Hoy ha fallecido Francisco López, uno de los componentes del grupo de los Realistas de Madrid, del que ya hablamos a principios del año pasado con ocasión de su exposición en la Thyssen. Ya saben: Antonio López, María Moreno, Isabel Quintanilla, Francisco Torres, María Avia, etc. Publicamos incluso una entrada titulada Isabel Quintanilla, una gran artista. Pues bien, ha muerto su marido, el mencionado Francisco López, un estupendo escultor, bastante olvidado. Una de sus obras más conocidas por el público es la escultura del historiador y sacerdote Isidor Macabich, situada en Dalt Vila (Ibiza), por estar donde está, pero pocos de los que se sientan al lado o se hacen selfies y, en algún caso, la maltratan o se mofan de ella, saben quién es el autor, que decía al hablar de esta obra, tal como nos cuenta Diario de Ibiza: «Elías Torres [el buen arquitecto ibicenco] tenía la idea de hacer una estatua muy cercana, que no fuera un monumento aparatoso, sino una cosa íntima, muy cotidiana. [...] Hice un viaje con Elías a Ibiza para componer el retrato de Isidor Macabich. Visitamos varias parroquias de la isla para conseguir alguna fotografía de nuestro personaje; afortunadamente, recogimos un montón, entonces con una sotana que nos prestaron, unas gafas y todo lo preciso, hice una maqueta. Primero modelé la estatua en pequeño y después empecé a modelar a tamaño natural. Yo no había hecho nunca un busto o una estatua con fotografías y tuve serias dificultades. [...] Me creó cierta inquietud cuando se inauguró; después del acto, el dejar aquella estatua allí, en mitad de la calle, me producía una especie de nerviosismo. Temía que se la llevaran, que le rompieran la cabeza, que le pasara algo. Me parecía tan frágil allí al alcance de cualquiera, esto me preocupaba mucho». |
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Preocupación la suya la mar de fundada, como se ha podido comprobar por los actos vandálicos que ha sufrido. Sigamos.
Los realistas de Madrid. Se trataba de un grupo de chicos y chicas que estudiaban en el mismo lugar y que pasaban muchas horas juntos, compartían momentos, conversaciones, trabajos. Esos lugares eran la escuela de Bellas Artes, el Casón del Buen Retiro, el Museo del Prado, los viajes de estudios, las excursiones por la Mancha, las estancias en Italia y posteriormente los talleres de cada uno.
Estos pintores y escultores, reunidos bajo el epígrafe Realistas de Madrid, tenían en El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio, una de las referencias de su época y su libro de cabecera. Lo ha contado Antonio López en más de una ocasión:
"Era 1956, estaba en el palacio de la Magdalena (Santander) con una beca. En el vestíbulo había una mesa con novedades literarias que hojeaba al salir y entrar. Al leer las primeras líneas de El Jarama me hechizó, fue un flechazo. No ha cambiado nada, el sentimiento que tuve es el que tengo ahora cuando lo cojo. Nunca había leído nada así, ese realismo tan literal despertaba totalmente la imaginación. No tenía dinero para comprarlo, así que cada vez que pasaba por allí leía unas páginas".
Por su parte, la pintora Isabel Quintanilla (Madrid, 1938), explicaba así su devoción por la novela, porque la había vivido: "Nos vemos reflejados. Yo iba con mis primos al río a pasar los domingos".
Recordamos aquí aquella foto histórica en Tomelloso (en plena Mancha), lugar de nacimiento de Antonio López, tomada en el año 1973, quizá el momento de mayor incidencia pública del grupo.
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La verdad es que a Isidor Macabich se le ve bastante frágil, solitario y con cara de susto.
ResponderEliminarRecuerdo su entrada del año pasado con Isabel Quintanilla y sus cuadros geniales de las ventanas y puertas abiertas.
Primera noticia .
ResponderEliminarNo he leído nada en la prensa de Barcelona, bueno eso tiene explicación, están preocupados por la delantera del Barcelona y las declaraciones del Homs.
es curioso que un diario de "cultura" como la Vanguardia, del que soy suscriptor, no haya puesto una sola nota.
racias por la información.
PD: desconocía el relieve. El scorzo es fantástico ¡
El relieve de la calle de Valencia es estupendo. Para sí lo quisiera el mejor Ghiberti en su puerta del baptisterio de Florencia.
EliminarEn cuanto a la escultura de Isidoro Macabich, su rostro me recuerda al de los campesinos extremeños que pintaba hace un siglo Ortega Muñoz, de la Escuela de Vallecas.
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