domingo, 5 de febrero de 2017

¿En manos de quién está Cataluña?

Gran Uribe hace suyas las palabras de Gregorio Morán en la última de sus "Sabatinas intempestivas" de La Vanguardia, que lleva un título bastante indicado: La conspiración de los necios.

«Si tenemos en cuenta que la mayoría de la ciudadanía de Catalunya está literalmente hasta los cojones, ovarios y demás partes pudendas de esta historia del referéndum, la separación o “desconexión”, que dicen los cultos, vengo a concluir que soy un idiota y que lo mejor que podía hacer es callarme y hacer como si no me entero. A la manera de aquellos alemanes o italianos que veían subir la marea y concluían que les importaba un carajo».




En efecto, uno debe de ser un idiota como Morán y, según ese esquema, Carlos Jiménez Villarejo también, porque él tampoco se calla ni hace como que no se entera. Y es normal que, como juez que es, esté hasta las partes pudendas.

Villarejo milita en Federalistes d´Esquerres, pero cometió el pequeño desliz (hasta el mejor escribano echa un borrón) de presentarse por Podemos a las elecciones del Parlamento europeo de 2014, aunque rápidamente se dio cuenta de qué iba la tostada y renunció a su escaño. El año pasado abandonó definitivamente Podemos, después de que "coleta morada" (Iglesias), visto que Sánchez no le ofrecía el puesto de vicepresidente, renunciara a permitir que el susodicho fuera presidente en vez de Rajoy. Ahora nos habla de lo de mañana, con una visión harto comprensible por parte de un juez:

 [...] «Podrá discutirse o no si el tiempo transcurrido desde la apertura de la causa ha sido excesivo, lo que en modo alguno afecta al núcleo de los hechos que la han motivado. Pero, lo que en ningún caso es admisible es que el Gobierno catalán haya tenido un comportamiento de ofensa y menosprecio hacia el Tribunal. Calificar las citaciones de “juicio político” y “anomalía democrática” supone tachar al Tribunal de prevaricador en la medida en que se le atribuye una motivación y finalidad espuria, de inspiración política. Era y sigue siendo una acusación vejatoria y mucho más si procede de dirigentes políticos que utilizan torcidamente su legitimidad democrática para defender intereses personales y buscar la impunidad. Actúan como una “casta” política que descalifica al Poder Judicial sabiendo que este tendrá que soportar el ultraje en silencio.[...]

Mas llega a declarar a través de un túnel de bastones
Pero un líder aclamado acríticamente y, como dijo Romeva —el izquierdista reconvertido— una “sociedad movilizada” y sumisa crean las condiciones para movimientos de signos parafascista. Expresión de ello han sido las concentraciones convocadas ante el Tribunal Superior, que pretenden repetirse el próximo 6 de febrero. Manifestaciones que han contado con la participación de entusiastas seguidores y, lo que es más irritante, del propio Gobierno. Con el pretexto de acompañar a los imputados, comparecieron y ahora volverán a hacerlo ante las puertas del Tribunal en un clima evidentemente coactivo, dado el tono airado y amenazante de los concentrados, lo que constituye un gravísimo abuso de poder y un intento de presionar a los magistrados.[...]



Y acaba Villarejo con unas frases que comparte al cien por cien Gran Uribe, aunque uno piensa, además, que si se convoca ese referéndum es con ánimo de que, de un modo u otro, lo impida Madrit y así seguir tirando millas:

¿En manos de quien está Catalunya? ¿Cuál es su futuro? El referendum que se proyecta no tiene ninguna base legal y sobre todo, no puede ser convocado por un Gobierno que carece de la objetividad, neutralidad e imparcialidad que son condiciones indispensables para llevarlo a cabo».




Tanto si les suena como si no el asunto, refresquemos lo que decía Pujolone en 1984. Quizá así se entienda mejor la pregunta que da título a esta entrada y qué respuesta merece.

En 1984, con ocasión del fiasco de Banca Catalana, se congregaron 300.000 personas para apoyar a Pujol, según datos suministrados por la organización del aplec. «Gracias por esta extraordinaria manifestación con la que apoyáis a las instituciones de Cataluña, no a mí'», dijo Pujol.

La crónica de La Vanguardia explicaba que llegó "casi un centenar de autocares", que los manifestantes adornaban sus solapas con una pegatina que decía "Jo, Pujol". Pujolone salió eufórico al balcón de la Generalitat y proclamó su triunfo: «con esta masiva manifestación lo que se quiere es dar apoyo a Cataluña. [...]  El gobierno central ha hecho una jugada indignaA partir de ahora, cuando alguien hable de ética , de moral o de juego limpio, hablaremos nosotros, no ellos».

[Ojo al dato: en ese momento ya tenía millones no declarados en cuentas suizas y/o andorranas].

¡Dentro vídeo!


La Vanguardia (31 mayo 1984)

2 comentarios:

  1. Los tiempos cambian.
    El otrora mano derecha de el exhonorable, Sr Roca, fue defenestrado por el mismo ex para poner a su hijo, el Oriol, que a la postre resultó tener la misma avidez garbancera de pasta que su progenitor.
    Pero mira por donde, el gran Roca, resultó ser el mismo y en el mismo momento, el gran ponedor de despacho en Madrid, que no en Barcelona, y defensor de lo mismo que su expadre putativo culpa del desprecio a Catalunya, o sea a la infanta de la rama borbónica.
    Kafkiano.
    El honor de CdC es comparable al honor de una puta, tenerlo lo tiene, pero sólo para si misma, no para su prole. Y habré de asentir que man que nos pese, una madre es una madre aunque le sea imposible aclararme quien ha sido mi progenitor.
    Y con respecto al "jo Pujol", supongo que hoy en día todo los manifestantes que se precien tendrían que ponerle una coma para continuar...el ron. De manera que quedara, para disimular, algo así como: "Jo, Pujol, el ron"
    Salut

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  2. Cataluña está en manos de los necios. Y el caso es que con los resultados de las últimas elecciones de por ahí fuera, que han favorecido a los personajes más peregrinos, la cosa aterroriza. MJ

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