miércoles, 5 de noviembre de 2014

Y ahora las cacerolas

Mas afirma que actúa en defensa propia porque "la agresión es muy grande"

La participación en el 9N puede ser espectacular, sobre todo en pueblos de comarcas. Se han suspendido actos tradicionales y encuentros de todo tipo, costellades, trobades de castellers, concursos de boletaires, incluso la Feria del Caballo de Puigcerdá. Solo queda el butifarréndum. Así la gente no tendrá cosa mejor que hacer que ir a votar y pobre de ti si no lo haces.

Pero por encima de eso lo que se acabará demostrando es que, por parte del Rei Artur, la auténtica finalidad última de todo este lío es poder ser reelegido presidente de la Generalitat. Como ve que hoy por hoy lo tiene crudo, quiere demorar el asunto. De momento, meternos en un conflicto serio para ver de aumentar el número de fanáticos vía victimismo y ganar puntos entre ellos como gran héroe que se sacrifica por su pueblo. Hasta hace unos pocos días el 9N era la puerta a...  las "elecciones definitivas". Dado que las encuestas le han dicho que por ahora la cosa está chunga, lo que toca después de ese nefasto día es escribir una cartita a Rajoy pidiendo... ¡"el referéndum definitivo"! Con eso podrá tirar millas mareando la perdiz unos meses más. Y si en el camino llegara Podemos al gobierno, miel sobre hojuelas. Tiene su mérito ese sujeto, hay que reconocerlo, retomando fórmulas ya utilizadas hace uno o dos siglos en nombre también de "la voluntad del pueblo".

¿Quién nos hubiera dicho hace un par de años que esta especie de oscuro  jefe de sección de "Almacenes Sepu" nos iba a salir así de populista, demagogo, tramposo, marrullero y trapisondista? En resumen: "astuto", tal como se jacta él más orgulloso que un pequeño pavo real. "En defensa propia": quina barra!
  
Dice de él Ramón de España: "Ha hecho creer a una población ya asaz manipulada que la independencia de Cataluña estaba a la vuelta de la esquina, cosa que él era el primero en saber que era mentira. La mezcla de estupidez y mala leche es letal. Y aunque ya sé que no se puede meter a nadie en la cárcel por ser un imbécil malintencionado y ególatra, creo que en el caso de Artur Mas se podría hacer una excepción”.
("El derecho a delirar" p.99)

Y ahora, por si no hubiéramos tenido ya suficiente raca-raca con la matraca, lo que faltaba: cuatro nochecitas de cacerolas.
¡Si el padre de Gran Uribe levantara la cabeza...!


1 comentario:

  1. Meterle en la cárcel por ser un imbécil, no; pero meterle en la cárcel por inocular el virus de su imbecilidad en tantos miles de personas creo que se ajustaría a derecho y sería muy saludable. Por lo visto, no sólo hay cretinos en la Consejería de Sanidad de Madrid...
    El Tapir

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