El cerdo mangalica y el ibérico

Existe una raza de cerdo con un aspecto ciertamente peculiar. Tiene una pinta un tanto salvaje, a la que contribuye la lana que lo cubre y que le proporciona una apariencia a mitad de camino entre jabalí (sin colmillos afilados) y oveja. Es el cerdo Mangalica, originario del este de Hungría y que en los últimos tiempos ha encontrado su salvación comercial con la demanda en España. Tiene... ¡la pezuña negra!, ojo al dato.

Es evidente que no hay tanto cerdo ibérico como para cubrir la demanda, que ha aumentado exponencialmente en los últimos años, aquí, allá y acullá. España es un país de defraudadores y eso hace que a muchos consumidores les estén dando gato por liebre. Te piensas que estás degustando un pata negra criado con bellotas en Jabugo o en las dehesas salmantinas y te estás zampando una especie de cordero gordo y morrudo criado en horribles pocilgas de Hungría, sin control alguno y sacrificados allí de la misma manera. En Segovia, que no son tontos, llevan ya algún tiempo criándolos.

De hecho, hay una circunstancia que preocupa especialmente a los productores e industriales onubenses, que ven como las partidas de jamón mangalica llegan marcadas con las letras HU que muchos confunden con origen de Huelva, cuando realmente corresponde a Hungría. Los jamones de Huelva, los que reivindican la denominación de Jabugo, van marcados con la letra H, pero eso el consumidor no lo sabe.

Ejemplar de cerdo mangalica en una pocilga de Hungría (HU)