Ese cantante que usted cita es Jaime Urrutia, quien estudió filología semítica, por cierto. Un maleta, efectivamente, pero a mí esta canción siempre me gustó y no creo que sea tan mala como usted dice. Además está dedicada a Soria la olvidada, la hermana pobre de las provincias de su entorno (ni AVE, ni autovías, ni industrias, ni ná de ná) pero con unos lugares maravillosos.
El paseo del Mirón, donde acudía Antonio Machado con Leonor, el Monte de las Ánimas, la ribera del Duero camino de san Saturio, el casino provinciano... Una ciudad mágica, estropeada por culpa del ayuntamiento, a base de intentar popularizarla con eventos continuos, ruidosos y desagradables, que vulneran el ritmo de la ciudad y la trivializa. No es raro que Javier Marías haya dejado de ir por allí, ante el furibundo enojo de las autoridades, a la que ha desagradado esa decisión. Aún así, es una ciudad que conserva su alma, quizá por la falta de industria, de turismo, de conexiones, de monumentos importantes...
Mala canción, mala voz, mal tocada, jeto de hostia, cuello lunero, tupé,...but i like it.
ResponderEliminarlo retiro.
EliminarEs a él al que no puedo ni ver, al cantante.
La cansión me gusta.
Disculpen.
Atentamente,
Trabucaire desencadenado.
Ese cantante que usted cita es Jaime Urrutia, quien estudió filología semítica, por cierto.
EliminarUn maleta, efectivamente, pero a mí esta canción siempre me gustó y no creo que sea tan mala como usted dice. Además está dedicada a Soria la olvidada, la hermana pobre de las provincias de su entorno (ni AVE, ni autovías, ni industrias, ni ná de ná) pero con unos lugares maravillosos.
El paseo del Mirón, donde acudía Antonio Machado con Leonor, el Monte de las Ánimas, la ribera del Duero camino de san Saturio, el casino provinciano...
EliminarUna ciudad mágica, estropeada por culpa del ayuntamiento, a base de intentar popularizarla con eventos continuos, ruidosos y desagradables, que vulneran el ritmo de la ciudad y la trivializa. No es raro que Javier Marías haya dejado de ir por allí, ante el furibundo enojo de las autoridades, a la que ha desagradado esa decisión.
Aún así, es una ciudad que conserva su alma, quizá por la falta de industria, de turismo, de conexiones, de monumentos importantes...