lunes, 9 de marzo de 2015

Las grandes expectativas de Mas

Y ya puestos a hablar de Artur Mas, he aquí un artículo de Valentí Puig tan serio y razonable como todos los suyos:

Artur Mas y Quicu Homs en parapenteLas grandes expectativas de Mas
«Es como si una creciente parte del electorado catalán se diese cuenta de que, efectivamente, el parapente independentista de Artur Mas no fue más que una forma de camuflar el descontento social que estaban generando los recortes sociales por parte de la Generalitat. Pero antes de que CiU bajase tanto en las encuestas, el Artur Mas que reunió a los representantes de su sociedad civil para decirles que si era necesario para Cataluña él no iba a ser cabeza de lista, había pasado por el apuro de un presidente autonómico que tiene que ir en helicóptero al Parlament de Catalunya, asediado por los manifestantes. En el intermedio, había echado mano de la retórica de que España nos roba, que no nos quieren, no nos dejan votar o que uno puede irse de España y permanecer en la Unión Europea.

La pregunta pronto va a ser: ¿fue todo conveniencia de poder, afán de sobrevivir o existió alguna voluntad institucional concebida para el conjunto de la sociedad catalana? Y así las adhesiones emocionales, como ocurre tantas veces, han ido dejando paso a otras cosas. Ahora estamos a la espera de las elecciones autonómicas en setiembre aunque es de una cierta imprudencia dar por sentado que se harán. ¿Cómo saldrá Mas del callejón sin salida? En Convergència -—por no hablar de Unió— hay quien ve a Artur Mas como un obstáculo para seguir existiendo como partido incluso en el caso de conseguir inmunizarse del hundimiento judicial de la dinastía Pujol. Fagocitados en parte por ERC y, por otra parte, con sus electores de siempre en el pleno desconcierto, nadie puede asegurar que los votos convergentes no se dispersen de la forma más impensable.

Valentí PuigLa entelequia de las estructuras propias de Estado es el penúltimo fracaso de una fuga hacia adelante cuya calidad conceptual ha sido muy quebradiza y con apoyos mediáticos que han dispuesto de más margen para la insistencia que para la solidez argumentativa. No puede descartarse un repunte secesionista, pero en privado los estrategas de la ruptura reconocen que no saben donde están ni mucho menos donde van a estar. Por ahora, el hilo argumental es inconsistente y posiblemente cada vez tendrán más peso factores como la lenta recuperación económica, el bajo precio del petróleo o la mera fatiga que provocan las movilizaciones de razón y sentimientos tan heterogéneos».[...]


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