Pero disfrutó, y mucho, del ambiente de Madrit —si excluimos el infierno de la M-30—, esa maldita ciudad que es nuestra bestia negra, y de la exposición de los cubistas de la colección de Telefónica, en la que le gustaron muy especialmente las obras expuestas de Juan Gris (1887-1927). Ya saben que G.U. es un fervoroso juangrisiano.
Homenaje a "Anís del Mono" (Badalona) |
Pero, buscando en su 'biblioteca particular', G.U (un tipo contumaz, a veces) ha encontrado uno de Editorial Polígrafa que tenía olvidado, con texto de José Antonio Gaya Nuño, un sujeto bastante pelmazo pero muy entendido, que estudia a fondo a ese personaje y su obra, con una gran documentación gráfica. En él ha aprendido muchas cosas que desconocía absolutamente.
El hombre se fue a París en 1906 para eludir la mili, con ganas de vivir el ambiente artístico y huyendo de unos presuntos problemas sexuales que Rafael Alberti cita en su "Arboleda perdida", publicitando confidencias que le suministró ("sobre todo no se lo digas a nadie") Daniel Vázquez Díaz, el gran introductor de Gris en París. No las reproducimos aquí porque no es nuestra 'línea 'editorial'. En cuanto a lo de la mili, es algo que lo convirtió en prófugo y ya nunca pudo volver a España, como Fuigdemont.
El caso es que hablábamos ayer del collage, de las texturas y degradados que empleaban esos pintores cubistas y, como muestra, un botón. Vean la pintura "La bouteille d´anis", en la que Juan Gris engancha la etiqueta de "Anís del Mono" y la rodea de delicadas texturas degradadas, además de los rombos que evocan los propios de la botella. No falta la inclusión de "LE JOURNAL", tan habitual en él y en otros pintores cubistas.
Se trataba y se trata de un anís fabricado en Badalona, población que le ha dedicado (a ese anís, que no a Gris) una escultura junto a la playa, a pesar de que no haya pasado todavía por el 'catalanizador de cognoms' para convertirse en "Anís del Micu". La pueden ver más arriba. Si esa empresa emigrara a causa del procés... a ver qué hacía el Ay Untamiento con ese monumento. ¿Fundirlo, tal vez?
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Y precisamente una copa (o dos) de ese delicioso elixir (en su versión "seco") es la panacea que ha utilizado hoy G.U. para puentear el catarro que lleva encima, que puede agravarse cuando llegue la anunciada ciclogénesis "Ana".
Una botella que jamás ha perdido personalidad.
ResponderEliminarMe encanta.
salut
En una fiesta cubana la botella de "Anís del mono" restregada con un palito hacia adelante y atrás resultaba un acompañamiento musical de primera. Eso, además de su estilo inconfundible y su leyenda relacionada con la evolución. MJ
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