Los pueblos o los ciudadanos nunca son culpables de nada, suele decirse. (También hay quienes aseguran que jamás se equivocan, pese a que el mundo y la historia estén llenos de gravísimos casos de meteduras de pata, el más reciente la elección de un patán racista para la Casa Blanca.) [...] Pero en fin, a la primera, los pueblos pueden escaquearse de su responsabilidad arguyendo que fueron engañados por sus elegidos.
El pueblo o los ciudadanos catalanes no podrán esgrimir esta excusa dentro de cuatro días. Durante los dos años y pico transcurridos desde sus anteriores autonómicas han visto cómo ya el resultado de éstas fue falseado: los partidos independentistas alcanzaron el 47% o 48% de los votos, y sin embargo eso fue para ellos “una mayoría clara” que reclamaba la escisión de España, “un mandato” que se han limitado a obedecer, enviando a la inexistencia al 52% de los votantes. No sólo han borrado a éstos, sino que los han arrinconado y acosado, los han purgado de las instituciones y aun del Govern si se mostraban “tibios” (recuérdese al conseller Baiget, que se dijo dispuesto a ir a prisión pero no a perder su patrimonio, y eso ya bastó para que se lo considerara “desafecto”). [...]
Pero bueno, cada cual es libre de desear lo que quiera. El independentismo es tan legítimo como cualquier otra opción. El problema, desde mi punto de vista, es cómo se lleva a cabo la secesión y en manos de quiénes se pone el nuevo Estado. A estas elecciones se presentan los mismos individuos balcanizantes y totalitarios que han obrado sin escrúpulos desde 2015. Quienes los voten ya saben a qué se atienen, no podrán decir “Ah, yo no sabía” ni “Ah, es que me engañaron”. Quienes suelen abstenerse en las autonómicas, también, ya no podrán decir “Ah, yo me inhibo” ni “Ah, es que todos son iguales”.
[F. Ibáñez / granuribe50] |
Hay que reconocer que, si se eclipsaran, echaríamos de menos a sus líderes, que han resultado de lo más entretenidos. Oír los disparates y vilezas del lunático Puigdemont, de la difamatoria y melindrosa Rovira, del beato Junqueras, de la autoritaria y estólida Forcadell, del achulado Rufián y del aturullado Tardá ha sido como tener una entrega diaria de aquellas viñetas del gran F. Ibáñez, “13 rue del Percebe”. Y escuchar las verborreicas incoherencias malsanas de Colau (más que ambigüedades) ha sido como una ración de Cantinflas a diario, aunque los jóvenes ya no sepan quién era Cantinflas (un mexicano liante, lo encontrarán en YouTube, seguro). Pero la diversión tiene su límite cuando lleva aparejado el suicidio. No sólo el político. También el económico, el de la convivencia, el de la libertad democrática y el del decoro. Para convertirse en un país indecoroso no hay excusa. [...]
JAVIER MARÍAS, Nunca culpables
El País Semanal, 17 de diciembre de 2017
Lo decían los clásicos: los pueblos tienen el gobierno que se merecen.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Falta el gato detrás del ratón ¡¡¡ pero hay muchos que le hacen la competencia, al menos en esta viñeta.
ResponderEliminarSon todos los que están, pero no están todos los que son. No había habitáculos suficientes en la viñeta de Ibáñez para albergarlos a todos. Ha habido que hacer selección, rescatando a alguno que pueda parecernos un cadáver pero que tuvo mucha incidencia en esta astracanada en sus inicios.
EliminarBuen artículo el de Javier Marías y buen apoyo gráfico, con su versión de la 13, Rue del Percebe basado en el gran Ibáñez. Enhorabuena a ambos dos (o tres: Marías, Uribe y el gran Ibáñez).
ResponderEliminarQuedo a la espera de lo que hacen sus paisanos, Uribe, aunque me temo lo peor, en línea con lo que apunta Javier.
Muchas gracias y feliz Navidad a todos, sin trifulcas tontas. No intervengo más porque mi línea de Internet no funciona como debiera. A ver si los Reyes Magos...
F.G.
En la línea de F.G., chapeau a los autores por el artículo y la ilustración.
ResponderEliminarMiro a cada uno de los representados en la imagen y me pregunto cómo es posible que convenzan a tantos de cualquier cosa. Mi respuesta es: "porque han entrado de lleno en la dinámica de 13 Rue del Percebe", con una serie de diferencias, por supuesto. Se trata de ser lo más estrafalario y extravagante posible, pero aderezado con el ramalazo cutre que los caracteriza. Y esto parece ser que a muchos les cautiva de momento. MJ