miércoles, 19 de noviembre de 2014

Las cacerías "púnicas"

Supongo que recordáis el argumento de "La escopeta nacional" (1978), de Luis García Berlanga:

Invierno de 1972. Jaume Canivell (¡un impagable José Sazatornil), fabricante catalán de porteros electrónicos, viaja con su amante y secretaria (Mónica Randall) a Madrid. Se dispone a asistir a una cacería organizada por Cerrillo (Rafael Alonso), pero pagada por el propio Canivell en la finca Los Tejadillos, propiedad del Marqués de Leguineche (¡también impagable Luis Escobar!), aunque de puertas para fuera sea el marqués quien sufraga la cacería a sus amigos.
El objetivo de Canivell es el de codearse con la alta sociedad —y darle jabón— para así poder vender sus porteros automáticos en las urbanizaciones de nueva construcción en los alrededores de Madrid. Para disgusto suyo, nadie le hace ni puñetero caso.

En la fotografía adjunta podéis ver al fabricante catalán Canivell (José Sazatornil), con su secretaria (Mónica Randall) y el organizador de la cacería Cerrillo (Rafael Alonso). Canavell pide explicaciones a Cerrillo acerca del motivo por el que nadie muestra el más mínimo interés por el asunto, a pesar de haber pagado la cacería a todos esos chupones.

Anuncio de "La escopeta nacional"

Fotograma de "La escopeta nacional", de Luis García Berlanga (1978) 
El caso de las "cacerías púnicas" que nos ocupa es bastante similar, aunque se celebraron 25 años después de aquella:
La constructora investigada en la trama corrupta Púnica (Grupo Dico) costeó entre 2002 y 2006 cuatro cacerías anuales que reunieron a una veintena de promotores inmobiliarios y dirigentes del PP, según dos exdirectivos. Las monterías tenían lugar los fines de semana en las fincas toledanas La Parrilla y La Solana y en Los Collados de San Benito, en Ciudad Real.
Las monterías que sufragaba Dico arrancaban con un desayuno potente —migas y huevos fritos— y proseguían con el sorteo de los puestos. Entre las 12.00 y las 15.00 horas se soltaban los perros.
Jornadas similares solían costar hasta 2.000 euros por cazador y día. Pero allí todo bicho viviente iba gratis —exactamente igual que en "La escopeta nacional"—y nadie confiesa saber quién coño pagaba, con perdón. Tampoco queda claro quién se beneficiaba luego de las reses abatidas.

Cacería en la finca "La Parrilla" (Toledo) el 25 de octubre de 2004


2 comentarios:

  1. Buena asociación de ideas, Gran Uribe. También a mí esa noticia me ha recordado a "La escopeta nacional" (impagable Sazatornil) y, más atrás, pasando la "moviola", a las cacerías del Generalísimo, como le llamaban los más afectos al régimen. Es la Historia...
    El Tapir

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    1. Aunque Berlanga en los últimos años se volcó un poco más de la cuenta hacia un apayasamiento excesivo de las escenas corales, hay que reconocer que esta película le salió redonda. Inolvidables los trabajos de Sazatornil y Escobar.

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