Lo siento muchísimo, pero no se me ocurre nada que no esté ya dicho. Da una pena inmensa. ¿Qué se podría hacer?
¡Caramba, Lorenzo Milá! Parece que ha caído en desgracia. Ha pasado de no pegar golpe y de lucir chalecos y corbatas en las acolchadas corresponsalías de Washington o Roma a ese infierno de Idomeni.
Lo siento muchísimo, pero no se me ocurre nada que no esté ya dicho. Da una pena inmensa. ¿Qué se podría hacer?
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