Viñeta de Peridis (7/11/2014) |
Se acerca el momento de iniciar lo que habitualmente sería la "jornada de reflexión" de mañana sábado, aunque parece que de eso tendrá más bien poco. Uribe quiere aportar su granito de arena en esa dirección. Hoy ha leído dos artículos que pueden ayudar a hacernos una idea de la pequeña emboscada que se nos ha preparado a todos para el 9N, señor Rajoy incluído.
[...] «Todo ello describe un cuadro en que el que el Gobierno no ha obrado de conformidad con la ley, es decir, con “buena fe”, con “lealtad” y con “imparcialidad”. Lo que constituye una violación gravísima de la legalidad democrática, incluida la autonómica, que hace suscitar serias dudas sobre la validez formal y material del Gobierno actual de Cataluña.
Y, por si alguien tiene alguna duda, es más que evidente que el 9-N no es un proceso electoral, pues están ausentes todos los requisitos legales del mismo, particularmente el censo y una Administración electoral independiente. Es un modo de saber qué opinan los catalanes sobre la ruptura de Cataluña con España, a través de un procedimiento plagado de ilegalidades y desacreditado por su parcialidad y el descarado dominio sobre el mismo de organizaciones cívicas partidistas que solo hacen que aumentar el descrédito de la convocatoria y la necesidad de denunciar lo que no es más que una expresión de los intereses partidistas de quienes han convocado la jornada. Desde cualquier vertiente que se examine, el 9-N es incompatible con las exigencias de un Estado Democrático de Derecho».
Enlace: Una consulta antidemocrática
Visto el panorama y la inacción del gobierno central, Pau Guix dice:
[...] «Aquí, nuestro Pilatos de turno, Poncio Rajoy, no sabe realmente qué decisión tomar. O quizás no tomará ninguna a pesar de que el Gobierno de la Generalitat y las organizaciones subvencionadas por este han dicho públicamente que desobedecerán las prohibiciones y que, sea como sea, se votará. Yo entiendo, Sr. Rajoy, que ninguna decisión es del todo provechosa.
Por un lado, si no deja votar (además de detener a aquellos que organicen contra la Ley y las instituciones del Estado esta votación) tendrá una serie de fotografías que los secesionistas venderán a nivel internacional de manera victimista como un abuso de poder y de falta de democracia; los tendremos sollozando meses. Por otro lado, si no hace nada, es decir, si deja votar (aunque sea en urnas de cajas de galletas y organizado por asociaciones separatistas) menoscabará los principios del Estado Democrático y de Derecho y la confianza de los ciudadanos españoles (incluidos gran parte de los que vivimos en Cataluña) y las consecuencias de su acto serán de una magnitud importante, tanto como la de Poncio Pilatos.
Mientras usted tiene este dilema propio del poder, ¿qué hacer?, el nacionalismo catalán se siente fuerte y envalentonado ya que, de manera desleal, ha aprovechado la debilidad del Estado por culpa de la crisis económica, social y política (corrupción, paro, desahucios, hambre, exclusión social, etc.) para tratar de conseguir sus objetivos secesionistas. En definitiva, el secesionismo lleva perdiendo 150 años y puede perder 150 años más, su lema es primero paciencia y después independencia, pero los catalanes de ‘seny’ y que respetamos las leyes para poder vivir en libertad, si perdiéramos una sola vez, ya sería demasiado tarde, Sr. Rajoy. ¿Qué piensa hacer? ¿Qué decisión piensa tomar el 9N? Lo que no puede hacer es lavarse las manos».
Enlace: El dilema del poder
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