sábado, 25 de febrero de 2017

Recuerdos de infancia...

El Tapir ha hecho mención —en la entrada titulada "Con los amigos no se habla de política"—  a un episodio muy desagradable de su infancia. Si uno no ha entendido mal, se refiere a un dantesco aquelarre del que fue víctima también Gran Uribe (pequeño Uribe por entonces), que tuvo como escenario el lugar llamado "La Pista", en Hostalets de Balenyà, un lugar donde había cine, bar, bolera, frontón y pista de patines.

Allí, un capullo apodado "Javiero", montó una especie de agresivo escrache (quizá con ánimo de conseguir notoriedad entre los componentes de la "colonia" veraniega) fundamentado en una insultante frase que nos achacaba haber pronunciado, faltando descaradamente a la verdad. Traumatizados nos quedamos, y no se sabe cómo conseguimos remontarlo, siendo como éramos unos imberbes zagales. Viene al caso de lo que hablábamos en la susodicha entrada del blog.

"La Pista"
El molino en el río Congost
La iglesia
Carretera y bar "Pumir"
Ermita de l´Ajuda
Balenyà (Apeadero)
[Fotografías de Hostalets de Balenyá en la década de 1960]

Eso le ha traído a G.U. recuerdos de aquellas temporadas de verano en Hostalets de Balenyà, un lugar del que ya hemos hablado en otras ocasiones en este blog. Se trataba de un pueblín estupendo, enclavado en un apacible lugar lindante con la plana de Vich (así llamada entonces, ahora sin hache), que fue creciendo poco a poco y que tuvo su boom urbanístico, por llamarlo de alguna manera, a mitad de los 60, con la llegada de numerosos inmigrantes —murcianos, se les llamaba, también en Ibiza—, a los que se pasó a alojar en lo que entonces llamábamos "rascacielos", como el de la cuarta foto.

En fin, hermanos, es la historia...

La madre de G.U. (Patiña) posa ante la ermita de l´Ajuda (Hostalets de Balenyà) / Fotografía: Carlos Sáenz de Magarola / Fecha sin determinar

5 comentarios:

  1. Sí, Uribe, hay un comentato: tengo un nudo en la garganta por los recuerdos que has evocado con estas fotos, especialmente con la última, una preciosa fotografía de Patiña en el bucólico paisaje de la ermita de l'Ajuda, que tanto inspiró a nuestros padres y a nosotros mismos. Fue precisamente en este paisaje donde tuve la primera noción de lo que era la belleza... Mil gracias.
    El Tapir

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    1. No conozco todas las fotos que hizo pero casi estoy por asegurar que ésta es de las que mejor le salieron. La composición, el cielo, las luces y las sombras, el paisaje bucólico con los montones de trigo y... Patiña.
      Las demás están obtenidas buceando por internet.

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  2. No hay nada más bello (ahora seguiría con la canción Lucía, de Serrat, cuando dice :...que lo que nunca he tenido...), pero no, me refiero a las fotos en blanco y negro. Siempre tan llenas de matices.
    Salut

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  3. En total, seguro que los recuerdos son tan bonitos como las fotos.

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  4. Lamento muchísimo haberme perdido ese día el blog del GU, porque también participé en aquellos veranos radiantes de la infancia en Hostalets de Balenyá (¿o el acento era al revés?). La nostalgia hace el resto. También he sentido un nudo en la garganta al revisitar unas fotos que describen muy bien lo que era ese pueblecito en los años cincuenta y primeros sesenta. También cómo se fue convirtiendo en un pueblo-dormitorio con la llegada masiva de inmigrantes. Sus lugares de trabajo eran distantes: Manlleu, Torelló, Roda de Ter..., pero los terrenos más baratos estaban en Hostalets y así empezaron a multiplicarse los bloques de pisos, construidos los primeros directamente sobre los campos rodeando las "torretes" de veraneo. Nuestro querido "paseo del viento" pasó a mejor vida transformado en un vertedero salvaje, descontrolado y maloliente. Acceder a los bosques y campos maravillosos de nuestra infancia requería el sacrificio previo de atravesar entre hierbajos, plásticos, papelotes y restos de construcción barrios enteros sin urbanizar surgidos como champiñones de la noche a la mañana y absolutamente deshabitados durante los días laborables. En fin, se perdió el encanto. Mientras, nos habíamos hecho mayores y poco a poco Hostalets pasó a ser otra cosa. Sin embargo, el recuerdo de aquellos veranos irrepetibles sigue ahí, para mí y para mis hermanos, inolvidable y lleno de emotividad.
    nvts

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