Aquí os presentamos una sucinta selección de presuntos candidatos a "represaliados"por la alcaldía de Madrid en el ámbito artístico, por si alguien desea hacer alguna enmienda o solicitar el indulto para alguno de ellos:
ESCRITORES Y ARTISTAS
Alfonso Paso.
Dramaturgo. Según el informe, “fue profundamente joseantoniano”.
Concha Espina.
"Escritora falangista”.
Eugenio D'Ors.
Pensador y filósofo. Jefe Nacional de Bellas Artes.
Josep Pla.
Escritor afiliado a la Falange.
Pedro Muñoz Seca.
Escritor. Fue fusilado.
Salvador Dalí.
Pintor. “Apoyó a los sublevados desde Estados Unidos”.
Enrique Jardiel Poncela. Escritor. Autor de Eloisa está debajo de un almendro.
José María Pemán. Novelista, poeta, dramaturgo.
Miguel Mihura.Escritor y director de La Codorniz.
Gerardo Diego.
Poeta.
Manuel Machado.
Escritor y periodista.
Álvaro Cunqueiro. Escritor. Se afilió a la Falange.
César González Ruano.
Escritor.
Joaquín Turina. Compositor y director de orquesta.
[Además de, entre otros, Lázaro Galdiano, Samaranch, Juan de la Cierva, Manolete, Bernabéu, Eduardo Marquina, etc.]
A este respecto, Rubén Amón (hijo de aquel estupendo crítico de arte, Santiago Amón, que colaboraba en revistas como Nueva Forma, Cuadernos para el Diálogo, etc.) escribe, con muy buen criterio en opinión de Gran Uribe, un artículo titulado De Madrid al infierno. Dice así:
«La lista negra que Ahora Madrid ha encargado a la Cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense sobrentiende como extremo acusatorio que no se podía vivir en España mientras gobernó Franco. Y que trabajar en aquellos tiempos, de torero a poeta, de periodista a titiritero, implicaba un ejercicio de connivencia con la dictadura, hasta el extremo de que la única solución tolerable hubiera sido adoptar una posición vegetativa, inscribirse en la resistencia o exiliarse en las alas de Rafael Alberti.
Cualquiera de las tres opciones no era sencilla de asumir delante de una dictadura tan longeva. Por eso predominó la solución de cohabitar. De torear la censura del caudillo. Y de asumir incluso la solución audaz de Vázquez Montalbán: contra Franco vivíamos mejor, decía el padre de Carvalho, en alusión al estímulo creativo —y no pretendido— que predispone un régimen totalitario.
No está Vázquez Montalbán en la lista, quede claro, pero la enmienda a la totalidad que ha recreado la Complutense en este ajuste de cuentas delata el viejo paradigma fratricida. Antonio Machado murió en Coillure. Y su hermano, Manuel decidió quedarse, motivo suficiente para retirarle su calle y exponerlo como una estirpe traicionera —Josep Pla, Dalí, Joaquín Turina— que hizo fortuna en tiempos de Franco. El consenso de retirar calles y avenidas que sacralizan la dictadura —indiscutible, necesario y hasta obligatorio por ley— no debería prolongarse a un ejercicio de memoria justiciera. O de amnesia selectiva, con más razón cuando algunas personalidades degradadas en esta amalgama de colaboracionismo —Calvo Sotelo, Ramiro de Maeztu— fueron asesinadas incluso antes de la victoria del caudillo.
Cabe preguntarse, por tanto, si el criterio de sacrificio académico se restringe a la connivencia con la dictadura o se alarga a la mera adhesión a la derecha. Y si un Ayuntamiento asediado de prioridades debe convertir la ideología en un rasgo distintivo. Incluso obsesivo, a la vista de los debates retrospectivos».[...]
Dios mío, que hayan puesto, por ejemplo, a Muñoz Seca siquiera en una pre-lista es para salir corriendo sin cerrar la puerta. Esto me ha recordado que la calle Mayor (o un tramo de ella), se llamó durante la República calle Mateo Morral, que ahí es nada. El sectarismo llevado a los máximos niveles, igual que el franquismo que dicen rechazar.
ResponderEliminarLa calle Mayor a la que me refería es la de Madrid, por supuesto.
ResponderEliminarDesconocía el dato de que al sujeto que tiró una bomba a Alfonso XIII, muriendo mucha gente, le hubieran premiado con poner su nombre a la calle Mayor de Madrid, nada menos. Muchas gracias por la información.
EliminarEn radical desacuerdo con la "genial" idea de Carmena, que pone bajo sospecha a todos aquellos que, aún odiando el significado y obras del franquismo, decidieron quedarse aquí, es decir, más o menos a la mitad de la población. Y encima, costear la operación con dinero público. ¡Qué bochorno!
EliminarPor no residir en Madrid, desconozco el balance de la gestión de Carmena al frente del Ayuntamiento, pero desde luego actuaciones como esta (si es que ya se está realizando), o sus dudas en cesar a la concejal de Cultura tas el lamentable asunto de los titiriteros, me hacen temer lo peor. Esperemos que sólo sean infundios malintencionados de la derecha cavernícola...
El Tapir
Esperemos eso. De todos modos así no nos fijamos en el fondo de muchas cuestiones. MJ
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