de mí y algo de él a la vez. Lo podría explicar de la forma siguiente: mi padre, aunque obrero, quiso darles a sus hijos una buena educación y concluyó que la escuela pública franquista (yo nací en el 64) no le garantizaba su pretensión. Visitó muchos colegios, a la búsqueda de uno que satisfaciera sus deseos y finalmente optó por el "Costa i Llobera", en Sarrià, la parte alta de Barcelona —alta en ambos sentidos.

El "Costa i Llobera" en la actualidad
En aquellos tiempos, el "Costa i Llobera" era un modelo de educación digamos que avanzada, con propuestas innovadoras en el campo pedagógico. Y estrictamente laico. Mi padre, que nunca supo ganar dinero, sí supo, sin embargo, remover cielo y tierra para conseguir que sus hijos accedieran a esa escuela mediante una beca privada: las familias más ricas pagaban un poco más de la cuota que les correspondía y con ese excedente podíamos estudiar allí algunos pocos hijos de pobres. La escuela "Costa i Llobera" era un centro privado por entonces, privadísimo. 

Mis compañeros de clase, en la siniestra década de los 70 (siniestra solo para los míos), tenían casas en el Ampurdán, esquiaban en Suiza, vivían en mansiones con piscina, tenían madres y padres cultos, ricos y elegantes y los apellidos más abundantes eran Maragall, Raventós, Muntaner, Serrallonga, Puig, Vilanova, Vila-d'Abadal, etc. Allí aprendí muchas cosas buenas y además tomé conciencia de clase. La letra no me entró con sangre, pero la conciencia de clase, sí.

Entre los apellidos del "Costa i Llobera" también estaba el de Rosell, que era el apellido de Sandro, un chaval agradable y tremendamente listo. El más listo de la clase, con diferencia. Su padre era gerente del Futbol Club Barcelona. Muchas tardes, al salir del cole, me iba a merendar a su casa, que estaba cerca de la casa de la familia Pujol —aunque eso, yo entonces no lo sabía. [...] Ser amigo de Sandro me conllevó muchos beneficios: era un líder nato, y era un lujo hacer los deberes con el alumno más brillante y, por si eso fuese poco, era el mejor jugador de fútbol en el patio. [...]

Cuando terminé octavo le supliqué a mi padre que me matriculase en el instituto del barrio. No soportaba más a esos compañeros de clase que lo tenían todo. Tenían incluso cosas que yo no sospechaba que se podían tener: todos los Geyper Man del mundo, coches de importación, televisores a todo color, aparatos de video, criadas filipinas o extremeñas, piscinas infinitas, vicios raros y unos tarros de crema de chocolate exquisito que solo se podían comprar en Ginebra, creo, aunque quizás provenían de Andorra. En el instituto hice un BUP más bien mediocre en lo académico, pero me sentí mucho más feliz que en "Costa i Llobera". La mayoría de mis compañeros eran castellanohablantes pero, como todos éramos pobres, me di cuenta de que la pobreza es como un esperanto.

Durante tres décadas no supe nada de mi amigo Sandro. Hasta que aparecieron google y facebook, y el nombre de Sandro se iluminó un día en mi pantalla. Quería reunir a los antiguos compañeros del cole y nos invitaba a todos, con todos los gastos pagados, en una terracita de un hotel, creo que en Sitges o por ahí. Ese tipo de reencuentros estuvieron muy de moda hace un tiempo. Me lo pensé un par de segundos y luego borré su mensaje. Según me informó un informante que asistió al acto, Sandro había reservado una linda terraza con vistas al mar, y agasajó a los excompañeros del cole con cava catalán (o francés, ese detalle lo he olvidado), bebida con la que te rellenaban la copa unos camareros y camareras negros y negras, escrupulosamente uniformados de camareros negros y de camareras negras. Poco después se supo que Sandro, junto a su amigo Joan Laporta, se presentaban de candidatos para presidir el Futbol Club Barcelona.

De la campaña que hizo Sandro unos años después, cuando se presentó para presidir el Barça como cabeza de lista y sin Laporta, recuerdo haberle escuchado decir en la radio: "el Barça és més que un club: és un sentiment". Pronunciaba "sentiment" con un cinismo inadjetivable. Sandro respondía así al exabrupto de un entrenador zafio, Javier Clemente, quién había parafraseado el viejo eslógan barcelonista: "El Barça es más que un club: es un puticlub". Cuando escuché lo del "sentiment" en boca de Sandro comprendí que Sandro había dirigido su inteligencia hacia el mal, como un Darth Vader cualquiera: en vez de orientar su capacidad mental hacia la ciencia, el arte o el bien común, la había dirigido hacia el negocio del fútbol, la pasta, la mafia, el chanchullo hipermillonario. 


Sandro Rosell en su celda de Soto del Real / [granuribe50.blogspot.com.es]
»Por estos días, Sandro ha ingresado en la cárcel de Soto del Real, inculpado de varios delitos financieros, por blanqueo de dinero y cobro de comisiones ilegales. Un mangante, vamos. [...] Me disponía a pensar en qué fue de toda aquella inteligencia del jovencito Sandro, en qué destino le dio a sus capacidades, qué hizo con todo lo prometedor que había en él... cuando de repente recuerdo que, en el instituto, entablé amistad con un joven poeta de ascendencia andaluza que hoy es guardia civil y con quién, mira tu por donde, todavía nos intercambiamos mensajes a veces. Quizás debería haber titulado este relato con un título como: soy amigo de un guardia civil andaluz».


4 comentarios:

  1. Apreciado G.U:
    Conozco a Lluis Bosch, de hecho, sale como Escritor Recóndito en una página que tengo el gusto de llevar junto a Francesc Cornadó, y en la que hacemos referencia a buenos escritores que no están bajo los parámetros de las editoriales al uso, y que dominan la distribución peninsular.
    lluis es un tipo peculiar. Quien no lo conozca personalmente sacará la conclusión de que parece "resabiado". Nada más lejos de la realidad.
    Lluis es una persona fiel así misma, una persona que tiene dignidad.
    Le jode lo que le jode a la gente de bien, que le estafen. En las estafas, no sólo entra lo físico, entra también lo espiritual y lo conceptual.
    Si en lo físico no es difícil pescar al estafador, si lo es en lo espiritual, y para qué le voy a contar en lo tocante a los conceptos. Y es allí donde, y como ud. ve, G.U., se revela.

    Me alegra verle y leerle otra vez en su página, G.U. Veo que coincidimos en gustos y en pensamientos.
    Un abrazo y un placer el entrar en su casa.
    salut

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  2. La inteligencia, sin moral, produce monstruos.

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  3. Sandro Rosell precursor de P. Sánchez en teoría de las naciones.

    Va usted a Sánchez, GU. Que lo sepa.

    Vh sociata

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  4. La verdad es que ha habido más de un presidente del Barça que ha estado en la cárcel, como Núñez, el que lloraba porque habían ganado la liga. Otros no han estado en la cárcel, pero sí en entredicho, como Gaspar y Laporta, que yo sepa. Seguro que el Barça es más que un club. MJ

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