En fin, poco que añadir, es la historia, hermanos..., como diría un sujeto apodado RamaSeca.
[...] «Terminada la guerra, Giménez Caballero tenía trato personal con el Caudillo, que había leído y admirado varios de sus libros en su etapa legionaria y marroquí. Esta cercanía le permitió lanzar al general la proposición de casamiento germanoespañol que, según Giménez, solucionaría los problemas del continente del mismo modo que lo hicieron las bodas de Carlos V.
No parece razonable que una mente fría como la de Franco tomase en serio una propuesta tan chalada, pero los primeros meses de gobierno estaban siendo muy difíciles para el dictador y la sombra de la Guerra Mundial amenazaba a aquella España destruida por la contienda.
Así que Franco le dijo que sí. 'Vete pa Alemania', Ernesto. Y Ernesto, que ni siquiera hablaba alemán, 'p'allá' que se fue.
Aprovechando un congreso de escritores fascistas en Berlín, se acercó al mismísimo Goebbels vestido de militar, con sus gafas cubistas de culo de vaso y una carta de recomendación del Caudillo en la mano. El ministro de Propaganda de Hitler lo encontró simpático. Giménez Caballero desconocía el idioma pero era un erudito en cultura germánica. Tirando de francés, italiano, español, inglés y abundante mímica, logró llevar la conversación con Goebbels hacia la idea de una emperatriz con la que Hitler pudiera formar una nueva dinastía europea.
—¿Y cuál sería la candidata a emperatriz? —preguntó el alemán, suponemos que levantando una ceja.
—Sólo podría ser una... Sólo una, por su limpieza de sangre, por su profunda fe católica y, sobre todo, porque arrastraría a todas las juventudes españolas: ¡la hermana de José Antonio!: Pilar Primo de Rivera.
Hoy sabemos que el celestinaje no tuvo éxito. Según cuenta Giménez Caballero y algunos testigos de la conversación, el nazi despachó al español con la excusa de que Hitler había recibido un tiro en la entrepierna durante la Gran Guerra, y por este motivo estaba incapacitado para ejercer cualquier clase de deber marital».[...]
¡Pilar Primo de Rivera! Me parece que tanto a Goebbels, como a Hitler les gustaban las tías buenas, aunque ellos eran cualquier cosa menos tíos buenos. MJ
ResponderEliminar¡No coló!
ResponderEliminarEl Tapir
Muy esclarecedor, la verdad. Pone a cada uno en su sitio, y deja las cosas como son, o como fueron...
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