domingo, 21 de febrero de 2016

Una lección de tenebrismo

Caravaggio era "un pinta" (o un crápula) y, además, asesinó a algún que otro sujeto, motivo por el cual se convirtió en una especie de fugitivo durante muchos años, con lo que su prometedora carrera romana quedó en agua de borrajas.

Pero como pintor, pocas bromas. Dicho muy "a grosso modo", fue el inventor del claroscuro, a finales del XVI, oscureciendo las sombras y transformando el objeto representado en una fuente de luz deslumbradora. De este modo, creaba en el cuadro un contraste inquietantemente dramático, hasta el punto de que las pinturas que utilizaron después ese recurso fueron catalogadas de "tenebristas". A ese carro se subieron bastantes pintores del barroco: Ribera, Zurbarán y un largo etcétera, en España; Rembrandt y otros muchos, en Holanda, en Italia...

En verdad, en verdad os digo que, al igual que Puigdemont afirmaba —parafraseando al merluzo Piqué— que "con el Tribunal Constitucional empezó todo" (sic), Gran Uribe afirma, con idéntica firmeza, que "con Caravaggio empezó todo".

Fotografía de César Manso (AFP)
De algo de esto habla Juan José Millás, al comentar la fotografía que ha escogido hoy para su artículo Tenebrismo español. La ilustramos también con una imagen de la celebérrima Lección de anatomía, de Rembrandt, en la que puede verse a Rajoy, que parece estar muy orgulloso del estropicio que le ha hecho al cadáver, y de ahí no lo muevas.
Millás dice así en su columna:

Lección de anatomía (fragmento) / 1632
[Rembrandt / granuribe50.blogspot.com.es]
«Qué interesante, la migración del claroscuro de la pintura a la fotografía en busca de los mismos efectos dramáticos que producía en aquella. Asómense a un cuadro del tenebrista José de Ribera (El Españoleto) y caerán en la cuenta de lo que decimos. El claroscuro acojona, no ya por el contraste entre la luz y las sombras, sino porque tiene uno la impresión de que quien gana siempre es la materia oscura. 

En esta imagen, la materia oscura se sale de la foto y contamina la existencia real de cada uno de nosotros, que estábamos mojando el cruasán en el café con leche mientras pasábamos descuidadamente las páginas del periódico un sábado de finales de enero. ¡Coño, un zurbarán! Salvando las distancias, claro, pero un zurbarán. Reparen, si no, en el aura mística de Mariano Rajoy.

–Lo estoy viendo –parece decir mientras acaricia una gran bola de cristal invisible.

No sabemos qué ve. Sus acompañantes, a juzgar por la expresión de sus rostros, tampoco. El caso es que se nos ha quedado el cruasán a medio camino. La foto tiene el mérito de simbolizar la situación general de desconcierto. Los españoles y los españoletos nos levantamos cada día con las primeras luces para comprobar que el único objeto de esas luces es alumbrar las sombras que se ciernen sobre nuestro futuro. Frente a la disyuntiva de pasar de página o de abandonar el desayuno, abandonamos el desayuno fascinados por la intensidad de esa mirada visionaria. Quién sabe si está viendo un futuro en el que regresa a La Moncloa y nos hace polvo con otra reforma laboral, quizá con una nueva ley mordaza».

3 comentarios:

  1. Cada vez da más grima pensar que nos pueden caer 4 años más de más-de-lo-mismo. Aunque ahora no podrán hacer y deshacer a su antojo sin buscar acuerdos, como cuando la ley mordaza y otras. Ojalá podamos decir que con Rajoy acabó todo, todas estas cosas que han pasado durante estos últimos 4 años.
    Por orden alfabético. Aforar, comentar burdamente, considerar que el ciudadano es en esencia burro o falto de inteligencia, desacreditar y desdeñar al adversario, estafar, fanfarronear, hacer gestos machistas, insultar, predicar (nunca con el ejemplo), sermonear, tomar el pelo de mala manera ….. La lista se podría alargar mucho. Es cierto que esto también ha ocurrido en otros lugares y con otros partidos y que Rajoy y algunos de su partido han guardado un poco más las apariencias, pero ha habido otros que han actuado con una desfachatez extrema. MJ

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  2. Por cierto, de maravilla su versión de la "Lección de anatomía"

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  3. Brillante, gran Uribe, su versión de "La lección de anatomía". Totalmente de acuerdo con MJ, y muy oportuno recordarla en estos tiempos de tenebrismo. A mí, además de grima, me da pánico pensar en otros 4 años del PP. Ha habido durante su mandato tal abuso de poder, y de tantas maneras, que a mi entender se ha desacreditado él solito, moralmente, para gobernar, al menos, de momento.

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