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La senda de los dromedarios / Fotografía: Alejandro Ruesga |
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La senda de los dromedarios / Fotografía: Alejandro Ruesga |
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La verdad es que, en la vida profesional, hay encargos que más vale que no te los hagan —aunque estén bien pagados, lo cual hace difícil rechazarlos— porque se intuye que solo te traerán problemas. Y si los aceptas, prepara bien las cosas.
En el caso del AVE a La Meca, la arena, el viento, los beduinos posicionados claramente en contra (que empezaron a utilizar la senda del tren desde el principio y siguen haciendo circular sus dromedarios incluso por las vías que ya están terminadas, creando una especie de "servidumbre de paso"), etc. hacían desaconsejable asumirlo. Un auténtico follón.
Dice El Confidencial:
«Hacer un AVE es relativamente sencillo. O al menos es algo conocido. Pero no hay precedentes de un tren de alta velocidad en el desierto y no se sabía cómo podía afectar a la circulación de trenes. El consorcio y Arabia confiaron en que los ingenieros españoles de alguna forma encontrarían una solución. El AVE del desierto cruza dunas, pero también desiertos de piedras sobre los que la arena avanza a gran velocidad movida por el viento, lo que hace que se acumule ante cualquier obstáculo».
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Fotografía: EFE |
«Las discrepancias en el seno del consorcio español que construye el AVE Medina-La Meca ya se dejan notar sobre el terreno. Tramos enteros del AVE de los peregrinos están ya ocupados por la arena. Fuentes conocedoras de las obras explican que el problema obedece a dos razones: la división entre las empresas sobre quién debe limpiar la vía y que el consorcio apenas ha tomado medidas para mitigar la llegada de arena a las vías. Y ninguna de las dos va camino de solucionarse».
La vía esa del tren tiene muy mala pinta. Si aquí ya se les hundió un tramo en Aragón y se movieron terrenos cerca de Barcelona, y en teoría conocían el terreno, ni te cuento lo que les puede pasar en el desierto. MJ
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