sábado, 7 de marzo de 2015

La deshumanización tecnológica

Una carta al director de EL PAÍS muy oportuna con ocasión de la clausura de la feria de los móviles ya comentada aquí.

La deshumanización tecnológica

«Hoy en día hay aplicaciones para todo y para controlarlo casi todo. Queremos saber la última conexión de nuestro novio/a, si ha leído nuestro mensaje y, si es así, ¿por qué no me ha contestado todavía? Queremos una aplicación para saber las calorías que hemos quemado, otra para que nos diga a qué hora y minuto empezará a llover mañana y otra para que nos ayude a tomar la decisión de tener una cita o no con esa persona. Queremos controlar cada aspecto de nuestra vida y nos frustramos si no lo conseguimos.

La mala utilización de la tecnología y el constante abuso de ella hace que estemos perdiendo parte de nuestra condición humana. Preferimos observar la realidad a través de una pantalla antes que con nuestros propios ojos. Preferimos juzgar a las personas basándonos en el hecho de que una pantalla de móvil nos indica que su última conexión fue a las 20.08 y no ha contestado a mi mensaje de las 19.21, antes que juzgarlas por cómo nos hacen sentir cuando estamos con ellas cara a cara.

Nos deshumanizamos cuando nos comunicamos por WhatsApp con una persona y lo que más nos interesa o nos preocupa de ella es que su estado sea, en línea».

Rubén Gil Prado.

5 comentarios:

  1. Nos acercamos a pasos agigantados a una sociedad de zombies...
    El Tapir

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  2. Pues sí, nos acercamos a "Un mundo feliz", que de feliz nada. Cuando lo leí de jovencita, me deprimió, porque pensé que era posible, y espantoso. Y ahí vamos...

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    1. A mí me pasó lo mismo, aunque lo veía muy lejano. Al parecer, no lo está tanto...

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  3. Por no hablar de esas reuniones en las que nadie puede decir nada sin que rápidamente sea confirmado o negado por discretas consultas a Google desde diferentes teléfonos. Ni siquiera una mentira o un farol (para rellenar) se puede echar uno.
    Pongamos un hipotético ejemplo. Uno dice, por decir algo, "la semana pasada estuve en las fiestas de Bujaraloz; como está a 250 km. de Barcelona tardé tres horas en llegar", una frase irrelevante para pasar el rato. Pues resulta que no; has quedado rápidamente delatado: las fiestas son el 28 de agosto y Bujaraloz está a 246 Km, por lo que se tarda dos horas y cuarenta y seis minutos en llegar, según Google Map. Perdiste 14 minutos.
    Tampoco se debe viajar hoy en día con algo tan sencillo como un mapa, con su norte y su sur, sus circulitos señalando los pueblos y el número de kilómetros entre ellos, sus llanuras de tonalidad verde y los ríos azules. No: el GPS te lleva a destino sin que tengas que mover un dedo para enterarte de por dónde vas.
    Y así todo.

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    1. Pues sí. Lo queremos todo YA. Hay que ahorrar pasos intermedios e inútiles pérdidas de tiempo. Probablemente, la experiencia personal importa menos que el que aparezca en internet. Un primer paso en esa línea, aunque muy sutil, fue el paso del reloj tradicional de "bracitos" al reloj digital. El primero te daba una noción del paso del tiempo que el segundo se ahorra. Un simple guarismo que lo mismo podría ser kilos de patatas que la hora.
      El Tapir

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