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[Ilustración del libro de Betty Edwards] |
Pues sí, va a tener razón Millás. Cuando no existe cuerpo calloso en el cerebro, que es el que une los dos hemisferios, o está deteriorado, cada parte va a su bola y uno se hace "la picha un lío", ya que cada uno de ellos tiene una manera de procesar la información. El izquierdo abstrae, rige las cuestiones del lenguaje, verbaliza, hace afirmaciones racionales de acuerdo a la lógica. Con el derecho "vemos" cosas que podrían ser imaginarias, y también cómo existen las cosas en el espacio y cómo se unen sus partes para formar un todo; con él entendemos las metáforas, soñamos, creamos nuevas combinaciones de imágenes e ideas. Bueno, esto no lo dice Gran Uribe: lo explica perfectamente Betty Edwards en su libro "
Aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro", un manual imprescindible para profesores de dibujo y alumnos que quieren aprender a dibujar.
Viene esto a cuento de Trump, un individuo al que algo le pasa, sin duda, y quizá necesite la ayuda urgente de un neurólogo. De hecho, no es ni tan siquiera capaz de poner su cerebro en orden para cerrar la pluma estilográfica con la que acaba de firmar uno de sus decretos. ¡Peligro con ese sujeto, que firma sin parar!
Veamos cómo lo explica Juan José Millás en
El cuerpo calloso:
«Trump tiene problemas para cerrar la pluma con la que acaba de firmar un decreto. Observen la tensión de sus labios, la vista centrada en las dos partes del objeto, la posición antinatural de sus brazos, incluso la violencia con la que una y otra mano empuñan respectivamente el cuerpo y la capucha de la estilográfica. Todas sus energías están puestas ahí, en que las dos partes se encuentren. Pero no hay forma, ya que la comunicación entre el hemisferio derecho y el izquierdo del cerebro del presidente no alcanza el grado de coordinación preciso para que sus extremidades superiores lleguen a un acuerdo. El esfuerzo es tan notable que dan ganas de echarle una mano. Pero no, ¿quién se atreve? Es tan tozudo que lo logrará, después de todo hablamos del hombre más poderoso del planeta.
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[Fotografía de P.M. Monsivais (AP)] |
Los hemisferios cerebrales permanecen unidos por el cuerpo calloso, una estructura compuesta por un conjunto de fibras que, al modo de un haz de cables de la luz, llevan de un lado a otro la información precisa para la vida. Cuando se nace sin cuerpo calloso, el individuo se hace un lío, pues viene a ser como si tuviera dos cerebros incapaces de pactar al carecer del lugar común en el que hacerlo. ¿Podría darse el caso de que algunas personas, por razones que ahora no se nos ocurren, tuvieran ahí arriba, en vez de un puente (calloso o no), un muro como el que Trump pretende construir entre México y EE UU? Quizá. En todo caso, ello explicaría, además de su pasión por lo que separa, las dificultades mecánicas que muestra para realizar lo que un escolar llevaría a cabo sin problemas».
Le falla el cuerpo calloso y otras muchas áreas cerebrales. MJ
ResponderEliminarTodo esto resulta sumamente preocupante para un señor que tiene en sus manos el presente y futuro del planeta. ¡Que Dios nos proteja!
ResponderEliminarEl Tapir